Por todos es sabido que el turismo es el principal caballo de batalla de la economía española. Somos una de las principales potencias mundiales en este ámbito y el año 2019 logramos ser el segundo país más visitado del mundo con más de 80 millones de turistas extranjeros.
Después ya sabemos también todos lo que pasó: pandemia, restricciones al movimiento de viajeros, pasaportes COVID, vacunas, etc. Una serie de hándicaps que frenaron la llegada de viajeros extranjeros y, también, de nuestra economía.
2022 era el año de la recuperación al quitarse prácticamente todas las restricciones al turismo…pero no. Porque a principios de año estalló una guerra inesperada en Ucrania que disparó los precios de básicamente todo generando una inflación sin precedentes que está dejando a los europeos con menos poder adquisitivo.
Por ello, el turismo español no ha podido recuperar todo su esplendor en este año que ya se acerca a su final a pesar de que ha sido mucho mejor que los dos últimos.
Las pernoctaciones, la clave
La prueba de que 2022 no está superando ni tan siquiera igualando a 2019 la tenemos en las pernoctaciones hoteleras de extranjeros, un dato que se da mensualmente. Según el de septiembre, se contabilizaron cerca de 25 millones de pernoctaciones, frente a las alrededor de 27 millones de tres años antes.
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En septiembre, las pernoctaciones de extranjeros en España, peor de lo previsto, amplian el gap respecto a los niveles de 2019.@Thinknomics pic.twitter.com/OBu2lWgNEi— Combarro (@_combarro_) October 24, 2022
Pero esto no solo fue en septiembre. En agosto, el mes por excelencia del turismo, las pernoctaciones fueron de unos 28 millones, pero en 2019 estaban en un millón más, más o menos. En julio, más de lo mismo. Y así todos los meses de 2022, por lo que es más que evidente que no hemos alcanzado a ese año récord.
La buena noticia es que los españoles hemos viajado más dentro de nuestro propio territorio, lo que permite compensar un poco la balanza. En septiembre se contabilizaron unos 13 millones de pernoctaciones frente a los 11 de 2019. En agosto prácticamente fueron iguales los dos años, con unos 17 millones, y en julio se superaron también, con 16 millones frente a 15.
¿Qué sucede? Que los turistas extranjeros gastan más que nosotros. Según datos del propio Gobierno, en agosto el gasto medio por persona de los visitantes extranjeros fue de 1.276 euros (119 euros más que en 2019, pero ojo es que ahora todo es más caro que entonces), lo que supone unos 162 euros al día, frente a los 69 euros de los turistas nacionales.
Por lo tanto, lo que interesa a efectos económicos es que vengan más extranjeros, aunque es evidente que también compensa que los españoles viajemos en nuestro propio país. Habrá que esperar al cierre de año para echar bien las cuentas, pero es evidente que todavía nos falta para igualar a 2019 y la inflación no va a poner las cosas fáciles de cara a 2023.