intenso-repunte-del-ipi-en-noviembre

Intenso repunte del IPI en noviembre

Comparte esta entrada



Indicador de producción industrial | NOVIEMBRE 2021


El IPI registró un fuerte ascenso en noviembre de 2021 del 4,5% sobre el mes anterior, el mejor resultado desde julio de 2020. Desde mayo había mantenido una tendencia descendente, que se ha interrumpido en noviembre, aunque aún es pronto para saber si esto supone un cambio de tendencia. 

En el caso del índice de solo manufacturas (que excluye los sectores extractivos y energéticos) el ascenso fue más modesto, un 1,6%, aunque también es un buen resultado que rompe con la trayectoria ligeramente descendente anterior. Tras este resultado, el índice se encuentra tan solo un 0,2% por debajo de los niveles prepandemia.

Se han registrado crecimientos en la gran mayoría de secciones que componen el índice, pero destaca especialmente el fuerte ascenso observado en fabricación de productos farmacéuticos y en maquinaria y equipo. La fabricación de automóviles se mantuvo estable en noviembre tras haber experimentado una recuperación el mes anterior. 

Cabe destacar que en el débil comportamiento del índice a lo largo de 2021 ha pesado mucho la negativa evolución del sector del automóvil. Este es el que más lejos se encuentra de los niveles previos al Covid-19, un 23,7% por debajo, y un 32% por debajo del máximo alcanzado en octubre de 2020, durante la recuperación posterior a la reapertura de la economía. Si excluimos el sector del automóvil, el resto de las manufacturas se situaba en noviembre un 3% por encima de los niveles precovid.

Consulta otros indicadores de actividad e industria.

Comparte esta entrada



Leer más
¿ya-no-nos-gusta-conducir?…-o-si

¿Ya no nos gusta conducir?… O sí

Comparte esta entrada

Existe una idea generalizada de que cada vez hay menos conductores con carné tipo B, que permite conducir un automóvil cuya masa máxima autorizada no excede de 3.500 kg y está diseñado para el transporte de no más de ocho pasajeros, además del conductor. Y la razón fundamental que se esgrime es la presencia de nuevos modelos de movilidad compartida que explicaría una menor preferencia por el vehículo privado y, por tanto, una menor necesidad de tener la licencia que permite conducir un coche.

En los países donde se cuenta con estadísticas oficiales sobre las características sociodemográficas de quienes poseen el carné de conducir se ha analizado esta cuestión y la conclusión principal es que el censo de conductores no disminuye en todos los países y donde está disminuyendo lo está haciendo de forma lenta. En España la falta de este tipo de encuestas oficiales justifica que sean muy pocos los estudios sobre esta cuestión y los que se encuentran se limitan a comparar dos momentos en el tiempo o bien hacen referencia a encuestas con una representatividad escasa sobre la población.

Delbosc y Currie (2013), por ejemplo, realizaron una revisión sobre las tendencias encontradas en otros trabajos en cuanto a la posesión del carné de conducir en 14 países desarrollados.  El rango temporal que abarcan discurría entre 1983 y 2010, y era diferente entre países, si bien los resultados eran bastante concluyentes en cuanto a que existió una reducción del 1% anual en 9 países (Australia, Estados Unidos, Canadá, Japón, Noruega, Suecia, Gran Bretaña, Alemania y Francia), pero en el resto (España, Finlandia, Israel, Holanda y Suiza) se produjo un aumento. En concreto, en España se muestra que en 2009 el 50% de los jóvenes entre 18 y 24 años tenían el carné de conducir, mientras que en 1999 esta cifra era tan solo del 37%. En la población con edades entre los 25 y los 29 años el incremento fue muy reducido, pues en esa década se pasó del 74% al 75%.

Recientemente, se pudo leer la afirmación “En cuestión de cinco años, España ha perdido más dos millones de conductores con carné de conducir B” en una revista especializada de automoción. Esta afirmación era sorprendente tanto por la magnitud de la caída como por tratarse de un período tan breve de tiempo. Además, este cambio de comportamiento era distinto al observado en otros países donde, a nivel agregado, no se observaban grandes diferencias en el censo total de conductores, aunque sí un retraso en la edad a la que se obtiene el carné de conducir. Es decir, cuando existe evidencia de que está disminuyendo el censo de conductores es muy leve porque se debe a que el porcentaje de jóvenes que tienen el carné de conducir ya está disminuyendo, pero cuando esto se traslada a la población de más de 30 años el efecto se diluye. Por ello la reducción identificada en España era extraordinaria, más aún porque se citaba como fuente oficial a la DGT (Dirección General de Tráfico).

Efectivamente, según la DGT, en 2015 había en España un total de 18,45 millones de personas con el carné de conducir tipo B; y en 2020 esta cifra solo ascendía a 16,37 millones. Sin embargo, esta variación tan notable (una reducción del 2,4% anual) era difícil que hubiera pasado tan desapercibido por quienes investigan en este campo. Un análisis de los datos de la DGT con un poco más de atención permitió identificar dónde estaba el matiz que, por otra parte, es crucial. Los 16,37 millones de personas a que se refieren en 2020, solo tienen el carné tipo B. Es decir, no poseen ningún otro carné de conducir ya sea de moto, camión o autobús. Lo que ha ocurrido es que esos dos millones de personas han pasado de tener solo el carné tipo B a tener también otros permisos, sobre todo de moto. Es preciso recordar que con una antigüedad de 3 años en el carné tipo B se pueden llevar motos de hasta 125 cc de cilindrada (siendo esta capacitación solo válida en España). Además, existen tres razones que pueden explicar el aumento de censo de conductores con permiso de coche y de moto. La primera, que esté aumentando la preferencia por las motos de más potencia de manera que, aunque se posea ya un permiso de coche con más de 3 años de antigüedad, será preciso sacarse el carné A2. La segunda que, debido al aumento del servicio de motosharing, que solo tiene motos con menos de 125 cc de cilindrada, los jóvenes quieran utilizar este servicio y obtengan el permiso de conducir estas motos (el tipo A1 se puede sacar a partir de los 16 años) y después saquen el carné de conducir de coches. Finalmente, es posible que los conductores tengan el permiso de coche con menos de 3 años antigüedad quieran sacarse el permiso tipo A1 para utilizar el servicio de motosharing. Comprar Reseñas google

En efecto, cuando se suman todas las combinaciones posibles que incluyen el carné tipo B más otros tipos de carnés, el censo total de personas que poseen el carné tipo B no solo no ha bajado, sino que ha subido: en 2020 hay 27,7 millones frente a 25,5 en 2015. El Gráfico 1 muestra claramente la situación. ¡Misterio resuelto!

