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Estas son las teorías económicas imperantes en el mundo

A lo largo de la historia cada sociedad ha tenido que decidir qué mecanismos debía adoptar para enfrentarse de la manera adecuada a sus problemas económicos y buscar soluciones aceptadas por su población. Por este motivo han surgido los denominados sistemas económicos, que no son más que distintas formas de organizar una sociedad con el objetivo de resolver sus problemas económicos básicos: ¿qué producir? ¿Cómo producir? ¿Para quién producir?

Como podrán imaginarse, muchas han sido las teorías que se han sucedido sobre qué sistema económico es más efectivo o sobre qué forma de organización es mejor para cada sociedad. Este debate aún se mantiene en nuestros días y podemos encontrar economistas que defienden una postura y economistas que defienden la contraria.

Para no perdernos, repasaremos las principales doctrinas económicas que han existido a lo largo de la historia: la escuela clásica, el marxismo, la escuela neoclásica y la escuela keyneasiana.

La escuela clásica

Esta corriente de pensamiento económico comenzó en el año 1776 con la publicación de la obra “La riqueza de las naciones” de Adam Smith y aún a día de hoy es defendida a capa y espada por un importante número de economistas. Además de Adam Smith, otros grandes autores de esta escuela fueron David Ricardo, Thomas Malthus, Jean-Baptiste Say y Johm Stuart Mill.

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Adam Smith

La idea principal de esta doctrina es que la economía tiende al equilibrio por sí sola y sin necesidad de regulación por parte del Estado. Es decir, la libre competencia establece la producción, la satisfacción de las necesidades y la distribución de la renta. Entre los economistas clásicos es popular la expresión “laissez faire, laissez passer” (dejar hacer, dejar pasar), convencidos de que el mejor gobierno es el que menos interviene en la economía. Estos economistas son los precursores del liberalismo económico y del capitalismo.

Los economistas clásicos defienden que son los agentes económicos privados los que buscando satisfacer sus propios intereses consiguen incrementar el bien común sin pretenderlo. Esto lo consiguen guiados por la “mano invisible” del mercado, famoso término acuñado por el padre del liberalismo, Adam Smith.

La escuela clásica respeta la idea de que la principal fuente de riqueza proviene del comercio. Además, aportaron importantes métodos de análisis para estudiar la economía en su conjunto. Adam Smith, por ejemplo, aportó a la ciencia económica el principio según el cual la división del trabajo y la especialización son factores fundamentales para lograr el crecimiento económico.

El marxismo

Con el paso de los años, en el seno de la escuela clásica surgió una corriente crítica con los paradigmas del liberalismo económico: el marxismo. Esta teoría se centra en la figura de Karl Marx (1818-1883) y en su obra más conocida: "El Capital". Para Marx, todas las épocas históricas son consecuencia de la estructura productiva de la sociedad y defiende que la historia no es más que un continuo escenario de lucha de clases entre explotadores y explotados.

Marx

Karl Marx

Una de las aportaciones más importantes de Marx en su obra fue la teoría del valor-trabajo. Según esta, el valor de los productos está fijado por la cantidad de trabajo que se incorpora a la producción, de forma que tan solo una parte de dicho valor llega a los trabajadores en forma de salario, mientras que la mayor parte se destina a retribuir a los propietarios de las fábricas y el capital.

Para Marx, la competencia feroz entre los capitalistas da lugar a que se empleen formas de producir bienes y servicios cada vez más intensivas en capital con la finalidad de ampliar la producción a costa de los competidores, dando lugar a una progresiva concentración del capital en unas pocas manos. A su vez, se produce una disminución del salario de los empleados y el empeoramiento de las condiciones de vida de la población.

Como consecuencia de estos factores, se agotan los recursos de los mercados, incapaces de absorber la oferta de los productores, y se producen grandes crisis cíclicas que obligan a la intervención del Estado para regular la actividad económica. Esta dinámica provocaría una revolución social que acabaría con el sistema capitalista y daría lugar a la implantación de un sistema comunista.

