La crisis desatada por la covid-19 en el ámbito del turismo va cobrando protagonismo a medida que avanza la temporada veraniega, en la que se suceden preocupantes noticias como la cuarentena recientemente impuesta por Reino Unido a los viajeros procedentes de España. Se trata de una crisis de intensidad y duración mayor que en otros sectores, lo que es un hecho especialmente relevante para un país como el nuestro, en general, y más en particular para determinadas comunidades autónomas.
Funcas celebró el pasado 16 de julio un evento virtual con el doble fin de analizar, por un lado, el importante impacto económico que la pandemia está teniendo sobre el sector y, por otro, reflexionar sobre las posibles estrategias que le permitan afrontar el futuro con garantías. En el acto participaron Aleix Calveras, profesor de la Universitat de les Illes Balears, y Raúl Hernández Martín, director de la Cátedra de Turismo de la Universidad de La Laguna, moderados por Juan José Ganuza, director de Estrategia y Economía Industrial de Funcas.
Aleix Calveras planteó que en el caso del turismo la crisis se manifiesta en cuatro dimensiones que se solapan. Se trata de una crisis de salud pública, combinada con una crisis de movilidad, económica y de cambio en el comportamiento de los turistas. De este modo, la demanda turística se ve afectada por cambios en la renta de los consumidores, en los precios y en las preferencias, junto a un cambio en el marco de seguridad y movilidad. De cara al diseño de políticas, afirmó, es importante tener en cuenta algunas particularidades del sector, como la necesidad de usar un enfoque de demanda, las asimetrías de información, el papel estratégico del transporte, los problemas de gobernanza, la estacionalidad o la segmentación del mercado. En base a estas premisas valoró algunas medidas planteadas por el Plan de impulso para el sector turístico y planteó algunos retos y estrategias para la política turística durante y después de la pandemia.
Para Raúl Hernández, la causa del desproporcionado impacto en el sector es el alto contenido social del consumo y la producción turística (en el transporte, alojamiento, etc.). Y la consecuencia es que, sin tener la pandemia bajo control, bien sea mediante una vacuna, bien mediante la correcta implementación de todas las medidas de la ‘nueva normalidad’ (distancia social, protocolos sanitarios, trazabilidad, etc.), la reactivación turística no será posible: la demanda no despegará por miedo al contagio. Por tanto, según Hernández la estrategia turística debe primar la seguridad sanitaria, lo que implica: (i) reactivación basada en pocos (y elegidos) turistas; (ii) rediseño del producto turístico a nivel de empresas y de destino, con la seguridad sanitaria en mente; y (iii) papel activo de los gobiernos en el control y la supervisión de los protocolos adoptados por lo agentes económicos.
Puede ver aquí la grabación íntegra del seminario Una estrategia para el sector turístico en tiempos de pandemia.