Pero, en realidad, la variable que interesa analizar es qué parte de la población (en el rango de edad que puede acceder al carné) posee, al menos, el carné tipo B. El Gráfico 2 muestra el porcentaje de población con carné para conducir turismos y pone de manifiesto que entre 2010 y 2019 esta variable ha estado creciendo, siendo este crecimiento menos intenso durante la crisis de 2010 a 2013. Solo en el año 2020 se ha observado un ligero retroceso, pasando del 69,9% en 2019 al 69,1%. No obstante, este resultado no permite afirmar que se esté produciendo un cambio de tendencia, ya que el confinamiento provocado por la pandemia redujo sensiblemente la posibilidad de obtener nuevas licencias en todos los tipos de carné de conducir.

En definitiva, el análisis expuesto pone de manifiesto que el censo total de conductores de turismos no está disminuyendo. Trasladando esta conclusión al contexto de la movilidad permite afirmar que los nuevos modelos de movilidad que no requieren un permiso de conducir como las bicicletas, los patinetes o los coches de alquiler con conductor no están teniendo todavía efectos significativos en la población total (mayor de 18 años) en relación con la necesidad de tener el carné de conducir. Por tanto, es preciso seguir profundizando en el estudio del uso del vehículo privado.

Comparte esta entrada

Leer más
un-ano-de-menos-a-mas

Un año de menos a más

Comparte esta entrada

Todos los astros parecían haberse alineado para impulsar la recuperación total de la economía española en un horizonte próximo. Al cierre del año, el sentimiento empresarial se mantenía en cotas positivas (en diciembre superó en 8,5 puntos porcentuales la media de la serie que arranca en 2000), mientras que las carteras de pedidos auguraban una buena añada. Y la pujanza del mercado laboral ha superado las expectativas, quebrando la espiral de destrucción de puestos de trabajo de las anteriores recesiones.

Pero el escenario se ha complicado con la aparición de la versión ómicron de la crisis sanitaria, y sus reverberaciones en la actividad y en los precios. No solo porque la multiplicación de bajas laborales causadas por las infecciones ralentiza la actividad en los sectores del comercio presencial, de la agricultura o de la industria que no pueden recurrir al teletrabajo. El principal escollo radica en la nueva oleada de retrasos en los suministros, que sin duda provocará nuevos cuellos de botella en sectores como el automotriz, que veían la luz al final del túnel. Por tanto, todo apunta a que los motores de la recuperación de la actividad no funcionarán a pleno rendimiento, al menos hasta que la situación sanitaria se despeje y posteriormente se relaje la presión sobre los canales de abastecimiento.

Fuentes: Eurostat y BdE.

Las perspectivas de inflación también desmienten la visión de transitoriedad del BCE. Lejos de amainar, el IPC acelera su escalada hasta el 6,7% en diciembre, propulsado por el encarecimiento de la energía y sus efectos colaterales en los productos más intensivos en electricidad o expuestos a la crisis de suministros —descontando la energía y los elementos más volátiles, el IPC subyacente se acelera hasta el 2,1%—. El fenómeno atraviesa toda la eurozona, pero con especial ahínco en algunos de los países más alérgicos a la inflación: en Alemania el IPC alcanza el 5,7% y todavía el 3,9% en términos subyacentes, y algo parecido ocurre en Holanda y otros autodenominados “frugales” (la inflación supera el 10% en algunos bálticos). Sin duda, el precio del gas y de la electricidad debería relajarse tras el invierno por la menor demanda. Comprar Reseñas googlePero el retorno al objetivo del 2% antes de finales de año se complica y, por tanto, no es descartable que los halcones redoblen la presión sobre el BCE para dar una vuelta de tuerca adicional a la política monetaria.

En cualquier caso, los mercados ya empiezan a reflejar el giro que desde EE. UU. se extiende a Europa, en consonancia con la correlación histórica entre las dos zonas monetarias. Así pues, el alza del rendimiento de los bonos del Tesoro americano a 10 años se está contagiando a la deuda europea: la referencia alemana roza valores positivos por primera vez en tres años, arrastrando el resto de tipos de interés de la eurozona. Es decir, si bien el BCE promete condiciones más acomodaticias que la Reserva Federal, un desacoplamiento completo no es verosímil en un mundo financiero de vasos comunicantes donde el dólar mantiene su liderazgo por su condición de principal moneda de reserva.

Todo ello podría redundar en un nuevo año económico que iría de menos a más, de manera similar a lo acontecido en el anterior ejercicio: la doble crisis energética y de suministros frenará la capacidad productiva en los próximos meses, antes de suavizarse y dar paso a una recuperación más robusta en la segunda parte del año, liderada por el efecto demanda embalsada, todavía muy abundante, un previsible rebote del turismo extranjero y un mayor despliegue del plan de recuperación. Para el conjunto del año, el crecimiento podría sorprender al alza, gracias a la mayor adaptabilidad de la economía ante las diferentes olas de virus. Tendremos por tanto una oportunidad única de aplicar políticas expansivas que sirvan para potenciar la sostenibilidad de nuestra economía. Algo todavía posible en 2022, en un entorno fiscal y monetario irrepetible.

EUROZONA | Los principales indicadores de coyuntura apuntan a una incipiente ralentización de la actividad en la eurozona, pero también a una leve moderación del brote inflacionario. Tanto el índice PMI de gestores de compra como el de sentimiento económico estimado por la Comisión Europea se redujeron en diciembre. Pero en ambos casos los valores se mantienen en terreno expansivo (PMI superior a 50, y sentimiento económico un 15,3% por encima de la media desde 2000). El IPC de la eurozona se incrementó un 5% en términos interanuales, una décima más que en noviembre.

