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Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia

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La posición de las mujeres en la ciencia depende, en gran medida, de su participación en la educación superior (universitaria). A este respecto es importante subrayar que, salvo en Alemania, en todos los países de la Unión Europea-27 la proporción de mujeres que en 2019 (últimos datos disponibles) se graduaron en la universidad fue superior a la de los hombres (Gráfico 1). 

Esa ventaja formativa de las mujeres se reduce, sin embargo, cuando se observan los datos correspondientes a la obtención del nivel educativo más alto, el que procura el acceso a la élite académica de una disciplina: el doctorado. En muchos países (entre ellos, los nórdicos, el Benelux, Francia, Austria y también Alemania), en 2019 se doctoraron más hombres que mujeres; sin embargo, en otros (por ejemplo, Portugal, Irlanda, Italia y España), el número de nuevas doctoras superó al de nuevos doctores (Gráfico 1). 

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Eurostat [educ_uoe_grad02].


Nota: Los “graduados” han completado “educación terciaria de ciclo corto” (short cycle tertiary education) o Grado o nivel equivalente (Bachelor’s or equivalent level).

Ahora bien, estos datos esconden diferencias significativas entre disciplinas académicas. Mientras en algunas disciplinas (sobre todo, educación y salud/bienestar) se doctoran muchas más mujeres que hombres, en otras (particularmente, tecnologías de la información y comunicación e ingenierías/producción/construcción), ellas están mucho menos representadas entre quienes alcanzan el doctorado. Esta pauta es común a diferentes países europeos (Gráfico 2), lo que indica la existencia de un patrón de género que prevalece sobre especificidades nacionales. 

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Eurostat [educ_uoe_grad02].


(*) “Servicios” incluye las disciplinas de deportes y turismo.

En España, las mujeres superaron en número a los hombres tanto entre los graduados como entre los nuevos doctores en 2019. Del total de 312.866 graduados, 172.833 fueron mujeres (55%); y del total de 9.340 nuevos doctores, ellas (4.732) representaron también algo más de la mitad (51%) (Gráfico 3). Pero las diferencias de género en la elección de estudios son ostensibles. Por ejemplo, mientras casi dos de cada tres mujeres se graduaron en 2019 (63%) en las ramas de salud/bienestar, educación y negocios/administración/derecho, solo uno de cada tres varones graduados (32%) obtuvo el título de Grado en esas disciplinas (Gráfico 4). 

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Eurostat [educ_uoe_grad02].


Nota: Los “graduados” han completado “educación terciaria de ciclo corto” (short cycle tertiary education) o Grado o nivel equivalente (Bachelor’s or equivalent level).


(*) “Servicios” incluye las disciplinas de deportes y turismo.

Si bien en todas las disciplinas habitualmente englobadas bajo la denominación STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) en 2019 se graduaron más hombres que mujeres, en ciencias naturales, matemáticas y estadística el número de graduados y graduadas se aproximó a la paridad (Gráfico 4). Cabe destacar que precisamente en este ámbito de conocimiento científico el número de mujeres que se doctoraron en 2019 (1.259) superó al de los hombres (1.067). En efecto, el 55% de quienes accedieron en ese año al título de doctor en las disciplinas de ciencias naturales, matemáticas y estadística fueron mujeres (Gráfico 5). De hecho, de todas las mujeres que se doctoraron en 2019 en España (4.732), el grupo de mayor volumen (27%) se concentra en ciencias naturales, matemáticas y estadística (mientras que de todos los hombres que se doctoraron en 2019 [4.608], el 23% lo hicieron en esas disciplinas). Si se tiene en cuenta el conjunto de las disciplinas STEM, el porcentaje de nuevas doctoras asciende al 37% (48% entre los hombres).

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Eurostat [educ_uoe_grad02].


Nota: Los “graduados” han completado “educación terciaria de ciclo corto” (short cycle tertiary education) o Grado o nivel equivalente (Bachelor’s or equivalent level).


(*) “Servicios” incluye las disciplinas de deportes y turismo.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Eurostat [educ_uoe_grad02].


(*) “Servicios” incluye las disciplinas de deportes y turismo.

