las-cuarentenas-provocan-hambre

Las cuarentenas provocan hambre

Un efecto de las cuarentenas que estamos teniendo en prácticamente todo el mundo, es que estas afectan materialmente a los más desfavorecidos al bloquear las economías. Y cuando el impacto sucede en los más desfavorecidos de la sociedad, el problema comienza a ser en cómo llenar el estómago con algo que calme el hambre.

Al comienzo de la cuarentena no era raro oír hablar a personas relevantes sobre que estas nos enseñarían a vivir con menos, y que no necesitábamos tanto para vivir. Muchas veces estas declaraciones se hacen desde una perspectiva privilegiada, no en una de necesidad, porque los más pobres lo pasan bastante mal cuando se imponen medidas que restringen la economía. Esto está sucediendo no sólo en países en vías de desarrollo como los de Sudamérica, sino también en los barrios y ciudades más pobres del sur de Europa.

Desde Colombia a Filipinas…

3134007212_5d6e917d9f_o.jpg

Empecemos por Colombia. En Colombia las personas más humildes se pasean por barrios de otros más ricos solicitando que desde las ventanas les lancen comida o dinero. El 50% de la población en las grandes urbes trabaja en la economía informal, esa economía está parada por las medidas de confinamiento impuestas por el gobierno. No es que no haya ayudas, no se haya conseguido que por parte del gobierno que buena parte de la población que iba a necesitarla la reciba. En el mes de Abril, En Bogotá de 500.000 familias que han pedido ayuda, el propio ayuntamiento informa que poco más de 21000 había sido atendidas. El sistema social no está distribuyendo suficientemente.

Las familias que requieren comidan cuelgan trapos rojos en las ventanas de su casa, una escena que se repite en miles de hogares. Además la escasez de liquidez hace que la gente cuando tenga efectivo compre comida, no mascarillas que puedan ayudar a parar o ralentizar la dispersión de la pandemia.

La gente no se ha quedado en callada además, ya está habiendo protestas y caceroladas contra el gobierno, más de cinco millones de personas en Colombia que vivían al día de la economía informal se han quedado sin medios para alimentarse. También ha habido protestas más violentas. Además muchas de las personas que se encuentran en una situación más débil son inmigrantes venezolanos, que huyeron de Venezuela por la situación económica del país.

En Brasil sucede algo parecido en las favelas, donde voluntarios reparten comida en las favelas, desbordados por la situación. Como ya comentamos, en Brasil existe una discrepancia entre el mismo gobierno, dado que Bolsonaro aboga por levantar las restricciones, mientras que otros miembros del gobierno parecen querer un acuerdo. Esto está provocando una crisis política en el país que además ya ocupa el cuarto lugar mundial por número de fallecidos.

Escenas preocupantes están sucediendo en países vecinos, como Ecuador, Bolivia, Chile, o incluso Venezuela, donde a su crisis más fuerte se le une este confinamiento. Casi no hay país en el continente que no se esté siendo afectado económica y políticamente debido a las medidas de contención de la pandemia.

En Filipinas, también se está extendiendo la cuarentena por parte del presidente Duterte. Este ha sacado a las calles al ejército y a la policía, ordenando que disparen a aquellos que se salten la cuarentena. El país va a depender de tests donados por China, Singapur y Corea para realizar los

…pasando por España e Italia

Atentos a la realidad! La fila del hambre pic.twitter.com/JvCTwJWUGP

— alfredo urdaci (@alfredourdaci) May 10, 2020

Ya en Europa, en España hace unos días nos sorprendió la noticia, en Aluche, un barrio obrero de Madrid, había colas de hasta siete horas para recoger una bolsa de comida. La Asociación de Vecinos de Aluche que estaba haciendo el reparto, se ve colapsada e incapaz de atender a toda la demanda que hay de su capacidad de ayuda. Han triplicado a las familias a las que ayudan, llegando a repartir 7000 bolsas de comida en un solo día. Esta escena se está repitiendo en otros barrios más humildes, como Orcasitas, Vallecas, Campamento o Lavapies como comenta Cáritas (una entidad vinculada a la Iglesia Católica) o Banco de Alimentos.

En Italia en Palermo (Sicilia), los supermercados más importantes están custodiados por las fuerzas de seguridad después de que haya habido intentos de asaltarlos. La Iglesia Católica ya está repartiendo comida a los más pobres también en Nápoles. En general el sur de Italia tiene una mayor dependencia de la economía informal y en negro, y muchas familias se encuentran que de repente no tienen sus escasos ingresos fijos. En Campania se han incrementado los robos a personas que simplemente acababan de salir de comprar del supermercado.

45383334344_8b768b416c_o.jpg

De hecho se teme que pueda haber revueltas encabezadas por la mafia y que se pueda revertir el orden democrático en regiones de Italia. No lo digo yo, son palabras del ministro del Sur Giuseppe Provenzano en La Repubblica.

Al principio de la cuarentena se aprobaron medidas para ayudar a empresas, que como comentamos podían estar bien, pero era necesario hacer medidas para ayudar a los más desfavorecidos. En algunos países como EEUU o Hong Kong se han optado por medidas de regalar dinero a la población, de modo que esta pueda seguir consumiendo lo básico en la cuarentena si se encontraban en una situación complicada. Es cierto que se benefició a mucha gente que no necesitaba dicha ayuda, pero la casi universalidad de las mismas hace que sean fáciles de gestionar y lleguen pronto a la población.

Mientras tanto en otros lugares no se ha llegado a tener un tipo de ayudas equivalentes, y las consecuencias se empiezan a ver en los barrios más humildes de las ciudades de Europa y Latinoamérica. Veremos en la actual fase de desescalada como se puede empezar a mover la economía y aliviar el sufrimiento a los más desfavorecidos.

Pregunta a los lectores ¿qué medidas deberían haberse impuesto para evitar afectar tanto a los más desfavorecidos?

En El Blog Salmón | Los recortes que vendrán, Eurobonos, ¿una idea no factible para esta crisis? y
Los resultados del experimento de la Renta Básica Universal en Finlandia

Imagen | Chico.Ferreira

Imagen | radkuch.13

Imagen | Julian Carvajal

Leer más
dia-de-internet:-cosas-que-echariamos-de-menos-si-no-existiera 

Día de Internet: cosas que echaríamos de menos si no existiera 

El 17 de mayo es conocido popularmente como el Día de Internet. En realidad, celebramos el Día Mundial de las Telecomunicaciones y la Sociedad de la Información, con el que las Naciones Unidas refuerza la importancia del uso de Internet y otras tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC). 

  • En este post hacemos una reflexión sobre cómo Internet se ha convertido en una utility sin la que ahora no concebiríamos vivir. 
  • En situaciones como la actual, ocasionada por la COVID-19, Internet se antoja fundamental para poder seguir manteniendo la relación con nuestros familiares o amigos o poder fomentar el teletrabajo en las empresas. 

Esta efeméride se celebra desde hace más de 50 años, aunque fue en 2006 cuando la ONU amplió la celebración del 17 de mayo a la Sociedad de la Información. Este hito es gracias a la Asociación de Usuarios de Internet de España, que promovió esta idea en la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información. 

El objetivo es claro: poner en valor todo lo que la Sociedad de la Información puede hacer por nosotros y evitar que la denominada brecha digital se haga aún más grande. 

Porque Internet se ha convertido en una «utility» más. Igual que no concebimos vivir sin agua o electricidad, Internet se ha convertido en algo básico para realizar cuestiones laborales y personales, de salud y de ocio. Aprovechamos la celebración del Día de Internet para recordar algunas de las muchas cosas que hacemos con total naturalidad y que echaríamos en falta si no tuviéramos Internet. 

¡Comparte! El Día de Internet es un buen momento para reflexionar sobre cómo se ha convertido en una utility en nuestras vidas. 

Trabajar desde cualquier lugar 

El trabajo ya no es un lugar al que ir, sino algo que hacer. Algo que Internet y las herramientas de software en la nube han facilitado enormemente. 

Así, en muchas profesiones ya no es necesario ni obligatorio desplazarse hasta un lugar concreto para poder acceder a los datos e introducir nueva información con la que poder realizar nuestra tarea. El software en la nube permite que la información esté siempre actualizada y que podamos acceder a ella desde cualquier lugar y dispositivo que tenga acceso a Internet. 

Sage

El 40% de las empresas no puede gestionar sus negocios de forma integral cuando teletrabaja. Descarga la infografía de Sage con el estudio al completo desde aquí. 

Comunicarnos por escrito en tiempo real 

Antes de que llegara Internet, podíamos comunicarnos en tiempo real con la voz a través del teléfono. Pero las comunicaciones por carta siempre eran asíncronas, pues las misivas podían tardar un par de días en llegar a su destino y los telegramas ni eran inmediatos ni facilitaban una comunicación fluida. 

