el-descenso-de-la-natalidad-en-espana-se-puede-hacer-notar-en-la-eso

El descenso de la natalidad en España se puede hacer notar en la ESO

Comparte esta entrada



España se enfrenta a un desafío demográfico que se manifiesta en la disminución constante de la natalidad en las últimas décadas. El fenómeno ha comenzado a tener un impacto significativo en las distintas etapas educativas, reflejándose inicialmente en la reducción del número de estudiantes en el segundo ciclo de Infantil, después en Primaria, y ahora, en el curso actual 2024-25, podría llegar a la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). La publicación Datos y Cifras. Curso escolar 2024-25 del Ministerio de Educación, FP y Deportes muestra que la ESO podría experimentar una caída de alumnado de 10.811 estudiantes (-0,5%), la primera en este nivel educativo desde 2010-11.


El análisis del impacto de la evolución demográfica en los centros educativos en España fue, precisamente, uno de los asuntos tratados en la jornada virtual organizada por Funcas sobre el panorama de la Educación, con la intervención de varios expertos (Jaime Vaquero del Ministerio de Educación, FP y Deportes, Gara Rojas de la OCDE y Antonio Cabrales, Catedrático de la Universidad Carlos III). En esa jornada se expusieron datos que muestran los efectos de la disminución de la natalidad en el sistema educativo español. Así, el informe Education at a Glance 2024 de la OCDE muestra cómo, entre los distintos países de la OCDE, España se sitúa en una posición intermedia en cuanto al tamaño de las escuelas de primaria, con un promedio de 27 estudiantes por centro educativo de esta etapa educativa, con un 5% de centros que tienen 76 o más estudiantes por nivel. El informe de la OCDE también muestra que las provincias con un mayor porcentaje de escuelas pequeñas se localizan en las áreas rurales y menos pobladas, como Zamora, Cáceres, Lugo y Teruel, donde la proporción de estos centros supera el 65%. 

Por otro lado, el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) del Ministerio de Educación, FP y  Deportes muestra que en el segundo ciclo de infantil (3-6 años) y en primaria, hay menos estudiantes por docente en España con respecto a la OCDE (13 y 12 en España, por los 15 y 14 en la OCDE). España tiene también una menor ratio de estudiantes por docente en la ESO (11) que el promedio de países desarrollados (13), una diferencia que se amplia aún más en la educación universitaria (13 frente a 17).

En definitiva, la disminución de la natalidad en España está provocando que algunos colegios de primaria, sobre todo de las zonas rurales, tengan un alumnado muy reducido y que la ratio de estudiantes por docente sea más baja que en la OCDE. En la ESO, esta ratio es también más limitada en España que en los países desarrollados, incluso antes de que hayan llegado los efectos de la limitada natalidad de nuestro país. En los próximos años la diferencia entre nuestro país y la OCDE podría incluso aumentar. 

¿Debilidad u oportunidad?

La disminucion de la natalidad en educación, aunque en otros ámbitos es un fenomeno negativo, brinda nuevas oportunidades en educación. Antonio Cabrales subrayó en la jornada la necesidad de que la educación en España evolucione hacia un modelo más adaptativo, capaz de preparar a los estudiantes para los retos que impone la automatización y el cambio constante del mercado laboral. Su argumento se basa en la idea de que la formación basada en la mera adquisición de conocimientos ya no es suficiente. En su lugar, propone un enfoque centrado en el aprendizaje activo y la resolución de problemas. Este tipo de educación permitiría a los futuros trabajadores ser más flexibles y adaptarse mejor a un entorno laboral que demanda nuevas habilidades y competencias con rapidez. 

El aprendizaje activo no solo reduce las tasas de abandono educativo, sino que también fomenta un entorno en el que los estudiantes pueden aplicar los conocimientos de manera práctica, preparándolos para un mercado laboral en constante evolución. Menos estudiantes por profesor no solo significa más atención individualizada, sino también una oportunidad para implementar métodos pedagógicos más dinámicos y efectivos, como el aprendizaje basado en proyectos.

Comparte esta entrada



Leer más
24-de-enero:-dia-internacional-de-la-educacion

24 de enero: Día Internacional de la Educación

Comparte esta entrada



Desde 2018, cada 24 de enero se celebra el Día Internacional de la Educación. La UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) ha decidido enmarcar la celebración de este año bajo el lema “Cambiar el rumbo, transformar la educación”, que sugiere cierta insatisfacción con el estado de la educación actual en el mundo e indica la necesidad de un giro educativo. 

