statu-quo-de-la-ia

Statu quo de la IA

Comparte esta entrada



Desde noviembre de 2022, cuando emergió ChatGPT con fuerza, la inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser un concepto reservado a la ciencia ficción o a los laboratorios de investigación. Hoy está presente en innumerables aplicaciones cotidianas, desde los asistentes virtuales en todo tipo de dispositivos y aplicaciones, pasando por los algoritmos que recomiendan series o productos, hasta los sistemas capaces de generar textos, imágenes o música en cuestión de segundos. El statu quo de la IA se caracteriza por un acceso masivo a herramientas antes exclusivas de empresas tecnológicas, y por una creciente discusión sobre sus implicaciones éticas, económicas y sociales.

Hasta ahora, la IA funciona sobre todo como un complemento con mayores o menos capacidades: automatiza tareas rutinarias, facilita la clasificación de información y acelera procesos creativos o técnicos. Sin embargo, su capacidad aún depende en gran medida de la supervisión humana. Los modelos son poderosos, pero también propensos a sesgos, errores y a la llamada “alucinación” de datos inventados. Esto delimita un presente en el que la IA es útil, pero todavía no autónoma en el sentido que imaginan algunos futuristas.

Respecto al futuro, hay diferentes visiones. La mayoría de ellas son optimistas sobre la enorme revolución que supondrá en la economía y la sociedad. El consenso es que supondrá el eje fundamental de crecimiento empresarial y económico de los próximos años. Esta favorable expectativa parece reflejarse en las valoraciones bursátiles de las empresas tecnológicas, batiendo continuamente récords históricos. Otros analistas y científicos menos optimistas y con más cautelas piensan que tiene componentes de una “burbuja” ya que al final se trataría de un avance potente, pero a la vez “normal” (o al menos no tan “extraordinario”) en la evolución histórica de la tecnología. 

El impacto sobre el mercado de trabajo es uno de los puntos más controvertidos. Actividades como la atención al cliente, la traducción o el diseño gráfico ya sienten la presión. La IA puede asumir tareas repetitivas a gran velocidad y bajo costo, lo que implica riesgos de sustitución laboral, sobre todo en puestos de baja o media cualificación. Sin embargo, también abre la puerta a nuevas oportunidades. Se demandan perfiles capaces de entrenar, supervisar y aplicar sistemas de IA en distintos campos, así como competencias en análisis crítico, creatividad y gestión de la innovación. Lo más probable es que no asistamos a una “extinción” de empleos, sino a una reconfiguración masiva. 

En suma, el statu quo de la inteligencia artificial refleja un poder en expansión que ya está cambiando la forma en que trabajamos y nos relacionamos. Su futuro dependerá no solo de los avances técnicos, sino de las decisiones sociales, económicas y sobre todo políticas que se tomen en los próximos años. El campo normativo tendrá mucho que decir.

Este artículo se publicó originalmente en el diario La Vanguardia.

Comparte esta entrada



Leer más
pengusaha-hindari-phk:-el-gobierno-presiona-y-kadin-responde

Pengusaha Hindari PHK: el Gobierno presiona y Kadin responde

Empresas y Gobierno ante los despidos PHK

En un contexto de incertidumbre económica, el Ejecutivo indonesio ha reforzado su llamamiento a los empresarios para que eviten los despidos (PHK) y mantengan los puestos de trabajo. La petición se trasladó en un encuentro con la Kamar Dagang dan Industri (Kadin) en Yakarta, poniendo el acento en la continuidad de las operaciones por encima del cortoplacismo.

Desde el ámbito empresarial hubo receptividad: la consigna “Pengusaha Hindari PHK” se asume como principio de actuación mientras se abren vías para generar nuevas oportunidades laborales que sostengan un crecimiento económico por encima del 5%.

El llamamiento del Gobierno: preservar el empleo

El ministro coordinador de Economía, Airlangga Hartarto, pidió a las compañías que antepongan la sostenibilidad del negocio a una mera hoja de cálculo de pérdidas y ganancias. Enfatizó que cada cese laboral, y los costes asociados como el pago del finiquito, multiplica el impacto social y contraviene el espíritu de resiliencia y esfuerzo colectivo que el Gobierno intenta afianzar en el tejido productivo.

El mensaje, trasladado a la cúpula de Kadin en Menara Kadin (Yakarta), incidió en que el objetivo es atravesar esta fase con estabilidad en el empleo, recurriendo a ajustes no traumáticos: reentrenamiento, reubicaciones internas, optimización de turnos o mejoras de productividad antes de llegar a un PHK.

Respuesta empresarial: más plazas de trabajo y estabilidad

La patronal, con Anindya Bakrie al frente, apoyó la idea de evitar despidos y la vinculó con un plan agresivo de creación de puestos. Según expuso, Indonesia necesita entre 2,5 y 3 millones de empleos adicionales cada año para absorber nueva fuerza laboral y consolidar el crecimiento.

La clave, insistió, pasa por acelerar proyectos que aporten empleo inmediato y cualificado, y por articular políticas públicas que faciliten la contratación. Kadin remarcó su disposición a colaborar con el Gobierno en programas de formación, certificación de competencias y una inserción laboral más ágil.

Sectores tractores: industrialización verde y economía digital

Entre las áreas con mayor potencial, la industrialización verde figura como gran generadora de demanda laboral gracias a su cadena de valor intensiva en servicios y suministros. La transformación digital, por su parte, multiplica perfiles necesarios: desde operaciones y ciberseguridad hasta análisis de datos.