Este artículo se publicó originalmente en el diario El País.

Comparte esta entrada

Leer más
de-peugeot-a-apple:-asi-esta-cambiando-de-arriba-a-abajo-la-produccion-de-coches,-electronica-de-consumo-y-practicamente-todo

De Peugeot a Apple: así está cambiando de arriba a abajo la producción de coches, electrónica de consumo y prácticamente todo

Una crisis de escasez de microchips suena más a un alocado argumento de Futurama que a un evento real, lo cierto es que es un problema serio que afecta a los fabricantes de casi cualquier cosa que se nos ocurra. Pocas cosas hoy en día no tienen un componente electrónico que aumenta lo que puede hacer.

Pero la escasez es un problema real que va a afectar a casi todos los bienes de consumo duradero, pero también a los bienes de inversión y la maquinaria necesaria para fabricar todo. Algunos expertos no esperan que finalicen hasta 2023, y es posible que para entonces cambien como se fabrica todo.

La producción hasta ahora de automóviles

48736326482_9020ecb3c3_o.jpg

La técnica de producción de automóviles se había destacado por dos factores una vez se había adoptado masivamente la fabricación en cadena por Henry Ford y la robotización. El primero es la externalización de la fabricación de componentes y el segundo la producción Just In Time.

La externalización no es difícil de ver y de entender, un automóvil es un producto complejo que incluye desde derivados del caucho en los neumáticos a microchips del sistema de “infotainment” pasando por la industria textil para los asientos o por aluminio para el bloque del motor. Grandes empresas han surgido para fabricar componentes de automóviles como la francesa Valeo o la española Gestamp, algunos asociando su marca a productos de mayor nivel, como por ejemplo los frenos Brembo.

Han pasado cuatro años del video de

Por otro lado tenemos la producción "Just In Time", un invento de los ingenieros de producción de Toyota con el objetivo de reducir el desperdicio, lo ideal es que cada pieza llegase a la fábrica poco antes de ser necesaria en la línea de producción, eliminando la necesidad de desperdiciar espacio para almacenes.

Ambas tendencias han provocado una reducción de costes del producto final, al conseguirse sistemas de producción muy eficientes, que aprovechaban al máximo las economías de escala y la especialidad de cada empresa, pero dependía de unas cadenas de logística cada vez más sofisticadas y de productores cada vez más flexibles. Eso fue bien hasta la crisis de la Covid 19 en 2020 que sigue dando coletazos en 2022.

No hay más que ver que si por un lado los fabricantes de coches tienen una demanda desbocada, tienen un fuerte problema para aprovisionarse de las piezas que necesitan, para muestra un botón, la planta de Ford en Almussafes, va a tener que parar durante quince días debido a la escasez de chips. Esta no ha sido la primera fábrica en necesitarlo y seguramente tampoco será la última. A Volkswagen le ha bloqueado la producción de su eléctrico estrella, el ID.3 con el que pretenden conquistar le mercado del automóvil eléctrico asequible. Desde el fabricante Stellantis (resultante de la fusión de Fiat Chrysler y PSA) se estima que no han podido fabricar y vender 1,4 millones de vehículos en 2021 por la escasez de microchips. Y se trata sólo de un fabricante que ocupa el cuarto o quinto puesto mundial.

Los fabricantes de coches y Europa quieren dejar de depender de terceros para sus chips

50989452237_442ac4b5e8_o.jpg

Hace poco salió la noticia de que Intel tiene planeada abrir una fábrica en Alemania. Este movimiento va en contra de lo que estábamos viendo, si en 1998 Europa fabricaba el 22% de los chips que usaba, en 2019 esta cantidad se había reducido al 8%.

La Unión Europea y en general los países europeos han visto el fuerte problema que supone para la industria Europea depender de chips fabricados fuera de las fronteras, por lo que están fomentando que las empresas produzcan más chips en el viejo continente y dependan menos de la producción de Asia. Se prevé que desde Bruselas este año saquen una nueva regulación que permita a los estados dar ayudas a los fabricantes de microchips. Se afirma que no se puede depender de recibir un pedido cada dos semanas, va contra el JIT que hemos mencionado antes.

España ha perdido 3.800 millones de euros por una decisión de Solbes de 2007

Bosch también se ha lanzado a producir chips en Europa, en su fábrica de Dresde espera fabricar chips de carburo de silicio, que afirma que al gastar un 6% menos de energía son mejores para los coches eléctricos al extenderles la duración de la batería.

Stellantis además quiere crear cuatro familias de chips que supongan el 80% de sus necesidades, en colaboración con el Taiwanés Foxconn (que a su vez está presentando prototipos de coches) y no depender de proveedores. Pero esto podría ser un movimiento “normie” o poco atrevido comparado con General Motors o Tesla que se plantean extraer el litio para sus baterías ellos mismos.

Apple, Google y otras “Big Tech” quieren sus propios microchips

51680095540_92a9a31c7a_o.jpg

Afirman algunos analistas que para 2023 Apple quiere ser responsable del diseño de los principales procesadores que tiene el iPhone, siendo responsable del diseño del 80% de los chips de su producto estrella (junto con TSMC), dejando el resto a otro proveedor. También Google quiere para 2023 ser responsable del diseño de los microchips de su producto Chromebook. En 2020 anunció su intención de tener sus propios chips para sus teléfonos Pixel.

Esta noticia se une dentro de una tendencia de la industria. Apple empezó a presentar su primer diseño para el iPhone en 2010, Tesla en 2017, Amazon en 2018, Facebook en 2019 y Tencent (la empresa detrás de Fortnite) en 2021. Es decir, la tendencia es bastante anterior a la crisis de semiconductores pero parece que se está acelerando.

Una imagen explica por qué las pensiones no son sostenibles en España

Además los productos van a pasar a ser menos comparables entre sí y más diferenciados, ya que habrá menos tecnologías compartidas entre los distintos fabricantes. En ese sentido Apple lleva la delantera desde hace tiempo. Los fabricantes de coches se han unido a la misma con la crisis.