Sin embargo, Internet permitió una mayor instantaneidad en las comunicaciones escritas. Primero gracias a los servicios de correo electrónico y, posteriormente, a las aplicaciones de mensajería instantánea.  

Aunque Messenger haya pasado a mejor vida y ahora seamos más esclavos de Whatsapp, Internet ha facilitado las comunicaciones bidireccionales, incluso grupales, y que puedan hacerse por texto y de forma inmediata. 

Además, estas aplicaciones han ido evolucionando y no solo podemos incluir texto planto, sino que podemos incluir emoticonos, vídeos, negritas y animaciones tipo gif para añadir más información y contexto a la narración. 

Formarnos a distancia 

En España existe la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia) desde 1972, cuyo objetivo es llevar la educación superior a más gente. Sin embargo, gracias a Internet podemos formarnos casi en cualquier universidad del mundo y sin necesidad de seguir unos determinados libros gracias a la proliferación de MOOC (Massive Open Online Course, o Curso Online Masivo y Abierto). 

La potencia del eLearning en el entorno empresarial

Esta formación permite a todos aprender nuevos conocimientos y materias en muchas ocasiones sin necesidad de estudiar una formación reglada. También en YouTube y en otras plataformas podemos encontrar muchos tutoriales. Incluso hay páginas web especializadas en ofrecer diferentes cursos y herramientas de formación de toda clase de materias. 

Herramientas de marketing, conocimientos de programación, prender los trucos de las hojas de cálculo, cómo editar fotografías con determinadas aplicaciones, aprender a hacer punto o repostería, en fase principiante o avanzado, son algunas de las muchas posibilidades que tenemos a través de Internet. 

A nivel empresarial, existen multitud de plataformas de aprendizaje online. Una de ellas es Sage Business Pro, una iniciativa que Sage pone en marcha con la Sales Business School para impartir un programa formativo para todos los clientes de Sage totalmente gratuito. 

Hacer un maratón de nuestra serie favorita 

¿A quién no le han fastidiado el final de una serie por no haber podido ver el capítulo en el momento en el que lo estrenaron? 

Antes de Internet, los usuarios teníamos que ver las películas y series cuando las cadenas de televisión decidían programarlas o esperarnos a su reposición o a su grabación en un vídeo o DVD. Sin embargo, con Internet también han llegado las plataformas de contenidos audiovisuales, muchas de las cuales deciden liberar todos los episodios de una serie a la vez, de manera que se puede hacer un verdadero maratón para ver todos los capítulos seguidos. 

El problema, ahora, es que no podamos hacerlo y nos destripen la escena clave en cualquier artículo de Internet, aunque para eso ya se utiliza el manido «¡Alerta, spoiler!» para avisarnos de que lo que viene a continuación puede desvelarnos parte interesante de la trama si aún no la hemos visto. 

Comprar y vender a alguien de Australia 

Antes de la llegada de Internet, nuestras posibilidades de internacionalización eran reducidas, especialmente si somos un productor pequeño. Nuestro círculo de clientes (también potenciales) quedaba reducido de manera muy geográfica. 

Sin embargo, Internet es un verdadero escaparate que permite que nuestra página web o nuestro perfil en redes sociales pueda ser visible por cualquier persona en cualquier parte del mundo. Si somos los diseñadores de una cerámica única y espectacular, puede que alguien en Australia la vea, se enamore de ella y nos haga un pedido para tenerla en su casa o negocio. 

Y, al revés, ya no necesitamos ir hasta Bali para hacernos con algunas de las maravillosas telas con las que decoran los templos. A través de Internet podemos localizar a quienes confeccionan y venden esos bienes y comprarlos sin tener que viajar hasta allí. 

Sage

El nuevo consumo estará marcado por clientes ultracautos y que comprarán de forma remota (Fuente: La Razón).

Todo por control remoto 

Internet ha reducido la necesidad de la presencia física para muchas cosas. En formación, en las compras o en algunas actividades laborales ya lo hemos visto. A la hora de operar con nuestro banco o comprar entradas para nuestros espectáculos favoritos son otras situaciones similares. 

Pero cada vez somos más capaces de controlar muchas cosas de forma remota: 

  • El sueño de un hogar inteligente y conectado cada vez está más cerca. Gracias a Internet, podemos desde nuestro teléfono móvil pedirle a nuestro robot aspiradora que limpie toda la casa o solo determinadas estancias.  
  • Podemos programar a qué hora queremos que se encienda la calefacción o el aire acondicionado para que la temperatura sea óptima cuando lleguemos.  
  • Podemos programar o activar un electrodoméstico a distancia para que nos tenga lista la comida en una hora determinada o comprobar si ha tenido alguna avería y debemos avisar a un técnico. 

Todas estas acciones son rutinas a las que nos hemos acostumbrado más o menos fácilmente, pero que forman parte de nuestro día a día. Aunque no nos demos cuenta, si Internet se cae nada de todo ello sería posible. 

Lo mejor, como siempre, es el progreso y los avances que todos estos pasos traen consigo y que se irán ampliando conforme vayan pasando los años. 

Leer más
estas-son-las-consecuencias-de-que-el-ministerio-de-sanidad-no-permita-realizar-rebajas-al-comercio-de-barrio

Estas son las consecuencias de que el ministerio de sanidad no permita realizar rebajas al comercio de barrio

El Ministerio de Sanidad no permite que los comercios realicen ofertas o rebajas en las tiendas físicas y así evitar las posibles aglomeraciones y que aumenten de esta manera el riesgo de contagio por coronavirus.

En estos momentos, el comercio de proximidad que está en la fase que puede abrir sus puertas al público, está trabajando a través de la recepción de los clientes en sus comercios con cita previa. La cuestión es porque no se puede seguir el mismo mecanismo pero potenciando el consumo de los ciudadanos través de la rebajas.

El pequeño comercio es el que sufre más con la prohibición de las rebajas en las tiendas físicas

Durante los últimos días se ha confirmado la prohibición que las empresas con tiendas físicas realicen rebajas. Es decir, la letra pequeña del Boletín Oficial del Estado (BOE) siempre acaba teniendo más controversia que los grandes anuncios realizados por el Gobierno.

En la segunda disposición adicional publicada en el BOE de las medidas de desconfinamiento por fases, el Gobierno establece una prohibición de realizar rebajas en los comercios que tengas tiendas físicas, y el motivo es para evitar que se produzca aglomeraciones innecesarias.

Esta limitación no afectará a las ventas en rebajas ni tampoco ventas en oferta o promoción que se realice a través de la páginas webs de los comercios, es decir, que los comercios pueden realizar rebajas a través de Internet, pero en sus tiendas físicas no pueden realizarlas.

Por tanto, esta prohibición supone un duro golpe al maltrecho bolsillo de muchos pequeños comercios, que tras más 2 meses con las tiendas cerradas y sus productos en el almacén, pretendían remontar el vuelo a través de la venta de parte de esos productos, aplicando descuentos, y así incentivar a los clientes que fueran a sus tiendas.

El pequeño comercio no digital tiene un futuro incierto

Los comerciantes estaban esperando vender sus productos amontonados en los almacenes durante estos meses de inactividad a través de las rebajas, aunque las rebajas de verano empiezan en julio.

Este tipo de descuentos a mitad de la temporada son más que habituales, ya que permiten dar salida a productos y, sin embargo, este tipo de descuentos sólo se podrán realizar por Internet. Afectando directamente al pequeño comercio tradicional que su desarrollo tecnológico es mínimo.

Es decir, este medida afecta a los pequeños comercios que no tienen presencia en las redes sociales, no tienen página web, etc. y que son los grandes castigados, ya que están formados por familias o como mucho por algún empleado.

Muchos de estos negocios son autónomos que durante el periodo de inactividad han solicitado el cese de actividad para poder sobrevivir, y ahora que pueden abrir sus puertas no pueden dar salida a todos los productos que tienen en sus estanterías.

Claramente esta medida ha encendido a la red de pequeños comercios, que ya esperaban unas perdidas de más de 25 mil millones de euros y miles de empleos perdidos por los efectos negativos del coronavirus.

Por tanto, el tan castigado comercio de proximidad, tendrá que jugar en nuevo escenario y tendrá una dura competencia entre aquellos comercios que tienen tiendas físicas y aquellos comercios que tengan tiendas físicas y presencia digital, a parte, de los conocidos comercios online, que los han estado castigando durante los últimos años.

Estos meses de confinamiento los españoles ha disparado sus compras a través del comercio online, lo que beneficiado a los grandes comercios de Internet como Amazon o Alibaba, mientras que los comercios con tiendas físicas no han hecho caja durante más de 2 meses.

Señores, ¡esto puede ser el fin del comercio de proximidad!

