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Detección de fraude con inteligencia artificial en fintech


Detección de fraude con IA en fintech

En el sector fintech, donde cada clic mueve dinero y datos sensibles, la detección de fraude con inteligencia artificial se ha convertido en un pilar de confianza. Las entidades financieras y las nuevas plataformas digitales la emplean, especialmente para abordar el fraude paytech en Latinoamérica, para distinguir, en tiempo real, entre operaciones legítimas y comportamientos sospechosos que, a simple vista, podrían pasar desapercibidos.

Más allá del hype, hablamos de modelos que aprenden de históricos, detectan anomalías sutiles y desencadenan acciones automáticas o revisiones humanas cuando algo no cuadra. El objetivo no es solo frenar estafas como el phishing, el fraude en pagos o los cargos no autorizados con tarjeta, sino hacerlo con precisión para minimizar falsos positivos, mantener el cumplimiento normativo y preservar una experiencia de cliente ágil.

Qué es la detección de fraude con IA y por qué importa

La detección de fraude basada en IA consiste en entrenar algoritmos con grandes volúmenes de datos transaccionales y de comportamiento para que aprendan a separar el grano de la paja: transacciones legítimas frente a señales de riesgo. Estos sistemas no se limitan a reglas estáticas, sino que entienden el contexto: quién compra, desde dónde, a qué hora y con qué dispositivo, comparándolo con patrones habituales.

Este enfoque permite pasar de lo reactivo a lo preventivo: la IA puede anticipar intentos de fraude antes de que cristalicen, descubriendo tendencias emergentes que una persona o un sistema tradicional no vería. De esta forma, ayuda a proteger contra estafas de pagos, fraude con tarjetas de crédito, robos de identidad e incluso prácticas más complejas como el blanqueo de capitales.

La pregunta ya no es “¿rompe alguna regla?”, sino “¿tiene sentido esta operación para este usuario en este momento y en estas condiciones?”. Ese cambio de enfoque marca la diferencia.

Ahora bien, ningún sistema es infalible. En la práctica, pueden aparecer falsos positivos que, si no se gestionan bien, perjudican la experiencia del cliente. Aun así, el balance es claro: impedir desde cargos no autorizados hasta esquemas de lavado resulta decisivo para proteger cuentas y cumplir con regulaciones financieras.

Cómo funciona: modelos, datos de calidad y orquestación en tiempo real

En el corazón de estas soluciones conviven varias técnicas de machine learning. Con aprendizaje supervisado, los modelos se entrenan con ejemplos históricos (legítimos y fraudulentos) para reconocer patrones de alto riesgo; con detección de anomalías, señalan desviaciones respecto a lo normal para cada cliente; y con análisis de comportamiento, vigilan hábitos de uso, ubicaciones y dispositivos.

Modelos como redes neuronales y árboles de decisión se combinan para otorgar una puntuación de riesgo en milisegundos a cada evento. Si la puntuación rebasa umbrales, se disparan acciones: bloqueo automático, solicitud de autenticación adicional o envío a revisión manual, integrando la decisión en el journey del cliente sin fricciones innecesarias.

La calidad de los datos es la gasolina del motor. Cuanto más completos, limpios y representativos sean, mejor aprende el sistema y menos ruido genera. Por eso, además del plano transaccional, entran señales de dispositivo, biometría de comportamiento, geolocalización, reputación de IP, vínculos entre entidades y más.

Los Sistemas de Gestión del Fraude (SGF) orquestan este engranaje: supervisión de transacciones en tiempo real, scoring dinámico, gestión de casos y colaboración entre analistas, todo centralizado. Complementan la capa de IA con medidas de ciberseguridad que refuerzan el perímetro: cifrado, segmentación de red, detección de malware y simulaciones de ataques para poner a prueba las defensas.

Tecnologías y soluciones clave del mercado

El ecosistema de prevención del fraude con IA abarca múltiples categorías tecnológicas y fabricantes especializados, cada uno con su foco particular para elevar la precisión y la velocidad de respuesta.

  • Sistemas de gestión del fraude (SGF): plataformas centralizadas que agregan señales, analizan operaciones y activan alertas al instante. Funcionalidades: monitorización en tiempo real, gestión de casos y puntuación de riesgo. Soluciones destacadas: NICE Actimize, FICO Falcon, SAS Gestión del Fraude.
  • IA y Machine Learning: análisis de patrones, anomalías y cambios de comportamiento con modelos adaptativos y capacidades predictivas. Referentes: Feedzai, Darktrace, IBM Trusteer, DataVisor.
  • Blockchain: registros inmutables y verificación descentralizada para dificultar la manipulación y el fraude documental. Tecnologías y actores: seguridad criptográfica, contratos inteligentes, IBM Blockchain, Evernym y propuestas como Sello de confianza.
  • Autenticación biométrica y basada en riesgo (RBA): verificación dinámica con huella, rostro y biometría de comportamiento, más una puntuación de riesgo contextual. Proveedores: BioCatch, Nuance Gatekeeper, Jumio, Onfido.
  • Inteligencia de dispositivos y device fingerprinting: identificación robusta de dispositivos, geolocalización, reputación de IP y detección de anomalías. Soluciones: ThreatMetrix, iovation, FingerprintJS.
  • Detección de identidades sintéticas: combinación de clustering, verificación documental y ML para destapar identidades “fabricadas”. Plataformas: Socure, Sift, Experian CrossCore.
  • Detección de fraude basada en grafos: mapas de relaciones entre cuentas, dispositivos y transacciones para descubrir redes de mulas y conexiones ocultas. Herramientas: Quantexa, Linkurious, GraphAware.
  • Monitorización de la web oscura: rastreo de foros y bases filtradas para alertar sobre credenciales expuestas y actividad criminal. Actores: Recorded Future, SpyCloud, CybelAngel.

Estas capas se combinan para reducir la superficie de ataque y aumentar la visibilidad del riesgo, desde el onboarding hasta el pago y el servicio posventa, con una visión 360º del cliente y sus señales.

GenAI al servicio del antifraude: productividad y mejor experiencia

La inteligencia artificial generativa está reforzando los esquemas existentes: documenta casos de uso reales, agiliza la investigación de alertas y sugiere acciones, lo que incrementa la productividad de los analistas y mejora la atención a clientes.

Una guía práctica sobre el tema estructura el viaje en ocho bloques: introducción; fundamentos de detección y machine learning; beneficios de GenAI; caso de “consumo no reconocido” con tarjeta; simplificación del trabajo del analista; seguimiento de la atención al cliente; desafíos de adopción; y cierre de recomendaciones.