Incluso tareas específicas como el etiquetado de datos para IA pueden movilizar miles de empleos dentro de una sola empresa. Estas actividades, además de absorber trabajadores, ayudan a modernizar la estructura productiva y a ganar competitividad internacional.

Programas prioritarios y empleo en el territorio

Las prioridades presidenciales en hilirización y seguridad alimentaria se señalan como catalizadores de nuevos trabajos, especialmente en agricultura, ganadería y pesca. Iniciativas como la mejora de la nutrición escolar incrementarán la demanda de materias primas y logística, disparando la necesidad de mano de obra en la cadena agroalimentaria.

En paralelo, datos recientes del ámbito laboral recogen decenas de miles de casos de PHK registrados este año, con especial incidencia en manufactura, comercio y servicios. Esta fotografía refuerza la urgencia de acelerar la creación de empleo y de desplegar redes de apoyo para trabajadores en transición.

Riesgo de más recortes y el caso del tabaco

En redes sociales han circulado informaciones sobre ajustes de personal en el sector tabacalero, lo que ha llevado a representantes sindicales a pedir verificación de los hechos y una intervención temprana de las autoridades. Entre los factores que presionan a la industria se citan el coste fiscal, la debilidad del consumo y la necesidad de innovar producto.

Los sindicatos alertan de posibles efectos en cadena si se produjeran PHK masivos: desde cultivadores de tabaco hasta logística y comercio minorista podrían verse afectados. Algunas empresas no han emitido aún comunicados oficiales, por lo que la recomendación es dialogar, abrir mesas técnicas y priorizar alternativas a los despidos.

La hoja de ruta que se abre paso conjuga tres piezas: evitar PHK siempre que sea viable, acelerar la creación de empleo en sectores tractores (verde y digital) y blindar a los trabajadores con formación y recolocación rápida; una combinación pensada para sostener la actividad y amortiguar los vaivenes del ciclo.


Leer más
record-de-creacion-de-empresas-en-madrid-y-repunte-en-espana

Récord de creación de empresas en Madrid y repunte en España


creación de empresas

La creación de empresas acelera el paso en España con un mes de junio especialmente activo y Madrid a la cabeza, según los últimos datos del INE. El ritmo de constitución gana tracción, aunque con inversiones iniciales más moderadas y un comportamiento desigual por territorios.

El empuje madrileño y el repunte general conviven con una ligera subida de las disoluciones y un retroceso del capital medio, un patrón que sugiere dinamismo emprendedor pero con proyectos de menor tamaño en su inicio.

Madrid marca récord en junio y lidera el semestre

creación de empresas en Madrid

Madrid registró 2.578 sociedades nuevas en junio, la cifra más alta para este mes desde que hay registros, un avance del 18,2% interanual. Con ese volumen, la región aglutina el 23,5% de todas las compañías constituidas en España en el mes, por delante de Cataluña (1.950) y Andalucía (1.835).

En el acumulado de enero a junio se han creado 14.722 sociedades en la Comunidad de Madrid, un 22,3% del total nacional. Son alrededor de 81 nuevas firmas cada día y suponen un crecimiento del 4,4% frente al mismo período del año anterior.

La capitalización en el primer semestre asciende a 486 millones de euros, el 16,5% del conjunto del país, con un capital medio por sociedad de unos 33.000 euros. La plaza representa una zona con gran tracción emprendedora y flujo de proyectos.

Desde el Ejecutivo autonómico señalan que el entorno de impuestos bajos, la simplificación de trámites y la certidumbre jurídica han contribuido a sostener este liderazgo, más allá del efecto capital propio de la región.

Balance nacional de la creación de empresas en junio


datos nacionales de creación de empresas

En España se constituyeron 10.964 sociedades mercantiles, un avance del 15% interanual y el mejor dato para un mes de junio desde 2007. La serie encadena tres meses en positivo: abril ( 0,3%), mayo ( 36,9%) y junio ( 15%).

La especialización sectorial muestra dos polos claros: el 20,3% de las nuevas sociedades se concentró en actividades inmobiliarias, financieras y de seguros, y el 15,7% en comercio, dos ramas con elevado peso en la creación empresarial.

Las disoluciones alcanzaron 1.582 compañías, un 1,4% más que un año antes, con casi el 80% de los cierres por decisión voluntaria. Por ramas, concentraron más disoluciones el comercio (18,2%), la construcción (16,4%) y las actividades inmobiliarias, financieras y de seguros (13,2%).

En tasa mensual, respecto a mayo, las constituciones descendieron un 17,1% y las disoluciones retrocedieron un 7,3%. En lo que va de año, las nuevas sociedades suben un 4,3% y las disueltas avanzan un 2,4%.

Capital, ampliaciones y mapa regional


capital y ampliaciones de empresas

El capital total suscrito para crear empresas en junio fue de 442,2 millones, un 6,2% menos que un año antes, y el capital medio se situó en 40.332 euros (-18,4%). La actividad con mayor capital comprometido fue inmobiliarias, financieras y seguros, con 264,69 millones. Más sobre tendencias en la creación de empresas.

Las ampliaciones de capital aumentaron un 4,3%, hasta 2.262 operaciones, con 1.201 millones suscritos (-5,3%) y un capital medio de 530.985 euros (-9,3%), lo que sugiere ajustes de tamaño en proyectos en curso.

Por dinámicas territoriales, lideraron los incrementos anuales Comunitat Valenciana ( 33,6%), País Vasco ( 28,0%) y La Rioja ( 25,0%). Los únicos retrocesos se observaron en Cantabria (-7,5%) y Región de Murcia (-5,1%).