El pequeño comercio ha planteado, ante esta prohibición, que el periodo de rebajas se retrase hasta el mes de agosto. De esta manera, los comercios tendrían garantizados algo de tiempo para llegar al periodo de rebajas.

Este desplazamiento del periodo de rebajas ya se ha previsto por otros países, como es el caso de Italia, que ha retrasado este periodo hasta el primer día del mes de Agosto.

No es la primera vez que el comercio de barrio propone modificar el calendario de rebajas, ya que ha sido muy castigado por las ofertas del ‘Black Friday’ o el ‘Cyber Monday’.

El comercio tradicional ha sufrido durante años una guerra de precios en la que ha reducido mucho sus ingresos y muchos de estos comercios han tenido que cerrar sus puertas, por tanto, esta medida va ayudar a que más comercios de proximidad tengan que cerrar sus persianas.

Hasta el 2012 el periodo de rebajas se realizaba en un periodo en concreto, pero el Gobierno del PP levantó esta limitación para que poder estimular la demanda en tiempo de crisis económica, pero nunca se ha llegado a prohibir las rebajas.

En El Blog Salmón | Los efectos del coronavirus sobre la economía española van a ser peores que la crisis de 2008

Imagen | Flickr

Leer más
teletrabajo-(ii):-un-horizonte-todavia-borroso

Teletrabajo (II): un horizonte todavía borroso

Desde que la pandemia cambiara de manera tan brusca y profunda nuestros hábitos de comportamiento social y laboral, la pregunta sobre si estos cambios se van a estabilizar tras la crisis ha planeado sobre el debate público, y probablemente también ha sido objeto de muchas conversaciones privadas. El paso de las semanas bajo confinamiento parece haber ido debilitando el énfasis con el que, al principio, afirmábamos que la COVID-19 marcaría una cesura tajante en todos los aspectos de nuestra vida. Sin embargo, en el caso del teletrabajo ocurre más bien lo contrario. Se acumulan las informaciones indicativas de que esta modalidad de actividad laboral a distancia, normalmente efectuada desde el propio hogar, acabará consolidándose, lo que dispararía la (comparativamente pequeña) proporción de teletrabajadores  que España registraba antes de la crisis del coronavirus (como se puede leer aquí). Igual lo escuchamos por boca de la Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz (Podemos), que de algunos directivos de grandes empresas, de representantes de asociaciones empresariales o de expertos: todos ellos coinciden en que “el teletrabajo ha venido para quedarse”[1].

«La opinión compartida de que el teletrabajo “cada vez va a ir a más” se basa en una creencia: el confinamiento está proporcionando una gran oportunidad a los empleadores para comprobar que el teletrabajo rinde, por lo que su normalización permitiría ganancias en eficiencia»

A esta afirmación tan rotunda subyace la experiencia positiva que ha supuesto la  adaptación al teletrabajo por parte de decenas de miles de trabajadores durante el confinamiento (como se expone aquí). En efecto, a pesar de las difíciles circunstancias en las que se produjo la transición al teletrabajo en las primeras semanas de marzo, con escasa o nula planificación y aceleradamente, el experimento forzoso parece haber salido mejor de lo esperado. Cuando se levanten las restricciones a la libertad de movimientos y se atenúen las exigencias de distanciamiento social, muchos trabajadores que trasladaron las oficinas a sus casas volverán a sus centros de trabajo, pero parece muy probable que otros muchos que antes solo trabajaban presencialmente pasarán a desarrollar al menos una parte de su actividad laboral desde su hogar.

El potencial productivo del teletrabajo en España es considerable, como muestran sendas investigaciones recientemente publicadas por el Banco de España e IVIE.[2] Cuánto se desarrolle ese potencial va a depender, en gran medida, de las empresas y de los reguladores de la actividad laboral. Así lo creen los teletrabajadores que participaron en las conversaciones (a través de grupos triangulares) organizadas por Funcas en los primeros días de abril (véase aquí): “todo lo que no han hecho nuestros políticos y responsables de las empresas durante 20 años [por el teletrabajo], lo han hecho en un mes” [GT2, M].[3] La opinión compartida de que el teletrabajo “cada vez va a ir a más” [GT3, H] se basa en una creencia: el confinamiento está proporcionando una gran oportunidad a los empleadores para comprobar que el teletrabajo rinde, por lo que su normalización permitiría ganancias en eficiencia (habida cuenta de los ahorros derivados de la reducción tanto de los espacios de trabajo como del uso de determinados suministros y servicios en las oficinas). En cierto modo, la crisis del coronavirus ha legitimado el teletrabajo, poniendo en entredicho esa cultura laboral favorable a “que estés en la silla sentado y que vean que estás” [GT2, M]; una cultura, cimentada, al fin y al cabo, en la desconfianza y en la idea de que el buen desempeño profesional de los empleados (por cuenta ajena) necesita la proximidad de la dirección y supervisión.

¿Marca entonces esta crisis sanitaria el punto de inflexión hacia ese escenario de teletrabajo masivo en las economías avanzadas que preveían Alvin Toffler y otros autores en los años ochenta y noventa del pasado siglo?[4] Responder afirmativamente a esta pregunta entraña el riesgo de (volver a) infravalorar los inconvenientes y desafíos que contrapesan las tan celebradas ventajas del teletrabajo. Como argumentaba Yehuda Baruch a principios de este siglo,[5] las grandes visiones sobre el futuro del teletrabajo han tendido a pasar por alto una serie de dificultades significativas, resumidas en el Cuadro 1.

Cuadro 1

POSIBLES BENEFICIOS E INCONVENTIENTES DEL TELETRABAJO

Nivel Posibles beneficios Posibles inconvenientes/desafíos
Nivel individual * Mejora del desempeño y de la productividad * Menos oportunidades de integración
* Menos tiempo de desplazamiento * Menos interacción social
* Más autonomía * Más estrés doméstico
* Menos estrés relacionado con el trabajo * Menos influencia sobre el personal y las decisiones en el centro de trabajo
* Más tiempo con la familia * Menos seguridad laboral
* Única posibilidad de trabajar para mucha gente (por ejemplo, personas en situación de dependencia) * Menos opciones de promoción
  • Manejo de límites entre trabajo retribuido y vida personal
Nivel corporativo * Más productividad * Más dificultad para controlar y motivar a los trabajadores
* Oferta más amplia de mano de obra * Menos compromiso de los trabajadores
* Ahorro de espacio * Pérdida de ventajas del trabajo en grupo
* Ahorro de costes generales ⇒ Ataques informáticos y riesgos de seguridad en la transmisión de datos
* Menos absentismo • Soporte empresarial en todos los niveles
* Imagen (pública) de flexibilidad • Formación de personal y disposición de herramientas apropiadas
  • Organización/coordinación del trabajo
Nivel social * Menos desplazamientos, menos contaminación y accidentes * Creación de una sociedad autista (atomización y aislamiento de los individuos respecto a las instituciones sociales)

Fuente: Adaptado de Baruch (2000: 38). Con el signo “•” se han añadido los argumentos expuestos por Jon Messenger (Organización Internacional del Trabajo) en el vídeo “Five things to make teleworking work” (24 de marzo de 2020).  El signo “⇒” introduce un argumento que no suele especificarse en este debate, pero que reviste mucha importancia económica y jurídica para las empresas. Véase la página 19 de las transcripciones de los grupos triangulares, en las que uno de los participantes llama la atención sobre esta cuestión.

De todos los posibles inconvenientes o desafíos relacionados en el Cuadro 1, los que más pesan a los teletrabajadores que han participado en las conversaciones sobre teletrabajo organizadas por Funcas, son los que afectan a la interacción social y a la integración en una comunidad de compañeros de trabajo. Subrayando la calidad específica que la presencia física confiere a las relaciones no mediadas por dispositivos electrónicos, uno de los participantes insiste en el valor del “ambiente de trabajo en la oficina” y añade que “una reunión cara a cara no tiene nada que ver con una reunión por Skype” [GT2, H1]. Otro afirma con convicción que “las oficinas, o el ambiente, se necesitan, se necesitan” [GT3, H]. No es solo que esa interacción personal inmediata resulte más productiva o eficaz para alcanzar determinados objetivos (por ejemplo, la formación de nuevos trabajadores o de contratados en prácticas), sino también, y sobre todo, que se considera insustituible emocional o psicológicamente: “(s)e necesita tener ese contacto, tener ese compañerismo, el tomarte un café con alguien, el charlar; es decir, todo ese tipo de cosas (…), esa parte de sociedad la necesitamos” [GT3, H].