En el caso de “consumo no reconocido”, la IA ayuda a ordenar evidencias, reconstruir el contexto de la operación y proponer el siguiente mejor paso (verificación adicional, reembolso temporal o bloqueo preventivo). En paralelo, GenAI puede resumir hilos de interacción y extraer insights para mejorar scripts y flujos de soporte.

La clave está en integrar GenAI como copiloto: asistiendo con redacciones, resúmenes y priorización, pero dejando la decisión final al experto humano, lo que reduce tiempos de resolución y homogeneiza la calidad del servicio.

Casos y resultados en el mundo real

Las entidades financieras que han desplegado IA en serio ya reportan impacto. En una experiencia compartida por un líder digital de Citi en la región de las Américas, la aplicación de estas estrategias durante alrededor de año y medio redujo en torno al 50% los intentos de fraude. Un recorte de ese calibre se traduce en menos pérdidas directas y menos roces con el cliente.

En México, una responsable de producto y tecnología de Nu explicó cómo su funcionalidad “Alerta Estafa” detecta y señala en tiempo real comportamientos anómalos. Sus análisis internos indican que los fraudes más frecuentes orbitan alrededor de productos o servicios muy deseados: smartphones, videojuegos, alquileres de vivienda, conciertos e incluso compraventa de vehículos.

La solución analiza cada transferencia al vuelo, cruza señales del cliente y del dispositivo y decide si corresponde activar medidas adicionales o avisos. En palabras llanas, se identifica al cliente antes de autorizar, se contrasta el contexto con múltiples herramientas —incluida la IA— y se juzga si la transacción cuadra o no con su perfil.

Desde el punto de vista del negocio, una encuesta de EY (“AI Pulse”) cifró que entre un 75% y un 84% de organizaciones ya ve retorno positivo al incorporar IA en eficiencia operativa, productividad, ciberseguridad, satisfacción del cliente e innovación. Además, emergen agentes de IA capaces de tomar acciones —no solo generar texto o imágenes— para automatizar partes del proceso antifraude.

Otros estudios en el mercado digital mexicano apuntan a que cerca del 41% de las empresas pierden entre 10 y 13 millones de pesos al año por fraude. Con la adopción adecuada de IA, muchas han observado descensos de intentos de hasta un 86% y bajadas drásticas de falsos positivos, lo que protege ingresos y mejora la relación con el cliente.

Beneficios que marcan la diferencia

El primer gran beneficio es reducir falsos positivos: no hay nada más frustrante que bloquearle la tarjeta a un cliente bueno en un momento crítico. Los modelos modernos entienden el comportamiento individual y, por tanto, fallan menos a la hora de distinguir rarezas legítimas (por ejemplo, compras en campañas masivas) de fraudes reales.

La adaptación continua es otro punto fuerte. En campañas de alto tráfico —piensa en el equivalente a un gran fin de semana de descuentos— un sistema rígido se desborda, mientras que la IA se ajusta al contexto en tiempo real y filtra mejor el ruido. Esto reduce pérdidas y evita fricciones innecesarias.

La automatización libera talento. La IA se encarga del volumen ingente de operaciones y de la clasificación inicial de riesgos, de manera que los analistas se puedan centrar en casos complejos y en diseñar estrategias. El resultado: equipos más motivados y eficientes, y costes operativos más controlados.

El impacto macro es tangible. El mercado de IA para gestión de fraude superó los 10.000 millones de dólares recientemente y sigue creciendo, lo que indica que la inversión no es una moda pasajera, sino una apuesta sostenida por mejorar seguridad, cumplimiento y experiencia.

Riesgos, retos y ética: lo que hay que abordar

Aunque la IA esté dando grandes resultados, conviene reconocer sus límites. Los sistemas pueden equivocarse, y si no se calibran y auditan, generan falsos positivos o dejan pasar nuevas tácticas de ataque que evolucionan cada semana.

El sesgo algorítmico es un reto serio. Si los datos de entrenamiento están desbalanceados, el modelo puede discriminar indirectamente a ciertos grupos o zonas. Para mitigar esto, hay que auditar datasets y validar equidad, aplicar controles de explicabilidad y gobernanza, y proteger la privacidad cumpliendo marcos regulatorios (por ejemplo, LFPDPPP en México u otros aplicables por jurisdicción).

Los delincuentes también usan IA. Campañas de phishing hiperpersonalizadas, creación de identidades sintéticas cada vez más verosímiles o redes de “mulas” reclutadas online exigen modelos capaces de analizar vínculos entre entidades y detectar patrones coordinados a gran escala.

Un informe global sobre fraude e identidad recogió un incremento cercano al 19% en ataques a nivel mundial, impulsados en parte por herramientas de IA. En México, se han reportado pérdidas medias que pueden ir desde 1.000 hasta 50.000 pesos en ciertos escenarios, y preocupa que alrededor del 42,4% de menores de 21 años no sea plenamente consciente de estos riesgos.

Además del core de IA, es vital la ciberseguridad de base: cifrado robusto, segmentación de redes, detección en tiempo real de malware y amenazas, automatización de respuestas (bloqueos, suspensión de transacciones), y simulaciones periódicas para descubrir puntos débiles antes de que alguien los explote.

Tendencias que marcarán el camino

La IA explicable (XAI) gana tracción. No basta con acertar: hay que poder justificar el porqué de cada decisión. Que un sistema detalle “dispositivo nuevo, ubicación inusual y un importe diez veces superior a la media” como motivos del bloqueo empodera a analistas y reduce quejas de clientes.

La sinergia con blockchain y el análisis de grafos promete más robustez. Registros inmutables y trazabilidad total, combinados con detección de patrones en tiempo real, hacen más difícil manipular evidencias y facilitan descubrir redes de fraude con múltiples nodos.

Por su parte, emergen agentes de IA capaces de ejecutar acciones controladas (no solo recomendar), integrándose con flujos antifraude y sistemas de ticketing, lo que acelera la resolución sin perder el control humano.

Preguntas frecuentes

¿La IA sustituirá a los analistas de fraude?

No. La IA asume lo repetitivo y masivo para que el equipo humano se concentre en lo estratégico. El modelo levanta la bandera y el analista aporta contexto, criterio y decisión. Es una colaboración, no un reemplazo.

¿Implementarla es muy caro?

El acceso a la nube ha rebajado la barrera de entrada. Hoy se consumen capacidades avanzadas “como servicio”, con un retorno alto al reducir pérdidas y falsos positivos y al ganar eficiencia operativa. La inversión se paga sola si se ejecuta bien.

¿Los datos de mis clientes estarán seguros?

Sí, siempre que se apliquen buenas prácticas: cifrado en tránsito y reposo, anonimización o seudonimización, controles de acceso, auditoría continua y cumplimiento normativo (como LFPDPPP u otras leyes de protección de datos según el país).

