Analizamos los principales aspectos que una mediana empresa debe planificar para afianzar su proceso de crecimiento.
- La tecnología es una gran palanca que hay que saber aprovechar para consolidar los proyectos
- Tradicionalmente, el reto más importante de los procesos de crecimiento ha sido el manejo más complejo de la información; actualmente, el desarrollo de las tecnologías de la información está simplificando mucho las dificultades
El miedo a que la estructura, organización y funcionamiento de la empresa se tambalee es una de las principales causas que generan en muchas empresas de tamaño medio el denominado síndrome de Peter Pan, esto es, el miedo al crecimiento empresarial.
La buena noticia es que la planificación puede disipar muchas dudas y temores. Para lograr un crecimiento empresarial más sostenible y consolidado es conveniente centrar la atención en algunos puntos.
1) La gestión del conocimiento
Aunque pueda parecer un trabalenguas, para crecer lo primero es conocer qué es lo que se conoce. Hemos de analizar y dar valor a las experiencias pasadas de nuestro negocio y hemos de determinar qué es lo que la hace especial, incluso única. En definitiva, hay que saber qué es lo que hacemos bien y por qué, lo cual suele requerir un análisis de la competencia que nos sirva como punto de referencia.
A continuación, hay que preguntarse por la replicabilidad de nuestro conocimiento. Valoraremos si podemos hacer lo mismo en otros lugares, en otros sectores, para otros públicos, etcétera. Normalmente, ello requerirá adaptaciones y hemos de estudiar la manera de hacerlas factibles.
Finalmente, tenemos que averiguar cuál es el conocimiento que no poseemos, pero que podemos alcanzar. En esta fase conviene, sin renunciar a un punto de necesaria ambición, ser muy realistas. Si nuestros planes parten de presupuestos muy complicados de cumplir es altamente probable que la aventura del crecimiento se convierta en una pesadilla.
2) Presentaciones a terceros
Crecer implica convencer. Hay que explicar el proyecto a potenciales socios, a proveedores de financiación ajena, al proveedor que necesitamos que apueste por nosotros para prestarnos un servicio clave especializado, a los nuevos clientes y a los antiguos, al personal, etcétera.
Y lo que está claro es que cada interlocutor tiene su propio lenguaje. Unos necesitan extensos informes escritos, otros cortas presentaciones de tú a tú. Hay que estar preparados para transmitir el proyecto en distintos formatos. La anticipación es clave. Si tenemos estudiados distintos tipos de comunicación, nos será más sencillo adaptarnos a los requerimientos de la otra parte.
3) Inversiones y financiación
Las inversiones propician dos ventajas decisivas para el crecimiento empresarial: el incremento de capacidad y la incorporación de tecnologías más actuales. Además, propicia un mejor equipamiento de los recursos humanos, lo que redunda en mayor productividad laboral.
No obstante, las inversiones no son gratis, hay que financiarlas. Hay que estudiar muy bien la oportunidad de decantarse por unas u otras alternativas, valorar los riesgos y expectativas, analizar su impacto organizativo en los procesos y realizar un análisis detallado de las posibilidades de financiación, su coste y condiciones de accesibilidad.
Además, las propias alternativas de financiación tienen también sus riesgos, como los relacionados con la evolución del entorno y, en particular, los tipos de cambio (cuando se recurre a financiación en moneda extranjera) y los tipos de interés. Y, por otro lado, hay que estudiar el grado de apalancamiento financiero conveniente para afrontar los proyectos.
4) Gestión de la tesorería
Dentro del ámbito financiero, mención aparte merece la tesorería. De hecho, no es raro ver vicios en su gestión que limitan la capacidad de crecimiento de negocios con buenos fundamentos. Algunos mantienen una excesiva liquidez. En otros, acaba siendo el patrimonio personal de los socios el que solventa crisis de flujo de caja originadas por falta de previsión.
