La inversión en bolsa genera ideas muy curiosas en la mente de la gente. El cine nos ha contado historias muy rocambolescas y extravagantes de Wall Street, algunas de ellas ciertas, sin duda. Inversión con información privilegiada, audacia o simplemente gente muy sesuda trajeada mirando gráficas muy fijamente y adivinando lo que iba a hacer cierta empresa.
Sin embargo últimamente la realidad es mucho más aburrida. La inversión pasiva está triunfando, incluso en países como España. Que Indexa Capital supere los 1.000 millones de euros gestionados es todo un hito y nos muestra cómo los roboadvisors se están comiendo el mercado en todo el mundo.
Todo empezó con Bogle
John C. Bogle fue un inversor americano que sin duda cambió el rumbo de la inversión. Inicialmente trabajó para un fondo de inversión tradicional, pero en 1974 creo Vanguard Company con una idea revolucionaria: en lugar de intentar batir al mercado con una selección de acciones audaz, simplemente lo replicaría.
Así surgieron los fondos indexados, que simplemente invierten en todas las empresas del índice que tratan de replicar. Una idea que en su día choco bastante, ya que era quedarse con la mediocridad en lugar de intentar batir al mercado.
Pero en la práctica es una revolución. Si se miran los datos, muy pocos gestores son capaces de batir al mercado. Y de forma continuada la lista es aún más reducida. Y para lograrlo estos fondos incurren en gastos muy altos.
La inversión indexada empezó con Bogle y su empresa Vanguard
La idea de Bogle con sus fondos Vanguard que replicaban índices era que hacer esta replicación es muy barato: no se necesita una horda de analistas que estudien las empresas, solo unos pocos ejecutores que sigan al índice. Ese extra de rentabilidad que proporcionan unos gastos más bajos en el largo plazo acaba batiendo a casi todos los fondos activos del mercado.
A este tipo de inversión se la suele denominar indexada (por razones obvias) o pasiva, en contraposición a la gestión activa que necesita del trabajo de un grupo de expertos seleccionando empresas en las que invertir.
Incluso en inversión pasiva había que elegir dónde invertir
Sin embargo la gestión pasiva sigue requiriendo de ciertas decisiones, como en qué índices invertir o qué proporción de renta fija o variable se selecciona.
Al final el inversor particular que invierte en índices tiene que realizar un trabajo de forma personal para lograr que sus inversiones estén diversificadas, no solo en muchas empresas (esto ya se hace invirtiendo en un índice) sino también de forma geográfica o sectorial.
Los roboadvisors unen lo bueno de la gestión indexada y la gestión activa
No es hasta 2008 cuando aparecen en el mercado estadounidense los primeros roboadvisors. Estos proporcionan al cliente una combinación de fondos pasivos donde invertir con unas proporciones adecuadas al perfilado de riesgo y edad del cliente. Además también realizan rebalaceos, es decir, si la parte de renta variable sube mucho, venden parte de estos fondos para comprar renta variable y mantener la proporción estable, y viceversa.
Con este tipo de estructuras se tiene lo mejor de los dos mundos: la tranquilidad de que las inversiones están bien estructuradas y diversificadas (como en una buena inversión activa) y los bajos costes y rentabilidad de la inversión pasiva.
Los indexados llegan a España
No es hasta 2015 cuando esta inversión indexada y estructurada llega a España, precisamente con Indexa Capital. Al poco tiempo surgieron otros, como Finizens, Finanbest o Inbestme, pero Indexa les tomó la delantera en cuanto a clientes y cantidad gestionada.
Todos son bastante parecidos a lo que empezó en EEUU en 2008: por un lado perfilan al cliente con una serie de preguntas. Así determinan si serán capaces de soportar algo más de volatilidad a cambio de mayor potencial de rentabilidad. Y una vez asignado el perfil, invierten en fondos indexados en ciertas proporciones. Cuando estas proporciones varían, por los vaivenes del mercado, realizan rebalanceos para igualar de nuevo las proporciones.
Indexa Capital triunfa en España
Hace unos días Indexa Capital superó los 1.000 millones gestionados en España. En solo 6 años ha logrado ser la segunda gestora independiente (no vinculada a un banco) con más patrimonio gestionado de nuestro país.
Y no es de extrañar: en los rankings de rentabilidad destaca, sus bajadas de comisiones según suben en volumen son constantes y la volatilidad es bastante razonable.
Y no solo eso, sino que desde 2020 es una empresa con beneficios, lo cual ayuda a la sostenibilidad de sus inversiones. De hecho es el único roboadvisor español con beneficios y seguramente uno de los pocos del mundo, ya que la mayoría de los roboadvisors están en fase de crecimiento y prefieren «quemar» capital para darse a conocer. Indexa Capital, en este aspecto, es algo más conservadora, intentando no realizar ampliaciones de capital y reinvirtiendo beneficios para crecer de una forma menos apremiante.
El futuro de las inversiones
Indexa Capital nos muestra cómo es el futuro de las inversiones: con unos productos estructurados según unos perfiles, con unas carteras basadas casi exclusivamente en fondos indexados y unos gastos relativamente bajos para no merme la rentabilidad.
Los lobos de Wall Street están pasados de moda. Las inversiones del futuro serán aburridas, no darán para hacer una película de Hollywood, pero desde luego serán rentables y con pocos sobresaltos.
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