Ecosistema y comunidad

El desarrollo no ocurre en el vacío. El ecosistema fintech en Latinoamérica se activa con comunidades que visibilizan, inspiran y conectan a profesionales y empresas. Ya son más de 40.000 makers explorando el potencial de la tecnología financiera, catalizando intercambio de buenas prácticas y acelerando la adopción de IA para prevenir el fraude.

A medida que sigue madurando la tecnología, las instituciones financieras y los proveedores especializados apuestan por la IA como herramienta central para detectar intentos de fraude, mitigar riesgos y ofrecer experiencias seguras. El equilibrio entre precisión, explicabilidad, protección de datos y agilidad operativa será el factor diferencial para quienes quieran liderar el juego en un terreno que cambia cada día.


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El fraude paytech en Latinoamérica: cómo se combate y qué está cambiando


Ilustración sobre fraude paytech en Latinoamérica

La transformación digital de los pagos ha sido un auténtico acelerón para el ecosistema financiero de la región, pero a la vez ha abierto la puerta a una ola de riesgos que ya nadie puede ignorar. En América Latina, el fraude en el universo paytech se ha convertido en una cuestión de primer orden, con cifras que crecen, tácticas cada vez más sofisticadas y un impacto directo en la confianza de usuarios y compañías. Visibilizar el problema, inspirar soluciones y conectar a los actores clave no es un eslogan: es la condición de posibilidad para seguir creciendo sin ceder terreno a los delincuentes.

Ese empeño colectivo ya se palpa en la comunidad fintech regional, donde conviven bancos, startups, procesadores, comercios y proveedores tecnológicos. Hablamos de un ecosistema maduro que aglutina a más de 40.000 makers y profesionales y que busca, con mentalidad de equipo, reducir el espacio de maniobra del fraude. Porque en paralelo al boom de los pagos digitales han surgido redes criminales organizadas y muy especializadas; su actividad obliga a los protagonistas de la industria a coordinarse mejor que nunca, a compartir señales tempranas y a elevar la vara de la seguridad sin arruinar la experiencia del cliente.

Un enemigo común en el ecosistema financiero

Durante el Latam Fintech Market en Barranquilla (Colombia), voces de peso del sector subrayaron una realidad incómoda: los fraudes que afectan a usuarios de bancos, fintech e instituciones financieras en toda la región no son una suma de incidentes aislados, sino la cara visible de una amenaza común. El diagnóstico fue claro: si los estafadores colaboran y venden sus “servicios” por internet a escala regional, las entidades deben responder de forma coordinada con una estrategia compartida. De lo contrario, la mayoría de víctimas seguirá sin una respuesta que repare el daño.

En ese foro se señaló que en países como Colombia se han consolidado redes altamente profesionalizadas que operan múltiples escenarios de fraude, desde la suplantación de identidad mediante documentos falsos hasta el uso de bases de datos informales. Es un salto cualitativo: ya no hablamos de timos rudimentarios, sino de estructuras con logística, reparto de roles y catálogos de herramientas.

El panorama no difiere tanto en México, donde son frecuentes la suplantación de identidad, los préstamos “gota a gota” y los ataques basados en llamadas, mensajes o correos fraudulentos que explotan la ingeniería social. Vaciar una cuenta en cuestión de minutos es perfectamente posible cuando el atacante consigue credenciales o induce al error con arte. De ahí el mensaje central: ponerle freno al fraude no es un objetivo accesorio, es el requisito para sostener la confianza que hace viable el negocio digital.

IA y deepfakes: el tablero de juego ha cambiado

El otro gran elemento que inquieta a la industria es el uso malicioso de la inteligencia artificial. Ya no se trata solo de emails mal escritos: ahora circulan vídeos, voces e imágenes muy bien elaborados de supuestos personajes públicos que invitan a invertir en aplicaciones falsas o esquemas fraudulentos. Esa capa de realismo —los famosos deepfakes— multiplica la tasa de acierto de los estafadores y complica la verificación para el usuario medio.

Expertos del sector de identidad digital advirtieron que la IA, con su enorme potencial positivo, también está perfeccionando los ataques. Esto obliga a las entidades financieras a ir varios pasos por delante, reforzando controles y detección temprana sin convertir cada operación en un calvario para el cliente. El listón ha subido y los equipos de riesgo deben subir con él.

Cifras recientes que retratan la escalada

Los datos de varias fuentes muestran un repunte sostenido. En el primer semestre de 2024, se registró un aumento del 32% de los fraudes frente al mismo periodo de 2023, con un salto del 113% en malware. Además, el 79% de los ataques se originó desde dispositivos móviles y, dentro de ese universo, un 30% llegó específicamente a través de navegadores móviles, un patrón poco habitual si lo comparamos con Asia o Europa.

La tendencia no se frenó en la segunda mitad de 2024: se observó un incremento del 17% con respecto al año anterior. Y en los primeros cuatro meses de 2025 ya asoma un 7% más de casos que en el primer semestre de 2024. A esto se suman alertas como el aumento del 140% en estafas basadas en mensajes falsos en la región, lo que confirma que el vector “mensajería” sigue siendo un campo de batalla prioritario.

La lectura es inequívoca: Latinoamérica vive un escenario móvil-first también en el fraude, donde el teléfono es a la vez herramienta de gestión financiera y puerta de entrada preferida por los atacantes. Navegadores móviles, apps, SMS y mensajería instantánea se han convertido en los cauces más explotados por la delincuencia.

Un mapa regional: no todos se enfrentan al mismo reto

El fraude paytech no se reparte de forma homogénea. Cada país exhibe patrones y matices distintos según su madurez digital, su regulación y la evolución del crimen organizado. Comprender esas diferencias es clave para no aplicar soluciones genéricas que, en la práctica, dejan rendijas.

En Argentina predominan las estafas guiadas basadas en ingeniería social y el uso de bases de datos informales; en Uruguay destacan el malware móvil y el phishing; en Colombia han florecido esquemas piramidales que aprovechan vacíos regulatorios; y en México, además de ataques avanzados, se han detectado redes de fraude “en anillo” y la utilización de deepfakes. Operar en varios países implica enfrentarse a un mosaico de amenazas que muta con rapidez.

Modalidades de fraude más habituales (y sus cifras)

Phishing

Los estafadores envían correos o mensajes con apariencia legítima para robar contraseñas o datos de tarjeta. En 2023, el phishing estuvo presente en el 44% del fraude online en la región, según estimaciones sectoriales ampliamente citadas. La mezcla de marca suplantada y urgencia sigue funcionando.

