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¿El fin de la recesión? No es oro todo lo que reluce

La economía española ha conseguido lo que todos los medios se han apresurado en llamar un “espectacular rebote” del 16,7%. Se ha empezado a afirmar que se ha superado la recesión y que todos los dramas vividos en el anterior trimestre son cosa del pasado.

Sin embargo, ¿es esto cierto? Antes de aceptar conclusiones precipitadas y salir a festejar la recuperación de la economía española, detengámonos a analizar los datos. Tienen truco (y no precisamente pequeño).

La variación anual del PIB tiene algo que decir

La variación anual del PIB sigue siendo del -8,7%. Para poner esta cifra en contexto, en lo peor de la crisis de 2008-2009 no llegamos a tener una variación anual de -5%. Cuando estuvimos a punto de ser rescatados en 2012-2013, no llegamos al -4%.

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Ahora estamos en casi -9%. Es una auténtica barbaridad. Sí, hemos mejorado desde el -21% del trimestre pasado, pero seguimos en una situación muy precaria y, desde luego, no hemos salido de la recesión.

¿Nuevos confinamientos?

Otro punto que nos debe llevar a tomar con cautela los datos que se han presentado es el hecho de que estamos hablando de un dato referente al trimestre de verano. Justo el trimestre en el que la economía española mejor funciona (incluso estando por medio esta pandemia) y, sobre todo, justo el trimestre en el que no hubo confinamiento.

Sin embargo, actualmente estamos ante la segunda ola, y su gestión no está siendo la mejor, como no lo fue la gestión de la primera. Y, además, estamos viendo como países de nuestro entorno están teniendo que volver a confinar a la población.

Por nuestra parte, estamos tomando medidas de toque de queda, que, obviamente, afectarán a todos los negocios de ocio nocturno, y, probablemente, tendremos que volver a pasar otro confinamiento (puesto que el toque de queda no parece que vaya a doblegar la segunda ola).

Por lo tanto, a pesar de que los datos de este trimestre hayan sido positivos, cabe esperar que el dato del próximo trimestre vuelva a ser negativo.

Recuperar cuesta más que perder

Lo anterior sería tolerable si, por ejemplo, hubiésemos perdido cierto nivel de PIB en el segundo trimestre y, en el tercero, lo hubiésemos recuperado al completo. Pero no es así. No hemos recuperado el nivel de PIB previo a la pandemia.

La caída del PIB en el anterior trimestre fue de más del -17%, y esta subida apenas ha sido del 16,7%. Y, para recuperar niveles anteriores, no basta con un 17%. Piensa que, si el PIB tiene un valor de 100 y pierde el 17%, se sitúa en 83. Para volver a 100 no basta con 17% (eso nos llevaría a 97,11), sino que se necesita una recuperación de más del 20%.

Así que la próxima caída de PIB que tengamos en el próximo trimestre (cosa que es muy probable que suceda) caeremos desde un nivel más bajo del que teníamos antes de la pandemia.

La UE sigue ayudando

Por último, no podemos olvidarnos de que seguimos enchufados a las máquinas de respiración asistida de la UE. Nos siguen llegando millones a raudales para pagar ERTEs y ayudas a quien las necesite. Pero… ¿Y si esa ayuda desaparece?

El PIB, recordemos, hace referencia a la cantidad de transacciones que se realizan en la economía. Como bien sabes (este es el tipo de cosas que aprendes en El Blog Salmón), para hacer transacciones hay que tener dinero.

Y, ahora mismo, algunas personas tienen dinero porque están recibiendo subvenciones o ERTEs. Y el Estado puede pagar esas subvenciones y ERTEs porque está recibiendo financiación de la UE. Es decir, dependemos por entero de que nuestros socios del club europeo sigan dándonos dinero.

Una última nota a futuro

A todo lo anterior, que se está mirado desde una óptica a corto y medio plazo, se suma un problema a más largo plazo. Ya hemos dicho que la situación es mucho peor de lo que parece y que, además, está desdibujada por la ayuda de la UE.

Esto supone un problema extra a largo plazo: si nuestros gobiernos aprovechan esta ayuda de la UE para dar subvenciones, nuevos derechos sociales y, en definitiva, para aumentar la voracidad recaudatoria y reguladora del Estado, cuando esa ayuda acabe, estaremos en una situación precaria y, además, con mayores dificultades para salir del pozo.

Al fin y al cabo, ese nuevo gasto público es difícilmente sostenible con las ayudas de la UE y una economía que aún no ha tocado fondo. ¿Lo será cuando tengamos otros dos o tres trimestres en negativo y se acabe la financiación de la UE?

Como puedes ver, aunque los medios se hayan apresurado a decir que estamos en un momento fantástico, lo cierto es que no es así. Seguimos diciendo que hay brotes verdes cuando todo está al borde del colapso, en lugar de informar a la ciudadanía de cuál es la situación real.

Así que no te dejes engañar… Y protégete de la mejor forma que puedas (tanto en materia de salud como en materia económica).

Fuente | INE

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