Reducción de costes no es perder autonomía ni perjudicar
Muchas veces tomamos la reducción de costes como algo negativo, pensando que supone un perjuicio sobre el trabajo de los demás, o sobre la empresa en sí. Por ejemplo, si te dijeran en la empresa que hay que reducir costes, lo primero que pensarías es en despidos. Pero, ¿y si se pudiera hacer de otra manera?
A veces, no hay más remedio que hacer esto, pero otras veces lo único que hay que plantear es una gestión estratégica de todos los costes que se tienen. En otras palabras, valorar los costes y el beneficio que estos pueden tener, o el perjuicio, para saber si se pueden tener de manera más eficiente. ¿Y eso qué implica? Por ejemplo:
- ¿Tienes máquinas y equipos parados un tiempo sin hacer uso de ellos?
- ¿Aplicas las nuevas tecnologías a tu trabajo?
- ¿Apuestas por la calidad en el servicio?
- ¿Desperdicias tiempo y dinero en aspectos que podrían automatizarse o hacerse más baratos?
Si has respondido que sí a alguna, ya tienes una reducción de costes que aplicar. Pero vamos más allá.
Ideas para la reducción de costes «con cabeza»
Con ello nos estamos refiriendo a que hagas una auditoría de tu empresa y de todos los procesos que se realizan en ella. Desde que abres hasta que cierras. El motivo de esto es ver si hay algún aspecto que pueda mejorarse para ser más competitiva y productiva. Pongamos un ejemplo. Imagina que tienes una tienda y das servicio para envolver los productos para regalo. Tienes a una persona contratada para eso. Pero mientras que le piden o no le pide, está parado. ¿Por qué no ocuparlo en otros menesteres que pueda dejar en el momento en que alguien necesita que le envuelvan un regalo? Máquinas paradas, trabajadores sin poder avanzar, productos que no salen… Tienes que establecer una cadena de «montaje», aun cuando no tengas eso en tu empresa. Sí, no echarlos. Formarlos. Y esto debes verlo como una inversión. No solo vas a mejorar la calidad del servicio que te dan, sino que habrá menos errores, mayor productividad (porque se sentirán apreciados por la empresa) y un mejor rendimiento laboral. ¿Qué implica? Más esfuerzo, motivación y lealtad. Hay veces que la reducción de costes conlleva la externalización. Es decir, buscar una forma de seguir haciendo lo mismo pero sin tener que correr con todos los gastos. Te ponemos un ejemplo. Imagina que tienes una editorial. Sin embargo, la máquina que encuaderna solo la usas una vez al mes. ¿De verdad te compensa el coste de esa máquina? ¿No sería mejor recurrir al renting de ella, pagarlo y usarla esa vez? No solo evitas gastos de mantenimiento y un operario que sepa cómo se usa, sino que pasas a tener más espacio y a no gastar tanto. Todo proceso que se pueda automatizar, hazlo. Pero cuidado, porque a veces prescindir al máximo de la mano de obra «humana» hace que los resultados no tengan «personalidad», que no terminen de llegar a los clientes. A veces no hay otra forma de reducir los costes que estudiar cuáles de ellos son prescindibles. Irremediablemente puede suponer despidos, pero esto se lleva a cabo siempre en última instancia porque, si se puede hacer de otra manera, se debería hacer. Revisar los costes de fábrica, transporte, mensajerías, personal… es parte de la auditoría que te hemos propuesto antes. Pero en este caso, no solo hablamos de optimizarlo todo, sino que eliminar aquellos costes que, bien por la automatización, bien porque son prescindibles, podemos dejarlos de lado un tiempo hasta reponernos. Siempre vemos las redes sociales como un lugar para comunicarnos con los clientes y potenciales clientes. ¿Pero no ves que también te pueden servir para otros menesteres?
Evalúa a tu empresa
Forma a tus trabajadores
Cuida el horario laboral
Optimiza el gasto
Automatiza
Retén costes
Encuentra la forma más útil y rápida para tu empresa
ética editorial. Para notificar un error pincha aquí.