Vishing

Se trata de llamadas telefónicas en las que el delincuente se hace pasar por personal de una entidad para obtener información sensible. En 2023, alrededor del 30% de las denuncias de fraude telefónico en Latinoamérica se relacionaron con este vector, de acuerdo con datos divulgados por asociaciones bancarias regionales.

Smishing

Mensajes SMS con enlaces trampa o solicitudes de datos. El smishing representó en torno al 25% de los intentos de fraude por mensaje en la región en 2023, conforme a informes de compañías de ciberseguridad que monitorean este canal.

Fraude en comercio electrónico

Compra online con credenciales robadas y uso de tarjetas comprometidas. En 2023, aproximadamente el 32% de los casos reportados en e-commerce involucró datos de tarjetas sustraídos, de acuerdo con análisis especializados del sector de pagos.

Transferencias electrónicas fraudulentas

Accesos no autorizados a cuentas para mover fondos. En 2023, en torno al 20% de las denuncias de fraude financiero en la región se vinculó con transferencias electrónicas maliciosas, según registros de firmas de seguridad con cobertura global.

Manipulación de códigos QR en comercios

El atacante reemplaza el QR legítimo por otro que deriva el pago a su cuenta. Con la expansión de este método de pago, proliferan los incidentes en mostradores y cartelería. Rotar códigos y validarlos de forma dinámica se vuelve esencial para no regalar el cobro a un tercero.

Cuando falla el proveedor de seguridad: la lección de una caída global

Para las fintech y para la banca transaccional, que viven de la confianza, el impacto de un evento así no es solo técnico. Puede implicar indisponibilidad de servicios críticos, exposición de datos y daño reputacional. Y ahí la velocidad de respuesta, la comunicación con clientes y la coordinación con partners marcan la diferencia entre una anécdota y una crisis prolongada.

Las áreas transaccionales procesan un volumen enorme de operaciones a diario; un parón de horas puede traducirse en pérdidas considerables y en usuarios bloqueados. Expertos del sector, como ejecutivos tecnológicos de compañías regionales, subrayaron que entender la cadena de dependencias (proveedores, integraciones, herramientas) y diseñar “planes B” es tan importante como prevenir el ataque original.

¿Qué hacer? Invertir en tecnología de seguridad de vanguardia, formar de manera continua a los equipos, monitorear con métricas que anticipen anomalías y colaborar con otras empresas para compartir inteligencia. La autenticación robusta (2FA/MFA) y sus casos de uso —desde pagos hasta altas de clientes— ya no son un extra, sino la base del modelo.

Estrategias de defensa multicapa que funcionan

La receta más efectiva combina prevención, detección y respuesta. En la capa preventiva, muchas fintech ya aplican bloqueo automatizado de tráfico malicioso, fingerprinting digital de dispositivos y validaciones dinámicas que se ajustan al riesgo en tiempo real. Si algo huele raro, entran en juego bloqueos invisibles para el atacante que no molestan al usuario legítimo.

La inteligencia artificial es la palanca que permite escalar esas capacidades: modelos predictivos para scoring, validación de usuarios y seguimiento comercial, además de asistentes automatizados para atención al cliente y simulaciones financieras con aprendizaje continuo. La IA defensiva aumenta la precisión de las decisiones y reduce fricciones donde no hacen falta.

En la capa de infraestructura, el uso de plataformas cloud con fuerte presencia regional —por ejemplo, AWS— facilita escalar con seguridad y elasticidad real, lanzar productos en nuevos mercados y absorber picos de demanda sin comprometer el control. Esta combinación de agilidad y gobernanza es crítica en geografías tan cambiantes como las latinoamericanas.

La respuesta organizada incluye coordinación con fiscalías y equipos legales, sustentada con evidencia forense que permita denunciar y perseguir el delito. Varias compañías, además, están construyendo infraestructura propia para procesos críticos (validaciones, campañas de marketing y verificación de transacciones) con el doble objetivo de reforzar la seguridad y optimizar costes.

Por último, cobra fuerza la idea de una red masiva en la que las instituciones compartan información sobre usuarios reincidentes que han estafado a múltiples empresas. Impulsar una política pública que haga interoperable la lucha contra el fraude evitaría el efecto “cascada” en el que una misma persona golpea a muchas entidades en poco tiempo.

Buenas prácticas para usuarios y comercios

Para clientes y ahorradores, las pautas esenciales siguen vigentes: desconfiar de mensajes alarmistas, revisar con lupa los correos, verificar que las firmas y plataformas estén autorizadas, llamar a la institución antes de invertir o financiarse, y no entregar nunca datos confidenciales a terceros. La educación sigue siendo la primera línea de defensa.

En el teléfono, conviene mantener el sistema actualizado, evitar descargar apps desde enlaces en mensajes, desconfiar de los SMS que piden credenciales y no escanear códigos QR que no provengan de fuentes fiables. Si algo te genera duda, es mejor parar y comprobar dos veces que seguir un enlace precipitado.

Para los comercios, la prioridad es blindar el canal online y el punto de venta físico: usar reglas antifraude y verificaciones adicionales en e-commerce, establecer alertas por patrones sospechosos (por ejemplo, aperturas o intentos repetidos desde la misma IP), y auditar periódicamente la cartelería con códigos QR para evitar sustituciones. Rotar QRs y añadir mecanismos dinámicos ayuda a frustrar la manipulación.

Latinoamérica se organiza: comunidad y conocimiento compartido

La lucha contra el fraude paytech en la región ya es un proyecto colectivo. Foros, asociaciones y comunidades que visibilizan, inspiran y conectan a todo el ecosistema están acelerando el intercambio de buenas prácticas. No es casual que haya decenas de miles de profesionales —esa comunidad de más de 40.000 “makers”— buscando soluciones conjuntas y compartiendo indicadores de riesgo.

También se mira hacia los proveedores de pagos y seguridad que, como señalan distintas empresas del sector —incluidas pasarelas de cobro y firmas especializadas—, se comprometen a reforzar el entorno transaccional con más controles, observabilidad y respuestas coordinadas. La colaboración con actores expertos en seguridad digital permite complementar las capacidades internas y acortar tiempos de reacción.

Mirando el conjunto, la región está aprendiendo rápido y ajustando el equilibrio entre experiencia de usuario y seguridad en un entorno de ataques cada vez más sofisticados. Si la industria mantiene la defensa multicapa, la colaboración efectiva y la innovación en IA, el fraude perderá margen y la confianza en los pagos digitales crecerá con cimientos más sólidos.


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Walmart y Sam’s Club estrenan tarjetas de crédito junto a Invex y Mastercard


Nuevas tarjetas de crédito de Walmart y Sam’s Club

Walmart de México ha presentado dos nuevas tarjetas de crédito en colaboración con Invex Banco, con el soporte tecnológico de Mastercard. La propuesta se centra en ofrecer bonificaciones, descuentos y financiación sin intereses para compras dentro del ecosistema de la compañía y en cualquier otro comercio.