Dada imposibilidad de interacción social ‘real’ cuando se teletrabaja, hasta una participante que se reconoce “enamorada” del teletrabajo defiende una fórmula combinada: “no me gustaría teletrabajar constantemente, porque me gusta cambiar. Aunque sea funcionaria, ¡me gustan la emociones! Entonces, me gusta, de vez en cuando, la interacción con mis compañeros, el ir y el venir y salir de casa también, ¿no? (…) Yo veo que también el [trabajo]presencial tiene sus puntos importantes, yo lo ideal vería una combinación” [GT2, M].

«¿El teletrabajo ha venido para quedarse? La evidencia disponible no permite contestar todavía esta pregunta ni lo permitirá mientras persistan las circunstancias excepcionales en las que nos encontramos».

En general, podríamos decir que los teletrabajadores satisfechos (y, por tanto, de los que más motivación en el desempeño de su trabajo cabe esperar) son aquellos que –además de disponer de un espacio y un mobiliario adecuados para trabajar desde casa, así como también de los dispositivos e instrumentos que les permiten realizar su actividad laboral eficazmente– logran acordar con sus empleadores la combinación de trabajo a distancia y trabajo en presencia que mejor responde a sus necesidades y preferencias particulares. Los mejores contratos de teletrabajo serían aquellos “hechos a medida”, casi individualizados; las regulaciones rígidas que obstaculizan estas adaptaciones a la previsiblemente enorme casuística de teletrabajadores no favorecerían el desarrollo del buen teletrabajo. Por ello, siempre que se garantice la protección contra los riesgos laborales específicos de esta modalidad de empleo, la flexibilidad para acordar las condiciones de teletrabajo sería deseable. En todo caso, una estrategia empresarial de promoción del teletrabajo requeriría unos esfuerzos muy considerables en la gestión y coordinación de recursos humanos; es decir, un motor organizativo potente, capaz tanto de estimular el rendimiento de los teletrabajadores como de absorber los costes de transacción que vayan surgiendo cada día en el desarrollo del teletrabajo.  Si no se dan esas condiciones, el teletrabajo puede convertirse en un lastre para las empresas del que tratarán de librarse[6].

Finalmente,
también conviene tener presente un argumento circunstancial: la crisis del
coronavirus ha generado una situación inédita y dramática que ha suscitado
reacciones humanas también extraordinarias. Los “teletrabajadores del COVID-19”
han legitimado el teletrabajo porque no han escatimado esfuerzos ni tiempo para
contribuir a ese gran propósito social de salir adelante individual y
colectivamente, aportando todos lo mejor de cada uno. “No es un teletrabajo en
condiciones normales” [GT2, M] han repetido los participantes en las conversaciones
sobre teletrabajo; como reconoció uno de ellos, “si hiciéramos la jornada
estando en una situación normal, creo que sí que cortaríamos antes, o no
estaríamos tantas horas, no alargaríamos la jornada de trabajo, creo” [GT3,
M2].

¿El
teletrabajo ha venido para quedarse? La evidencia disponible no permite
contestar todavía esta pregunta ni lo permitirá mientras persistan las circunstancias
excepcionales en las que nos encontramos. Pero si, como se escucha ahora tan a
menudo, el teletrabajo va a cobrar gran protagonismo en el mercado de trabajo
español, habría que intentar que este cambio mejorara la satisfacción de los intereses
de todos los implicados.


[1] Véase, por ejemplo, “Trabajo anuncia
medidas para hacer permanente el teletrabajo tras la ‘cuarentena’” (El
Español
, 21/04/2020), “El teletrabajo ha llegado para quedarse porque es
eficaz (Jaime Guardiola, consejero delegado del Banco Sabadell)” (Expansión,
06/05/2020), “La patronal gaditana admite que ‘el teletrabajo ha venido para
quedarse’” (La Voz de Cádiz, 23/04/2020), “No puede sustituir al
trabajo, pero ha venido para quedarse” (Sur, 19/04/2020).

[2] Véanse Brindusa, A., Cozzolino, M. y Lacuesta, A. (2020), “El teletrabajo en España”, Madrid, Banco de España, y Peiró, J.M. y Soler, A. (2020), “El impulso al teletrabajo durante el COVID-19 y los retos que plantea”, Valencia, IVIE.

[3] Entre corchetes aparece la identificación del/de la participante en los grupos triangulares, tal como ya se hizo en la entrada “Teletrabajo I: de la necesidad, virtud”.

[4] Véanse, por ejemplo, Toffler, A. (1979), La tercera ola, Barcelona, Plaza & Janés, y Mahfood, P. E. (1992), Home work. How to hire, manage, & monitor employees who work at home, Illinois, Probus Publishing.

[5] Baruch, Y. (2000), “Teleworking: benefits
and pitfalls as perceived by professionals and managers”, New Technology,
Work and Employment,
15(1), 39-49.

[6] No sería la
primera vez, como ilustró el “caso Marissa Mayer” en febrero de 2013, cuando la
directiva de Yahoo irrumpió en los titulares de
la prensa económica internacional por ordenar a miles de teletrabajadores que
regresaran a las oficinas, con el argumento de que el teletrabajo estaba
deteriorando la calidad de los servicios que prestaba la empresa. Véase, por ejemplo,
Miller, C.C. y Rampell, C. (2013), “Yahoo
orders home workers back to the office
”, New York Times, 25 de
febrero.

Leer más
¿quieres-alquilar?-la-segunda-mitad-de-2020-vendra-con-buenos-precios

¿Quieres alquilar? La segunda mitad de 2020 vendrá con buenos precios

La incertidumbre vuelve al sector inmobiliario después que explotara la burbuja inmobiliaria. Las perspectivas para los próximos meses no son nada halagüeñas a causa del coronavirus y el alquiler vuelve a ser uno de los perjudicados.

El sector inmobiliario ha parado su actividad, se prevé una reducción de precios y una reducción de la demanda para las nuevas condiciones laborales de muchos inquilinos. El alquiler de viviendas, hasta hace unos meses tenías unas buenas perspectivas, teniendo rentas bastante abultadas que todavía no habían llegado a su máximo.

El mercado del alquiler empieza a trasladar los efectos del coronavirus al precio de los alquileres de inmuebles disponibles

A día de hoy, no se están firmado contratos de alquiler, ni se producen visitas a pisos por alquilar y las viviendas por alquilar que están sufriendo bajadas en el precio de la renta. Si no se produce una rápida reactivación de la economía se van a ver como los precios de los alquileres seguirán bajando.

En estos momentos el mercado de alquiler está viviendo un estado de hibernación desde el decreto de alarma sanitaria por causa del coronavirus. El parón de la movilidad de las actividades no indispensables, así como cese temporal de los desahucios, la renovación automática de los contratos de alquiler y una reducción de las compraventas, han dejado el sector inmobiliario en un estado de hibernación.

Los precios de los inmuebles parecen no haber sufrido todavía una caída en las grandes ciudades, pero todo llegará . Lo que si ha llegado es una retirada masiva de las viviendas anunciadas en los portales inmobiliarios, tanto para alquiler como para la compra.

¿Qué va a pasar con el precio del alquiler cuando acabe el estado de alarma sanitaria por el coronavirus?

En estos momentos, existen las ayudas para el alquiler aprobadas por el Gobierno para las familias, pero la gran duda que se plantea es que va a pasar con los precios de los alquileres cuando acabe el coronavirus.

El alquiler en el mercado inmobiliario se va a situar como una de las opciones más rentables, ya que la situación actual supone, sobre todo en las grandes urbes, que los inmuebles disponibles para alquilar ya no se utilicen como vacacionales y, por tanto, los arrendadores no le darán salida.

Es decir, habrá una exceso de oferta en el mercado de alquiler, y esto se une a la hibernación, lo más seguro que haya una reducción de los precios de alquiler, y la reducción de los precios va a depender de cuánto tiempo va a durar esta situación.

Por otra parte, se va a dar una dificultad para comprar inmuebles y esto probablemente va a generar un aumento de la demanda del alquiler en un futuro cercano, por tanto, se tendrá que ver en que nivel se va a equilibrar la oferta y la demanda de alquileres.

El segundo semestre del 2020 es clave para el precio del alquiler en España

Desde punto de vista de quien alquila un inmueble en las grandes urbes no habrá caídas significativas de los precios de arrendamiento a corto plazo, pero si al final entramos en una recesión, como todos los datos indican, y al final el precio de los alquileres descenderán.

En cuanto desde la perspectiva del arrendador, le interesa tener su inmueble alquilado lo antes posible, ya que lo querrá tener lo mínimo posible sin arrendar. Incluso los arrendadores aceptaran rebaja del precio si le cuesta alquilarlo.

El mercado del alquiler en España estaba por la nubes antes que llegará el coronavirus y gracias al coronavirus se va dar un proceso de reducción de precios.

En la segunda mitad del 2020 va a ser un semestre muy interesante para el precio del alquiler en España, ya que se van a conseguir mejores precios en los inmuebles de arrendamiento que los que podrá haber ya en 2021.