Si se mira el volumen absoluto, Madrid encabezó el mes con 2.578 nuevas empresas, seguida de Cataluña (1.950) y Andalucía (1.835), mientras que La Rioja (30), Navarra (78) y Cantabria (87) registraron los conteos más bajos.

Castilla-La Mancha: mejor junio de la serie

Castilla-La Mancha sumó 337 sociedades, un 23% más interanual y tercer mes seguido al alza. Se disolvieron 34 empresas ( 13,3%), lo que mantiene un saldo neto favorable.

El capital para nuevas constituciones ascendió a 16,62 millones ( 152,87%), con 58 ampliaciones de capital (-1,7%) por 9,43 millones (-56%), un patrón de fuerte entrada en nuevas altas y ajuste en operaciones ya activas.

Cataluña: segundo mayor volumen del mes

Cataluña registró 1.950 constituciones, un 10,2% más interanual, con 119 disoluciones (-4,8%), situándose como la segunda comunidad con más creación de sociedades en el mes. Ver más sobre el sector inmobiliario y su impacto en la economía

El capital suscrito para nuevas firmas alcanzó 113,69 millones ( 64,19%). Hubo 416 ampliaciones (-1,9%), pero el capital asociado a estas subió a 219,56 millones ( 19,9%).

Galicia: avance moderado y capital a la baja

Galicia contabilizó 428 nuevas sociedades, un 12,9% más interanual, por debajo del ritmo nacional. El capital de constitución sumó algo más de 34,4 millones (-5,1%). Explora las nuevas formas de financiación para startups

Se registraron 84 ampliaciones de capital (16 menos que un año antes) y 99 disoluciones ( 12,5%), una foto de crecimiento con ciertos ajustes corporativos.

El mapa emprendedor deja una imagen de vigor en la constitución de empresas, con Madrid tirando del carro, un junio muy activo a escala nacional y un capital medio más contenido. Sectores como inmobiliarias, finanzas y seguros, junto al comercio, siguen siendo el motor de nuevas altas, mientras que el patrón de disoluciones permanece estable y mayoritariamente voluntario.


Leer más
el-modelo-productivo-espanol:-mejoras-y-remoras

El modelo productivo español: mejoras y rémoras

Comparte esta entrada



Los datos de empleo divulgados esta semana confirman que la economía española está dejando atrás el paro de masas, uno de los lastres que habían contribuido al declive de la renta per cápita en relación al resto de Europa. Pero no vale conformarse con estabilizar la brecha: falta afrontar las trabas a la productividad, condición sine qua non para aproximarnos a las cotas de bienestar de las economías más prósperas. A este respecto cabe señalar el papel decepcionante de los fondos europeos. 

Desde 2015, la renta o PIB per cápita, indicador habitualmente empleado para medir el progreso material o monetario, se ha incrementado un 0,6% anual, apenas una décima más que en el ciclo anterior, marcado por una expansión fulgurante seguida de la crisis financiera. El resultado puede parecer algo frustrante, pero esconde una ruptura a nivel macroeconómico: en esta ocasión la economía y el mercado laboral evolucionan de manera acompasada. Hecho destacable: el empleo crece a más velocidad que la población, reduciendo la tasa de dependencia (o porcentaje de inactivos sobre la fuerza laboral) y explicando la casi totalidad del avance de la renta per cápita. 


La expansión de la fuerza laboral procede de la mayor participación en general y de la entrada de inmigrantes. Los extranjeros ocupan ya uno de cada cinco empleos conforme a los datos de afiliación, y solo el 2% perciben una pensión de la Seguridad Social. 

Se aprecia una diversificación de la economía, y por tanto una mayor capacidad de resistencia ante las calamidades que se han ido sucediendo, algo que también ha contribuido a reducir la volatilidad del empleo en comparación con épocas anteriores. La subida en escala de los servicios no turísticos y el despliegue de las energías renovables han aportado solidez al superávit exterior, al tiempo que atraen capital extranjero. Otro factor que ha permitido capear los shocks es el saneamiento de los balances de hogares, empresas y entidades financieras. No se vislumbra ninguna burbuja de crédito (sí burbujea el precio de activos como la vivienda). 

La consecuencia es que nuestro PIB per cápita ha pasado de crecer durante el periodo 2000-2015 por debajo de la media europea, a avanzar al mismo ritmo que esa media en el último decenio. Hoy por hoy, una Francia en aprietos se enfrenta a una renta per cápita renqueante, mientras que Alemania encadena varios años de retroceso del nivel de vida. Si Italia, por su parte, conoce una mejora de su PIB per cápita, la causa se encuentra en una preocupante pérdida de población y no en una mejora de eficiencia. 

Nuestro modelo productivo, en suma, se ha diversificado y es más inclusivo desde el punto de vista del empleo, de modo que el crecimiento está siendo más equilibrado. Ahora bien, el modelo parece haberse transformado, ya que falta el ingrediente crucial de la productividad, cuyo repunte es muy reciente (y débil) para prefigurar una inflexión estructural. En un informe reciente, la OCDE apunta a la debilidad de la inversión empresarial como uno de los frenos de la productividad:  el programa Next Generation, que ya se encuentra en su tramo final, no parece haber servido de palanca para impulsar la revolución transformadora que se prometía. Los recursos han consolidado algunos avances previos al plan, como la electrificación o el cambio de modelo energético. También se han financiado proyectos de infraestructuras públicas. Pero el despliegue de nuevas tecnologías no parece estar a la altura de las expectativas, mientras que la eclosión de un potente tejido de medianas empresas –otra de las premisas para elevar la productividad– sigue siendo una carencia. Urge un enfoque renovado para desatascar la inversión y elevar la productividad, ya que la escasez de vivienda amenaza con constreñir la movilidad y limitar la incorporación de nueva fuera laboral, fundamento del modelo productivo vigente. 