El lanzamiento se enmarca en un contexto en el que una parte relevante del consumo en México sigue siendo en efectivo y en el que aún hay margen para ampliar el acceso al crédito. Según datos de Mastercard, solo el 53% de los adultos en el país dispone de tarjeta de crédito, una cifra inferior a la de otros mercados de la región.

Qué ofrecen las nuevas tarjetas

Las tarjetas de crédito Walmart INVEX y Sam’s Club INVEX llegan con una estructura de beneficios pensada para el día a día. Entre los atractivos principales destacan la ausencia de anualidad al realizar al menos una compra mensual en cualquier comercio y un esquema de recompensas en efectivo a través de la app Cashi.

En el caso de las compras dentro de Walmart México, las operaciones generan un 3,5% de bonificación en Cashi, mientras que el resto de establecimientos otorgan un 1%. Además, la primera compra con la tarjeta aplica un 10% de descuento, y se incorporan meses sin intereses en Bodega Aurrera, Walmart y Sam’s Club.

La emisión se realiza en formato físico y digital, con la posibilidad de pagar en tiendas físicas, online y mediante aplicaciones, integrando el uso de la billetera Cashi para gestionar bonificaciones y pagos de forma sencilla.

Disponibilidad y canales para solicitarla

Ambas opciones de crédito están disponibles a partir del 30 de octubre en tiendas Walmart y clubes Sam’s Club de cobertura nacional. También pueden solicitarse por vía digital a través del sitio de Invex Tarjetas y de la aplicación Cashi.

El proceso de alta está pensado para ser rápido y completamente digital, lo que permite que más clientes accedan a una evaluación ágil y segura del crédito sin necesidad de trámites complejos.

Seguridad, tecnología y aceptación

El ecosistema se apoya en la tecnología de Mastercard, con múltiples capas de protección y autenticación para compras en comercios físicos y online, dentro y fuera de México. La prioridad es facilitar pagos rápidos, sin fricción y con altos estándares de seguridad.

La combinación de tarjeta física y credencial digital permite operar con mayor flexibilidad, a la vez que se refuerza la confianza en cada transacción gracias a medidas antifraude y tokenización en el entorno digital.

Inclusión financiera: el objetivo de fondo

Walmart de México e Invex sitúan este lanzamiento como pieza para impulsar la transición del efectivo a los pagos digitales, una palanca clave para ampliar el acceso a servicios financieros. La realidad del mercado muestra que el efectivo sigue teniendo un peso significativo en el país.

Para reducir esa brecha, la propuesta incorpora una opción de tarjeta garantizada orientada a quienes no cuentan con historial crediticio. Con ello, se busca facilitar la aprobación y que más personas puedan construir un historial de manera progresiva.

Condiciones y ventajas principales

Entre los puntos más relevantes de las nuevas tarjetas, la compañía destaca un paquete de beneficios diseñado para premiar el uso recurrente y el consumo responsable. A continuación, los ejes más prácticos para el usuario, con incentivos en efectivo y sin comisiones de mantenimiento condicionadas:

  • Sin anualidad al realizar una compra mínima al mes en cualquier comercio.
  • 3,5% de bonificación en Cashi por compras en Walmart México y 1% en el resto de comercios.
  • 10% de descuento en la primera compra realizada con la tarjeta.
  • Meses sin intereses en Bodega Aurrera, Walmart y Sam’s Club.
  • Disponibilidad en formato físico y digital con medidas avanzadas de seguridad.
  • Opción de crédito garantizado para facilitar el acceso a nuevos usuarios.

Adicionalmente, portavoces del proyecto han señalado que la línea de crédito puede alcanzar hasta 400.000 pesos mexicanos, de acuerdo con el perfil y la evaluación del solicitante.

El papel de cada socio: Walmart, Invex y Mastercard

Desde Walmart subrayan que el objetivo es ofrecer soluciones financieras sencillas y accesibles para millones de clientes que visitan a diario sus tiendas y canales digitales, integrando descuentos, bonificaciones y financiación sin intereses.

Invex, por su parte, enfatiza su apuesta por la banca digital y las marcas compartidas, con un entorno 100% online para solicitud y gestión del producto, y la emisión de tarjetas físicas y digitales que priorizan la experiencia de uso.

Mastercard participa como aliado tecnológico para impulsar la digitalización de pagos, ampliando la aceptación y brindando estándares internacionales de seguridad que permitan operar sin barreras tanto en México como en el extranjero.

Contexto y antecedentes en el mercado

El mercado mexicano cuenta con una amplia oferta de crédito, aunque la bancarización sigue por debajo de países vecinos. De ahí que iniciativas desde el retail, sustentadas en datos de consumo y programas de lealtad con ahorro tangible como tarjetas de las grandes superficies, ganen protagonismo para acelerar la adopción de medios de pago digitales.

Walmart ya ha explorado acuerdos previos para tarjetas co-marcadas en el país y hoy mantiene vigente una tarjeta emitida por Inbursa. La unión actual con Invex y Mastercard refuerza esa línea, con una propuesta enfocada en bonificaciones, MSI y acceso ampliado para nuevos y actuales clientes.

La presentación de las tarjetas Walmart INVEX y Sam’s Club INVEX se posiciona como un movimiento relevante en el segmento minorista-financiero: más canales de pago, incentivos claros y un guiño a la inclusión con la opción garantizada, buscando que el paso del efectivo al entorno digital resulte realmente útil para el bolsillo del consumidor.


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Caída de Redsys afecta a pagos con tarjeta y Bizum en España


Incidencia en pagos electrónicos en España

La mañana de este lunes se vivió un contratiempo en el sistema de pagos español: Redsys registró una interrupción que dejó fuera de juego durante un rato los pagos con tarjeta, Bizum y algunas operaciones en cajeros. Comercios de distintos sectores reportaron errores en los datáfonos y en transferencias instantáneas, con intentos que fallaban o se completaban tras varios reintentos.

Según la compañía, se trató de una incidencia temporal y parcial en la infraestructura de comunicaciones, ya solucionada. El restablecimiento no fue inmediato en todos los casos, de modo que la vuelta a la normalidad fue progresiva a lo largo del mediodía y pudo variar en función de cada entidad.

Qué ha pasado y a quién ha afectado

El corte se detectó hacia media mañana (alrededor de las 11:00) y empezó a remitir en torno al mediodía. No todas las operaciones se vieron afectadas por igual: los datáfonos, algunas retiradas en cajero y las transferencias Bizum fueron las más señaladas. En los registros de plataformas de incidencias aparecieron picos de reportes en bancos como BBVA y Santander, aunque la afectación no fue idéntica en todo el sistema.


Pagos con tarjeta temporalmente interrumpidos

La magnitud potencial es elevada por el peso de Bizum en el día a día: con más de 30 millones de usuarios y una media que ronda los 3 millones de operaciones diarias, un parón de minutos ya se traduce en incomodidades para una parte significativa de la población.

Qué dice Redsys y qué medidas toma

La empresa informó de que el origen estuvo en un problema puntual en las comunicaciones internas. Su equipo técnico detectó y mitigó la incidencia con rapidez, y el servicio quedó operativo poco después, aunque con una vuelta gradual. Además, Redsys pidió disculpas a clientes, entidades y comercios, y reiteró su compromiso con la fiabilidad, seguridad y continuidad del servicio, anunciando refuerzos en los protocolos de supervisión.


Sistema de pagos en España

La compañía también dejó claro que se trata de un incidente aislado y sin vinculación con factores externos. Esto incluye la caída paralela de Amazon Web Services (AWS) registrada ese mismo día, que afectó a múltiples webs y aplicaciones a escala global. Desde Redsys se subraya que no existe relación entre ambos sucesos; no obstante, algunos usuarios pudieron notar efectos residuales mientras cada banco normalizaba sus sistemas.

Por qué importa: alcance y antecedentes

Redsys es una pieza clave del ecosistema financiero español: soporta la operativa de buena parte del sector con tarjetas y Bizum, y su accionariado está dominado por Santander, BBVA y CaixaBank (en conjunto, alrededor del 75% del capital). Cuando hay un tropiezo, el efecto arrastre puede alcanzar a millones de usuarios y a decenas de miles de comercios en cuestión de minutos.

No es la primera vez que ocurre algo parecido. En episodios de 2023 se produjeron interrupciones de mayor duración que activaron la atención de las autoridades supervisoras. Aunque estos fallos no son frecuentes, ponen de relieve la dependencia del comercio y de los usuarios de una infraestructura que, cuando falla, evidencia la necesidad de redundar y robustecer los puntos críticos de la cadena de pago.

Con el servicio ya restablecido, lo más habitual es que los pagos vuelvan a funcionar con normalidad. Si persisten incidencias puntuales, conviene reintentar más tarde o utilizar medios alternativos, y desconfiar de mensajes no oficiales que aprovechen estas situaciones para intentar fraudes.


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Scotiabank sancionado por negar la renovación de tarjetas a mayores de 75

Renovación de tarjetas de crédito para mayores de 75 en Scotiabank

La justicia chilena impuso una sanción económica a Scotiabank tras constatar que negó la renovación de tarjetas de crédito a personas mayores de 75 años basándose únicamente en ese criterio etario. El caso, que puso el foco en la renovación de tarjetas para mayores de 75, ha abierto un debate sobre cómo deben aplicar los bancos sus políticas de riesgo sin incurrir en exclusiones indebidas.

De acuerdo con el Servicio Nacional del Consumidor (SERNAC), el tribunal acogió su denuncia después de una fiscalización y de recabar antecedentes que respaldaban a los afectados. La sentencia concluye que establecer un umbral de edad como filtro para denegar el acceso o la renovación de productos financieros carece de una justificación razonable en el marco de la normativa vigente.

Qué decidió el tribunal y cómo empezó el caso

Fallo judicial por renovación de tarjetas a mayores de 75

El Primer Juzgado de Policía Local de Las Condes aplicó a la entidad una multa de 100 UTM (alrededor de $7 millones) por vulnerar la Ley del Consumidor. La investigación se originó en los reclamos de dos clientes a quienes, pese a su vínculo previo con el banco, se les impidió continuar con sus tarjetas de crédito tras haber superado los 75 años.

El SERNAC ofició al banco y realizó una revisión en línea de los procedimientos, verificando que en estos casos no se valoraron parámetros objetivos como la capacidad de pago, el nivel de endeudamiento o el historial de cumplimiento. El tribunal estimó que fijar un límite etario en las políticas internas de crédito supone una exigencia arbitraria y sin sustento que restringe el acceso a bienes y servicios financieros.

Scotiabank, por su parte, emitió una declaración en la que lamentó lo sucedido y afirmó que se trata de situaciones puntuales ocurridas en 2022. La entidad señaló que, aun contando con políticas internas, optó por no apelar el fallo del juzgado de policía local.

En su comunicado, el banco también subrayó que mantiene más de 6.000 clientes mayores de 75 años con tarjetas de crédito activas y que participa en el protocolo de atención a personas mayores promovido por la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras (ABIF), vigente en la industria.

Qué dice la ley y qué derechos tienen las personas consumidoras

Derechos del consumidor en renovación de tarjetas

Según el SERNAC, la Ley 19.496 (Ley del Consumidor) no establece una edad máxima para ser sujeto de crédito y prohíbe la discriminación arbitraria por parte de las empresas. Además, la Ley 20.609 (Ley Antidiscriminación) refuerza que la edad no puede ser el único fundamento para restringir un servicio.

Las entidades financieras están obligadas a realizar un análisis de solvencia económica antes de otorgar o negar un producto como la tarjeta de crédito. Este estudio debe contemplar variables objetivas: ingresos presentes y futuros, nivel de endeudamiento y historial de pagos, entre otras. La edad, por sí sola, no constituye un criterio suficiente para rechazar o no renovar.

Además, cuando un banco decide no conceder o renovar una tarjeta, el consumidor tiene derecho a solicitar un informe por escrito en un plazo de 10 días con las razones objetivas que justifican la decisión. Si la respuesta no llega o resulta insuficiente, se pueden activar canales de reclamación ante el SERNAC.

  • Solicita por escrito el informe de rechazo con los fundamentos objetivos y la documentación usada para la decisión.
  • Revisa tus antecedentes (ingresos, deudas, morosidades) y corrige errores en tu información financiera si los hubiera.
  • Presenta un reclamo en SERNAC si detectas que la negativa se basó únicamente en la edad o carece de sustentos objetivos.
  • Evalúa acciones ante el Juzgado de Policía Local si persiste la negativa y existen indicios de trato discriminatorio.

En cualquier caso, los proveedores financieros pueden adoptar medidas adicionales para asegurar el pago (por ejemplo, garantías o comisiones por riesgo), pero estas condiciones no deben traducirse en restricciones que discriminen de forma arbitraria a personas mayores.

El fallo deja claro que la política de “edad tope” para la renovación de tarjetas en mayores de 75 no se ajusta a la normativa. Mientras Scotiabank subraya que se trató de episodios aislados y mantiene clientes senior activos, el criterio que prevalece es que las decisiones deben basarse en solvencia y no en la edad, algo que previsiblemente marcará la pauta para el resto del sector.


