La desigualdad de los países de la OCDE escala a los niveles más altos en las últimas tres décadas
La desigualdad de los países tiende a ser considerada como una de las variables más interesantes para el análisis dentro de los grandes organismos internacionales. Las diferencias de renta, entre aquellos que tiene una mayor y menor renta marcan una pauta sobre el grado de cohesión social que puede existir.
Si atendemos a los últimos datos, hoy, en muchos países miembros de la OCDE estamos viendo como sus niveles de desigualdad han escalado hasta fijar máximos en los últimos 30 años y se están ampliando. Se aprecia que el 10% con mayor renta ganan ingresos de más de 10 veces sobre decil inferior el pais.
De hecho, como veremos más adelante, la tendencia generalizada en los países es incrementar la desigualdad, y únicamente podemos identificar casos muy puntuales como pueden ser Turquía, Chile y México que han conseguido reducir la desigualdad, aunque, en los últimos dos países los ingresos de los más ricos siguen siendo más de 25 veces los de los más pobres.
La desigualdad de los países de la OCDE en máximos
En general, en los últimos 30 años, los ingresos medios aumentaron un tercio menos que el ingreso promedio del 10% de mayor renta. Además, en algunos países la proporción de los ingresos que se encuentran en la cima ha seguido aumentando.
Si tomamos de ejemplo la primera economía, Estados Unidos, la proporción del 1% superior en los ingresos totales casi se ha duplicado, pasando de alrededor del 11% al 20% en las últimas tres décadas, y casi la mitad de todo el crecimiento de los ingresos durante este período se ha producido en este grupo específico.
Bajo el parámetro Gini, la distribución de la renta aumentó hasta 0,485 en 2018, lo que se traduce en alcanzar su nivel más alto en más de medio siglo.
Por lo tanto, la influencia económica de la clase media y su papel como "centro de gravedad económica" se ha debilitado en cada país. Hace tres décadas, los ingresos agregados de todos los hogares con ingresos medios eran cuatro veces superiores a los ingresos agregados de los hogares con ingresos altos, es decir, aquellos con ingresos superiores al doble de la mediana nacional. Pero, hoy en día, esta proporción es inferior a tres.
Las razones que subyacen a ese fenómeno son múltiples: globalización, el cambio tecnológico sesgado por las habilidades y los cambios en los enfoques de política de los países. En el caso de la tecnología, ha llevado a la automatización de varios trabajos de cualificación media que solían ser realizados por trabajadores de clase media hace décadas atrás complementado a un proceso de deslocalización.
Un enfoque global sobre la desigualdad
En las anteriores líneas hemos hecho referencia a la desigualdad que se está viviendo en los países que forman parte de la OCDE. Pero está desigualdad simplemente es parte de una fotografía que queda limitada a la visión de un país y debe extenderse a escala global y nos aporta una visión mucho más completa de la realidad existente.
Durante las últimas décadas, las economías en desarrollo lideradas por China e India han experimentado un rápido crecimiento, reduciendo notablemente su pobreza, lo que se ha traducido en disminuir la brecha con las economías avanzadas tanto en riqueza como en ingresos.
Si nos medimos la participación de los países de altos ingresos en la riqueza mundial se redujo del 80% del total en 2000 al 71% en 2014, según el Banco Mundial. La participación de los países de ingresos medios aumentó del 14% al 22%.
La desigualdad de ingresos entre países ha disminuido a nivel mundial, impulsada por el auge de las economías en desarrollo. En promedio, los ingresos también se están volviendo más iguales cuando se compara el promedio mundial que disminuyó de 0,44 en 1990 a 0,36 en 2014. La participación del ingreso nacional global de los países de la OCDE cayó de 41% a 38% entre 1990 y 2014, lo que proporciona otra indicación del aumento de las economías en desarrollo que han ganado peso.
Al igual que la riqueza mundial y la desigualdad de ingresos, la desigualdad en el consumo ha disminuido en todos los países de la OCDE, con un efecto de recuperación de los países de la OCDE con menores gastos, entre los que se encuentran los países de Europa Central y Oriental de la República Checa, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia y Eslovaquia. En todos los países de la OCDE, la brecha en el gasto de consumo per cápita se ha reducido.
Tenemos varios datos interesantes para comprobar esa mayor igualdad en el consumo.
En lo que respecta a la atención sanitaria, la mortalidad infantil se redujo entre 2000 y 2017 de 8,4 a 4,4 por cada 10.000 nacidos vivos. La diferencia entre los países de la OCDE en cuanto al gasto en educación ha disminuido, y el coeficiente de Gini del gasto en educación para la escuela primaria y secundaria se redujo de 0,22 en 2005 a 0,17 en 2015. Además, el acceso a la tecnología se ha hecho más igualitario en las economías desarrolladas.