PIB PER CÁPITA| Uno de los indicadores económicos más relevantes es el crecimiento del PIB per cápita, o ratio entre lo que produce anualmente un país y su población. Esta variable aporta una información valiosa, si bien solo representa una media, y por tanto no refleja las disparidades sociales. En el periodo 2015-2024, el PIB per cápita español se incrementó un 0,6% anual, lo mismo que la media de la eurozona. Las aportaciones de la productividad y de la ratio de empleo sobre población, del 0,1% y 0,5%, respectivamente, son también similares a las registradas en el conjunto de la eurozona.

Este artículo se publicó originalmente en el diario El País.

Comparte esta entrada



Leer más
el-modelo-productivo-espanol

El modelo productivo español

Comparte esta entrada



El cambio de modelo
productivo es un tema recurrente del debate económico español. En comparación
con los principales socios comunitarios, el crecimiento se ha caracterizado por
una volatilidad excesiva, una baja productividad y un paro elevado, todo ello
redundando en una renta per capita languideciente, y motivando el
cuestionamiento de los cimientos sobre los que asienta nuestra economía.   

Más recientemente la voluntad de cambio se ha visto respaldada por el maná de los fondos europeos. Y efectivamente algo parece estar cambiando: tras la sucesión de varias crisis en un espacio de tiempo muy corto, se detectan señales de mejora del modelo. Sin embargo, la transformación como tal sigue siendo una tarea pendiente.

La diversificación de la estructura productiva, que se traduce en una menor dependencia del binomio construcción-turismo, es una de las principales evoluciones. Para una economía abierta como la española, disponer de varios polos fuertes de competitividad es una ventaja. A este respecto el comportamiento de los servicios no turísticos, la expansión de las energías renovables y la relativa resistencia de la industria en comparación con otros socios europeos garantizan una mayor resiliencia ante posibles shocks que en épocas anteriores. Además, el crecimiento es más robusto que en los ciclos expansivos precedentes, ya que se basa en un sólido excedente externo y no está sostenido por una burbuja financiera, ni empresas zombies que sobreviven con crédito ultra barato. El mercado laboral parece funcionar de manera menos ciclotímica, asemejándose al resto de Europa, si bien con un desempleo estructural a todas luces excesivo.

Frente a estos avances, la principal característica del modelo productivo se mantiene, o incluso se ha agudizado: la economía crece principalmente incorporando fuerza laboral, y de manera residual elevando la productividad, o disminuyendo drásticamente el desempleo estructural. Se puede incluso decir que nuestro modelo aditivo se ha perfeccionado, a tenor de la entrada de más de medio millón de trabajadores extranjeros estos últimos dos años. 

Los datos más recientes ofrecen pocas novedades: si bien la inversión productiva o en equipamiento, variable clave para desatascar la productividad, registra un repunte, sigue rezagada en relación a los niveles prepandemia. Desde 2015 la inversión ha crecido apenas un 9%, menos que los otros componentes del PIB, y también por debajo de los registros de otros países europeos. Por ejemplo, en Suecia, uno de los países punteros en términos de productividad, la inversión productiva se ha incrementado un 27% durante el mismo periodo. 

Las empresas españolas disponen de excedentes, que sin embargo no se utilizan plenamente para ensanchar la capacidad productiva. La renta disponible de las corporaciones (variable que se obtiene restando del excedente de explotación los pagos por intereses, dividendos e impuestos) se ha incrementado más que la inversión, dejando a las empresas un importante margen para desendeudarse o acumular activos. Dicho ahorro financiero equivale al 12,6% de la renta disponible, superando los registros de todos los otros grandes países europeos. Por el contrario, en Suecia el volumen de inversión excede la renta disponible de las empresas, de modo que éstas recurren a la financiación externa en vez de acumular activos financieros o desapalancarse.

El volumen de ahorro financiero podría estar moderándose, a tenor de las cuentas de las empresas del primer trimestre. La deuda ha caído hasta los niveles reducidos de principios de siglo, de modo que para muchas corporaciones tiene más sentido invertir en el negocio en vez de seguir devolviendo préstamos. La perspectiva de un descenso de los tipos de interés aceleraría este proceso, estimulando la inversión. El ligero repunte de la demanda de crédito detectado por el Banco de España en su última encuesta es otra señal. Con todo, de momento, no se percibe un punto de inflexión en el modelo productivo, ni un salto cualitativo como consecuencia de los fondos europeos. 

 INVERSIÓN | Según las cuentas financieras del primer trimestre de este año, las corporaciones dispusieron de una capacidad de ahorro equivalente al 3,6% del PIB (sumando el ahorro neto y las transferencias de capital). El excedente se destinó solo en parte a incrementar la inversión productiva: la formación de capital alcanzó el 61% del ahorro disponible. El resto de ese ahorro sirvió para reducir pasivos, principalmente devolviendo préstamos, o acumular activos financieros, representando el 22% y el 17% del excedente disponible, respectivamente. Entre los activos financieros más demandados destacan el efectivo y los depósitos.  

Este artículo se publicó originalmente en el diario El País.

Comparte esta entrada



Leer más
cambio-en-la-fisionomia-de-la-economia-espanola

Cambio en la fisionomía de la economía española

Comparte esta entrada



El auge del turismo, con los beneficios que acarrea y también las externalidades para las poblaciones residentes, ha sido una de las sorpresas más comentadas este año. Sin embargo, la verdadera novedad está protagonizada por los servicios no turísticos de mercado, un sector que agrupa actividades profesionales, científicas, técnicas, financieras, de información y comunicaciones, entre otros.

