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El ‘caso Bankia’: puede que no haya responsabilidad penal pero todo se hizo mal

Ya tenemos sentencia del ‘caso Bankia’. La Audiencia Nacional ha absuelto a los gestores de la entidad (presidida entonces por Rodrigo Rato) ya que no cometieron falsedad contable ni estafa a los inversores por la salida a bolsa de la entidad en 2011.

La sentencia avala que la contabilidad fue correcta (a pesar de ser revisada a posteriori después del rescate) y que además fue supervisada por el Banco de España, el FROB y la Autoridad Bancaria Europea. Es decir, no hay culpables, a pesar de que apenas un año después de empezar a cotizar tuvo que ser rescatada por el Estado con 22.424 millones de euros y los inversores perdieron su dinero.

La verdad del ‘caso Bankia’

Lo cierto es que si bien legalmente parece que no se hizo nada mal la realidad es que la situación de la entidad era muy delicada en 2011. Y entonces el regulador decidió impulsar una recapitalización, como última medida para evitar el rescate de la entidad.

Se diseñó una salida a bolsa en la que la entidad presionaría a sus clientes para que compraron acciones. Todo esto impulsado desde el Gobierno, el Banco de España y todos los supervisores en 2010 y 2011. Ya entonces dijimos en estas páginas que la salida a bolsa era un desastre para los minoristas. Y en la salida a bolsa señalamos que lo único que nos quedaba de este engaño era la esperanza de que al menos fuera suficiente para mantener a flote la entidad. Pero no fue suficiente.

El problema de hacer todo tarde

Es un patrón que tenemos en España con los poderes públicos. Ante un problema se decide esconder la cabeza bajo la tierra esperando que se soluciones solo. Y, cuando es inevitable, se intenta poner parches. Parches que no funcionan y al final hay que arreglarlo mal y tarde, costando más dinero del previsto al principio.

En la misma época que se diseñaba la salida a bolsa de Bankia en EEUU quebraban bancos todos los días. Se les devolvía dinero a los ahorradores y punto. Si el banco era muy grande se hacía un rescate. Intentaron un experimento dejando quebrar a Lehman y fue una y no más. El resultado de solucionar los problemas pronto y con decisión es que la recuperación de EEUU durante la última década fue muy fuerte, creando empleo a un ritmo nunca visto y llegando a unos niveles de paro tan bajos que no se recordaban desde los años 60.

En España dejamos que la situación se enquistara. Cuando empezó a haber problemas con las Cajas en 2009 se debería haber tomado una decisión distinta a la que tomó el Banco de España. En lugar de juntar entidades, creando riesgo sistémtico, y luego intentar engañar a inversores para ver si así se tapaban agujeros se debería haber rescatado y/o dejar caer entidades (rescatando a los ahorradores).

De hecho de todos los rescates financieros en la UE, España es el país peor parado. Nuestra coste llegó a los 60.000 millones de euros y además, al hacerlo mal y tarde, dejó mucho paro y devastación económica. Si se hubiera hecho antes y con más decisión seguramente nos hubiera costado menos y sin una crisis tan larga.

¿Hemos aprendido la lección?

Por tanto, tenemos un caso que penalmente no llega a ningún sitio porque había un consenso entre la banca y reguladores. Y al final perdieron los clientes de Bankia a los que ‘colocaron’ las acciones y la sociedad en general.

¿Al menos hemos aprendido? No. Ese es el problema. Ante la crisis del covid-19 ha vuelto a pasar lo mismo. Se ha dejado que el asunto explotara y entonces, con las UVIs saturadas, se ha hecho el confinamiento más estricto de occidente. Y una vez que levantaron las restricciones se volvió a no hacer nada y por eso volvemos a liderar el número de contagios y van a volver las restricciones. Tropezamos una y otra vez con la misma piedra.

España sería un país mucho más funcional si aprendiéramos la lección de una vez. Es mejor actuar pronto y de forma contundente que tarde y mal. Enterrar la cabeza no sirve de nada, es más, solo empeora la situación.

Imagen | ADICAE