A medida que la empresa crece, se hace cada vez más necesario contar con profesionales y soluciones tecnológicas adecuadas para controlar la caja de la empresa, gestionar las operaciones bancarias, así como los pagos y cobros que dependen del negocio. En definitiva, hay que confeccionar los presupuestos y velar por su cumplimiento y ordenada ejecución.
5) Los procesos
Ya antes de crecer, hay que establecer previsiones de la afectación del crecimiento a los procesos. Entre los impactos más destacados se encuentran:
- Un mayor aprovechamiento de toda la estructura fija de la empresa.
- Mayores oportunidades de producción conjunta de varios tipos de bienes o servicios.
- Incremento del número de relaciones y mayor participación de proveedores externos en los procesos.
- Mayor complejidad en el manejo de los flujos de órdenes e información.
- Necesidad de un control más exhaustivo de los procesos.
- Aplicación del know-how de la empresa a procesos y entornos diferentes.
- Implicación creciente de los departamentos de tecnología e I D i en el conjunto de la actividad de la empresa.
- Necesidad de una mayor colaboración interdepartamental.
6) El papel de la tecnología
La empresa no es un ente inerte. No recibe los impactos del crecimiento sin más, sino que ha de saber moldearlos. En ese sentido, es clave estudiar las opciones tecnológicas que puedan ayudar al mayor aprovechamiento de las oportunidades y a una limitación de los riesgos. Entre otras muchas, en la actualidad, encontramos:
- La nube, que facilita que la información fluya cómoda e instantáneamente en cualquier momento y lugar, lo que crea un ambiente ideal para la colaboración.
- El internet de las cosas, que hace más sencillo tanto recoger datos, como facilitarlos a terceros cuando sea necesario, así como adaptar en tiempo real los procesos de la empresa a las necesidades del entorno.
- El big data, que va descubriendo patrones ocultos que mejoran nuestra capacidad de tomar decisiones más inteligentes.
- La inteligencia artificial, que pretende que la máquinas —tan importantes en los procesos de crecimiento empresarial— emulen la capacidades intelectuales humanas.
- La cadena de bloques, que permite que la credibilidad de los registros se refuerce a medida que crece.
Además, hay que tener en cuenta no solamente el estado actual de la tecnología, sino también los diferentes escenarios previsibles para su evolución. Hay que tener en cuenta que los procesos de crecimiento llevan tiempo y que es factible que la que hoy puede ser la mejor respuesta tecnológica a cualquiera de los retos que se plantean puede verse superada en no demasiado tiempo por otras alternativas. En ese sentido, es clave contar con una cierta flexibilidad tecnológica.
7) La reestructuración del organigrama
Crecer con el mismo número de empleados realizando idénticas funciones es enormemente complicado. Por lo general, hay que pensar en que la plantilla crecerá y el organigrama se hará más largo (con más niveles jerárquicos), más ancho (con mayor número de departamentos) o ambas cosas a la vez.
En ese sentido, se plantean varios retos. En primer lugar, es probable que haya que plantear ascensos de personas que hayan de asumir mayores responsabilidades, al tiempo que se realizan nuevas contrataciones. Ello reclama mejorar tanto el conocimiento de las características de los trabajadores como de los puestos a cubrir. Hay que contar con soluciones que faciliten el manejo de la información laboral y provean herramientas analíticas avanzadas.
En segundo lugar, hay que analizar la dimensión motivacional del crecimiento y, en particular, de los cambios en el organigrama. Puede no solamente que cambien las funciones del puesto de cada trabajador, sino también sus compañeros, jefes y subordinados. Todo ello plantea retos, oportunidades y áreas de incertidumbre para los empleados que hay que saber gestionar.
En tercer lugar, un nuevo organigrama debe implicar, normalmente, una nueva forma de gestionar los flujos de órdenes e información. Precisamente por ello, el avance de las tecnologías de la información está siendo una de las palancas de crecimiento más importantes de la actualidad.
El impulso tecnológico brinda oportunidades de crecimiento hasta hace bien poco desconocidas para las pymes. Aprovecharlas es no solamente una cuestión de rentabilidad, sino, en muchos casos, un imperativo para la supervivencia a largo plazo del negocio.