La escuela neoclásica

Surgió a mediados del siglo XIX a partir del desarrollo de la teoría marginal del valor, por lo que su aportación fundamental y revolucionaria respecto al pensamiento económico clásico es el denominado marginalismo, que introduce dentro de la ciencia económica nuevos métodos y enfoques, en concreto el microeconómico.

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Alfred Marshall

El pensamiento neoclásico se centra en cuatro puntos básicos:

  • Los fenómenos económicos se explican por la medición del momento último o “margen”, ya que la valoración del mismo es la base de la toma de decisiones.
  • Su campo de acción son las unidades económicas individuales, es decir, la microeconomía.
  • Su método de análisis es muy similar al utilizado por los economistas clásicos: abstracto y deductivo. Se parte de lo que se considera una situación ideal de la economía, la libre competencia, y a partir de ahí se estudian las demás como variantes.
  • Se tienen en cuenta los aspectos subjetivos a la hora de tomar decisiones económicas.

La difusión, la extensión y el auge del pensamiento neoclásico se deben, además de a la firmeza de sus ideas y demostraciones, a que sus aportaciones provenían de autores que llevaron a cabo sus estudios de manera independiente y en varios países al mismo tiempo. Los más relevantes fueron Willian Stanley Jevons, Carl Menger, Leon Walras y Alfred Marshall.

La escuela keynesiana

Los principales ideólogos de la escuela keynesiana se basan en la obra de John Maynard Keynes titulada “Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero”, que fue publicada en 1936. Keynes se aleja en dicha obra de los tópicos del pensamiento económico vigentes hasta ese momento, influyendo de forma decisiva en las políticas económicas de los países industriales tras la Segunda Guerra Mundial.

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John Maynard Keynes

La escuela keynesiana reconoce que el mercado no es perfecto y que este tiene fallos en su funcionamiento, por lo que es necesaria e imprescindible la intervención del Estado en la actividad económica para subsanarlos. Keynes es el principal precursor del sistema de economía mixta y del Estado del Bienestar tal y como lo conocemos hoy en día.

Las aportaciones de Keynes dieron lugar a un nuevo liberalismo que, aún manteniendo el sistema de libre empresa, daba al Estado un protagonismo que le había sido negado por los economistas clásicos y neoclásicos. El problema es que con el paso del tiempo el gasto público de los distintos gobiernos que optaron por esta fórmula se ha disparado y los diferentes Estados del Bienestar se están volviendo inviables económicamente.

Bibliografía | Economía. Edelvives.

En El Blog Salmón | Causas del desempleo: Teoría neoclásica vs Teoría keynesiana

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Las previsiones económicas del 2021 con la esperanza de la vacuna

El 2020 se ha marcado por la pandemia del coronavirus, a nivel económico, a nivel social y a nivel de comportamiento general de todos los seres humanos del plantea.

Concretamente a nivel económico el 2020 cierra con las dudas sobre la puesta en funcionamiento de los estímulos fiscales que dificultan el trabajo de los bancos centrales y comprometen así una posible recuperación para el 2021.

Los esfuerzos por contener la pandemia cada vez más patentes en la economía

A pesar que estas últimas semanas se han anunciado diferentes vacunas para proteger del coronavirus, los confinamientos y las restricciones que se están aplicando en Europa y en casi todo el mundo están poniendo sobre la mesa una recesión económica globalizada.

Los temores de nueva recesión económica presionan a los bancos centrales y a los gobiernos a dejar otros temas de gran interés de lado para poder estimular la demanda de sus ciudadanos.

Las vacunas no van a llegar hasta finales de enero del 2021 y se plantea que su difusión será durante el primer semestre del año a los 15 grupos establecidos por el Gobierno de España, mientras la situación económica se está deteriorando.

Ni los datos macroeconómicos acompaña ni la actividad de los diferentes sectores en España cada vez se encuentra más debilitada por los esfuerzos que se han pedido desde el gobierno para controlar la propagación del coronavirus.

En Europa, la situación no es mejor, ya que todos las economías han caído como moscas.

