
Desde hoy cambian las reglas de juego de los pagos en euros: entra en funcionamiento en España la verificación del beneficiario para las transferencias, una comprobación previa que coteja el nombre del destinatario con el IBAN antes de autorizar el envío.
La actualización, enmarcada en el Reglamento (UE) 2024/886, persigue reforzar la seguridad, reducir errores y cortar fraudes sin sacrificar la rapidez de las operaciones ni imponer costes adicionales a los usuarios en la zona SEPA.
Qué cambia en las transferencias inmediatas y las estándar
Las transferencias instantáneas siguen funcionando en cuestión de segundos, 24/7 y 365 días al año, y la nueva normativa no afecta a su velocidad: el cambio está en la comprobación del destinatario antes de ejecutar el pago.
Además, las entidades deben ofrecer las inmediatas por los mismos canales que las ordinarias, es decir, en banca móvil y web, cajeros, oficinas y atención telefónica, sin limitar el acceso por el tipo de canal.
Otra obligación clave: no se puede cobrar más por una transferencia inmediata que por una ordinaria. Varios de los mejores bancos de España ya han equiparado o abaratado sus tarifas, y asociaciones como Asufin han constatado caídas relevantes de comisiones tras la entrada en vigor del marco europeo, impulsando la adopción de pagos al instante.
El usuario puede fijar límites por operación o por día y cambiarlos con efecto inmediato. La UE define un umbral de referencia de hasta 100.000 euros por transacción para las instantáneas, aunque cada banco puede aplicar topes inferiores según su política de riesgo.