Los dueños de las viviendas están preocupados por toda la situación que se está viviendo por el coronavirus y prefieren alquilar sus inmuebles por debajo del dinero que estaba recibiendo hasta ahora para no dejar de recibir dinero.

El mercado de anuncios de alquiler se paraliza y se resienten los precios

En Madrid, desde el 1 de enero hasta el 14 de marzo, en el momento que se decretó el estado de alarma sanitaria, se registraron más de 31 mil ofertas de venta, cifra que ha descendido hasta las 10 mil. Es una reducción del 32 por ciento.

Por otra parte, los datos del alquiler antes del estado de alarma sanitaria, se contabilizaron alrededor de las 26,7 mil inmuebles anunciados en portales, una cifra que ha disminuido quedándose en 13,5 mil anuncios, casi se ha llegado a una reducción del 50 por ciento de los anuncios.

En Barcelona, también ha habido una reducción dentro del mercado inmobiliario, que ha pasado de las 12,2 mil ofertas a las 9,8 mil ofertas de venta, por tanto, se ha registrado un descenso del 20 por ciento.

En Barcelona también se ha producido una disminución de los anuncios de inmuebles alquilados, ya que han pasado de los 13,8 mil anuncios en plataformas de antes de la alarma sanitaria, hasta llegar a los 7,5 mil anuncios actualmente, es decir, casi ha bajado la oferta en un 45 por ciento.

Por tanto, se puede concluir que muchos de los arrendadores han decidido retirar sus inmuebles del mercado para no pagar por los anuncios de inmuebles que no se pueden alquilar, aunque los precios de los inmuebles no han sufrido grandes variaciones.

En Barcelona, antes del estado de alarma sanitaria, el precio del alquiler era de medio de unos 1.721 euros, es decir, 21,4 euros por metro cuadrado, mientras ahora el precio ha descendido a los 1.630 euros, es decir, 20 euros por metro cuadrado.

En El Blog Salmón | Moratoria del alquiler y sus efectos en el IVA e IRPF para empresas y familias

Imagen | Flickr

Leer más
tuup-cierra-una-ronda-de-150.000-euros

TUUP cierra una ronda de 150.000 euros

La empresa TUUP que forma parte del venture builder NODRIZA tech, adquiere una valoración de 1,5 millones de euros tras recibir una inversión de 150.000 euros.

TUUP une une psicología y tecnología para crear una herramienta que permitirá conocer en profundidad a los candidatos antes de entrevistarles Por otro lado, las personas podrán autoevaluarse para mejorar sus «soft.skills» (habilidades y competencias transversales).

La herramienta utiliza big data e inteligencia artificial para parametrizar test psicológicos que permiten el análisis de los candidatos.

TUUP está formado por un equipo de cuatro personas que trabajan para la empresa y además, cuenta con el apoyo del equipo de más de 70 personas del venture builder al que pertenece, NODRIZA tech. Desde el venture, proporcionan a TUUP estructura de áreas transversales para potenciar su actividad e impulsar un crecimiento sólido en el sector.


Leer más
mercados-de-valores-ante-la-pandemia

Mercados de valores ante la pandemia

Comparte esta entrada



Para gestionar adecuadamente una cartera de acciones es preciso dominar los modelos, conocer los fundamentales del mercado y no olvidar factores psicológicos. Tres elementos, hoy por hoy, difícilmente controlables. Desde que estalló la crisis de la covid-19 los mercados de valores ilustran notables diferencias geográficas. Historias distintas a los dos lados del Atlántico, que hoy son solo una parte de un problema global. En Estados Unidos, no sin muchas dificultades, se espera una recuperación económica y financiera algo más ágil que en Europa. Los mercados lo reflejan, sobre todo por el impulso de las grandes compañías tecnológicas. El índice Nasdaq ya registra valores positivos, de nuevo, para lo que llevamos de 2020.

Los resultados empresariales en Estados Unidos están siendo menos malos de lo esperado. La primera gran divergencia que reflejan los mercados se halla entre el mundo digital y el que no lo es. Por eso —y por falta de cohesión político-económica— en Europa hay muchas más dudas. Hay un mayor peso de sectores más castigados, en servicios como los financieros. Un informe de la semana pasada del Banco de Pagos Internacionales señala que las acciones de los bancos han sufrido un castigo en los mercados equiparable al de Lehman Brothers en 2008 y que probablemente los más resilientes se recuperarán más rápido. Los bancos europeos sufren más por un entorno de tipos de interés menos favorable, un modelo de negocio aparentemente menos adaptativo que el estadounidense, las mayores dudas de la recuperación europea y la falta de infraestructura institucional en la Unión Europea.

«El contexto actual es de abundancia de liquidez, escasez de rentabilidad y mucho riesgo. Mala combinación. Las pocas oportunidades de inversión con rentabilidades apreciables o las coberturas sofisticadas con bonos están solo al alcance de los inversores más privilegiados».

Santiago Carbó

Es difícil que los mercados anticipen una recuperación rápida, en “V”. Olvidémonos. Ni siquiera en Estados Unidos. Ya se está viendo en China lo difícil que es volver a los niveles precrisis. Ni el consumo energético, ni los pedidos industriales, ni el comercio exterior auguran un rebote suficientemente compensatorio en el corto plazo.

Hay otras intrahistorias de asimetrías bursátiles, más microeconómicas. El contexto actual es de abundancia de liquidez, escasez de rentabilidad y mucho riesgo. Mala combinación. Las pocas oportunidades de inversión con rentabilidades apreciables o las coberturas sofisticadas con bonos están solo al alcance de los inversores más privilegiados. Es difícil que queden oportunidades para inversores de a pie, fondos de pensiones y ahorradores en general. Un problema de nuestro tiempo que tardará en resolverse. La reacción de los bancos centrales vuelve a ser crucial a corto y medio plazo porque evitan el pánico y ponen coto a las primas de riesgo. Pero, a largo plazo, esta extensión de anomalías (financiación oficial y tipos muy bajos) ofrecerá pocos incentivos a un ahorro generalizado que, hoy por hoy, no ofrece apenas rendimiento para clases medias y difícilmente existe para clases bajas.

En este contexto de mercados parece tentador pensar que las Bolsas subirán y subirán cuando la recuperación económica se vaya visualizando. Claro que también podemos acordarnos de aquella frase de Keynes: “Los mercados pueden mantener su irracionalidad más tiempo del que tú puedes mantener tu solvencia”.


Este artículo se publicó originalmente en el diario El País.

Comparte esta entrada



Leer más
como-usar-tu-erp-para-fidelizar-a-tus-clientes 

Cómo usar tu ERP para fidelizar a tus clientes 

¿Puede ayudarme mi ERP en la fidelización de clientes? Si le preguntas a tu CEO, te dirá que tan importante es captar nuevos clientes como retener a los actuales, intentando que quienes ya han confiado en nosotros lo hagan de forma recurrente.  

  • Sin embargo, diversos estudios han demostrado, desde hace tiempo, que la fidelización de clientes es más barata que la adquisición de nuevas cuentas.  
  • Se calcula, además, que ganar un nuevo cliente puede ser entre cinco y 25 veces más costoso que retener a uno que ya confía en nosotros. 

Tener, pues, una cartera de clientes fidelizados resulta algo básico para la salud financiera de nuestro negocio. Por tanto, una de las primeras cosas que deberíamos tener clara es cuál es el índice de retención o fidelización de clientes que tenemos en nuestra empresa.  

El cálculo es más o menos sencillo, aunque puede ir variando en función de cuántos clientes nuevos consigamos y cuántos clientes perdamos o no repitan experiencia. 

¿Qué índice de retención es bueno y cuál nos indica que estamos en zona de peligro? El número que obtengamos de hacer este cálculo matemático no tiene por qué ser igual en todas las industrias ni en todas las empresas. Es más, puede que dependa mucho incluso del tipo de producto o servicio que ofrezcamos. Por eso, no hay una cifra mágica que deba consolarnos para saber si lo estamos haciendo bien o no. 

En cualquier caso, el objetivo siempre es aumentar la retención, lograr la fidelización de clientes. Conseguirlo puede ser tan fácil como darles la importancia que se merecen, estando atentos a sus necesidades, intentando dar respuesta a sus inquietudes y construyendo una relación de marca sólida. 

Algo en lo que, efectivamente, nuestra herramienta de gestión principal puede ser nuestro gran aliado. 

ERP: descubre nuestro software

Unifica las tareas cotidianas en una única


herramienta de gestión empresarial.

Más información

No solo de gestionar los recursos vive el ERP 

Este tipo de herramientas, al permitirnos gestionar y planificar nuestros recursos empresariales, también nos permiten fidelizar a nuestros clientes. 

