El futuro del dato en la empresa: Del big data al small data accionable
6 minutos de lectura
La era del big data está dejando paso al small data accionable. ¿Por qué recopilar un gran volumen de datos no es la solución y cómo usarlos con inteligencia?
- Acumular datos sin un propósito claro puede convertirse en una desventaja para las empresas. Para aprovecharlos, hay que convertirlos en una fuente de insights que orienten las decisiones.
- Para pasar del big data al small data accionable no basta con digitalizar los procesos empresariales, también es necesario promover una cultura del dato.
En 2006, el matemático Clive Humby dijo que “los datos son el nuevo petróleo”, una metáfora con la que subrayaba su valor estratégico para las empresas.
Con la tecnología actual, las organizaciones pueden recopilar un gran volumen de información, desde registros de navegación en sus sitios web hasta historiales de transacciones de sus clientes o interacciones en las redes sociales. Pero el verdadero desafío consiste en explotar esos datos.
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Contenido del post
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Los riesgos de acumular demasiada big data
Con la llegada del big data, muchas empresas comenzaron a recopilar ingentes cantidades de datos. Pero sin un procedimiento claro para analizarlos y contextualizarlos, se vuelven difíciles de gestionar y, lejos de facilitar la toma de decisiones, se convierten en una fuente de caos y costes ocultos.
La sobreacumulación de datos puede afectar a la organización de diferentes formas:
- Genera gastos innecesarios en términos de almacenamiento y mantenimiento de información irrelevante o desaprovechada.
- Crea confusión o parálisis por exceso de información, dificultando la toma de decisiones.
- Aumenta los riesgos regulatorios, sobre todo si los datos se almacenan sin cumplir las normas de privacidad y protección.
Para evitar esos problemas, es importante comprender que no todos los datos son relevantes, algunos solo generan ruido. Por ejemplo, tu e-commerce puede registrar millones de clics, pero si no los analizas con un criterio claro, no sabrás qué acciones impulsan las ventas o la fidelización. Asimismo, una empresa puede acumular miles de registros de clientes, pero si no es capaz de interpretar los patrones de compra o abandono, su base de datos será infructuosa.
La verdadera transformación: de los datos al conocimiento
El salto cualitativo se produce cuando los datos se convierten en información útil y accionable. El paso de la simple acumulación al análisis marca la diferencia ya que transforma los datos en una ventaja estratégica para la organización. Por ese motivo, no es extraño que cada vez resuene más el término “small data”, que se refiere a un conjunto de datos de dimensiones más reducidas, pero también más accesibles, procesables y, por ende, útiles.
En el área de Recursos Humanos, por ejemplo, People Analytics está transformando la gestión del personal. Ya no se trata de dar seguimiento a las ausencias o las rotaciones en una hoja de Excel, sino de anticipar qué trabajadores podrían sufrir síndrome de burnout o diseñar planes de formación a medida.
Los datos permiten actuar antes de que los problemas degeneren en crisis, personalizando políticas de bienestar organizacional y desarrollo profesional con gran precisión.
El poder de los datos no se mide en gigabytes, sino en su capacidad para transformar la realidad empresarial.
En el área financiera ocurre algo similar con el control de liquidez. Durante décadas, las empresas miraban el pasado usando los balances, flujos de caja y resultados históricos.
Hoy, los modelos predictivos permiten mirar hacia adelante. Analizando cobros, pagos y patrones estacionales, los algoritmos alertan de posibles tensiones de tesorería antes de que aparezcan. Ese nivel de anticipación orienta la toma de decisiones sobre financiación, inversiones y control de riesgos, promoviendo una gestión de la solvencia más proactiva.
La fuerza del small data radica en su potencial práctico, no en su volumen. A fin de cuentas, no sirve de mucho almacenar millones de registros si nadie sabe qué hacer con ellos. Las empresas que logren convertir la información recopilada en decisiones inteligentes tendrán una ventaja competitiva porque podrán mejorar el bienestar de su equipo, reforzar su salud financiera y/o aumentar su eficiencia operativa.
¿Cómo pasar del big data al small data accionable?
Transformar los datos en conocimiento útil requiere preparación y estrategia. No basta con contratar a un analista de datos o implementar una herramienta de Business Intelligence, es necesario desarrollar una cultura del dato que permee toda la organización. Algunos pasos clave son:
1. El primer paso del small data: fijar objetivos claros
Antes de lanzarte a recopilar información, es imprescindible saber qué necesitas. ¿Quieres mejorar la retención de clientes? ¿Recortar costes operativos? ¿O quizá reducir la tasa de rotación laboral? Unos objetivos bien definidos te ayudarán a identificar los datos más relevantes y elegir los indicadores adecuados para poder realizar posteriormente un análisis más preciso.
2. La base del small data: calidad antes que cantidad
No toda la información es igual de útil. Es preferible que tengas conjuntos de datos más pequeños, pero bien estructurados, limpios y consistentes, que un océano de información caótica. Los datos incompletos, duplicados o desactualizados pueden dar pie a errores muy costosos. Por tanto, debes decidir qué tipos de datos te sirven.
3. Selecciona las herramientas de análisis adecuadas
En el mercado hay muchas soluciones para detectar patrones que no se ven a simple vista, desde plataformas de Business Intelligence hasta sistemas con análisis predictivo o ERPs con inteligencia artificial. Escoge una herramienta que se adapte a las características y necesidades de tu empresa. Así podrás trasladar sus informes a acciones concretas.
4. Forma a tu equipo
El small data no es solo un asunto técnico. Los informes e insights deben ser analizados y aplicados en los diferentes niveles de la organización. Por consiguiente, tanto los responsables de negocio como los equipos de trabajo deben entender los resultados. Solo así podrán convertirlos en decisiones operativas, comerciales y estratégicas. Eso demanda una cultura del dato en la que todos sepan utilizar la información para mejorar su desempeño.
5. Mide y ajusta tu estrategia
Sin retroalimentación, no sabrás si el small data y las nuevas herramientas digitales están generando un valor real para la empresa. Por tanto, es imprescindible dar seguimiento al proceso. Si un modelo no predice bien o un indicador se vuelve irrelevante, hay que ajustarlo. Esa cultura de mejora continua es lo que convierte los datos en una ventaja competitiva.
El verdadero poder no radica en la cantidad de información que se recopila, sino en cómo se utiliza. Las empresas que pasen del big data al small data accionable podrán optimizar su operativa, mejorar la experiencia del cliente, innovar con mayor seguridad y tomar decisiones más veloces y fundamentadas. Así podrán ponerse un paso por delante de la competencia y hacer crecer su negocio.
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