En los últimos cinco años, el valor añadido de este agregado escaló nada menos que un 12%, frente al 8,3% de las ramas más estrechamente asociadas al turismo, es decir comercio, transporte, hostelería y restauración (con cálculos realizados comparando el primer trimestre de este año con el mismo periodo de 2019). Por comparación, el valor añadido de la industria manufacturera se incrementó un escaso 2,8%, un resultado todavía favorable en comparación con otras economías europeas.  


El impacto en el mercado laboral es notable: el sector de servicios no turísticos es responsable de uno de cada tres empleos nuevos generados desde 2019, y su expansión no parece detenerse a tenor de los recién publicados resultados de la afiliación.   

El tirón obedece en parte
a un cambio más o menos coyuntural de las pautas de consumo, pero también la posición
competitiva del sector, factor mucho más fundamental. Año tras año, las
empresas españolas especializadas en estos servicios ganan cuota en los
mercados internacionales, de modo que las exportaciones netas, o balanza, se ha
aupado hasta el 2,3% del PIB, el doble que hace una década. La balanza del
turismo, por su parte, arroja un resultado incluso más positivo pero no muy
distinto de la media histórica.  

En suma, todo apunta a
que estamos ante un cambio en la fisionomía del tejido productivo, fruto de la
expansión de un sector que tiene la ventaja de complementar los pilares
tradicionales de la economía española, sin expulsarlos (ausencia de efecto crowing
out
).

Esta revolución
silenciosa tiene implicaciones relevantes para la política económica. En primer
lugar, una mayor integración europea de los mercados de servicios sería
especialmente beneficiosa para las empresas españolas que gozan de un posicionamiento
competitivo favorable. Si bien los productos industriales circulan libremente
entre los países miembros, el comercio de servicios se enfrenta a numerosas
barreras técnicas, fiscales y regulatorias, dificultando la eclosión de
campeones europeos, según el informe Letta, y frenando el crecimiento de
economías como la nuestra que poseen una ventaja comparativa en este sector.

Por otra parte, los servicios no turísticos adolecen del mismo problema de bajo crecimiento de la productividad que el resto de la economía. Algunas de estas ramas, como las actividades profesionales y científicas presentan un nivel elevado de productividad, pero no otras, caso de los servicios inmobiliarios. Y, en su conjunto, la productividad apenas ha avanzado en la última década (habiéndose incluso reducido ligeramente desde la pandemia), a diferencia de la industria manufacturera, pionera en materia de robotización y automatización. El déficit de inversión empresarial incide aquí, como en el conjunto de la economía. 

Con el despliegue de la
inteligencia artificial es probable que afloren mejoras de la productividad,
con impactos de gran magnitud en el empleo y la competitividad del sector. Pero
sabemos que el efecto positivo de la tecnología en términos de productividad no
es automático: mucho depende de la adaptación de las políticas y de las
prácticas empresariales. A este respecto, el desarrollo de programas de
formación en la utilización de las nuevas tecnologías sería de gran ayuda para
mantener la posición competitiva del sector, y al tiempo mejorar la gestión
empresarial y la calidad del empleo, factores todos ellos que favorecen la eficiencia
productiva. Pensemos, por ejemplo, en la investigación farmacéutica, para la
cual España posee importantes nichos de ventaja comparativa.

La expansión de los
servicios no turísticos ha aportado una diversificación saludable, pero no
resuelve los déficits de inversión, productividad y salarios que todavía
lastran la economía española.          

VIVIENDA| Distintos análisis muestran que el principal factor que explica la escasez de vivienda es el débil crecimiento de la construcción residencial tras el estallido de la burbuja inmobiliaria. En los dos últimos años se han construido menos de la mitad de viviendas de lo que sería necesario habida cuenta del crecimiento poblacional, agravando el problema de escasez. Funcas prevé un crecimiento de la inversión en construcción del 2,9% en 2024, medio punto más que en los dos últimos años, siendo este todavía un repunte insuficiente para contener el déficit habitacional.

Este artículo se publicó originalmente en el diario El País.

Comparte esta entrada



Leer más
las-cooperativas,-una-forma-singular-de-hacer-empresa

Las cooperativas, una forma singular de hacer empresa

En 2023, casi 19.000 empresas estaban inscritas como sociedades cooperativas en España, lo que representaba el 0,6% de los casi tres millones y medio de empresas activas en España[1]. A pesar de su reducida importancia numérica, su evolución muestra una notable estabilidad tras el final de la crisis financiera de 2008-2013, desafiando los muchos y variados impactos que ha sufrido la economía española (gráfico 1). Además, desde los años previos a la pandemia y con la sola excepción de 2020, el ritmo anual de creación de cooperativas se ha mantenido en un rango muy estable (gráfico 2). Sin embargo, esta estabilidad contrasta con la evolución de la cifra total de empresas activas, que ha seguido una tendencia ascendente desde 2014 (gráfico 1), de forma que la participación de las sociedades cooperativas en el conjunto del sector empresarial español ha caído levemente del 0,7% al 0,6%.


En 2023 se registraron 1.475 nuevas sociedades cooperativas en la Seguridad Social, de las cuales el 78% eran cooperativas de trabajo asociado; es decir, sociedades formadas por profesionales que se unen para gestionar conjuntamente el trabajo que llevan a cabo. El resto estaba formado principalmente por cooperativas de vivienda (11%) y de consumidores (6%) (gráfico 3). Ese año, el número medio de socios en las nuevas cooperativas fue de 4,1, y en las de trabajo asociado, de 2,8[2]. De entre las cooperativas activas, una de cada cinco (21%) carece de asalariados, y casi dos de cada tres (64%) tienen menos de 10 empleados (gráfico 4). Se trata, por tanto, de un tipo de sociedad utilizada, sobre todo, en microempresas.