Una de las primeras características de las que podemos echar mano es de los paneles de análisis que nos brindan. Para eso, evidentemente, debemos tener una buena base de datos, tanto de nuestros productos como de la calidad y soporte que han requerido, los plazos de entrega que han conllevado y los índices de devolución que hayamos podido experimentar. 

La analítica de datos nos puede ayudar a descubrir patrones ocultos, reconocer cuáles son las cuentas de mayor riesgo y cuáles los clientes que demuestran más fidelización.  

  • Además, bien configurados, estos paneles también nos pueden servir para predecir futuras necesidades de los clientes y anticiparnos a ellas para conseguir no solo nuevas ventas, sino mayor compromiso por parte del cliente.  
  • Por ejemplo, si sabemos que cada X años o kilómetros es recomendable cambiar las ruedas de un vehículo, podemos saber cuáles de nuestros clientes se aproximan a ese vencimiento para avisarles con antelación e, incluso, aprovechar una promoción para invitarles a que la tengan en cuenta. 

Mejora del producto y de la base de datos de cliente 

Cuando usamos un software ERP para la fabricación y el control de nuestros productos, podemos ver muy bien cuáles son las posibles incidencias que hemos tenido en su fabricación. Si tenemos en cuenta toda esta información no solo podemos hacer que mejoremos como empresa, sino que al hacer mejores productos también estamos mejorando la satisfacción del cliente y, por tanto, su fidelización. 

Además, esto también nos puede servir de inspiración para desarrollar nuevos productos o servicios asociados a los que tienen más éxito ente nuestros clientes. 

También podemos segmentar por zonas si algunos de estos productos tienen más o menos éxito en algunas de ellas. 

Hablando de segmentación, también podemos llevarla a cabo con los clientes, de forma que podamos personalizar las futuras acciones que realicemos con ellos.  

Por ejemplo, si nos dedicamos a la fabricación de muebles, podremos dirigir una promoción concreta a los que acaban de comprarnos una mesa para que también adquieran las sillas y evitar que reciban otras promociones que tengamos sobre esa mesa que acaban de adquirir. 

Control de stock e información de pedidos 

Sobre todo si vendes tanto físicamente como a través de una página web o aplicación, el ERP resulta fundamental para que el cliente sepa en todo momento si hay disponibilidad de stock del producto que quiere adquirir.  

No hay peor sensación que la de comprar un producto y recibir una llamada o mensaje al cabo de las horas lamentando que no hay stock. 

Gracias a esta solución, no solo tendrás optimizado todo tu inventario, sino que puedes crear alertas para que se minimicen las posibilidades de quedarte sin existencias. 

Una de las mejores maneras lograr la fidelización del cliente es contarle cómo está su pedido en cada momento. Gracias a esta herramienta corporativa, puedes compartir la información con el cliente sobre si su producto está ya en fabricación, si ha salido ya de tu fábrica y agradecerle, de nuevo, la confianza depositada en tu negocio. 

Si los clientes experimentan problemas con sus pedidos, los comerciales o el departamento técnico también pueden registrar las incidencias en el sistema, de forma que el departamento de atención al cliente sepa en todo momento lo que ha pasado y cómo poder solucionar el incidente.  

Evidentemente, si lo conectas e integras con un software CRM, la experiencia puede ser aún más enriquecedora. 

Sage

En este post te contamos cómo un software ERP es tu mejor aliado para fidelizar a tus clientes.

Está todo en la web 

Igual que cada vez compramos y vendemos más a través de Internet, con un programa ERP puedes hacer que muchos de los consejos que te hemos ido ofreciendo a lo largo de este artículo lo puedas hacer también en tu web. 

Por ejemplo, puedes habilitar que tus clientes puedan descargarse, y de forma segura, las facturas desde tu propia página. Y, cómo no, que vean en qué momento se encuentra el estado de su pedido. 

Incluso para las posibles incidencias de que se produzcan: puedes autorizar a un cliente a que abra esa reclamación y que pueda ir viendo en qué estado se encuentra, vinculando toda esta información a la que se va recogiendo en el sistema. Se trata de una buena forma de fomentar la transparencia con el cliente y que este se sienta más involucrado e informado de todo lo que le afecta. 

Además, es una manera de facilitar que los clientes puedan tener la información que necesitan en el momento en el que la buscan, sin necesidad de entrar en comunicación con algún empleado de la empresa.  

  • Puedes decidir qué tipo de documentos de soporte quieres ofrecer a cada cliente, en función del problema del que se trate.  
  • Es decir, no es lo mismo hacer un seguimiento de un retraso en la entrega que de un producto que ha tenido que ser reparado porque ha fallado una pieza, que debe pedirse a otro proveedor.  
  • También, podemos vincular estos documentos a otro tipo de información relevante para el cliente.  

Volvamos al ejemplo del vehículo:  

Si está en el taller porque ha fallado el motor de arranque, podemos enlazar esta incidencia con información sobre qué es exactamente la pieza averiada, por qué es importante, cuál es su función y qué pasa cuando se estropea. Es una manera de que los clientes vean que nos preocupamos por ellos y por transmitirles la información de manera cercana. 

O, simplemente, podemos dejarles a su alcance más información o su historial de ventas. 

Como vemos, las posibilidades de mejorar la fidelización de nuestros clientes con nuestro programa ERP son amplias y variadas. Ahora toca ponerlas en marcha. 

ERP: descubre nuestro software

Unifica las tareas cotidianas en una única


herramienta de gestión empresarial.

Más información

Leer más
economia-digital-en-tiempos-de-pandemia-(vii).-turing-y-el-rastreo-inteligente

Economía digital en tiempos de pandemia (VII). Turing y el rastreo inteligente

Llevado por el 75º aniversario de la victoria aliada y las metáforas bélicas sobre la pandemia, he vuelto a ver una serie documental grandiosa, La Segunda Guerra Mundial en color. Es un documento histórico impresionante que suscita el vértigo de que, en algunos momentos, la contienda podría haber caído hacia el lado oscuro. También proporciona la convicción de que las guerras las gana el arma más poderosa (la inteligencia), el que comete menos errores estratégicos y quien posee la mejor tecnología. Uno de los momentos críticos de la contienda fue la batalla de Inglaterra, que se decidió en parte por un “soldado” excepcional, Alan Turing. Este pionero de la inteligencia artificial ayudó a descifrar el código Enigma de los nazis, dando con ello una ventaja decisiva a los aliados. Turing fue un héroe, pero no era militar. Fue uno de los grandes científicos del siglo XX. La máquina (imaginaria) de Turing es la base de la teoría de la computabilidad, y merece estar en el very best de cualquier antología científica que se precie. Moraleja: para los tiempos que vendrán, de planes de reconstrucción, políticas industriales, etc… hay que invertir en ciencia básica. Quizás, en la próxima crisis, tendremos nuestro propio Turing.

Para ganar la batalla que estamos librando ahora también nos hace falta inteligencia, tecnología y estrategia. Hemos conseguido bajar la terrible curva de contagios y muertos con confinamiento, aislamiento social y parando la economía en seco. Esto funciona, pero es costosísimo; el reto ahora es despertar la economía sin subir los contagios. La experiencia internacional nos indica que la estrategia en la fase de desescalada se debe basar en 4 puntos: i) esperar a que la tasa de infección diaria sea muy baja –distancia social hasta entonces–, ii) disponer de capacidad para realizar tests masivos a la población, iii) aumentar la capacidad del sistema sanitario y proveer de equipos de protección al personal médico de primera línea, y iv) practicar el seguimiento de contactos de modo generalizado y efectivo para garantizar que podamos responder rápidamente a brotes de segunda ola. De hecho, los países que han conseguido el santo grial (baja tasa de contagios combinada con una actividad económica alta), es decir, Corea, Taiwan y también Alemania (véanse los datos de Kiko Llaneras en El País) han sido muy eficientes rastreando los nuevos contagios. En la primera entrada de esta serie en el blog ya advertíamos de la importancia estratégica de las aplicaciones móviles de rastreo para la desescalada. Ahora queremos reflexionar sobre cómo deberían ser diseñadas y acerca de los conflictos éticos y de privacidad que plantean.

Lo que Turing hacía al “decodificar” Enigma era volver atrás, recuperar el mensaje original antes de que la endiablada maquina lo codificase. Rastrear es básicamente eso: volver atrás. Una vez se identifica que una persona está enferma, hay que intentar averiguar dónde se ha infectado y a quién ha podido contagiar en los últimos 15 días. Este trabajo detectivesco no es sencillo. Imagine por un momento el número de contactos con otras personas que usted tendría si la actividad se recuperase y piense que, cuando se enciende la mecha, hay que identificar al contacto del contacto. La pandemia nos ha enseñado, por el camino doloroso, cómo explotan las progresiones geométricas (como le pasó en al famoso rey de la leyenda que quiso recompensar al inventor del ajedrez). Para esta tarea ingente, las aplicaciones de rastreo de contactos para los móviles pueden ser clave, porque pueden ayudarnos a gestionar esa capacidad inmensa de datos y nos permitirían saber quién necesita estar en cuarentena y quién no, facilitando con ello el relajamiento de las medidas de distanciamiento social.