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La importancia de las madres en la socialización financiera

Los jóvenes españoles se consideran mayoritariamente ahorradores. Así se desprende de la Encuesta de Educación Financiera Funcas 2022 (a partir de ahora: EEF-Funcas2022), realizada online entre el 12 y el 26 de septiembre de este año sobre una muestra de 1.200 personas residentes en España de edades comprendidas entre 18 y 29 años[1]. Cuando a estos jóvenes se les pide que, utilizando una escala de 0 (nada) a 10 (mucho), valoren en qué medida el adjetivo “ahorrador/a” define su carácter, la media de sus respuestas se sitúa en 7,1. Esta cifra es más alta que las que arrojan las respuestas a las preguntas referidas a los siguientes adjetivos: “ordenado/a” (6,8), “estudioso/a” (6,7), “extrovertido/a” (5,7) y “caprichoso/a” (4,8). La influencia de la variable “sexo de los entrevistados” se observa, en mayor o menor medida, en la autovaloración respecto a todos los calificativos, salvo el de “ahorrador/a”. Ellas se consideran bastante más estudiosas que ellos, y también algo más ordenadas y caprichosas, pero en cuestión de proclividad al ahorro sus autopercepciones coinciden (Gráfico 1). 


¿Pero realmente son ahorradores los jóvenes españoles? La EEF-Funcas2022 ofrece algunos indicios para responder esta pregunta. Por lo pronto, un 49% de los entrevistados afirma tener hucha física, porcentaje que entre los de 18 a 24 años sube hasta el 57% (entre los de 25 a 29 cae al 38%). Los jóvenes que estudian (exclusivamente o compatibilizando estudio y trabajo), así como también los que viven con ambos progenitores, son los que en mayor proporción cuentan con una hucha (Gráfico 2). 


Nueve de cada diez jóvenes encuestados (89%) poseen al menos una cuenta bancaria y alguna tarjeta física. En un entorno en el que prevalece la preferencia por evitar el efectivo como medio de pago, aproximadamente tres de cada diez jóvenes de 18 a 24 (29%) con tarjeta bancaria propia afirman preferir pagar las compras con dinero, coincidiendo con el porcentaje de quienes prefieren pagar con el móvil, pero la mayoría de ellos (42%) se inclina por el uso de la tarjeta (sobre todo, de débito, mucho más extendida que la tarjeta de crédito en este grupo de población). La “huida del efectivo” aún es más evidente entre los jóvenes de 24 a 29 años, y especialmente entre las mujeres en ese grupo de edad (Gráfico 3). 


Puesto que casi todos los entrevistados (94%) tienen cuentas corrientes de titularidad propia o compartida, parece lógico pensar que ellas constituyan, también entre los jóvenes, el principal dispositivo de recepción de ingresos y de acceso al dinero (Gráfico 4). Y a juzgar por sus respuestas, no son cuentas “aparcadas” cuyos movimientos se ignoran: nueve de cada diez jóvenes titulares de una cuenta dicen conocer cuánto dinero tienen en ella, y entre los entrevistados que estudian, también nueve de cada diez declaran encargarse personalmente de la gestión habitual de sus cuentas (a los entrevistados que trabajan se les supone esta práctica, por lo que la EEF-Funcas2022 no pregunta por ella). Constituyen también una amplia mayoría los entrevistados que niegan tener un fin concreto para el dinero acumulado en sus cuentas. Antes bien, prevén utilizarlo según las contingencias, es decir, “para pagar gastos o necesidades que vayan surgiendo”, si bien las mujeres y los entrevistados que trabajan (exclusivamente o compatibilizándolo con los estudios) afirman con mayor frecuencia perseguir objetivos concretos con el dinero de que disponen en sus cuentas (Gráfico 5). 


El dinero con el que cuentan los jóvenes que estudian y no obtienen ingresos del trabajo proviene de diferentes fuentes. Es poco habitual que perciban dinero por llevar a cabo determinadas tareas domésticas o familiares, o por obtener buenos resultados en los estudios; llama, no obstante, la atención que los entrevistados varones extraigan, en mayor medida que las entrevistadas, ingresos por ambos conceptos (Gráfico 6). Más frecuente, pero también minoritaria, es la percepción de una paga periódica. Menos de la mitad de los jóvenes que se dedican exclusivamente a estudiar reciben una paga, bien semanal  (15%), bien mensual (27%). (Gráfico 7). Cabe destacar que a casi la mitad de los entrevistados que estudian (como actividad exclusiva o compartida con algún empleo) y no reciben una paga (46%) les gustaría recibirla. Mientras las “pagas por méritos” (tareas domésticas/familiares o buenas calificaciones) y las “pagas periódicas” no se hallan muy extendidas, sí lo están las “pagas extraordinarias”, que los jóvenes perciben por sus aniversarios o en fechas señaladas. El 50% de las entrevistadas y el 39% de los entrevistados afirman recoger dinero en tales ocasiones “siempre/casi siempre”, y más de un tercio de ellas y de ellos reconoce recibirlo “algunas veces” (Gráfico 8).


La mejor aproximación a la intensidad de ahorro de los jóvenes la ofrece una pregunta en la que se solicita a los entrevistados que trabajan y a los que reciben una paga periódica que indiquen la proporción aproximada de su salario/asignación que ahorran. El 48% de los que trabajan contesta que ahorra la mitad o más. Algo más bajo (42%) es el porcentaje de los entrevistados no perceptores de salario que dicen ahorrar al menos la mitad de su paga. En cambio, los que confiesan no ahorrar nada de su salario o de su paga se sitúan alrededor del 6-7%.  La composición del hogar marca diferencias importantes a este respecto. El 60% de los jóvenes que viven con sus progenitores afirma ahorrar la mitad o más de su salario/paga, proporción que dobla holgadamente a la de quienes viven en un hogar sin ninguno de sus progenitores (28%). La encuesta confirma que vivir en el hogar familiar facilita el ahorro de los hijos (Gráfico 9). 


Pero la convivencia con los progenitores no solo posibilita más el ahorro, sino también procura un espacio de aprendizaje de experiencias, actitudes y hábitos en relación con el uso y la administración del dinero. De hecho, el 78% de las encuestadas y el 70% de los encuestados se refieren a la familia como la institución que más les ha enseñado “en cuestiones relacionadas con el manejo del dinero” (Gráfico 10). A la escuela le conceden los entrevistados mucha menos importancia como fuente de aprendizajes financieros. De hecho, el 77% niega haber tratado “alguna vez, en clase”, con los profesores, cuestiones concernientes a la gestión del dinero propio. Y entre los que afirman haberlo hecho (23%), más de la mitad (61%) considera que el tiempo dedicado en clase a esos temas ha sido escaso. 

En esta apreciación de la familia como agente principal de socialización financiera destacan, además de las entrevistadas, quienes viven con ambos progenitores (78%), así como también quienes se consideran muy estudiosos (81%) o perciben su futuro con optimismo (80%). Es significativo que la segunda respuesta más frecuente a la pregunta sobre quién les ha proporcionado más saberes de carácter financiero sea “nadie”: una sexta parte de los entrevistados (17%) opina que nadie le ha proporcionado enseñanzas sobre cómo gastar y ahorrar, opinión más frecuente entre los varones (20%) que entre las mujeres (14%).


Dentro de las familias, las madres cobran especial protagonismo en materia de educación financiera. Así se infiere de los resultados a una pregunta en la que se requiere de los entrevistados que identifiquen a la persona que, en asuntos relacionados con la gestión de dinero, representa para ellos “un ejemplo a seguir”. La respuesta más frecuente es “mi madre” (38%), con un porcentaje notablemente por encima de la referida al padre (25%) o a los abuelos (7%). La referencia a la madre es la más frecuente tanto entre las entrevistadas como entre los entrevistados, si bien alcanza un porcentaje más alto en el primer caso (42%) (Gráfico 11). 


La madre aparece también como la respuesta más citada cuando los entrevistados han de señalar a quién pedirían consejo sobre lo que hacer si recibieran “de manera imprevista una cantidad relevante de dinero, más de 3.000 euros”. La respuesta más frecuente es “a mi madre” (40%), si bien la ventaja respecto a la respuesta “a mi padre” es muy pequeña. Entre las entrevistadas (sobre todo, las que cuentan entre 18 y 24 años) la referencia a la madre es más destacable que entre los entrevistados, cuya respuesta más frecuente es “nadie”  (Gráfico 12). 

En síntesis, de acuerdo con los resultados de la EEF-Funcas 2022, los jóvenes  españoles se consideran más ahorradores que estudiosos y ordenados, incluso que extrovertidos. Casi todos tienen cuentas bancarias propias, de cuyos movimientos están al tanto. Pero pocos guardan en ellas dinero para fines específicos; la mayoría lo hace para lo que cabría denominar “consumos contingentes”. Parece, por tanto, que aunque no planifican sus finanzas, sí les gusta ahorrar. Asimismo piensan que lo que saben sobre el manejo del dinero lo han aprendido de su familia, en particular, de sus madres y padres, a quienes tienen mayoritariamente como referencia en asuntos relacionados con la economía y las finanzas, y a quienes muchos pedirían consejo en circunstancias tales como las de recibir inesperadamente una suma importante de dinero. Y es a las madres, en particular, a quienes destacan como figuras clave en estas cuestiones. 

Sirva como conclusión de este breve análisis de la EEF-Funcas2022 el último párrafo de uno de los artículos publicados en el número 35 de Panorama Social, monográfico recientemente publicado bajo el título “La educación financiera en España: balance y perspectivas”: 

Los programas de educación financiera que no tienen suficientemente en cuenta la importancia y el valor específico de la familia como espacio de aprendizaje corren el riesgo de desperdiciar esfuerzos formativos. Las madres y los padres deberían ser destinatarios preferentes de tales programas, reconociéndoles, en primer lugar, su protagonismo en la socialización financiera, tratando de mejorar sus competencias en esta materia y enseñándoles a ponerlas en práctica. Los centros educativos podrían convertirse en instituciones intermediarias fundamentales en este proceso (por ejemplo, a través de las Escuelas de Padres y Madres, con las que muchos de ellos ya cuentan para diversos fines) y contribuir así más eficazmente que en la actualidad a la educación financiera de la sociedad.[1]



[1] La comprobación de discrepancias sustanciales en las pautas de respuesta entre los entrevistados de nacionalidad (única) española y el resto de entrevistados ha aconsejado limitar el análisis aquí presentado a los primeros. La muestra sobre la que se hacen afirmaciones se refiere, por tanto, a los 1.108 entrevistados de nacionalidad (única) española. 

[2] Chuliá, E., Garrido, L. y Miyar, M. (2022). Familia y socialización financiera: una aproximación empírica al caso español, Panorama Social 35, 137-154.

Más resultados de la Encuesta de Educación Financiera Funcas

(EEF-Funcas 2022)

Percepción del futuro: más optimistas que pesimistas

  • El 55% de los entrevistados (18-29 años) ven su “futuro en el corto y medio plazo (5-10 años)” con optimismo, triplicando la proporción de quienes lo ven con pesimismo (un 28% opta por la respuesta “ni con optimismo ni con pesimismo”).
  • Un 50% de los entrevistados de 18 a 24 años y un 54% de los entrevistados de 25 a 29 años afirman que “en un futuro más o menos próximo” se imaginan “formando una familia propia, con hijos”. A la gran mayoría de los que cuentan entre 18 y 24 años (85%) le gustaría formar esa familia antes de los 31 años; y a casi todos (96%) de los que tienen entre 25 y 29 años, antes de los 35 años. Creen, sin embargo, que, “siendo realistas”, podrán formarla más tarde de lo que desean.

Criptomonedas: más fama que inversión 

  • Un 91% de los entrevistados (18-29 años) ha oído hablar de las criptomonedas. De ellos, un 12% afirma haber invertido algún dinero en este medio digital de intercambio. 
  • Entre quienes han invertido en criptomonedas, siete de cada diez (71%) han dedicado a ello menos de 501 euros. Aproximadamente una quinta parte (22%) afirma haber invertido entre 501 y 1.000 euros, y el resto (7%) ha invertido más de 1.000, pero menos de 3.000 euros. 
  • El 61% de quienes no han invertido en criptomonedas conoce “personalmente” a alguien que sí lo ha hecho, pero solo el 14% de ellos afirma que si tuviera la posibilidad de “invertir algún dinero en criptomonedas”, lo haría.

Uso de medios de pago: el éxito de las aplicaciones móviles

  • El uso de medios de pago electrónicos se ha impuesto entre la juventud española: además de la preferencia por la tarjeta y el abono de compras mediante el móvil  (véase arriba), el 90% de los entrevistados que dispone de cuenta bancaria afirma utilizar Bizum o alguna aplicación similar proveedora de servicios de pago.
  • Cuatro de cada diez entrevistados (40%) utilizan Bizum más de cinco veces al mes y casi dos de cada cinco (18%) lo hace más de diez veces.

Anexo: Encuesta de Educación Financiera Funcas 2022 (EEF-Funcas2022): datos descriptivos de la muestra.

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