Si bien se echan en falta datos oficiales recientes acerca del empleo total que generan las cooperativas en el conjunto de España, las cifras de la Seguridad Social correspondientes a 2020 apuntaban entonces a niveles próximos a los 280.000 trabajadores, una cifra no desdeñable[3]. Con todo, el verdadero valor añadido de las cooperativas radica en la calidad del empleo que ofrecen a sus socios y en lo característico de su forma de gobierno, participativo y democrático.

La Encuesta de Población Activa revela la presencia predominante de varones de origen nacional entre los cooperativistas, y permite concluir que los dos grandes colectivos que se han incorporado en las últimas décadas al mercado laboral aún no lo han hecho en la misma medida a las sociedades cooperativas. En efecto, entre los miembros de cooperativas solo tres de cada 10 son mujeres (30,5%), una proporción sustancialmente menor que la observada en el total de ocupados (46%) e, incluso, que la del grupo de empresarios sin asalariados (36,2%) (gráfico 5). Asimismo, la presencia de personas con nacionalidad extranjera o doble nacionalidad es muy baja, con solo un 6% de socios extranjeros entre los cooperativistas. Esta cifra, solo superior a la de los asalariados del sector público (2,6%), es considerablemente menor que la de los autónomos (17,8%) y los empleadores (13,5%) (gráfico 6).


Las cooperativas en España han tenido tradicionalmente un papel relevante en la agricultura y todavía hoy esta rama de actividad sigue siendo muy importante para el cooperativismo. Mientras que en el trienio 2021-2023 solo el 4% de los trabajadores se dedicaba al sector primario, este porcentaje ascendía al 17% entre los cooperativistas (gráfico 7). Asimismo, una parte de la reputación histórica del cooperativismo tiene referentes industriales y, de hecho, todavía hoy destaca el peso del sector secundario en las cooperativas: uno de cada tres cooperativistas (32,6%) trabajaba en la industria, mientras que en el conjunto de la población ocupada lo hacía solo una de cada siete personas. En cambio, aunque casi tres de cada cuatro trabajadores en España estaban empleados en el sector servicios (76%), entre los cooperativistas esta proporción ni siquiera llegaba a la mitad (44,5%). El notable peso relativo de la agricultura y la industria entre los miembros de cooperativas, en comparación con el total de ocupados en España, pone de manifiesto la importancia de las cooperativas para algunos colectivos y territorios de sectores tradicionales, pero fundamentales, de economías avanzadas como la española.

Merece destacarse, por lo demás, que el porcentaje de cooperativistas con estudios superiores (46,8%) queda ligeramente por encima de la media de todos los ocupados (45,9%), superando claramente al de los autónomos (40,1%) (gráfico 8). También se aproxima a la media para el total de ocupados la proporción de cooperativistas en ocupaciones consideras de “nivel alto” (directores y gerentes, técnicos y profesionales científicos e intelectuales y técnicos y profesionales de apoyo) (gráfico 9).


Constituidas para cumplir el
fin social que deciden libremente sus socios, las cooperativas son testimonio
de la diversidad institucional de las economías de mercado, que pueden albergar
formas societarias muy variadas. Pero no constituyen una forma más, sino
probablemente la que ostenta un bonus reputacional más alto. Se valora
particularmente su contribución a la inclusión social, a la generación de
sociedades más participativas y cohesionadas, así como a la construcción de un
futuro sostenible, más democrático, más estable e incluso más pacífico[4].


Es evidente que la capacidad de las cooperativas para proporcionar empleo de calidad y mejorar las condiciones de vida de sus socios las convierte en una opción atractiva para bastantes trabajadores en algunos sectores y territorios. Ahora bien, cobrar conciencia de esas fortalezas y virtudes en el Día Internacional de las Cooperativas es tan importante como preguntarse por qué esas cualidades no han sido suficientes para que su número haya crecido a la par que el del conjunto de las empresas activas en España desde el inicio de la recuperación en 2014.


[1] Fuente: Explotación Estadística del Directorio Central de
Empresas, INE.

[2] Fuente: Base de Datos de la Economía Social, Ministerio de
Trabajo y Economía Social.

[3] Fuente: Base de Datos de la Economía Social, Ministerio de
Trabajo y Economía Social.

[4]  Así se desprende de la presentación que de este día hace
Naciones Unidas. Véase https://www.un.org/es/observances/cooperatives-day.

Leer más
la-bajada-de-tipos-de-interes

La bajada de tipos de interés

Parece que el Banco Central Europeo iniciará la disminución del precio oficial del dinero en su próxima reunión del 6 de junio. Nunca se sabe. Son decisiones que dependen de los datos hasta el último minuto pero todo apunta a que sí. Incluso se habla de que un segundo descenso de tipos para la reunión del 18 de julio. De manera consecutiva. El BCE comenzará ese proceso sin que la Reserva Federal estadounidense lo haga. Tras meses en que se especulaba que la Fed iba a iniciar los descensos de tipos antes, lo ha ido posponiendo ante la fortaleza de la economía americana y la resistencia aún existente —aunque cada vez menor— de la inflación a volver a su nivel de referencia, el 2%.