«La gran decisión es si se apuesta por una arquitectura centralizada (que parece la apuesta de Reino Unido y Francia) o por una descentralizada, inicialmente liderada por Suiza y a la que, recientemente, se ha unido Alemania».

Juan José Ganuza

Las aplicaciones de rastreo que se están proponiendo en los diferentes países europeos están inspiradas en una empleada en Singapur, TraceTogether. Esta herramienta utiliza el bluetooth de los teléfonos móviles para rastrear los contactos de cada usuario. Cuando dos personas se encuentran a menos de una cierta distancia, durante un tiempo determinado, ambos teléfonos intercambian un código y registran ese contacto. Si uno se infecta (y esto se notifica al sistema), todos sus contactos en los últimos 14 días reciben una señal de advertencia, pero ningún dato de la persona contagiada, ni datos de geolocalización que permitan identificarla. Esta app es mucho más respetuosa con la privacidad (y, por tanto, más fácil de implantar en Europa) que sus alternativas chinas o coreanas, que utilizaban datos de geolocalización y los cruzaban con otras bases de datos.

«España no ha anunciado todavía si va a apostar por las apps de rastreo y qué sistema eligiría. La estrategia de esperar y ver es prudente, dada la incertidumbre. Es más importante elegir bien que ser primeros. Sin embargo, sería interesante abrir el debate».

Juan José Ganuza

Esta es la idea base, pero como siempre, el diablo (y también el éxito) está en los detalles. La gran decisión es si se apuesta por una arquitectura centralizada (que parece la apuesta de Reino Unido y Francia) o por una descentralizada, inicialmente liderada por Suiza y a la que, recientemente, se ha unido Alemania. En la arquitectura centralizada los datos de los contactos son almacenados y procesados ​​en un servidor controlado por una autoridad nacional, como un servicio de atención médica. El modelo de rastreo de contactos descentralizados, por el contrario, significa que unos identificadores (IDs) se almacenan localmente en el dispositivo (con un sistema de codificación aleatoria que rememora los tiempos de Enigma). Con el permiso del usuario tras un diagnóstico confirmado de COVID-19, el teléfono usa un servidor de retransmisión para enviar la información anonimizada a todos los contactos. Su teléfono usa un servidor de retransmisión para enviar la información anonimizada a todos los contactos. Este enfoque está respaldado por un protocolo de rastreo llamado DP-3T creado por criptógrafos suizos herederos de Turing y tiene dos ventajas: por un lado, garantiza la máxima privacidad , gracias a lo cual cuenta con el apoyo implícito del parlamento europeo; además, está alineado con una alianza tecnológica entre Apple y Google para lanzar un conjunto de herramientas digitales para desarrolladores (APIs), que facilitarán la compatibilidad de los teléfonos y mejorarán la funcionalidad de estas apps descentralizadas. La sinergia de las apps descentralizadas con la futura API de Apple y Google puede ser crucial, porque prácticamente la totalidad de los teléfonos móviles tienen un sistema operativo de una de estas dos compañías, lo que no solo reduce los posibles problemas de compatibilidad de los teléfonos, sino que hace que el sistema pueda funcionar en diferentes países. Por añadidura, ambos gigantes indican que el sistema puede entrar en funcionamiento con una sencilla actualización de los sistema operativo (aunque con el consentimiento del usuario), lo que facilitaría su distribución. La app puede actuar en un segundo plano, sin interferir con otras aplicaciones, reduciendo el consumo de batería y sus promotores garantizan que el sistema de codificación será efectivo y que la privacidad estará preservada.

España no ha anunciado todavía si va a apostar por las apps de rastreo y qué sistema eligiría.
La estrategia de esperar y ver es prudente, dada la incertidumbre. Es más
importante elegir bien que ser primeros. Sin embargo, sería interesante abrir el
debate, porque en la decisión que adoptemos habrá de ponderarse qué peso se le
concederá a la privacidad y cuánto a la efectividad. A mi apúntenme entre los
que, en una situación económica y de salud pública tan grave como la actual, me
decante por la efectividad, con algunas salvaguardas que luego explicaré.

Un sistema centralizado tiene muchas ventajas en términos de efectividad. Lo primero es que el rastreo inteligente no acaba con las aplicaciones móviles. Detrás de la  máquina de decodificación que diseñó Turing había mucho esfuerzo humano que completaba los huecos y trasformaba la información en decisiones estratégicas. La información que se genere con las apps de rastreo debe ser complementada con un ejército de rastreadores del sistema de salud, que además haga los tests y el seguimiento a las personas infectadas y en cuarentena. Es de esperar que, en un sistema centralizado, la interacción entre rastreadores digitales y humanos sea más efectiva. El sistema centralizado permitiría, además, usar la información sanitaria para calibrar mejor el sistema digital (por ejemplo, el tiempo y la distancia que determinan cuándo hay que informar de un contacto deberá depender de la situación de la pandemia). Un tema delicado es la potestad de comunicar al sistema el estado de salud. En un sistema centralizado, la autoridad sanitaria puede tomar esa decisión. En el caso de un sistema descentralizado extremo, solo podemos confiar en que el individuo lo haga por motivos altruistas.

El principal problema del sistema centralizado es, sin
duda, la privacidad. Muchas personas preferirían limitar la capacidad de las
autoridades (o de un pirata informático) de usar los registros de un servidor centralizado
para rastrear individuos específicos e identificar sus interacciones sociales.
Otras confían en las autoridades sanitarias como garantes de la privacidad de
sus datos y priman sobre todo la efectividad, lo que podría implicar la recopilación
de datos no solo de contactos, sino también de localizaciones. Si varias
personas de contagian en un mismo lugar (bar, colegio, etc..), ¿no querríamos
saber dónde está localizado ese foco?

Mi posición respecto a la privacidad la resume muy bien el comunicado de la Agencia de Protección de Datos (APD): “Esta situación de emergencia no puede suponer una suspensión del derecho fundamental a la protección de datos personales. Pero, al mismo tiempo, la normativa de protección de datos no puede utilizarse para obstaculizar o limitar la efectividad de las medidas que adopten las autoridades competentes, especialmente las sanitarias, en la lucha contra la epidemia”. Por ello pienso que las autoridades sanitarias, que no tienen un conflicto de interés –que sí podría presentar una empresa– están bien posicionadas para ser los gestores de nuestros datos. De hecho, gestionan cotidianamente datos muy sensibles sobre nosotros y respetan cotidianamente nuestra privacidad. Por otra parte, se generarán protocolos éticos y normas de actuación sobre la forma de gestionar datos sensibles. Ahora tenemos normas que permiten dar asistencia sanitaria a emigrantes ilegales, sin comunicar su situación a la policía y si se la informa solo cuando existe riesgo de maltrato infantil. Por último, en la regulación de la privacidad es frecuentemente mejor establecer un control a posteriori que un control a priori. El argumento es que, si una actividad es con frecuencia socialmente positiva y solo excepcionalmente negativa, al realizar un control ex ante, debemos incurrir en numerosos costes de control; es eficiente hacerlo solo ex post cuando se producen señales de costes sociales. En definitiva, los incentivos a hacer un uso responsable de los datos sanitarios se pueden garantizar con multas e incluso sanciones penales.

Pero priorizar la efectividad no conlleva necesariamente apostar por un sistema centralizado. Hemos comentado con anterioridad las ventajas tecnológicas y de compatibilidad que van a tener las soluciones descentralizadas que usen la plataforma de Google y Apple. Seguramente, de este proceso surgirán soluciones hibridas que intenten combinar las ventajas de ambos sistemas. Aunque Europa llegó tarde al uso de estas apps para contener la pandemia, confiemos en que podamos liderar conjuntamente su desarrollo en la etapa de desescalada y acortar el tiempo que tardemos en recuperar una normalidad sin adjetivos.

Leer más
«nueva-normalidad»:-lenguaje,-percepciones,-habitos,-tendencias-y-riesgos

«Nueva normalidad»: lenguaje, percepciones, hábitos, tendencias y riesgos

Siguiendo con las reflexiones que inicié en esta casa sobre la realidad geoeconómica derivada de la gran pandemia de coronavirus, primero en China y después desde una persectiva global, hoy nos centraremos en un concepto tan manido y peligroso como el de "nueva normalidad".