Por supuesto esto está en contra de que lo que explican en muchas escuelas de negocios, según la cual las empresas deben centrarse sólo en aquella parte de la cadena en la que tienen más ventajas. No obstante si sería aceptable si se considera que puede ser mejor para la empresa tener un mayor control sobre la cadena de producción.

Pregunta a los lectores ¿les ha afectado la producción de microchips en algo?

En El Blog Salmón | Renault quiere vender el mismo coche varias veces y por qué es tan importante para Sevilla que les salga bien y Los fabricantes de coches están dejando de hacer coches pequeños y baratos, el mercado de segunda mano no va a ser una solución

Imagen | fdecomite

Imagen | MIKI Yoshihito. (#mikiyoshihito)

Imagen | denniselzinga

Imagen | importar desde china

Leer más
9-claves-en-las-que-fijarse-a-la-hora-de-invertir-en-2022

9 claves en las que fijarse a la hora de invertir en 2022

Cada vez es más complejo para el pequeño ahorrador valorar las diferentes alternativas que existen de inversión que se le ofrecen o llegan a su correo electrónico. En esta situación, cada vez es más importante estar bien informado sobre las diferentes opciones y las que ofrecen menos riesgo para nuestra inversión.

Por eso, los pequeños ahorradores deben ver que decisiones son las correctas y explorar los diferentes mercados y la temporalidad de inversión que les interesa más, para poder mejorar su rentabilidad y reducir al máximo el riesgo de su inversión.

La nueva realidad del pequeño ahorrador en 2022

La nueva situación que nos encontramos a nivel económico por todo el mundo ha tenido efectos en los diferentes productos de inversión existentes en el mercado, ya que se ha convertido en una situación más globalizada y especializada.

La nueva situación ha convertido a las carteras de inversión es productos más complejos, ya que favorecen aquellos servicios de gestión discrecional, y se amplia la oferta a otros niveles como la inversión social o medioambiental, un enfoque nuevo en las carteras de inversión.

La pregunta que se debe plantear cualquier pequeño inversor es como distribuir su cartera de inversión para 2022.

Las nuevas alternativas de inversión e invertir en diferentes oportunidades

En un contexto de crisis por el coronavirus y los tipos de interés en mínimos obliga transformar la oferta tradicional de inversión con otro tipo de inversión que buscan una mayor rentabilidad con una mayor liquidez con riesgos moderados.

Las inversiones se han transformado hacia una perspectiva social y medioambiental, y el pequeño inversor debe introducir opciones de productos financieros que permitan incorporar empresas sociales y medioambientales, sin que esto supongan a tener que perder en la rentabilidad.

Utilizar la mayor rentabilidad de los productos no líquidos y mirar que ventajas ofrecen las carteras delegadas

Los inversores han ampliado sus miras buscando mercados que no son líquidos como el capital riesgo, la deuda que no cotiza, inversión en infraestructuras, inversión en inmobiliario, etc.

Este tipo de productos cada vez están en más carteras de inversión, aunque antes no están disponibles para los inversores más profesionales, ahora cualquier tipo de inversor puede acceder a ellos.

Cada vez existen más ventajas en invertir en carteras delegadas siendo cada vez más internacionales, diversificadas y con mayor presencia en inversiones que no son de todo tradicionales que incorporan productos sociales o medioambientales.

Inversión a largo plazo y analizar el efecto fiscal

Un inversor a la hora de invertir su dinero debe tener una visión a largo plazo, es decir, tener paciencia a la hora de conseguir resultados en la rentabilidad del producto que invertir, ya que siempre existe una mayor rentabilidad en productos a largo plazo que aquellos que tienen una vida a corto plazo.

Por otra parte, es importante analizar el efecto fiscal que puede tener nuestra inversión, ya que debemos saber los costes totales y tener presente la rentabilidad final. Según que producto financiero se invierta se debe tener presente que impuestos se deben pagar a Hacienda.

Tener seguros y revisar el nivel de endeudamiento

Es importante tener un seguro de inversión para tener un respaldo en caso de paro o tener algún tipo de problema de salud, y así enviar cualquier tipo de imprevisto que afecte al ahorro del inversor.

El inversor debe tener preparado una estrategia de seguros que aporten valor a las necesidades que tiene como ahorrador, tanto a nivel personal como a nivel material, que esté en consonancia con las necesidades que pueda tener en el ahorro a largo plazo, y enfocada a tener varias fórmulas de rentabilidad y mejorar la eficiencia fiscal.

Por otra parte, debemos tener en cuenta los tipos de interés que existen en la actualidad y tener una estrategia para mejorar nuestra inversión. A la vez, debemos que ver en que momento es el más oportuno para invertir.

Revisar la cartera de inversión

La gestión de nuestra cartera de inversión no tiene que se realice a nivel presencial, podemos recurrir a una gestión de banca telefónica o a través otros canales a distancia.

Los inversores utilizan cada vez más los canales digitales para gestionar su cartera de inversión, y así poder acceder a la información para poder hacer una gestión ágil. Al mismo tiempo, podemos apoyarnos a gestores especializados que pueden orientar en los diferentes productos que existen en el mercado.

Es más que recomendable repasar la diversificación y la rentabilidad que han ofrecido los productos que invierten durante un año y las perspectivas en el año siguiente de rentabilidad que tienen.

Imagen | fdecomite

Leer más
por-que-la-falta-de-trazabilidad-puede-perjudicar-la-reputacion-de-una-empresa

Por qué la falta de trazabilidad puede perjudicar la reputación de una empresa

Conocer la trazabilidad de los productos es algo crítico en determinados sectores. Sobre todo en aquellos en los que la vida o la salud de las personas pueden depender de poder localizar determinados lotes de productos que pueden ser nocivos para la salud.

  • Te contamos por qué la trazabilidad es clave para la reputación de las empresas.
  • Conoce cómo la tecnología blockchain y tu software te pueden ayudar a conocer la trazabilidad.

Cuando se detectaron algunos casos graves de trombos relacionados con la vacuna de AstraZeneca, algunos países suspendieron la vacunación en general. Mientras, otros inmovilizaban determinados lotes, gracias a que se conocía perfectamente la trazabilidad de cada vacuna.

Si en la vacunación del COVID-19 se descubre algún problema, la trazabilidad es total, ya que cada comunidad autónoma sabe las vacunas que le llegan y a qué lote pertenecen. Además, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) sabe dónde se manda cada una de las vacunas. Por si fuera poco, la vacunación de cada persona queda registrada con la marca comercial y el lote.

Pero la trazabilidad, además de cuidar de nuestra salud, también puede suponer una grave amenaza a la reputación de las empresas. De vez en cuando saltan a los titulares de prensa casos de empresas involucradas en escándalos relacionados con determinados productos.

Uno de esos casos, que tuvo un gran eco, sucedió en 2013. Fue un gran escándalo en toda Europa y provocó titulares negativos para las empresas implicadas. Gracias a la trazabilidad, se pudo descubrir que determinados alimentos que supuestamente contenían ternera, en realidad contenían carne de caballo sin declarar o sin la licencia adecuada.

¿Qué es la trazabilidad en la fabricación?

La trazabilidad en la fabricación es la capacidad de rastrear y seguir en la cadena de suministro las materias primas hasta que se convierten en productos terminados.

Gracias a la trazabilidad se proporciona visibilidad a los consumidores y empresas de qué es lo que se fabrica y de dónde proceden los productos que adquieren.

La trazabilidad de la cadena de suministro tiene una importancia crítica para todos los fabricantes. Aunque existen dos sectores de fabricación muy regulados en los que la trazabilidad puede marcar la diferencia entre «la vida y la muerte»: el farmacéutico y el de alimentos y bebidas.

La trazabilidad de productos farmacéuticos de la UE

La trazabilidad tiene una enorme importancia en la fabricación de productos farmacéuticos como las vacunas, proporcionadas a millones de personas en todo el mundo.

Al igual que en el sector de alimentos y bebidas, los fabricantes de productos farmacéuticos comprenden que las cadenas de suministro pueden ser vulnerables. Por ejemplo, un medicamento falsificado con ingredientes incorrectos o insuficientes podría, en el peor de los casos, ser mortal.

Pero los exigentes requisitos de trazabilidad que exige la Unión Europea, además de un reto también pueden ser una oportunidad.

Según Nino Giguashvili, analista senior de IDC, “más allá del cumplimiento inmediato de normativas, la implementación de extremo a extremo de soluciones de serialización, seguimiento y rastreo, así como el uso inteligente de los datos precisos que generan, proporcionará oportunidades inigualables para mejorar el control sobre las cadenas de suministro, aumentando su transparencia, seguridad y fiabilidad, y creando perspectivas únicas para impulsar la confianza de los consumidores y la imagen de marca”.

Trazabilidad en la industria de alimentación y bebidas

La trazabilidad es uno de los pilares de las políticas de seguridad alimentaria de la UE. Proporciona lo que se denomina una herramienta de gestión del riesgo. Gracias a la trazabilidad, los operadores de empresas alimentarias o las autoridades en materia de seguridad alimentaria pueden retirar productos identificados como no seguros.

También les permite identificar riesgos, rastrearlos hasta el origen, aislar el problema y evitar que alimentos contaminados lleguen a los consumidores.

La Ley alimentaria general de la UE, que entró en vigor en 2002, hizo obligatoria la trazabilidad para todos los operadores de piensos y alimentos. Una de las consecuencias es que tienen que implementar sistemas de trazabilidad especiales. Estos identifican la procedencia de los productos y proporcionan con rapidez esta información a las autoridades pertinentes.

Las directrices exigen que se documenten los nombres y las direcciones de los proveedores, la naturaleza y los datos del producto, la fecha de entrega, información sobre el volumen y cantidad de un producto y los números de lote.

Según Shan Zhan, director comercial global de la empresa de alimentos y bebidas de ABB, “todos los fabricantes de alimentos del mundo, sin importar la normativa local, deberían cumplir como mínimo la norma ISO 22005:2007 sobre trazabilidad en la cadena de alimentación humana y animal”.

Esto permite a las organizaciones registrar con precisión datos relacionados con sus productos. Incluyendo todo tipo de información, desde los piensos usados hasta los ingredientes y el embalaje. Y garantiza que la documentación necesaria quede intacta.

“El cumplimiento de la normativa también significa que se proporcione constantemente información actualizada a los distintos proveedores y autoridades implicados”.

La importancia de las personas y la automatización para garantizar la trazabilidad

Existen dos factores necesarios para mejorar la trazabilidad y garantizar el cumplimiento mínimo de esta norma: el factor humano y la automatización.

Factor humano

Según Shan “aunque es fundamental contar con procedimientos operativos normalizados (SOP) para la trazabilidad en una instalación de procesamiento de alimentos, como puede ser el escaneo de un ingrediente a su llegada, con frecuencia los empleados son los responsables de esta tarea.

Si no se cumple este requisito, no importa lo bueno que sea el sistema de control, nunca será eficaz. Por lo tanto, el fabricante debe asegurarse de que todo el personal siga los SOP, usando los métodos que consideren necesarios”.

Automatización

Para mejorar los procedimientos de trazabilidad es fundamental contar con un sistema completo de control de automatización. Este sistema debería recopilar datos de todos los niveles de automatización para alimentar el sistema de ejecución de la fabricación central (MES) o la gestión de operaciones de fabricación (MOM).

El sistema MOM es compatible con la implementación de SOP eficaces, así como una trazabilidad completa.

Desde el primer nivel de automatización, como los sensores en el nivel de alimentación, el MES debe procesar toda esta información. La marca de tiempo, el proveedor del que procede el producto y el operador que lo ha manipulado. Posteriormente, esta información se debe convertir en datos de producción para que los revise el director de planta.

El sistema MOM guía a los operadores y garantiza que realicen sus tareas de la manera correcta, evitando desviaciones y faltas de cumplimiento.

Además, todos los datos relevantes como los lotes de materiales, las cantidades, los resultados de pruebas y los parámetros de procesos se recopilan durante todo el proceso para garantizar una trazabilidad completa hacia delante (forward) y hacia atrás (backward).

Según Shan, “esta información no solo ofrece un respaldo útil en caso de un escándalo alimentario, también permite al director de planta ver dónde se producen interrupciones de la producción y revisar el control de calidad. Por ejemplo, para ver la rapidez con la que los productos perecederos pasan por la planta y llegan al cliente”.

“Contar con un registro de datos tan exhaustivo puede asegurar que la instalación de procesamiento de alimentos esté preparada en caso de una retirada de productos o un escándalo por contaminación. Estos datos permitirán identificar dónde es necesario destruir productos, y la instalación podrá presentar los datos a los clientes y autoridades”.

El blockchain ayuda a mejorar la trazabilidad

El blockchain o cadena de bloques puede mejorar la forma de usar la trazabilidad en la cadena de suministro. Multinacionales como IBM y Walmart están a la vanguardia de la utilización de la tecnología blockchain para mejorar la trazabilidad de sus productos.

Actualmente, los registros de proveedores y clientes suelen recopilarse manualmente, lo que garantiza que el fabricante pueda rastrear el proceso completo. Sin embargo, esto no protege los datos confidenciales de los proveedores.

 Cómo evitar el fraude alimentario con tecnología blockchain

La tecnología de blockchain permite mantener en el anonimato determinados datos. Y, al mismo tiempo, registrarlos de forma que se garantice que la cadena de suministro cumple las normas.

Además, la tecnología de blockchain puede evitar el fraude alimentario, ya que la cantidad de cada ingrediente que se introduce en la cadena de suministro no puede ser menor que el volumen que sale de ella.

Así se podría identificar un producto como fraudulento:

  • El blockchain no solo podría supervisar los ingredientes alimentarios, sino también las condiciones en la instalación de producción. A menudo resulta difícil verificarlas e, incluso, si se toman registros, pueden estar falsificados.
  • Se puede tomar una foto o un archivo digital para registrar la situación, como la captura de un pez, para demostrar que cumple las normativas sobre pesca sostenible.
  • A continuación, se registra una huella digital segura de esta imagen en el blockchain, lo que se denomina un “hash”. La hora y la ubicación de la foto se cifrarán como parte de este «hash» para que no se pueda manipular.
  • El siguiente proveedor del blockchain dispondrá de una clave para este «hash» y podrá ver que su producto ha cumplido las normativas.

Por lo tanto, las personas y la tecnología son claves para garantizar la trazabilidad de los productos dentro de las cadenas de suministros. Estar a la vanguardia de las inversiones en estas tecnologías ayudará a los directores de planta, no solo a localizar sus productos, sino también a combatir amenazas como el fraude alimentario.

Controla por completo todo tu negocio, desde la cadena de suministro hasta las ventas, con Sage X3 y Sage 200. Un software para empresas que están creciendo y que además de querer conocer la trazabilidad de sus productos, buscan más eficiencia, flexibilidad y control sobre sus datos.

Nota del editor: Este artículo fue publicado en 2019 y actualizado a 2021 por su relevancia.

Trazabilidad en la industria de alimentación y bebidas

Una guía de descarga gratuita sobre la importancia de la trazabilidad en este sector, con consejos sobre cómo mejorar gracias al uso de herramientas tecnológicas.

Descarga gratis

Leer más
aprender-de-los-datos-de-empleo

Aprender de los datos de empleo

Comparte esta entrada



Nuevamente muy buenos datos de empleo en diciembre. Una racha de diez meses así, como nunca. Ahora toca mirar más allá. Parece casi un tópico lo de los “datos históricos” cada vez que sale una estadística llamativa. No obstante, no se puede examinar la información laboral como la bursátil. Esto no es un rally, es una serie encadenada de subidas de afiliación y bajadas de paro de las que hay que aprender. Por un lado, que la reacción tras lo peor de la pandemia ha sido positiva. Por otro, que algunos elementos de flexibilidad y protección aportados al sistema han funcionado. En todo caso, no podemos olvidar que España sigue teniendo tasas de desempleo comparativamente muy elevadas, casi embarazosas.

Alguno de los efectos deseados de reformas anteriores parece haber acontecido, en particular los ERTE. Eso sí, no son gratis ni eternos. Tienen también una ventaja cualitativa: ayudar a entender que el concepto de “flexibilidad” en el mercado de trabajo no tiene por qué tener siempre connotaciones negativas. En este momento, se debate una reforma que avanza en contrataciones más razonables y ataca bien algunos aspectos de la temporalidad. Se queda bastante corta, eso sí, en simplificación de contratos, entre otros aspectos. Afortunadamente, está lejos de ser una derogación efectiva de la reforma laboral anterior, aunque cambien varias cosas. En materia de descentralización en los convenios se da algún paso atrás, pero más en términos de salarios que de horas trabajadas o ajustes laborales más o menos transitorios.

La cuestión es qué cosas debemos aprender de los últimos tiempos de nuestro mercado de trabajo. Durante demasiados años hemos observado que es muy disfuncional, pero no se han querido tocar aspectos que le dieran más flexibilidad. Cuando se ha avanzado algo, se ha criticado y pensado en derogarlo más que en perfeccionarlo. Ahora se observa —como en otros ámbitos sensibles y esenciales, como las pensiones— que muchos aspectos son más técnicos que otra cosa y que la realidad empírica muestra cuestiones que funcionan (simplificar contratos, ajustar horas trabajadas en función de la actividad del sector, los propios ERTE). El propio mercado muestra cómo mejorar y qué estructuras de incentivos son las adecuadas. Abrir el debate y realizar cambios y “pruebas” parece mucho más útil que andar criticando en vacío.

Se observa también un notable desajuste entre creación de empleo y avance del PIB, aún no explicado suficientemente. En parte, se debe interpretar positivamente, en el sentido de que España necesita menos crecimiento del PIB para crear empleo que hace veinte años. Algo similar ya ocurrió en 2014-2015, justo tras la aprobación de la anterior reforma. Sin embargo, los datos no deben entenderse con complacencia y dar paso a la pasividad porque el mercado laboral español sigue estando muy afectado por la temporalidad y el desempleo juvenil. También por importantes desacoples entre formación y necesidades de productividad y transformación de la actividad económica. Asimismo, errores en otras políticas (educativa, científica) imponen barreras al mercado de trabajo que se prolongan por décadas. Sea como sea, celebremos los buenos datos de empleo. Que duren.

