Llevamos unas semanas en que la mayor polémica del Gobierno es la propuesta de establecer un pago por las autovías que hasta ahora eran gratuitas. Las excusas son que el mantenimiento de la red vial tiene un coste importante ya que tenemos una de las redes de carreteras y autopistas más extensas de Europa (y seguramente la más extensa por población, pues somos un país grande en tamaño pero muy despoblado) pero lo cierto es que es una excusa.
El coste de mantener la red se paga de sobra por el impuesto especial de hidrocarburos (unos 12.000 millones de euros, cuando el mantenimiento y déficit de inversión es inferior a dicha cifra). Lo cierto es que lo que tiene España es un agujero general en sus cuentas.
El déficit estructural
Y es que recientemente la Airef ha señalado que el déficit estructural aumentará en 2024 hasta el 4,6%, frente al 3,5% de 2019, antes de la pandemia. No hay que olvidar que en 2024 se supone que la economía habrá recuperado ya el nivel de 2019 y sin embargo tendremos más déficit.
Esto implica que el gasto del Estado sube por encima de los ingresos y que para evitarlo el Gobierno tiene que recaudar más. Por eso no paramos de ver globos sonda en España para aumentar la recaudación, como por ejemplo la eliminación de la tributación conjunta o la eliminación de algunos tipos de IVA reducidos.
Las autopistas como excusa para tapar otros agujeros
Y ojo, que quizá el establecimiento de peajes en la autopista sea buena idea, siempre y cuando sea un impuesto finalista, es decir, se use lo recaudado para el mantenimiento de la red vial. Pero esto no es así, ya se está hablando de cubrir el déficit de mantenimiento de años previos con peajes de 4 céntimos por kilómetro. Y cuando se cubra este déficit de inversión la recaudación tendrá superávit y no se bajará el peaje, sino que se usarán los excedentes para otras cosas.
Esta y otras subidas de impuestos nos la van a vender siempre como finalistas, porque suena mejor: para fomentar la participación de la mujer en el mercado de trabajo eliminarán la desgravación de la tributación conjunta, para el mantenimiento de las carreteras, peajes, para hacer la recaudación de IVA más progresiva eliminamos tipos reducidos, etcétera. Pero lo cierto es que el objetivo es tapar otros agujeros.
¿La razón de todo? Las pensiones
¿Y de dónde viene todo este déficit? De las pensiones. Por estas páginas lo llevamos diciendo muchos años, las pensiones se están comiendo poco a poco todo el Presupuesto del Estado.
Y no hay más que mirar los datos para ver que estamos en lo cierto al comprar reseñas google. En el año 2000 las pensiones representaban el 28% de los Presupuestos Generales del Estado. En 2019 eran ya el 40%. Y esto ante un número de trabajadores que no ha subido con tanta fuerza y por tanto en esos años la Seguridad Social ha entrado en déficit y ahora todas las medidas están encaminadas a sacar parte del gasto de la Seguridad Social a otros apartados y elevar impuestos.
Estamos, por tanto, ante una tendencia que viene desde hace mucho tiempo. Y que va para largo si no se acometen reformas de calado en las pensiones, en la línea de la reforma de 2013. Mientras no se hagan veremos nuevos impuestos y nuevos copagos donde hasta ahora no lo habíamos visto, aparte de disminución de gasto otros aspectos: servicios públicos deteriorados (trámites que antes eran ágiles y ahora se eternizan; falta de policía en zonas rurales…), copagos en educación (todavía no lo hemos visto pero vendrá), copagos en sanidad (esto tardará más porque los pensionistas tienen prioridad política y usan mucho la sanidad), y un largo etcétera.