Manido, porque sin ser para nada nuevo, su uso y abuso amenazan en convertirlo, recurriendo a la RAE, en algo sobado, ajado, pasado de sazón, sin ningún significado preciso. Peligroso, porque el resultado inevitable de este período extraordinario que estamos sufriendo, de alcance global y duración indeterminada, es todavía una incógnita impredecible y no una realidad fabricada por un gabinete político o un laboratorio de expertos. Es más, el tiempo que transcurra desde el progresivo retorno a la actividad económica y social hasta el hallazgo y distribución de una vacuna que permita controlar la enfermedad de manera efectiva, seguirá siendo tan excepcional, transitorio y poco normal como ahora. Como bien apunta Javier Lascuráin, Director general de la Fundéu BBVA:

"Para saber si esta etapa de nuestras vidas alcanza esa consideración, no hay más remedio que esperar a que esa normalidad deje de ser nueva y podamos verla con una cierta perspectiva".

Handshakes 930178 1920

Percepciones y hábitos

Más allá de los vericuetos tramposos del lenguaje, es cierto que el coronavirus nos ha impuesto, sea por ley, miedo o necesidad, una serie de hábitos como la higiene personal, el distanciamiento social, la previsión o la acumulación, que podrían perdurar en el tiempo. O no. Ya hemos visto como, una vez que las cifras de la pandemia decaen, el número de fallecidos disminuye, los hospitales dejan de estar colapsados y las medidas de confinamiento se relajan, esos hábitos parecen relajarse notablemente en muchos ciudadanos, aunque no en todos. Como bien apunta Elizabeth Svoboda, los supervivientes de eventos traumáticos colectivos tienden a estar especialmente atentos en situaciones que les hicieron sufrir de manera extrema en el pasado: "cuando las personas se ven obligadas a reaccionar ante un virus mortal que corre desenfrenado, pueden estar especialmente interesadas en mantener a raya a los futuros virus".

En este sentido, es muy probable que nuestra sociedad de "darse la manos y abrazarse" tarde mucho en regresar, que seamos mucho más conscientes de la incertidumbre que preside nuestras vidas y modifiquemos en consecuencia nuestra forma de vivirlas, que nuestra necesidad de protección gubernamental prevalezca sobre la de la libertad (con las inquietantes consecuencias que eso conlleva) y que nos debatamos entre reforzar los lazos de solidaridad social o perseguir a toda costa la supervivencia de nuestro entorno inmediato. Todo este río revuelto de comportamientos sociales e individuales irá conformando sin duda la realidad de los próximos años, en todos los ámbitos y, como siempre ha ocurrido en la historia de la Humanidad, allí estarán los pescadores habituales en busca de sus ganacias, ya sean honestas o espurias.

Tendencias

Dicho esto, a estas alturas ya resulta posible vislumbrar ciertas tendencias, más allá de las geoeconómicas, que podrían consolidarse en el futuro como consecuencia del COVID-19. Algunas de ellas venían ya de lejos pero han cobrado un nuevo impulso, otras han surgido de la necesidad y parece que van a permancecer. Por último, hay un tercer grupo de serias candidatas a colarse en nuestras rutinas diarias de no mediar un cambio sustancial en la evolución de la pandemia. A continuación haremos una breve enumeración de algunas de las que nos tocan más de cerca como trabajadores y consumidores.

Hand 3020729 1920

1. Un entorno laboral cambiante.

  • La videoconferencia y el teletrabajo se han disparado durante la pandemia, por obvia necesidad, La pregunta clave es si este período forzado conducirá al despegue definitivo de esta forma de trabajo, o seguirá siendo un recurso de emergencia.
  • En este sentido, parece claro que el esfuerzo realizado por administraciones y empresas no quedará en saco roto. Habiéndose comprobado que la productividad no está necesariamente ligada al presencialismo en numerosos sectores, es muy probable que se modifiquen estructuras organizativas y procesos de trabajo. Veremos menos reuniones en persona, oficinas más pequeñas, más flexibilidad y más procesos distribuidos en entornos virtuales.
  • A su vez, surgirán nuevos retos derivados de esta realidad laboral: tecnológicos, de seguridad, fiscales, psicológicos y de disponibilidad de la fuerza laboral.

2. Un mundo más digital, en remoto y virtual.

No sólo en el trabajo crece la interacción a distancia. El despegue y la universalización de las telecomunicaciones, el auge del ciberespacio como nuevo entorno global de operaciones, la digitalización, la inteligencia artifical, la robotización y la impresión 3D están aportando de manera cada vez más acelerada soluciones a las restricciones físicas mundiales y al confinamiento ciudadano.

  • La enseñanza virtual y la atención médica remota son también dos realidades en expansión debido al COVID-19: explotan las mismas tecnologías que el teletrabajo, ofrecen nuevas oportunidades e imponen asimismo retos adicionales a administraciones, empresas, familias y consumidores individuales, pero han venido para quedarse.
  • El comercio online, que ya despegaba con fuerza antes de la expansión el coronavirus, puede recibir el impulso definitivo, como ya se ha visto en China. Hablamos de tendencias como la personalización a nivel individuo; el uso intensivo de la IA, asistentes y chatbots; el comercio B2B; la visualización interactiva de productos y el "live streaming".
  • A su vez, las cadenas de suministro, que han demostrado su fragilidad durante la pandemia, se enfrentan a nuevas formas de gestión derivadas de la adopción acelerada de tecnologías ya no tan emergentes: el Big Data, el Internet of Things, la computación en nube, la impresión 3D y el blockchain serán los nuevos amos del proceso.
  • Las experiencias virtuales cobran cada vez más relevancia en sustitución o como complemento de las físicas: no sólo en los videojuegos y los deportes, sino también en los viajes, reuniones sociales, consumo, etc. La identidad y el estatus social virtuales ya no resultan temas de ciencia ficción.
  • Todo lo visto también tendrá su reflejo en las transacciones económicas diarias: si ya existía una presión creciente para eliminar el dinero físico como medio de pago, el coronavirus no ha hecho más que acentuarla, al ser los billetes y monedas posibles transmisores del virus. Los pagos digitales se imponen como medio seguro, rápido y, no olvidemos, mucho más controlable por las autoridades.

3. La gran incógnita del turismo, la hostelería y restauración.

  • Un reciente estudio sobre el impacto global del COVID-19 sobre la industria del turismo identifica los enormes retos que afronta esta industria: identificación y seguimiento de los turistas, nuevos procedimientos para facilitar los viajes y el cruce de fronteras, la seguridad y salud de los pasajeros, y la prevención en los países receptores de posibles amenazas provenientes del extranjero. El reto es enorme: todos los establecimientos, procesos de negocios, sistemas de gestión y medios de transporte estarán sometidos a una prueba de stress como nunca han sufrido.
  • Se apuntan numerosas tendencias: encarecimiento del transporte aéreo versus crecimiento del viaje por carretera; cambios de preferencia en los destinos más populares, con refuerzo del turismo interior; disminución del turismo de negocios y congresos; pérdida de relevancia de los eventos multitudinarios; disminución de los viajes en grupo; caída drástica del turismo de tercera edad, los viajes de estudios y las lunas de miel; caída de los precios de los hoteles de lujo; preferencia por el turismo de naturaleza; mejor atención al cliente...
  • Con respecto a la restauración, el impacto del coronavirus se hará sentir en diversos ámbitos, y se espera que por largo tiempo: recuperación del valor de las marcas de alimentación que garanticen seguridad y se identifiquen con hábitos sanos; florecimiento de la cocina casera; proliferación de los chefs online y de los chefs a domicilio; reinvención de los restaurantes, en espacios, cocinas y servicio, incorporando definitivamente el canal digital y la comida para llevar; servicios mucho más personalizados ante la menor asistencia física de clientes; disminución de la comida callejera y de los puestos móviles;tecnología, tecnología y tecnología para reducir esperas y contactos; disminución de los banquetes, los eventos sociales y el catering;adiós a las tapas y a la comida para compartir entre amigos, al menos por un tiempo...

Traffic Lights 2147790 1920

Riesgos

Podríamos seguir con el apartado de tendencias durante varios párrafos más, pero alargaríamos innecesariamente esta entrada. La verdad es que todos los sectores de nuestra vida cotidiana se ven y se verán afectados en mayor o menor medida; creo que la visión ofrecida es más que suficiente para atisbar el futuro próximo en otros ámbitos, al ser las dinámicas similares. Sin embargo, no quisiera despedirme sin apuntar que tales novedades van acompañadas también de riesgos personales, sociales, económicos, tecnológicos y de seguridad. Algunos son emergentes e inherentes a la nueva coyuntura, otros, viejos conocidos con perfil renovado. De todos ellos nos ocuparemos en la próxima entrada de esta serie. Hasta entonces, no pierdan el ánimo, la curiosidad, el sentido crítico y las ganas de aprender.

Never surrender, queridos lectores.

Leer más

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies