Uno de los problemas financieros más comunes en EEUU es la deuda por tarjeta de crédito. Cuando leía sobre este asunto hace década y media me sorprendía mucho, pero este fenómeno ya hace tiempo que llegó a España (aunque no en tanta magnitud como en el otro lado del atlántico).
Y es que endeudarse con una tarjeta de crédito es muy fácil, parece muy cómodo. Y los tipos de interés son excesivamente altos. Por tanto se puede concluir que usar una tarjeta de crédito no es una buena idea financiera. Y sin embargo el uso de algunas tarjetas, con unas pocas reglas, puede hacer ganar dinero a sus usuarios.
El problema de las tarjetas de crédito
El principal problema de las tarjetas de crédito es que el tipo de interés de la deuda es muy alto. No es raro que superen el 20% TAE, lo cual es una burrada comparado con cualquier crédito de consumo (que bien puede rondar un tipo de interés que sea la mitad).
El otro problema de las tarjetas de crédito es que las hay revolving. Esto implica que el saldo no pagado se acumula para el siguiente mes (incluso intereses no pagados) y la bola de nieve se va acumulando. Ha habido sentencias en España en contra de este tipo de tarjetas.
Por tanto a la hora de usar una tarjeta de crédito hay que huir del pago aplazado. Normalmente las tarjetas no cobran intereses por el pago a fin de mes, es decir, al ir pagando con la tarjeta durante el mes el saldo se acumula y al final de mes nos llega el recibo con todas las compras. Esta forma de actuar es gratuita y, por tanto, conveniente.
En el caso de que se necesite de verdad un crédito para un gasto concreto siempre merece la pena más usar al banco habitual o a una entidad de crédito antes que tirar de la línea de crédito de la tarjeta.
El cashback de las tarjetas
Otra cosa que era bastante habitual en EEUU y ahora también en España es que las tarjetas ofrezcan algún tipo de cashback. ¿Y qué es el cashback? Pues una devolución de un porcentaje de lo gastado. La lógica detrás de esto es que los emisores de las tarjetas de crédito cobran un pequeño porcentaje cuando se realiza una compra con ella. Esta comisión no la paga el consumidor, sino la tienda.
Y en el afán por atraer nuevos clientes algunas tarjetas de crédito empezaron a pagar una parte de esta comisión al usuario de la tarjeta. Es decir, al realizar una compra de 100 euros seguramente la tienda tenga que pagar 1 euro de comisión, que cobrará el emisor de la tarjeta y el banco asociado. Y si el usuario de la tarjeta ha elegido bien seguramente podría cobrar 20 céntimos de dicha transacción.
No estamos hablando de cantidades muy grandes, al menos en España, pero si se realizan muchas compras a lo largo del año este tipo de tarjetas pueden proporcionar ingresos anuales de 50-100 euros fácilmente.
¿Qué tarjetas son recomendables y cómo usarlas?
Es importante saber que normalmente estas tarjetas, al menos en España, no suelen devolver el dinero de forma directa. Algunas lo hacen pero los porcentajes son bajos o existen algunas limitaciones. Normalmente las tarjetas devuelven puntos en algún tipo de programa que luego permiten canjearlos por productos.
Antes de mirar qué tarjetas son recomendables hay que hacer un estudio de dónde se gasta el dinero a lo largo del año. Si por ejemplo se hace la compra en Carrefour su tarjeta de crédito merece bastante la pena pues devuelve el 1% de las compras que se hagan fuera de este establecimiento (excepto competencia) en cheques ahorro. Además proporciona un 8% de descuento en sus estaciones de servicio.
Existen también tarjetas similares en Worten, Mango y Cortefiel, pero claro, no es tan habitual realizar compras importantes a lo largo del año en dichos centros. Si fuera así merece la pena tenerlas, pues devuelven también un 1% de las compras fuera del establecimiento en cheques y además ofrecen descuentos en las propias tiendas.
Si el gasto en combustible es significativo a lo largo del año merece la pena estudiar las tarjetas de las estaciones de servicio. La que proporciona más ventajas es Cepsa, pues ofrece un 1% de devolución en todas las compras fuera de sus estaciones (con un límite de 30 euros al año) y un 6% en las compras dentro de sus gasolineras (también con un límite de 30 euros al año).
La VISA Naturgy tampoco está mal. Aparte un plan de bienvenida ofrece un 0,5% de devolución en todas las compras que se puede canjear con descuentos en la factura o con cheques en Amazon. Algo similar ofrece la tarjeta Vodafone, con un 0,2% de devolución en descuento directo de la factura.
Wizink Me es de las pocas tarjetas que ofrecen devolución directa, no un programa de puntos. Ofrece una devolución del 3%, pero hay que elegir categorías a las que aplicar las devoluciones y con un tope de 6 euros al mes.
Por tanto, existen en el mercado español bastantes tarjetas con cashback, pero hay que estudiar bien el perfil de compras para ver si merecen la pena. Es importante, eso sí, no caer en la trampa de la deuda revolving y pagar siempre a fin de mes. Esto permite sacar partido de estas tarjetas y que sean realmente rentables y no un agujero negro de gastos. Además también es importante comprobar que no tienen comisión anual de mantenimiento, ya que de lo contrario puede que no salga a cuenta.