Ampliando el foco a los Estados miembros de la UE, llama la atención que los países con tasas más altas de doctores y doctoras entre 25 y 34 años en materias STEM (por 1.000 habitantes) presentan una mayor desigualdad de género en esta variable (Gráfico 6). Efectivamente, en aquellos países en los que hay menos jóvenes doctores por cada 1.000 habitantes (por tanto, países con entornos científicos más débiles), la ratio entre hombres y mujeres es más similar, lo que, al fin y al cabo, devalúa la importancia de esa igualdad de género. En España, esta ratio se sitúa en 75 (doctoras de 25 a 34 años por cada 100 doctores varones de la misma edad), en el entorno de otros países europeos meridionales (Portugal e Italia) y significativamente por encima de los Estados miembros con mayor PIB per cápita de la UE (Gráfico 6). 

Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Eurostat [educ_uoe_grad07].

En un día como el de hoy en el que se celebra la participación de las mujeres y las niñas en la ciencia, es, sin duda, crucial reivindicar su contribución al conocimiento científico y la necesidad de reforzarla. Pero no menos importante es reclamar que la ciencia cobre más importancia en la sociedad, aumentando los recursos humanos dedicados a promover su producción y transferencia.

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La sociedad europea ante la ciencia y los científicos

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La radical contribución de la ciencia y la tecnología al aumento del bienestar no constituye ninguna exclusiva de la cuarta revolución industrial. Sin embargo, la celeridad de los cambios tecnológicos y, más recientemente, las urgencias derivadas de la pandemia de COVID-19 han enfatizado aún más su importancia, a la vez que han replanteado el papel de los científicos en el debate público. ¿Qué espera la sociedad de la ciencia y de los científicos?

A la luz de los datos del Eurobarómetro Especial “European citizens’ knowledge and attitudes towards science and technology“, publicados en septiembre de 2021, la visión que los ciudadanos de la Unión Europea tienen de la contribución de ciencia a la sociedad es muy positiva. Así lo declaran el 86% de los europeos y, además, esta es la opinión mayoritaria en todos los países europeos (gráfico 1). En España esta cifra se sitúa por encima de la media europea (90%). Destacan como los países con mejor opinión sobre los efectos de la ciencia y la tecnología Portugal, Irlanda y los países del norte de Europa (más del 95%). En el otro extremo, hay que considerar que, en algunos países del este de Europa, así como en Italia, Austria y Francia, el peso de los que afirman que la contribución de la ciencia es negativa no es nada desdeñable: 15% en Italia, 17% en Austria, 19% en Francia y 25% en Rumanía.

Dada la predominante visión positiva sobre la contribución de la ciencia y la tecnología a la sociedad, no sorprende que también sea grande el acuerdo con la intervención de los científicos en el debate político para garantizar que las decisiones tengan en cuenta las evidencias científicas (gráfico 2). En todo caso, cabe destacar que el porcentaje de ciudadanos europeos que así lo cree (68%) está por debajo del correspondiente a la opinión positiva sobre la contribución de la ciencia (86%), lo que sugiere que algunos ciudadanos prefieren que los científicos se mantengan alejados del debate político a pesar de que crean que la ciencia es positiva. Además, en este aspecto las diferencias entre los países europeos son algo mayores. Mientras que Estonia (85%), Bélgica (81%), Portugal (78%), e Irlanda (78%) destacan entre los países que abogan en mayor medida por la intervención de los científicos en el debate político, este porcentaje es sustancialmente menor en algunos países del este de Europa y especialmente en Hungría, único país en que esta opinión no es mayoritaria (43%). La cifra española (70%) se sitúa ligeramente por encima de la media europea.

De todas formas, de los datos del Eurobarómetro no puede deducirse que la sociedad mantiene una percepción positiva sobre el papel de los científicos en todas las dimensiones. Uno de cada dos europeos se declara de acuerdo con la frase: “Ya no podemos confiar en que los científicos digan la verdad sobre cuestiones científicas y tecnológicas controvertidas porque dependen cada vez más del dinero de la industria” (gráfico 3). A pesar de que España se sitúa por encima de la media europea en cuanto a la opinión positiva sobre la ciencia y la tecnología, también destaca por su grado de desconfianza (57%).

A pesar de la clara opinión positiva sobre la contribución de la ciencia a la sociedad, de estos datos se desprende que, para muchos europeos, los intereses económicos pueden interferir en el trabajo de los científicos y, por lo tanto, en su credibilidad. Al mismo tiempo, se puede esperar que la ciencia y la tecnología continúen aumentando su peso como generadores de crecimiento y bienestar. Quizás la divulgación científica y la transparencia en la investigación puedan convertirse en instrumentos imprescindibles para la cohesión social en las sociedades del futuro.

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