Un efecto de las cuarentenas que estamos teniendo en prácticamente todo el mundo, es que estas afectan materialmente a los más desfavorecidos al bloquear las economías. Y cuando el impacto sucede en los más desfavorecidos de la sociedad, el problema comienza a ser en cómo llenar el estómago con algo que calme el hambre.
Al comienzo de la cuarentena no era raro oír hablar a personas relevantes sobre que estas nos enseñarían a vivir con menos, y que no necesitábamos tanto para vivir. Muchas veces estas declaraciones se hacen desde una perspectiva privilegiada, no en una de necesidad, porque los más pobres lo pasan bastante mal cuando se imponen medidas que restringen la economía. Esto está sucediendo no sólo en países en vías de desarrollo como los de Sudamérica, sino también en los barrios y ciudades más pobres del sur de Europa.
Desde Colombia a Filipinas…
Empecemos por Colombia. En Colombia las personas más humildes se pasean por barrios de otros más ricos solicitando que desde las ventanas les lancen comida o dinero. El 50% de la población en las grandes urbes trabaja en la economía informal, esa economía está parada por las medidas de confinamiento impuestas por el gobierno. No es que no haya ayudas, no se haya conseguido que por parte del gobierno que buena parte de la población que iba a necesitarla la reciba. En el mes de Abril, En Bogotá de 500.000 familias que han pedido ayuda, el propio ayuntamiento informa que poco más de 21000 había sido atendidas. El sistema social no está distribuyendo suficientemente.
Las familias que requieren comidan cuelgan trapos rojos en las ventanas de su casa, una escena que se repite en miles de hogares. Además la escasez de liquidez hace que la gente cuando tenga efectivo compre comida, no mascarillas que puedan ayudar a parar o ralentizar la dispersión de la pandemia.
La gente no se ha quedado en callada además, ya está habiendo protestas y caceroladas contra el gobierno, más de cinco millones de personas en Colombia que vivían al día de la economía informal se han quedado sin medios para alimentarse. También ha habido protestas más violentas. Además muchas de las personas que se encuentran en una situación más débil son inmigrantes venezolanos, que huyeron de Venezuela por la situación económica del país.
En Brasil sucede algo parecido en las favelas, donde voluntarios reparten comida en las favelas, desbordados por la situación. Como ya comentamos, en Brasil existe una discrepancia entre el mismo gobierno, dado que Bolsonaro aboga por levantar las restricciones, mientras que otros miembros del gobierno parecen querer un acuerdo. Esto está provocando una crisis política en el país que además ya ocupa el cuarto lugar mundial por número de fallecidos.
Escenas preocupantes están sucediendo en países vecinos, como Ecuador, Bolivia, Chile, o incluso Venezuela, donde a su crisis más fuerte se le une este confinamiento. Casi no hay país en el continente que no se esté siendo afectado económica y políticamente debido a las medidas de contención de la pandemia.
En Filipinas, también se está extendiendo la cuarentena por parte del presidente Duterte. Este ha sacado a las calles al ejército y a la policía, ordenando que disparen a aquellos que se salten la cuarentena. El país va a depender de tests donados por China, Singapur y Corea para realizar los
…pasando por España e Italia
Atentos a la realidad! La fila del hambre pic.twitter.com/JvCTwJWUGP
— alfredo urdaci (@alfredourdaci) May 10, 2020
Ya en Europa, en España hace unos días nos sorprendió la noticia, en Aluche, un barrio obrero de Madrid, había colas de hasta siete horas para recoger una bolsa de comida. La Asociación de Vecinos de Aluche que estaba haciendo el reparto, se ve colapsada e incapaz de atender a toda la demanda que hay de su capacidad de ayuda. Han triplicado a las familias a las que ayudan, llegando a repartir 7000 bolsas de comida en un solo día. Esta escena se está repitiendo en otros barrios más humildes, como Orcasitas, Vallecas, Campamento o Lavapies como comenta Cáritas (una entidad vinculada a la Iglesia Católica) o Banco de Alimentos.
En Italia en Palermo (Sicilia), los supermercados más importantes están custodiados por las fuerzas de seguridad después de que haya habido intentos de asaltarlos. La Iglesia Católica ya está repartiendo comida a los más pobres también en Nápoles. En general el sur de Italia tiene una mayor dependencia de la economía informal y en negro, y muchas familias se encuentran que de repente no tienen sus escasos ingresos fijos. En Campania se han incrementado los robos a personas que simplemente acababan de salir de comprar del supermercado.
De hecho se teme que pueda haber revueltas encabezadas por la mafia y que se pueda revertir el orden democrático en regiones de Italia. No lo digo yo, son palabras del ministro del Sur Giuseppe Provenzano en La Repubblica.
Al principio de la cuarentena se aprobaron medidas para ayudar a empresas, que como comentamos podían estar bien, pero era necesario hacer medidas para ayudar a los más desfavorecidos. En algunos países como EEUU o Hong Kong se han optado por medidas de regalar dinero a la población, de modo que esta pueda seguir consumiendo lo básico en la cuarentena si se encontraban en una situación complicada. Es cierto que se benefició a mucha gente que no necesitaba dicha ayuda, pero la casi universalidad de las mismas hace que sean fáciles de gestionar y lleguen pronto a la población.
Mientras tanto en otros lugares no se ha llegado a tener un tipo de ayudas equivalentes, y las consecuencias se empiezan a ver en los barrios más humildes de las ciudades de Europa y Latinoamérica. Veremos en la actual fase de desescalada como se puede empezar a mover la economía y aliviar el sufrimiento a los más desfavorecidos.
Pregunta a los lectores ¿qué medidas deberían haberse impuesto para evitar afectar tanto a los más desfavorecidos?
En El Blog Salmón | Los recortes que vendrán, Eurobonos, ¿una idea no factible para esta crisis? y
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