Analizamos cómo afrontar la situación a la que se enfrentan las empresas con equipos con el sistema operativo Windows 7, después de que el 14 de enero de 2020 haya terminado el soporte de Microsoft.
- Un sistema operativo sin actualizar es un riesgo para el negocio
- Puede que las empresas afectadas se encuentren ante una gran ocasión para mejorar o renovar sus equipos
El pasado 14 de enero, Microsoft dio por finalizado el soporte de Windows 7, el sistema operativo más utilizado en las empresas. Ya no recibirán más actualizaciones de seguridad ni se corregirán problemas graves que puedan ser detectados. Aun así, todavía quedan muchos puestos que utilizan este sistema y que presentan un riesgo para su seguridad.
¡Comparte! ¿Todavía con Windows 7? Te contamos cómo afrontar la pérdida de soporte que se ha producido desde el 14 de enero.
La realidad es que Windows 7 ha sido mucho más longevo que otros sistemas operativos. Ha sido muy estable y podríamos decir que es el último sistema de Microsoft plenamente pensado para trabajar desde el escritorio. De ahí que muchas empresas evitaran instalar Windows 8 o Windows 10, para mantenerse fieles a un sistema que conocían y funcionaba bien. Esto ha provocado que, llegado el fin del soporte, haya todavía muchos equipos operativos funcionando con Windows 7.
Los riesgos de mantener ordenadores con Windows 7
El primer problema que generan estos ordenadores es de seguridad. Febrero será el primer mes donde el segundo martes de cada mes no se lancen las actualizaciones que corrigen problemas detectados. Esto puede provocar que, ante una incidencia grave, una vulnerabilidad de la que haya constancia que está siendo utilizada para controlar los equipos por terceros, en estos ordenadores con Windows 7 no se corrija.
Windows 7 ha sido el sistema favorito de la empresa durante años, pero ahora se ha convertido en un problema
Los equipos de la empresa pueden ser utilizados o controlados con diferentes propósitos, desde ser la fuente de spam, minar criptomonedas o introducir un ransomware que secuestre, a través de un cifrado, los datos de nuestro negocio. Esta última variante sería la más peligrosa.
Ahora bien, no todas las empresas están expuestas al mismo riesgo. Depende de la seguridad que se mantenga dentro de la red. No es lo mismo trabajar con equipos dentro de un dominio que implanta una serie de restricciones para los usuarios, con una empresa que tiene un cortafuegos que controla y limita el tráfico de su red que una pyme donde los usuarios trabajan en grupo de trabajo y todos tienen privilegios de administrador. Este segundo caso, es el más abundante y peligroso.
Cómo minimizar los riesgos
Lo cierto es que, hoy por hoy, todavía es posible actualizar los ordenadores que utilizan Windows 7 a Windows 10. Microsoft todavía permite realizarlo a través de su herramienta. Para ello, realiza un análisis del ordenador, y revisa si existe alguna incompatibilidad entre los programas instalados y el nuevo sistema. Mantiene datos y configuraciones, por lo que más allá del tiempo que tardemos, no debería dar ningún problema.
Actualizar de Windows 7 a Windows 10 es posible en la mayoría de los equipos de la empresa a un coste casi nulo
Mejora de los equipos
Una cuestión diferente es si nuestro ordenador, que ya tendrá unos cuantos años, soportará bien este nuevo sistema operativo en cuanto a rendimiento. En este caso, es recomendable verificar nuestros componentes y, si es posible, mejorarlos. Sustituir el disco duro mecánico por uno más moderno, un disco SSD, y aumentar la memoria supondrá una vida nueva para nuestro ordenador. Su coste supondrá menos de 100 euros más las horas dedicadas por el servicio técnico.
Sustitución de equipos
Si nuestro ordenador es muy antiguo, más de 7 años, y tiene procesadores Intel Core de primera o segunda generación, quizás lo mejor sea sustituirlo por uno nuevo. Es la mejor opción, ya que se renuevan todos los componentes, que con el tiempo van evolucionando y mejorando la velocidad.
En cuanto a productividad, es la mejor alternativa, aunque el retorno de la inversión será más lento al ser esta más elevada. También nos garantizamos un puesto de trabajo en perfecto estado para 5 o 6 años sin problemas.
¿Y si no queremos o podemos migrar a Windows 10?
Si no queremos migrar o existe alguna incompatibilidad en aplicaciones claves con Windows 10, para las empresas de mayor tamaño, que utilizan el programa de licencias por volumen de Microsoft, se ofrecía la posibilidad de contratar una ampliación de soporte de actualizaciones de seguridad de Windows 7 por uno, dos o tres años.
Su coste es anual y varía entre los 25 y los 50 dólares al año dependiendo de si se trata de una versión Enterprise o Pro de Windows 7.
En caso de que exista alguna incompatibilidad con un programa que sea clave para nuestra organización (cosa poco frecuente, por otro lado) una alternativa es la virtualización. Se mantendría Windows 7 en una máquina virtual que se ejecuta únicamente cuando se necesita dicho programa.
Es una opción un poco más compleja y que, además, requiere de un equipo anfitrión, el que aloja la máquina virtual, moderno y potente para poder trabajar con ambos de forma simultánea. El anfitrión con Windows 10 se emplearía para el resto de las tareas, mientras que esa aplicación incompatible se ejecutaría en máquina virtual.
Cómo afecta mantener equipos con Windows 7 al cumplimiento del RGPD
Desde la puesta en marcha del nuevo RGPD, hay un cambio de concepto en la custodia de los datos personales que implica una seguridad de datos desde el diseño. Por tanto, no debemos mantener sistemas operativos vulnerables dentro de nuestra red, ya que, en caso de tener un problema de seguridad, habremos cometido una clara negligencia y seremos sancionados por la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD).
Un equipo con Windows 7 puede estar en la raíz de futuras sanciones por mala protección de datos
Hay que tener en cuenta que en caso de incidente hay que comunicar la brecha de seguridad en menos de 48 horas a la AEPD, abrir una investigación para determinar las causas, ver cómo ha afectado a los datos y, luego, solucionar dicho problema. Si ha sido un equipo con Windows 7 el causante, tendremos una sanción casi de forma segura.
El fin de soporte de Windows 7 muestra a muchos pequeños negocios un reto: el de mantener la seguridad de sus equipos, datos, comunicaciones, procesos e, incluso, del servicio a sus clientes.