Los banqueros centrales de ambos lados del Atlántico parecen convencidos —casi confiados— en sus últimas declaraciones de que la inflación evolucionará favorablemente. Esa confianza parece más consolidada en la zona euro que en Estados Unidos, que quiere esperar un poco más antes de bajar tipos. También el Viejo Continente tiene una coyuntura macroeconómica más débil, por lo que le vendrá muy bien un estímulo monetario en forma de abaratamiento del precio oficial del dinero. El crecimiento de los salarios europeos se está desacelerando, lo que probablemente es compatible con las proyecciones de remuneraciones futuras del factor trabajo y de la inflación que maneja ahora el BCE, y por eso, es más probable que comiencen pronto los descensos de tipos.

El cierto desacople en las decisiones de los dos
principales bancos centrales —Fed y BCE, que no bajarán a la vez— habrá que
seguirlo de cerca, por las consecuencias sobre los mercados cambiarios y los
flujos de capitales. La economía estadounidense, a pesar de algún dato suelto
de empleo que no es tan favorable, sigue cerca del pleno empleo y creciendo con
fuerza. Las noticias de las empresas tecnológicas y sus potentes inversiones en
inteligencia artificial son uno de los grandes pilares que sustentan esa
bonanza y deberían azuzar a la adormecida Europa, donde parece que vamos mucho
más rezagados en esas inversiones. Esa vitalidad empresarial, junto a tipos de
interés más elevados allí, pueden apreciar el dólar y encarecer algunas de las
importaciones europeas más importantes, como el petróleo y gas. No es que esa
evolución de las divisas necesariamente vaya a generar una nueva ronda de
inflación en Europa pero habrá que estar muy atentos.

El que disminuyan los tipos no significa que no vayamos a continuar un tiempo —más de lo imaginado hace dos años— con niveles elevados, superiores al 3%. Aunque las empresas y familias notarán un alivio, aun estarán lejos de las benignas condiciones financieras existentes antes de 2022. El futuro entorno de tipos más bajos también ayuda a entender los movimientos corporativos en el sector bancario como el que estamos viendo entre BBVA y Sabadell, primero “amigable” y ahora hostil. Lo que pase con el precio oficial del dinero va a ser determinante hasta finales de 2025.

Este artículo se publicó originalmente en el diario La Vanguardia.

Gracias por leer La bajada de tipos de interés, una entrada de Funcasblog.

Leer más
el-impulso-de-la-inmigracion

El impulso de la inmigración

Comparte esta entrada



Una de las claves del dinamismo que mantiene la economía española contra vientos y mareas reside en la incorporación de mano de obra extranjera, siendo este un factor favorable que, sin embargo, también pone de manifiesto las deficiencias de nuestro modelo productivo. Desde el primer trimestre de 2022, el número de ocupados originario de otros países o con doble nacionalidad se ha incrementado más de un 20%, casi doce veces más que el crecimiento de la ocupación entre los españoles.


Incluso teniendo en cuenta la sobrerrepresentación de los trabajadores inmigrantes en sectores con niveles de productividad inferiores a la media, su contribución a la economía es innegable, aportando más de la mitad del avance del PIB registrado estos últimos dos años. Esta es además una estimación conservadora, basada en una extrapolación mecánica de la contribución del empleo a la economía, bajo la hipótesis de fungibilidad perfecta entre mano de obra autóctona y foránea. El supuesto es poco realista: en los sectores poco atractivos para los españoles o que se enfrentan a fenómenos de escasez, la actividad se sustenta en parte gracias a los no nacionales.   

La inmigración obedece
sobre todo a motivos laborales, como lo refleja la composición por edad, siendo
la franja de entre 25 y 54 años la más representada. Por otra parte, la tasa de
ocupación de la población de origen extranjero es prácticamente la misma que la
española, a diferencia del déficit de empleo que padecen los inmigrantes en la
mayoría de los países europeos. La brecha es particularmente pronunciada en
Alemania, con una diferencia de tasa de ocupación entre población nacional y
foránea superior a 11 puntos, y en Francia con casi 7 puntos. La importancia de
América Latina como origen de la mayoría de inmigrantes contribuye a explicar
la relativa facilidad de su integración en el mercado laboral.

Todo ello sirve también a
frenar el envejecimiento poblacional, con efectos relevantes para el sistema de
pensiones. La población extranjera cuenta con 5,6 ocupados por cada persona de
más de 65 años (en Francia, país con una inmigración más arraigada, la ratio es
solo de 3). En comparación, la población española registra 2 ocupados por cada
persona mayor de 65 años. La relativa facilidad con que la población inmigrante
encuentra un puesto de trabajo es coherente con un estudio reciente de la OCDE
que evidencia un impacto favorable en la hacienda pública para el caso de
España: según estas estimaciones, los ingresos que aporta la incorporación de extranjeros
en concepto de impuestos y cotizaciones sociales excederían el gasto que
ocasionan, particularmente en la sanidad pública.

Frente al impacto
inmediato, a todas luces positivo desde el punto de vista económico, la
inmigración también exacerba algunos de los principales retos estructurales. El
más visible es el desequilibrio en el mercado de vivienda que se cierne como un
cuello de botella sobre la economía española. La inmigración, por sí sola,
también podría reforzar el sesgo “aditivo” de nuestro modelo productivo, basado
en la incorporación de fuerza laboral barata relativamente al coste del capital,
pudiendo por tanto actuar como un desincentivo a la inversión en equipamiento. Si
bien la contratación de personal extranjero sirve para aliviar los problemas de
escasez de mano de obra que han aparecido en algunos sectores, también hace
menos urgente la mejora de las políticas de formación o la intermediación
laboral. Tampoco soluciona la debilidad de la productividad, ya que la sobre
cualificación de los trabajadores extranjeros es aún más acusada que para los
autóctonos, redundando en una pérdida de capital productivo.

