En 2021 hemos visto un contundente cambio en los beneficios fiscales a largo plazo de los vehículos de ahorro a largo plazo.
Desde 2015, el importe máximo a desgravar del conjunto de aportaciones anuales máximas en los planes de pensiones era de 8.000 euros anuales o el 30% de los rendimientos netos del trabajo y actividades económicas (la menor de las dos cuantías). Pero ya en este año en curso, ese límite máximo se reduce a 2.000 euros.
Vemos una reducción en las ventajas fiscales en los planes de pensiones pero el Gobierno está promoviendo los planes de pensiones de empleo (PPE). Sus beneficios fiscales se incrementaron o se amplían, pasando el límite de deducción desde los 8.000 euros a los 10.000. De ahí que hoy, fiscalmnete sean el vehículo de inversión más codiciado para pagar menos impuestos.
¿Nos conviene un PPE?
En primer lugar, debemos entender el funcionamiento de los PPE. En ellos interviene una parte que es la promotora (la empresa), la comisión de control que estarían formadas por los sindicatos para velar por los intereses de los trabajadores y la gestora de pensiones elegida por dicha comisión.
Debido a esta arquitectura, el global de las empresas no promueve este vehículo de ahorro para sus empleados, aunque eso no significa que no puedan participar en uno. Muchas pymes optan por adherirse a un plan de pensiones de empleo de promoción conjunta, con una gestión más simplificada, mayor agilidad y menor coste
Por parte de los empleados, debemos recordar que podrán incorporarse voluntariamente a los PPE todos los trabajadores que mantengan relación laboral con la empresa. Por lo que la empresa puede generar una estrategia de fidelización.
Sin embargo, nace un problema de libertad de elección ya que suscribir este producto vendría condicionada por el hecho ser trabajador de la empresa sino no hay posibilidad de acceso.
Por lo tanto, para ver si este producto nos conviene o no, puede que la cartera del producto no se adapte al perfil de riesgo del trabajador y no sea adecuada para sus intereses y otros planes respondería mejor a sus necesidades, mientras que existe una amplia gama de planes individuales para elegir y que el Gobierno ha recortado sus beneficios fiscales.
Rentabilidades de los PPE
Tal y como podemos observar en la siguiente tabla, los sistemas de empleo han tendido a ofrecer mejor rentabilidades que el conjunto de planes, salvo en el último año.
Analizando los datos de Inverco actualizados hasta el primer trimestre del año en curso, encontramos la siguiente evolución de los planes de empleo:
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A un año: conjunto de planes (15,15%); sistemas de empleo (13%); -2,25 puntos porcentuales.
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A tres años: conjunto de planes (3,06%); sistemas de empleo (3,38%); 0,32 puntos porcentuales.
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A cinco años: conjunto de planes (3,12%); sistemas de empleo (3,23%); 0,11 puntos porcentuales.
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A diez años: conjunto de planes (3,61%); sistemas de empleo (3,95%); 0,34 puntos porcentuales.
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A quince años: conjunto de planes (2,49%); sistemas de empleo (3,13%); 0,64 puntos porcentuales.
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A veinte años : conjunto de planes (2,57%); sistemas de empleo (3,25%); -0,68 puntos porcentuales.
Como vemos, no existen rentabilidades espectaculares en estos vehículos de inversión. A largo plazo los planes de empleo tienen un mejor comportamiento que el conjunto de planes de pensiones, lo que puede ser un argumento a favor para que el gobierno los haya incentivado con sus ventanas fiscales.
A pesar de la baja rentabilidad, según un análisis del Banco de España, estas rentabilidades quedarían por debajo del sistema público de pensiones que tiende a ofrecer una TIR alrededor del 2,4%. Es mejor cualquiera de estos productos que aportar al sistema público de pensiones vía cotizaciones sociales.