Comparte esta entrada



Leer más
cuarentenas-mas-cortas-por-el-covid:-se-impone-la-realidad-empresarial

Cuarentenas más cortas por el covid: se impone la realidad empresarial

Ómicron está siendo el nuevo acto de la pandemia que nadie esperaba a estas alturas ya de 2022, con la población española mayoritariamente vacunada y una relativa normalidad ya instalada en la sociedad. "Otra vez", "es el cuento de nunca acabar...", son algunas de las frases más repetidas en estos días en que la nueva variante ha puesto en jaque la Navidad y también los servicios de Atención Primaria.

Porque el problema de Ómicron no es su elevada letalidad, por suerte, sino su elevada transmisión. Hemos llegado a cifras de contagios récord en España, con más de 100.000 casos detectados por día, y una incidencia de cerca de 2.000 puntos.

Unas cifras que hace un año habrían supuesto un nuevo confinamiento y parón de muchas actividades económicas, pero que a día de hoy no se pueden sostener porque la economía española no aguanta, y menos con una inflación por las nubes impulsada por los precios de la energía.

Por lo tanto, este nuevo giro de guión de la pandemia está trayendo novedades importantes en los protocolos, los cuales tienen más que ver con lo económico que con lo sanitario y social.

Sí, aunque algunos no lo querían, se impone la economía.

Cuarentenas más cortas, autodiagnóstico...

Ómicron está poniendo al límite a los servicios sanitarios, que no dan a basto para atender a un aluvión de pacientes en plenas vacaciones navideñas. Además, con el añadido de que muchos sanitarios han tenido que volver a darse de baja al contagiarse.

Pero este colapso de la Sanidad está teniendo su reflejo en el sistema económico y empresarial. Porque está haciendo que muchas empresas se queden en cuadro al tener a la gran parte de sus trabajadores confinados. De hecho, muchos bares, comercios e incluso teatros han tenido que echar el cierre al no tener personal sano suficiente.

Incluso la Liga de Fútbol está sufriendo esos problemas, con multitud de jugadores infectados, poniendo el peligro la reanudación de la competición. Reino Unido, donde las cifras han sido aún mayores, tuvo que suspender incluso el servicio de Correos y el de limpieza de las calles.

Por lo tanto, el Gobierno no ha tenido otra opción que tomar una medida drástica y difícil de imaginar hace pocas semanas: acortar las cuarentenas de 10 a 7 días para las personas que no tengan síntomas. Es decir, para casi todas, pues a los 7 días la enfermedad suele estar casi ya superada en los casos leves, sobre todo con Ómicron.

Aunque no tiene una base científica suficiente, no ha quedado de otra, pues la realidad económica es la que es. Pero no solo eso, porque también han cambiado los protocolos sanitarios.

Ahora solo te atienden si estás grave. Y tampoco te hacen PCR: debes ser tu el que te hagas tu propio diagnóstico con los test de antígenos que se venden en farmacias (en muchos lugares agotados) y, si das positivo, aislarte. ¿Qué pasa? Que esto puede hacer que muchas personas pasen olímpicamente del confinamiento y sigan con su vida a pesar del positivo, con el riesgo que conlleva.

Las autoridades justifican estas decisiones aludiendo a que "hay que adaptarse a esta nueva fase de la pandemia", pero la realidad es que la economía ya prima sobre la salud. Porque la previsión de Pedro Sánchez de crecer un 10% este año se va a quedar en menos de la mitad y las previsiones de 2022 cada vez son más bajas.

Por lo tanto la conclusión es clara: ni Ómicron ni ninguna nueva variante va a provocar un parón económico si no es de extrema gravedad. Y lo próximo será ver las cuarentenas aún más cortas, pues en EEUU son de cinco días. Al tiempo...

Leer más
el-gobierno-deja-sus-medidas-estrella-en-manos-de-la-negociacion-social…-y-esto-tiene-un-problema

El Gobierno deja sus medidas estrella en manos de la negociación social… Y esto tiene un problema

La reforma laboral ya se ha aprobado. Una de las medidas estrella del Gobierno de coalición ya ha salido después de meses de negociación con los agentes sociales. Un acuerdo que el Ejecutivo celebra como un logro, pero que no es ni de lejos lo que quería.

Se trata de una reforma muy tibia que deja la posición del mercado laboral español prácticamente igual que estaba, siendo las medidas bastante conservadoras para tratarse de un gobierno de coalición de izquierdas.

Y la reforma es solo el primer ejemplo de lo que se viene. Porque nos deja una enseñanza más allá de su contenido: el Gobierno ha fiado sus medidas estrella en materia económica a la negociación colectiva. Algo que, en principio, está muy bien, pero que puede generar un problema social.

Veamos por qué.

¿Qué pasa con los más vulnerables?

En concreto, el Gobierno acaba de anunciar que no va a subir el salario mínimo antes de que acabe el año, algo que también estaba entre sus planes y anunciaba Yolanda Díaz hace unos meses a bombo y platillo.

Sigue estando en sus planes hacerlo, pasando de los 965 actuales a 1.000 euros en 2022 y 1.045 en 2023. Pero no quiere abordarlo por Real Decreto, sino negociando de nuevo con los agentes sociales. Tan contentos están con el resultado de la reforma que no quieren jugársela y prefieren acordarlo con empresarios, por un lado, y sindicatos, por otro.

Y todo eso sería fantástico si estuviesen en ambos bandos bien representados los intereses de uno y otro colectivo. El problema es que esto no es así.

Porque los intereses de los más vulnerables no están representados en estas negociaciones. Si lo estuvieran, la reforma laboral recién firmada no tendría este resultado.

La cuestión es que los afiliados a sindicatos y con acción en este ámbito suelen ser empleados con antigüedad y en puestos que no corren peligro. Bien sabemos con lo que ocurre con los empleados sindicalistas en determinados sectores o empresas, por lo tanto, quienes están afiliados a un sindicato suelen ser trabajadores que no van a perder su trabajo por este motivo.