La paradoja es que la
entrada de mano de obra extranjera está aportando dinamismo a la economía
española, al tiempo que modera la sensación de urgencia para afrontar los
grandes desafíos de inversión, paro estructural y productividad.          

EMPLEO | La ocupación se ha incrementado en 1 millón de personas en los últimos dos años, de las cuales 350.000 son españolas, 536.000 extranjeras y el resto personas con doble nacionalidad (comparando la EPA del primer trimestre de 2022 y 2024). Los perfiles educativos han mejorado durante este periodo para los tres grupos poblacionales, si bien las diferencias son todavía notables: algo más de la mitad de los ocupados españoles han alcanzado un nivel de educación superior, frente al 28% de los extranjeros y el 36% en el caso de los doble nacionales.   

Este artículo se publicó originalmente en el diario El País.

Comparte esta entrada



Leer más
bbva-sabadell:-una-fusion-que-pide-dos-cautelas

BBVA-Sabadell: una fusión que pide dos cautelas

Comparte esta entrada



Parece que vuelven los movimientos corporativos
en el sector financiero español. La confirmación
este martes de BBVA sobre su interés en Banco Sabadell, enviada a la
Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), marca un potencial punto de
inflexión en el panorama bancario tanto español como internacional. Este
interés no es simplemente un gesto corporativo. Es un segundo intento de esta
consolidación, cuatro años más tarde y parece representa una estrategia
reflexiva diseñada para enfrentar un mercado global cada vez más desafiante y
competitivo.

Ha sorprendido el anuncio por la estabilidad y holgados resultados que en
estos momentos tiene la banca española. Muchas de las fusiones y adquisiciones
del pasado acontecían para resolver problemas de solvencia o aprovechando bajas
valoraciones del precio de la acción de algunas de las entidades. Sin embargo,
el contexto ahora es diferente, sobre todo para una de ellas. Aunque el BBVA
permanece con sus fortalezas tradicionales y con suficiente liquidez y
solvencia —que tiene desde finales de 2020 tras su venta de su banco en EEUU—,
el Sabadell está mucho mejor posicionado en el mercado, saneado y con una
rentabilidad razonable. Hoy el Sabadell es cuatro veces más caro que en 2020
(alcanzando los 9,4 mil millones de dólares), aunque el BBVA también ha visto
como su valor se triplicaba en el mismo periodo (llegando a los 62,7 mil
millones de euros actuales). Mejores cifras que pueden hacer más fácil rematar
la fusión de un modo más dulce para todos.

El contexto actual del sector bancario global
exige una capacidad de adaptación y escalabilidad que solo entidades de
considerable magnitud pueden gestionar eficazmente. En este sentido, la posible
fusión entre BBVA y Sabadell encajaría bien en el nuevo entorno tecnológico,
que requiere voluminosas inversiones. Con una capitalización de mercado
combinada de unos setenta mil millones, esta fusión podría fortalecer su
competitividad frente a gigantes internacionales y podría mejorar su capacidad
para innovar y expandirse en nuevos mercados. Para bancos como BBVA y Sabadell,
que ya han invertido considerablemente en tecnología, este movimiento podría
significar una aceleración en la implementación de plataformas bancarias más
robustas y competitivas.

En la escala internacional, BBVA y Sabadell ya
poseen una notable presencia en diversas regiones, pero su unión podría
optimizar esta cobertura geográfica. Por ejemplo, BBVA tiene una fuerte presencia
en América Latina, Estados Unidos, Turquía y algunos países de la UE, mientras
que en el Sabadell destaca la presencia significativa en el Reino Unido, tras
la compra del banco británico TSB hace unos años. La combinación de sus redes
podría resultar en una cobertura sin precedentes, que puede permitir compartir
estrategias de mercado que serían beneficiosas en términos de costos y
expansión de servicios.

Las reacciones del mercado tras el anuncio fueron
reveladoras: las acciones de Sabadell
experimentaron un alza, reflejando la percepción positiva de los
inversores sobre el valor añadido que la fusión podría representar para ellos.
Por otro lado, la caída en las acciones de BBVA refleja una típica cautela del
mercado ante los costos iniciales y los desafíos de integración que cualquier
fusión de esta magnitud conlleva.

Es oportuno, asimismo, comentar dos cautelas muy
importantes ante esta operación que se deben valorar adecuadamente. En primer
lugar, el impacto sobre la competencia del sector financiero, ya altamente
concentrado, y en el que es bueno seguir contando con suficiente rivalidad por
el bienestar de los clientes bancarios. La segunda cautela es sobre el empleo
de ambas entidades en España, ya que existen solapamientos entre sus zonas de
influencia. Este puede ser un tema sensible a la hora de poner en práctica la
fusión.

En definitiva, la fusión BBVA-Sabadell podría ser interpretada, con un guiño a El Quijote, como la creación de otro “gigante” no solo para competir, sino para prosperar en un mercado global donde los “molinos” —desafíos como la digitalización, la regulación financiera y la necesidad de innovación constante— son cada vez más numerosos y complejos. Este movimiento no solo redefiniría la trayectoria de ambas entidades, sino que también reforzaría el panorama de competidores fuertes españoles en un escenario global demostrando que, en tiempos de incertidumbre, la unión y la visión estratégica pueden ser la clave para no solo sobrevivir, sino también para liderar.

Este artículo se publicó originalmente en el diario Cinco Días

Comparte esta entrada



Leer más

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies