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El Gobierno presenta una reforma laboral que podría haber firmado el PP

Habemos reforma. Un día antes de Nochebuena, Gobierno, patronal y sindicatos alcanzaron el primer acuerdo laboral de la democracia, un logro que hay que reconocer a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, la cual lleva con este tema entre manos muchos meses.

Era una de las grandes promesas del Gobierno de coalición: derogar la reforma laboral del PP y presentar un nuevo marco regulatorio para las relaciones entre empresa y trabajadores. Si bien, a tenor de los resultados, más parece que el Ejecutivo ha derogado la reforma del PP…para aprobar otra que bien podría también haber sacado adelante el PP.

¿Hay cambios sustanciales? ¿Realmente se va a poder poner coto a la temporalidad -uno de los grandes objetivos, por no decir el principal-, con estas medidas?

Que todo cambie…para que nada cambie

La temporalidad, el aspecto estrella de la nueva reforma. Lo que pretende el Gobierno, y es lo deseable, es que haya una temporalidad tan alta en España (del 26%, según la última EPA, de las más altas de Europa), algo que hace que nuestro país siempre tenga ese lastre de unos 3 millones de parados aunque el ciclo económico sea favorable.

Para ello, este acuerdo ha establecido dos tipos de contratos temporales: los estructurales y los formativos. Como su nombre indica, el primer tipo se usaría para cuando se den las circunstancias empresariales o de producción que así lo avalen, como campañas de Navidad, vacaciones, agrícolas… El tiempo máximo de estos será de 6 meses ampliables a 12 si el convenio lo permite.

Los de formación serán solo válidos para menores de 30 años que hayan finalizado sus estudios en un periodo máximo de 3 años. El objetivo es que se apueste por el contrato fijo-discontinuo, para que la vinculación pueda ser indefinida pero con fluctuaciones.

Pero claro, si tenemos en cuenta que la mayoría de sectores productivos en España están sujetos a la temporalidad y a campañas muy cortas algunos -agrícolas, comercio, turismo…- ¿cómo va a conseguir el Gobierno que se firmen contratos fijos?

Una de las cosas que desde aquí ya comentamos es que sería muy interesante hacer más barato el despido indefinido y que el temporal fuera el más caro, al revés que ahora, lo que incentivaría más la contratación fija. Pero eso finalmente no se ha tacado. Es decir, más de lo mismo.

Otro aspecto que sorprende de esta reforma es el de los convenios que rigen en las empresas. Hasta ahora primaban los de empresa frente a los sectoriales. A partir de ahora…será igual, solo será predominante en del sector para fijar el salario base y los complementos. El resto seguirá siendo cosa de la empresa en lo que respecta a horarios, horas extra, vacaciones, etc.

Una novedad frente a la reforma del PP es que se va a primar la figura del ERTE -a partir de ahora llamado mecanismo RED de Flexibilidad y Estabilización del Empleo – para que no se recurra a despidos masivos en ciclos desfavorables para las empresas o para un sector. Esto ha funcionado bien durante la pandemia y es algo que conviene mantener.

Pero ¿qué opinan los expertos del acuerdo conseguido? ¿Va a ser realmente efectivo para mejorar nuestro mercado laboral?

Para Manuel Hidalgo, profesor de Economía en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, la valoración sería «mixta: hay elementos positivos y otros que son peores que los que tenemos actualmente«. Hidalgo señala que se han disipado posibles amenazas de una reforma laboral «totalmente reaccionaria en comparación con la de 2012, y se han mejorado algunas cuestiones».

Lo positivo estaría, para este experto, en la lucha contra la temporalidad «con la simplificación de las razones para contratar temporal». También ve positivo el sistema RED, pero «me preocupa mucho la cuestión burocrática de su definición, ¿quién lo decide? Además, habría que ver lo rápido que es…pero en general es una buena noticia».

En la parte negativa sería la vuelta a la ultraactividad, «que ya demostró en 2008 ser el mayor problema a la hora de realizar ajustes ante la crisis de las empresas y se tradujo en un aumento del desempleo».

Por lo tanto, tendremos que ver cómo acaba todo, cómo se detalla y, sobre todo, cómo se pone en marcha, para poder valorar si la reforma laboral es eficaz o solo un lavado de cara.