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Estos son todos los problemas de la cesta básica de Carrefour

Carrefour no se lo ha pensado dos veces tras escuchar esta semana a la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, decir que igual convendría poner un límite a los precios de los alimentos teniendo en cuenta la inflación que soportamos.

En solo dos días le planteó a la vicepresidenta sacar a la venta una cesta de la compra ‘básica’ por un precio de 30 euros. Una medida que ha sorprendido a todo el mundo, pues nadie esperaba que el sector reaccionara de esa forma a la propuesta de Díaz.

Carrefour ha querido ser el primero de la clase con esta propuesta que está levantando realmente más críticas y suspicacia que alabanzas. Porque sí, la medida está genial sobre el papel, ¿pero es esto posible y, de alguna manera eficaz?

Basta con echar un ojo a lo que ya se sabe que va a llevar esta cesta que sale a la venta el próximo lunes 12 de septiembre: café, pañales, chocolate, bastoncillos, pan de molde, papel higiénico, galletas, aceite de girasol o pasta.

Nada de productos frescos, pan natural, verdura, fruta, huevos o leche. Es decir, hablamos más de productos de higiene e incluso de caprichos (como el chocolate) que lo que de verdad se necesita en un hogar para atender a las necesidades básicas.

Acción marketiniana y palo a Mercadona

Si finalmente la cesta de la compra que salga el lunes no lleva ningún producto realmente de primera necesidad, será más un bluf que otra cosa. Es decir, una muy buena jugada de marketing por parte de la cadena francesa pero, en la realidad, una cortina de humo.

Lo que ha hecho Carrefour es apuntarse un tanto mediático y hacer una llamada a sus supermercados para que la gente, aunque solo sea por curiosidad, se acerque a sus centros. Con la posibilidad, además, de atraer a consumidores que ahora no entraban en su target, como pueden ser familias con ingresos más bajos que optan por superficies más baratas o tiendas de
barrio.

Igualmente, esto le sirve para apuntarse un tanto frente a Mercadona, su gran rival, que tan siquiera se ha manifestado sobre las palabras de Díaz mientras no deja de subir precios en sus productos.

Así, vemos cómo en un contexto de inflación, es muy difícil querer controlar los precios, porque eso haría que toda la cadena saliese perdiendo. Los propios supermercados son incapaces de crear una cesta básica de la compra barata, pues hoy por hoy hacer una compra completa por 30 euros es una absoluta quimera. Al menos para una familia de varios miembros.

Y todo ello dando la espalda al pequeño comercio, que es quien más está sufriendo el contexto actual y menos puede repercutir las subidas en sus precios porque sabe de sobra que su cliente es de confianza, y si la pierde no volverá.