BCE y Fed quieren controlar la pandemia a través de programa de compras

Los malos resultados económicos piden que se ejecuten más estímulos sobre la demanda y que los consumidores actividad una demanda interna muy maltrecha.

Aunque los bancos centrales de toda Europa y a la cabeza el Banco Central Europeo (BCE) están sacando toda la artillería que tienen. En el caso del Banco Central Europeo (BCE), y su presidente Lagarde, se está preparando para finales de año una nuevo lanzamiento del programa de compras.

La estrategia de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) no va a ser muy diferente a la que va a utilizar el BCE, ya que va a concentrar una mayor cantidad en compra de bonos en valores a plazo para así disminuir las tasad de interés.

Las vacunas no va a ser la solución que muchos esperan para el 2021, aunque exista mucho entusiasmo en su desarrollo, ya que se deben fabricar, distribuir y vacunar a la población, no sólo a nivel nacional sino a nivel mundial.

Hay exceso de ahorro y poca inversión en el primer mundo

Claramente existe una gran preocupación entre los gobiernos y los bancos centrales, ya que el castigo de estas últimas décadas a sus políticas de estímulos a la economía, puede hacer pensar que se pueden haber quedado sin balas en la recámara.

La gran duda es que si los bancos centrales tienen espacio para actuar y en qué condiciones financieras pueden apoyar al impulso económico de sus economías.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte que con esta compra masiva por parte de los bancos centrales están elevando los precios de los activos y, por tanto, creando una desconexión de los precios reales, provocando una problema para la estabilidad financiera.

Por otra parte, los ciudadanos tienen un exceso de ahorro, por si las cosas pueden ir a peor, y no realizan inversiones. Este es el gran problema que se están enfrentando las economías del primer mundo.

¿Por qué los gobiernos bloquean las políticas fiscales?

El escenario que estamos viviendo es que durante el 2020 todas las economías mundiales ha tenido una contracción por los efectos negativos a nivel económico del coronavirus, pero se espera que durante el 2021 habrá un crecimiento para mitigación de sus efectos en la población.

El gran problema que se encuentra para que esto pase en 2021 son las políticas fiscales que se están dando en Estados Unidos y en Europa.

Por ejemplo, en Estados Unidos no hay un acuerdo de cuánto se debe gastar en 2021 para reactivar su economía, y antes de salir de la presidencia Trump ha reducido el poder de actuación del Departamento del Tesoro para ayudar a los mercados crediticios.

Por otra parte, en Europa el Fondo de Reconstrucción para ayudar a recuperarse a las economías más castigadas está paralizado por las peleas continuas que tienen los países miembros, liderados por Polonia y Hungría.

Claramente aquí los políticos de Europa y Estados Unidos están poniendo trabas para implementar los estímulos que los bancos centrales intentar lanzar con la ayuda de políticas fiscales que los acompañen para superar las consecuencias negativas a nivel económico del coronavirus.

En El Blog Salmón | Los retos de las empresas para superar el coronavirus

Imagen | Flickr

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Implicaciones económicas detrás del coronavirus

En China, hemos visto en los últimos días el origen y propagación de la enfermedad coronavirus en la ciudad de Wuhan que ha hecho saltar las alarmas en China y también por todo el mundo ante el riesgo de propagación.

Lo último que conocemos es que desde la Comisión de Salud de la Provincia de China de Hubei, se dijo ayer martes que 131 personas habían muerto a causa del virus hasta la fecha del 27 de enero, superando la cifras que se había dado de 76 los casos confirmados en la provincia de a se habían elevado hasta los 2.714.

Pero estas muertes no se limitan a esta provincia sino que también se han reportado otras muertes en diferentes partes de China, lo que ya está elevando la cifra de fallecidos a 106 hasta ahora. El periódico estatal afirma que los casos confirmados ya son 4.193 aunque los expertos confirman que el número puede ser incluso mucho mayor al manifestado.

Por otra parte, los casos vinculados a las personas que viajaron desde Wuhan han sido confirmados en una docena de países, desde Japón hasta los Estados Unidos, donde las autoridades dijeron que ya tenían 110 personas bajo investigación en 26 estados y Sri Lanka fue el último en confirmar otro caso de coronavirus.