Por otra parte, la de las empresas, hablamos de compañías grandes, con músculo, las cuales no tienen tantos problemas en cambiar contratos, subir sueldos o mejorar su burocracia interna. Pero claro, no es lo mismo una multinacional que una PYME, donde quizá solo hay un jefe para ocuparse de todo.

Por lo tanto, negociar no representa a los extremos más vulnerables de la cadena. Esos que el Gobierno siempre ha prometido proteger, pero que con estas negociaciones pueden quedar más desamparados. Al final, la acción sindical en este país es muy tibia si la comparamos con otros de nuestro entorno y muchos trabajadores no se sienten representados por los sindicatos mayoritarios, que son los que negocian.

De esta forma, aunque la voluntad del Gobierno es buena, quizá en algunas cuestiones debería abordar los cambios de motu proprio si quiere que sus medidas lleguen a los colectivos que más lo necesitan.

Leer más
escenarios-de-politica-monetaria-para-2022

Escenarios de política monetaria para 2022

Comparte esta entrada



El rumbo de la economía en 2022 va a estar determinado en gran medida por la evolución de la inflación, motivo ahora mismo de máxima incertidumbre. Cada vez hay más dudas con respecto a su transitoriedad, y según avanzan los meses sin que remitan las presiones al alza, aumenta la probabilidad de que se convierta en un fenómeno más duradero de lo inicialmente esperado. 

Esto ha movido a los bancos centrales a endurecer sus posturas. La Reserva Federal norteamericana ya ha anunciado la aceleración del final de las compras de deuda pública, que terminarán en marzo, e inmediatamente después iniciará las subidas de tipos de interés. Otros bancos centrales —como por ejemplo el británico— ya han comenzado a subir los tipos. En cuanto al Banco Central Europeo, también ha decidido acelerar el final de las medidas extraordinarias, aunque su postura sigue siendo muy acomodaticia: en marzo acabarán las compras de deuda pública dentro del programa de emergencia pandémica —el PEPP—, pero compensará parcialmente esta medida con un incremento de las compras dentro del programa ordinario —el APP—. No obstante, estas últimas se irán reduciendo a lo largo del año. Por otra parte, descarta la posibilidad de realizar subidas de tipos en 2022.

Este esquema de política monetaria está condicionado a unas previsiones que, según ha expresado la autoridad monetaria europea, apuntan a un rápido descenso de la inflación a partir de la primavera, debido tanto a la mecánica de los efectos de base sobre las tasas, como a una bajada de los precios energéticos y la resolución de los cuellos de botella.

“En el escenario central, considerado hasta ahora como el más probable —aunque no sin cautelas—, el traslado de los mayores costes de producción hacia los precios finales al consumo será limitado y no habrá efectos de segunda ronda sobre los salarios”.

María Jesús Fernández

Se podría decir que este es el escenario central, el que hasta ahora se ha considerado, y se sigue considerando, aunque no sin cautelas, como el más probable. En este escenario, el traslado de los mayores costes de producción hacia los precios finales al consumo será limitado y no habrá efectos de segunda ronda sobre los salarios. La reducción del volumen neto de compras de deuda será una prueba para la economía española. No obstante, en este contexto de retorno a tasas reducidas de inflación y de mantenimiento de los tipos de interés  negativos de forma indefinida, los mercados financieros probablemente mantendrían su apetito por el riesgo, de modo que las primas de riesgo, aunque con algún ascenso, podrían mantenerse bajo control.

Pero, como ya se ha dicho, no está nada claro que estas perspectivas vayan a cumplirse, y hay otros escenarios posibles. Un segundo escenario sería aquel en el que los precios de las materias primas en lugar de descender, se mantienen en niveles elevados durante más tiempo de lo esperado, pero los salarios siguen contenidos. La inflación sería más elevada de lo previsto, tanto por el mayor nivel de precios de las materias primas con respecto al escenario central como por un traslado más intenso de los costes de producción hacia los precios finales al consumo. En este caso, posiblemente el BCE adoptaría un tono más cauteloso en sus comunicados, dejando la puerta abierta a un endurecimiento en caso de observarse una transmisión a los salarios, pero no modificaría esencialmente su política monetaria. Al fin y al cabo, no tiene sentido utilizar esta herramienta para luchar contra la inflación cuando su origen se encuentra en un shock exógeno. Sin embargo, el temor a que en cualquier momento se desencadenen efectos de segunda ronda sobre los salarios, que es lo que podría convertir la inflación en permanente, estaría flotando constantemente en el ambiente. La cuestión aquí es cómo reaccionarían los mercados. Si se ponen nerviosos, podrían producirse episodios de turbulencias con subidas de los tipos de interés a largo plazo y de las primas de riesgo.

En el tercer escenario posible, se podría producir una transmisión de la inflación hacia los salarios que retroalimentaría, a su vez, la inflación. Este sería el más preocupante. La generación de una espiral precios-salarios es algo que el BCE no podría ignorar. No obstante, la autoridad monetaria se vería atrapada en un dilema. Si frenara de forma brusca las compras de deuda pública y señalase próximas subidas de tipos de interés, podría poner en serios aprietos a países periféricos como Italia o España. Este es un riesgo importante que puede limitar su capacidad de actuación a la hora de endurecer su política monetaria. Pero si no adoptara medidas suficientemente restrictivas y la inflación se consolidara de forma duradera en niveles elevados, se arriesgaría a un desanclaje de las expectativas de inflación a largo plazo, y a la pérdida de credibilidad de la institución y del propio euro. Un riesgo también muy difícil de asumir y con negativas consecuencias tanto a corto plazo como en el futuro.

En definitiva, la inesperada inflación generada como efecto colateral por la pandemia no solo ha puesto fin a la certidumbre de los últimos años en torno a la política monetaria, sino que además podría poner a prueba nuevamente la estabilidad de la eurozona.

Este artículo se publicó originalmente en el diario El Periódico de España.

Comparte esta entrada



Leer más

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies