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Así se ha desvanecido la ventaja del coche eléctrico con la subida de la electricidad

El coche eléctrico ha estado incrementando la tasa de ventas año tras año. Y es que uno de los atractivos que estaba teniendo para los compradores son los costes asociados al vehículo tras formalizar la compra.

Si bien la autonomía de un coche eléctrico con carga completa suele ser menor que la de un coche de combustión con carga completa, la mejor manera de comparar el coste de repostar un automóvil de combustión con el coste de cargar completamente un automóvil eléctrico es comparar el coste de conducir la misma distancia. En este caso, usamos 100 kilómetros como base de medición.

Y en este punto, hay novedades: El coche eléctrico ha perdido la ventaja de coste por km recorrido. En Europa, el coste por 100km de un BMW serie 4 es de 12 euros, mientras que el coste para el vehículo Tesla Model 3 es de 16 euros, un 33% más caro. Esta medición se realiza agregando los precios de Francia y Alemania.

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Si nos desplazamos a principios de año, las diferencias no eran tales y el coche eléctrico gozaba un gran atractivo en su carga. Llegamos a ver un diferencial de precios notorio, cuando el precio de 100 km para el Tesla era de 2 euros frente a los 10 euros del BMW Serie 4.

Para ponernos en contexto, Europa está al borde de una crisis energética, ya que los suministros limitados de energía hidroeléctrica y gas natural de Rusia elevan los precios del combustible para las centrales eléctricas del continente.

Se espera que los suministros continúen cayendo desde el 31 de agosto, cuando PJSC Gazprom de Rusia planea cerrar el oleoducto Nord Stream a Alemania durante tres días de mantenimiento, lo que genera preocupaciones de que los suministros no se reanuden. Por esa razón, Europa está preparando una batería de medidas para ahorrar gas.

Y dado que una quinta parte de la electricidad europea es generada por centrales eléctricas de gas, inevitablemente las caídas en el suministro nos llevan a precios más altos de la electricidad.

Los precios europeos del gas alcanzaron el viernes 341 euros por MWh, cerca del máximo histórico de 345 euros que alcanzaron en marzo.

Como consecuencia, el contrato anual de electricidad en Alemania alcanzó los 995 euros (995 dólares) por megavatio hora, mientras que el equivalente francés superó los 1.100 euros, un aumento de más de diez veces en ambos países respecto del año pasado. En el Reino Unido, el regulador de energía Ofgem dijo que aumentaría el tope del precio de la electricidad y el gas casi al doble desde el 1 de octubre a un promedio de £3549 por año.

No obstante, en Europa hay diferencias notables en el coste de la electricidad que debemos tener en cuenta. Y es que el precio de la electricidad de España frente al coste de la energía alemana en el mercado en agosto es la mitad, ya que se benefició de un tope en los precios del gas natural, según la asociación de grandes usuarios de energía de España.

El precio medio de la electricidad en el mercado mayorista de España en agosto fue de 154,89 euros por megavatio hora, sin incluir un coste relacionado con el tope, dijo el grupo AEGE. Eso fue un 67% menos que en el mercado alemán y un 69% menos que en el mercado francés.

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¿Qué es la Ventaja Comparativa?

Dentro de nuestra serie de Conceptos de Economía nos enfocamos en uno de los temas económicos que más explica el crecimiento del comercio internacional, la ventaja comparativa. Para los inicios de esta teoría básica nos remontamos a Adam Smith y su Investigación sobre la Naturaleza y Causas de la Riqueza de las Naciones, donde habla de la lógica del comercio, tanto entre personas como entre países.

Esta lógica se basa en la conveniencia de especializarse en la producción de lo que un país puede producir más económicamente y comerciar con otros países produciendo lo que ellos hacen mejor, para el beneficio de los dos, la clásica división del trabajo, dependiendo de las diferencias de capital, trabajadores y recursos, naturales y otros. Posteriormente, David Ricardo extendió esta teoría de la división del trabajo a la ventaja comparativa.

Simplemente, la ventaja comparativa dice que un país debe especializarse en las actividades donde más ventaja tiene, que no quiere decir especializarse en todo lo que hace mejor que otros. Esta teoría es la base fundamental que explica el impulso del comercio internacional.

La ventaja comparativa en nuestras vidas

No obstante, la ventaja comparativa la vemos en acción en nuestras vidas todos los días. Utilizamos el ejemplo de un abogado y un jardinero. Si el primero es mejor abogado y el segundo mejor jardinero, cada uno se especializa en lo que hace mejor y comercian entre ellos y los dos ganan, la clásica división del trabajo elaborada por Adam Smith.

La teoría de la ventaja comparativa va un paso más. Si suponemos que el abogado no sólo es mejor abogado pero también es mejor jardinero que el que ejerce como jardinero, sin embargo contrata al jardinero para cuidar a su jardín. La razón por contratar a un jardinero menos bueno es que la ventaja comparativa del abogado es el de ser abogado.

Cada hora que trabaja como abogado le renta más que lo que le cuesta contratar al jardinero durante esa hora y, aunque este no sea tan bueno en el jardín, es más rentable para el abogado su contratación que hacer de jardinero el mismo. Es decir, incluso cuando el abogado es mejor que el jardinero en los dos, en el derecho y en el jardín, le conviene al abogado contratar al jardinero y concentrarse en su trabajo como abogado donde su ventaja comparativa le renta mucho más. Por otra parte, aunque el jardinero no es tan bueno como el abogado en el jardín, sigue teniendo trabajo porque el abogado se concentra en su trabajo como abogado, la ventaja comparativa en acción en nuestra vida diaria.

Vemos el mismo efecto con los padres y sus hijos. Puede que los padres sean mejores en la cría de sus hijos pero, sin embargo, contratan a una cuidadora para permitirles ir al trabajo. Gran parte de esta decisión se basa en el hecho de que rinden más trabajando como para cubrir los gastos de la cuidadora de sus hijos, aunque sean mejores en los dos, en el trabajo y en criar a sus hijos. Esto es la ventaja comparativa en acción en nuestra vida diaria, aunque seas mejor en las dos cosas, te concentras en la que mejor te rinde.

La ventaja comparativa en el comercio internacional

En el comercio internacional se ve este mismo efecto. Por su situación relativa en sueldos, costes, recursos naturales y tecnología, etc., países se especializan en lo que mejor producen siguiendo las reglas de la ventaja comparativa y comercian con otros países que se enfocan en lo que ellos mejor hacen, para el beneficio de los dos.

Posteriormente, se avanzó la teoría con el modelo Heckscher–Ohlin donde se enfocó en la ventaja que tienen los países por tener fuerte posición en alguno de los factores de producción; materias primas, fuerza laboral o capital. Ejemplos del modelo Heckscher–Ohlin en acción son la ventaja de Oriente Medio en petróleo y de China en fuerza laboral relativamente barata.

No obstante, hay que recordar que la ventaja comparativa no crea comercio internacional automáticamente. Por ejemplo, se produce aceite de oliva en todos los países del mediterráneo sin embargo, cuando viajas por el mundo ves mucha aceite de oliva italiana en venta y muy poca española.

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