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Riesgos de invertir en la bolsa China: por qué no deberías hacerlo

El resurgimiento de China como potencia económica es, sin duda, una de las claves de lo que llevamos de siglo XXI. Y poner el dinero en una región en crecimiento puede percibirse como una buena estrategia de inversión. Sin embargo hay motivos para no hacerlo.

Como vamos a ver, China no es un país occidental y no se rige por las mismas normas que tenemos en Europa o EEUU. Y aunque muchos inversores se han dejado llamar por las rentabilidades que han dado en el pasado empresas Chinas hay unos riesgos nada desdeñables que hay que tener en cuenta.

Riesgo regulatorio

El primer riesgo que vamos a analizar es el que lleva en las noticias desde el verano: en China hay en estos momentos una competición entre el poder político y económico por ver quien es más poderoso. En las últimas décadas han nacido y crecido de forma abrumadora gigantes tecnológicos que controlan el día a día de la población China y eso no acaba de gustar al Gobierno.

En el pasado han hecho la vista gorda porque pensaban que era importante tener empresas potentes, pero ahora que su poder es muy grande quieren cortarle las alas. El conflicto estalló cuando Jack Ma, el fundador de Alibaba, hizo unas declaraciones críticas con el Gobierno el 24 de octubre de 2020, antes de la OPV de su pata financiera, Ant Group.

En ese momento el Gobierno puso trabas a la OPV y esta fue cancelada. Además Jack Ma estuvo desparercido tres meses. Y desde entonces el Gobierno Chino ha creado nueva regulación para limitar el poder de las grandes tecnológicas.

Lo que se muestra como una simple regulación anti-monopolio es en realidad parte de la guerra que ha declarado el poder político contra el poder empresarial. Y realmente la información no es transparente. El Gobierno Chino puede hacer como hizo con Ant Group, impedir una OPV, hacer que su fundador desaparezca tres meses y quién sabe qué. Por tanto invertir en China tiene un riesgo muy grande, no es un mercado transparente como en occidente, donde efectivamente puede haber rencillas entre el poder político y económico pero de mucha menos intensidad.

Riesgo contable

Otro problema es el escrutinio público al que se ven sometidas las empresas que cotizan en China no es equivalente al que tenemos en occidente. Es cierto que siempre existen casos de fraude en empresas cotizadas en occidente (recordemos Enron) pero si incluso con todo el escrutinio que hay pasan estas cosas, ¿qué podría pasar con menos supervisión?

Pues es justamente lo que pasa con las empresas Chinas. No hay más que ver el reciente caso de Luckin Coffee’s, la red de cafeterías china. Se inventó ventas por un total de 310 millones de dólares y la acción llegó a caer un 75% en un único día, aunque desde entonces se ha recuperado algo.

Por tanto, la cierta seguridad que se tiene cuando se invierte en bolsa de que la probabilidad de fraude es baja, en China no es tal. Y es un riesgo más a añadir al siguiente punto, que es el fundamental.

Riesgo societario

El riesgo regulatorio puede verse como algo temporal. Las guerras empiezan y acaban, son coyunturales. El riesgo contable puede mejorar con mejor supervisión. Pero el riesgo societario es algo permanente. ¿De qué estamos hablando? De cómo se invierte realmente en las empresas chinas desde occidente.

La normativa china impide que ciudadanos extranjeros tengan participaciones en empresas de ciertos sectores de China. Y estos sectores son prácticamente todos. Por tanto es imposible para un occidental invertir directamente en la bolsa China.

Pero las empresas chinas necesitaban capital para crecer y se inventaron una forma de poder recibir capital extranjero sin incumplir las normas chinas. El primer paso es crear una sociedad en el extranjero, típicamente en las islas Caimán por temas fiscales y regulatorios. Luego se crean contratos entre la empresa china y la de Caimán por la que la empresa extranjera tiene derechos sobre los beneficios y los activos de la empresa China. Y luego lanzan a cotizar la empresa establecida en las Caimán en las bolsas occidentales. Este tipo de estructuras se denomina Variable Interest Entity (VIE).

Por tanto, cuando se invierte en una empresa china que cotiza en Nueva York no sé están comprando acciones de una empresa afincada en China, sin de una empresa sin oficinas ni empleados establecida en algún paraíso fiscal y cuyo activo son unos contratos creados con una empresa china. Contratos que, según la propia legislación china, tienen dudosa legalidad.

Por tanto en cualquier momento China podría decir que dichos contratos son ilegales y no son válidos, con lo que las cotizaciones en las bolsas occidentales de dichas empresas chinas realmente valdrían cero.

Mejor no invertir

Ante estos riesgos políticos, contables y societarios la conclusión es que es mejor no invertir en empresas chinas, ya que realmente el potencial no compensa. Y menos aún cuando hay una guerra comercial abierta entre China y EEUU que podría hacer que en cualquier momento el castillo de naipes de las VIE se caiga solo por hacer daño.

El efecto de que China se muestre contraria a las VIE era, hace diez años, demasiado catastrófico para su propia economía, pues estas empresas necesitaban capital para crecer. Pero a día de hoy hay suficiente dinero dentro de China como para poder dar el puñetazo encima de la mesa. Es decir, el riesgo es muy real.