La factura económica detrás del coronavirus

Todo esto tiene un impacto económico que habrá que cuantificar. Sin embargo, es difícil valorar la repercusión ya que depende de múltiples variables en una fase muy temprana.

No obstante, podemos acogernos a diversos estudios sobre las pérdidas sobre el riesgo de pandemia o acogernos a algún tipo de comparación con el brote de Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS por sus siglas en inglés) de 2003 para evaluar su posible impacto económico.

En primer lugar, un documento en el año 2017 de los economistas Victoria Fan, Dean Jamison y Lawrence Summers estimó que las pérdidas anuales que se esperaban por el riesgo de pandemia se situarían alrededor de 500.000 millones de dólares lo que equivale al 0,6% del PIB mundial anualmente.

Sars

Tenemos también otro estudio realizado en el año 2016 por la Comisión sobre un Marco de Riesgo de Salud Mundial para el Futuro que valoró que los eventos de enfermedades pandémicas podrían suponer un coste en la economía mundial de más de 6 billones de dólares en el siglo XXI, es decir 60.000 millones de dólares por año.

Hay que tener en cuenta que aislar el impacto de un solo factor en los índices bursátiles mundiales y en la economía mundial es una tarea formidable: reflejan una multiplicidad de factores que compiten simultáneamente y que van desde los datos económicos, el rendimiento de las empresas y los cambios geopolíticos. Por ejemplo, en medio del brote de SARS, la invasión estadounidense de Iraq habría tenido un impacto equivalente, si no mayor, en la acción de los precios.

Sin embargo, la acción de los precios en los mercados indica que los impactos de tales brotes son limitados. Después de que las autoridades chinas informaron del brote de SARS a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2003, la renta variable china se desvinculó de sus pares mundiales pero recuperó el terreno perdido en sólo seis meses.

Para ver con qué cifras estamos tratando, los datos del brote de SARS mostraban las pérdidas económicas mundiales derivadas fueron de 40.000 millones de dólares en 2003.

Cuando una noticia de este calado se llega a tomar el pulso de los mercados, el sector por excelencia beneficiado es sin duda el farmacéutico. Por el contrario, aquellas acciones que están vinculadas al turismo como viajes, hoteles, aerolíneas, bienes de lujo y de consumo tienden a tener un impacto negativo. De hecho, si tomamos ejemplo el brote de SARS las cifras del comercio minorista se debilitaron, ya que el gasto de los consumidores se vio seriamente afectado.

Consumo

Como referencia, sobre la sensibilidad de los inversores a este tipo de eventos, después del brote de SARS, la bolsa estadounidense se recuperó en más de un 10% desde el comienzo del brote hasta el anuncio de su contención.

Un momento delicado para China

China ha estado lidiando con los desafíos comerciales que ha originado Estados Unidos, con un aumento de sus niveles de deuda, la aprobación de la gripe porcina y también las diferentes protestas que hemos visto en Hong Kong. Sucesivos eventos que han deteriorado el crecimiento de la segunda economía del mundo.

A pesar de todo esto, la firma del acuerdo comercial en primera fase con los Estados Unidos durante este mes ha propiciado cierta confianza a los inversores, tras un año marcado por la desaceleración global fruto de la escalada arancelaria entre ambos países.

China

Con el acuerdo vino de la mano una suspensión de los nuevos aranceles sobre 160.000 millones dólares productos electrónicos de consumo y juguetes fabricados en China, así como una reducción a la mitad de los actuales aranceles estadounidenses sobre 120.000 millones de otros bienes, hasta el 7,5%.

Mientras tanto, las expectativas de mejora en la economía mundial y la demanda estaban aumentando las esperanzas para las fábricas de China en 2020. Sin embargo, se cree que la aparición del coronavirus no sólo afectará al sector manufacturero de China, sino que tampoco perdonará al sector no manufacturero, por lo que podríamos ver un deterioro en los datos del primer trimestre del año.

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