Cada país puede identificarse más o menos con este lema en función de la calidad y el rendimiento de su sistema educativo. En el caso de España, los informes de evaluación de competencias promovidos por la OCDE han situado a nuestro país en puestos comparativamente bajos de los distintos rankings que miden el rendimiento del sistema educativo entre los alumnos que cursan el último curso de educación obligatoria (PISA) y entre la población de 16 a 65 años (PIAAC). Estas evidencias comparativas avivan periódicamente el debate sobre la educación en España, muy marcado también por la inestabilidad legislativa en esta materia (ocho leyes educativas desde 1980, la última aprobada en diciembre de 2020).

Ahora bien, estos debates desdibujan a menudo la importancia que la educación ha adquirido como motor de cambio social durante las últimas cuatro décadas. Según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), en 2021 el 36% de la población española entre 25 y 64 años ha cursado, como máximo, educación secundaria básica, el 10% educación secundaria superior generalista, el 24% educación secundaria orientada profesionalmente, y el 29% educación superior. Cuarenta años atrás, la proporción de población de la misma edad que había alcanzado, como máximo, el nivel de educación secundaria obligatoria era abrumadoramente mayoritaria (89%), mientras que la que contaba con títulos de educación secundaria superior (4%) o profesional (1%) o de educación superior (6%) era muy escasa (Gráfico 1).

Elaboración de Luis Garrido Medina a partir de datos EPA (IVT1980-IIIT1981 / IVT2020-IIIT2021).

(*) Población española nacida en España.

Ciertamente, desde la perspectiva del nivel educativo, la población de 16 o más años residente hoy día en España se distribuye en torno a dos polos. Por una parte, se concentra en los dos extremos de la distribución educativa: frente a aquellos con pocas credenciales educativas (45%) cobran creciente peso quienes cuentan con títulos de educación superior (33%). Solo un 22% de la población se sitúa en posiciones intermedias. Por otra parte, esta estructura bipolar también se plasma en perfiles educativos muy diferentes en función de la edad. Tal y como pone de relieve el Gráfico 2, mientras que abundan los universitarios entre quienes se encuentran en la primera fase de su trayectoria laboral (casi la mitad de los que tienen entre 25 y 34 años), en el colectivo de población mayor de 55 años se observa una proporción amplia de personas con un nivel educativo muy bajo.

Elaboración propia a partir de datos de EPA2021/III.

Las diferencias entre hombres y mujeres son muy llamativas. Así como entre los mayores de 59 años la proporción de hombres con estudios superiores es mayor que la de mujeres, a medida que disminuye la edad, aumenta la diferencia en el porcentaje de universitarios a favor de las mujeres (Gráfico 3). En el grupo de personas entre 25 y 34 años esta diferencia alcanza su máximo: más de la mitad de ellas (55%) han completado estudios superiores, mientras que ellos presentan una proporción de titulados superiores mucho menor (42%).

Elaboración propia a partir de datos de EPA2021/III.

A pesar de estos datos positivos sobre el nivel educativo de los adultos jóvenes, no todo son buenas noticias. La polarización ya señalada también afecta a la composición de este grupo, de modo que, a día de hoy, son muchos los jóvenes con escasos recursos educativos. En efecto, el 28% de los que cuentan entre 25 y 34 años han alcanzado, como máximo, titulación en educación secundaria obligatoria. Este porcentaje aumenta cuando solo se tiene en cuenta a los hombres de esas edades (33%). Y es que si bien en 2020 España se situaba por encima de la media comunitaria en la proporción de jóvenes con estudios terciarios, también registraba el  mayor porcentaje de personas entre 25 y 34 años con estudios básicos en la Unión Europea (27), casi duplicando la media europea (15%), como se aprecia en el Mapa 1.

Elaboración propia a partir de Eurostat [edat_lfse_03].

En definitiva, sin olvidar los grandes avances realizados por la sociedad española en cuanto a extensión de la educación, es preciso señalar en un día como hoy que en torno a tres de cada diez de quienes se encuentran en la fase inicial de participación en el mercado laboral (25-34 años) presentan niveles educativos bajos. La ausencia entre muchos jóvenes de formación post-obligatoria, específicamente orientada a la inserción en el mercado de trabajo, es un problema todavía muy presente en la sociedad española.

Comparte esta entrada



Leer más

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies