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Y por fin el gobierno reacciona con artillería económica ante la debacle del Coronavirus: pero hay que hacer más y cerrar el país por partes

En el fragor de la batalla contra el Coronavirus, fuimos uno de los primeros medios en pronunciarnos alto y claro sobre la deprimente respuesta inicial del gobierno español en lo que a la lucha contra pandemia implicaba en el también ineludible plano económico.

Igualmente, tras recapacitar y escuchar por fin a los analistas que les dijimos desde el primer momento que era vital (y existencial) un auténtico plan de choque económico sin precedentes, ese plan ha llegado. Y ahora debemos congratularnos rojos y azules porque por fin España está ya más en la senda de minimizar en la medida de lo posible el shock económico que está produciendo el COVID-19, y sobre cuyos riesgos les venimos alertando y analizando desde principios de Febrero, cuando todavía era un tema mayormente chino. Posteriormente también les analizamos y alertamos, unos días más tarde, de que ya estaba afectando a las cadenas de producción y distribución occidentales.

Pero el tema es que, habremos avanzado mucho (ahora sí), aunque lamentablemente no es suficiente. Se requieren urgentemente nuevas medidas radicales e innovadoras para la economía y las empresas, producto de cómo el escenario económico va degenerando. Esperemos que ahora el gobierno no tarde tanto en escucharnos, y tome las medidas necesarias mucho más ágilmente. Nos va el país (y nuestra vida tal y como la conocemos) en ello.

El plan de choque contra el shock económico (ahora sí) es el camino correcto… Cafeína para mantener despierta la socioeconomía

Y Por Fin El Gobierno Reacciona Con Artilleria Economica Ante La Debacle Del Coronavirus Pero Hay Que Hacer Mas Y Cerrar El Pais 2

Desde estas líneas, en ejercicio de nuestro deber más vocacional, hemos sido muy críticos con la penosa reacción inicial del gobierno, lo cual estaba plenamente justificado. Está claro que lo suyo era una (casi) inacción de lo más inconcebible, especialmente ante la situación de shock cardíaco a la que se enfrentaban la empresas, los autónomos y los trabajadores. Con todo ese panorama, las medidas iniciales del gobierno eran descorazonadoras (pero de verdad: eran de quedarse sin pulso económico), y lo peor era que demostraban cómo nuestros dirigentes se habían ido a por uvas, mientras el país y la economía se caían a trozos a golpe virásico. Además, por si eso no fuera poco, mientras la economía se desangraba por momentos, en vez de empezar a aplicar torniquetes como si no hubiera un mañana, el gobierno se había enfrascado en bochornosas luchas de poder internas e intestinas, que llegaron incluso a retrasar un consejo de ministros que era esencial y urgente al extremo, y que debía celebrarse cuanto antes para poder mantener la respiración asistida a una España que, también económicamente, ya estaba en la UCI en tan sólo unos pocos días.

Aquí me voy a limitar a resumirles brevemente las medidas adoptadas por el gobierno, asumiendo la mayor parte de ellas como mayormente adecuadas, y sin entrar a hacer un análisis detallado: en la situación de emergencia nacional en la que nos encontramos, no se puede perder el tiempo tratando de analizar al detalle medidas que en términos generales son evidentemente oportunas, y vamos a concentrar nuestro tiempo y esfuerzo en proponer más medidas esenciales que también consideramos vital adoptar urgentemente. La síntesis de las medidas es básicamente que el importe asignado al plan esta vez ya no es mera calderilla, como calificábamos el viernes pasado las famélicas medidas iniciales. Ahora sí que el orden de magnitud se corresponde con la dimensión del problema y con la dimensión de la economía: el gobierno moviliza ahora un contundente 20% del PIB, todo un “bazooka” económico. Y permítanme la licencia de que el plan del gobierno actual ahora coincide con las líneas de actuación que exponíamos como esenciales desde estas líneas el viernes pasado: regular ERTEs temporales y más medidas que, en una situación de emergencia nacional, concluíamos que debían atenerse a la máxima de que “El déficit está precisamente para este tipo de situaciones no sistémicas, excepcionales y transitorias. Sin más”. Dicho y hecho. Genial. Ahora sí. Ya sólo queda que la implementación sea buena, y el comienzo promete, puesto que lo último que necesitamos ahora es otro despropósito como el funesto Plan E.

Empezaremos por apuntar que el gobierno ha disparado su salva de rescate sin perder el enfoque social en sus medidas. Con ello, aparte de proveer de un (a veces) necesario salvavidas a escala masiva a los ciudadanos que han caído abruptamente en situación de vulnerabilidad extrema, tenemos una medida que, además de dar al plan una dosis de justicia social, también va a prevenir el dejar más margen a la propaganda para que alimente el descontento social, y que así no pueda acabar alentando a las siempre impredecibles (y generalmente sangrientas) revoluciones. Mención especial merece la especial cobertura y protección que se da a las PYMES y autónomos, siempre mucho más vulnerables por su naturaleza. Vitales resultan también las medidas de, con el respaldo del estado, dar liquidez masiva a las empresas, cuyo giro brusco e inesperado en su situación financiera les ha podido coger en un mal momento, y pueden tener que echar la persiana para siempre por una falta momentánea y transitoria de liquidez. Muy acertada es también que la moratoria de hipotecas y reducciones de ciertos pagos de servicios básicos se aplique selectivamente a los ciudadanos que hayan caído en situación de desempleo a raíz de la pandemia.

Imprescindible era también regular y potenciar legislativamente el que empresas y trabajadores puedan recurrir a una generalización del teletrabajo. Y no lo es sólo en términos económicos: además esta medida refuerza el efecto mitigador de las medidas de contención, para aplanar la curva de infección de la pandemia. No olviden que ya les dijimos desde aquí a principios de febrero que ya pensábamos que la mortalidad del COVID-19 venía más bien por la situación que producía de colapso sanitario por infección masiva en un breve plazo de tiempo, y no tanto por la mortalidad de la propia enfermedad. Y así ha sido: hay pues que frenar también con teletrabajo el incesante caudal de enfermos graves por Coronavirus que están colapsando nuestros hospitales, y hacerlo más asumible en términos hospitalarios. Y ya por último apuntaremos la medida más evidente de que el gobierno dedica una línea de 30 millones de Euros destinada a potenciar al máximo la investigación de una posible vacuna contra el funesto virus.

Y en medio de toda esta refriega con muertos, asoma la despiadada propaganda para tratar de sembrar más muerte y destrucción

La Solucion Para Minimizar El Impacto Economico De La Crisis De Coronavirus La Tiene El Gobierno En Su Mano 3

Vaya por delante que la propaganda internacional más cruda ya tenía preparados los Whatsapp, esperando caninos el momento en el que el gobierno dedicase un necesario e ineludiblemente cuantioso paquete de medidas económicas para salvar la situación. Los mensajes por la red social han empezado a circular en cuestión de minutos. Les reproduzco a continuación un mero ejemplo de la ramplona campaña de desinformación que están inoculando en las redes sociales: “Vamos a ver, si van a sacar 200.000 millones de Euros para solucionar la crisis, yo tengo una solución mejor. ¿Que somos 47 millones de españoles? Pues que nos den un millón a cada uno y se ahorran 150.000 millones. Y a nosotros se nos acaban los problemas. Pásalo”. ¡Qué decir después de semejante cosa! ¡Menudo lumbreras este individuo, debería ser por lo menos Ministro de Economía! Como Venezuela íbamos a acabar…

Para empezar, este elemento ni siquiera parece tener unos mínimos conocimientos de las matemáticas más elementales, pues resta 1 millón de Euros por español (en total 50 billones) al paquete económico de 200.000 millones , ¡Y va y al elemento le quedan 150.000 millones!: un crack, ni el milagro de los panes y los peces, a ver si va a ser verdad que debería ser ministro por encontrar dinero donde no lo hay. ¡Cómo puede ser que al restarle 50 billones de Euros (billón=millón de millones) le queden de los 200.000 millones de Euros todavía 150.000 millones! Inconcebible. Un auténtico crack. Pero esta falsedad y esta evidente mentira la ha elaborado alguien a propósito, y es que hace tiempo que ya les advertimos que la propaganda económica nos iba a inundar, pues la economía es uno de los grandes éxitos y uno de los pilares que pretenden destruir de nuestro sistema de bienestar.

Imaginen lo que puede haber realmente detrás del “susodicho” y del resto de hilos de Whatsapp surgidos rápida y simultáneamente desde la oscuridad: más intención agitadora de masas que una economía de la que no tienen ni la idea más elemental. Lo que más apunta a que muy probablemente sea una campaña de desinformación planificada es ese “Pásalo” final, que evidencia cómo su verdadero objetivo es viralizar y azuzar el descontento popular y la incultura económica más empobrecedora. Y éste es un extremo especialmente peligroso en un estado de alarma en el que la población estamos aislados en casa, y somos especialmente susceptibles de caer abducidos por estas campañas, que nos llegan por unas redes que ahora son nuestra principal conexión al mundo. Están azuzando el avispero con un palo, a ver si sacan algo para sus fines siempre destructivos.

Y la verdad es que hoy tengo algo de tiempo (y líneas por delante), así que me voy a molestar un poco más en rebatir semejante ocurrencia feliz a pesar de la falsedad de los cálculos. Aquí no se trata simplemente de dar un millón de Euros a cada ciudadano, y con eso ya vaya a tener la crisis y la vida resuelta. Nada más lejos de la realidad. Eso es literalmente pan para la hora siguiente (ni para hoy llega) y hambre eterna para mañana y para el resto de la existencia. Porque no hay que rescatar sólo a los ciudadanos (a los cuales se dedica ya en el plan del gobierno una parte importante del dinero, por cierto), sino que lo que también hay que rescatar es una economía con un PIB anual que sobrepasa holgadamente el billón de Euros anuales, y además también a más de tres millones de empresas con un capital social de millones y millones, a más de tres millones de autónomos, seguir pagando las pensiones, las nuevas prestaciones de desempleo que van a necesitarse ahora (esperemos que sean por ERTEs temporales y no por EREs), etc. etc. etc. ¿A que es literalmente vergonzoso cómo nos insulta la propaganda intentando manipularnos con argumentos más simplistas que un cubo y que no engañan ni a un niño de primaria?

Pero es que aún hay mucho más. Y es que, si por arte de magia el gobierno se dedicase a repartir millones “por la patilla” sólo a los ciudadanos, en vez de invertir parte de ellos también en que estos ciudadanos puedan conservar su empleo y su actividad económica, el resultado final, además de provocar una defunción masiva de empresas que nos dejaría a todos sin trabajo, sería que ese millón tampoco nos serviría absolutamente de nada. Porque con semejante despropósito de reparto masivo de dinero, la moneda sufriría ipso-facto una hiperinflación rampante, que en unas pocas semanas (o escasos meses) se comería literalmente todo el valor de ese dinero. Al final, tendríamos un millón de euros cada uno que no nos serviría para comprar nada, y encima nos habrán dejado sin trabajo por el camino.

Es la misma secuencia de acontecimientos que, con otra escala de tiempos, el populismo más irracional y su propaganda acabaron imprimiendo al bolívar venezolano al despeñar literalmente su economía, con toda la miseria que este tipo de políticas de total incultura económica han llevado al devastado país latinoamericano. Y miren como están allí ahora mismo… Que aquí nuestro sistema sanitario está asistiendo (como puede) a todos los enfermos de Coronavirus graves, pero en Venezuela el sistema sanitario se ha quedado en un sistema tercermundista que no puede dispensar a su población apenas asistencia ante la pandemia. Igualito que lo que hemos conseguido tener este país con décadas de esfuerzo, y con una población formada que es capaz de encontrar trabajo y ganarse su propio pan, y no repartiendo millones de euros anárquicamente por doquier de “pan para hoy y hambre para mañana”, y que además de algún sitio tienen que salir de forma económicamente sostenible aparte de una impresora.

Pero siendo el plan de choque mayormente adecuado, se necesitan urgentemente aún más medidas vitales para una economía que sigue en la UCI

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Lamentablemente, si bien las medidas del “bazooka” del gobierno contra el shock económico de la pandemia van en la senda correcta, distan mucho de ser suficientes. Apuntábamos desde El Blog Salmón hace unas horas algunas medidas adicionales que no vamos a volver a abordar ahora. Y como eximente, que no para evitar que el gobierno siga trabajando a toda máquina, hemos de reconocer que realmente es materialmente imposible, con el poco tiempo del que disponen en esta vorágine, que nuestros dirigentes y su corte de asesores sean capaces de pensar en todo y en unos plazos exiguos cuyo alargamiento debe medirse en muertos. En la situación actual, todo el tejido socioeconómico nacional tenemos el deber profesional y personal de apoyar nuestro sistema de bienestar, y entre todos contribuir con ideas y propuestas que puedan acabar traduciéndose en nuevas medidas para paliar la situación conforme ésta evolucione y lo vaya requiriendo. Y es que además, ante una situación tan imprevista y tan masiva, cada día surgen literalmente nuevas medidas que se hacen esenciales en cuestión de horas, y que desde aquí debemos contribuir en divulgar y que lleguen donde tienen que llegar.

Esta crisis sólo la superaremos todos juntos y esforzándonos cada uno en la medida de nuestras posibilidades, justo lo que trata de evitar la propaganda desuniéndonos y sembrando la confusión y la discordia. Posiciónense en el bando correcto y ayúdennos a combatir esa venenosa propaganda, así como a proteger nuestro sistema de bienestar: por muy mejorable que puedan ser ciertos aspectos de éste, les puedo asegurar que sin él vamos a la “ruina caracolera” (y si no, hablen ustedes con millones de venezolanos y verán lo que les cuentan). Además, no se puede perder de vista que llevamos ya varios años instalados en un guerra socioeconómica global, de la cual tampoco se puede descartar que estemos viviendo una nueva y convulsa fase que sea aprovechada por otras superpotencias al calor de la pandemia. Así, resulta esencial adoptar medidas de protección de las capacidades e innovación europeas para combatir el COVID-19, y bloquear a nivel europeo iniciativas como la de Trump, que va detrás de arrebatar a Europa una vacuna contra el Coronavirus que unos laboratorios alemanes casi tienen ya, con el significativo agravante de que, además de hacerse con la vacuna, impuso a los responsables del laboratorio la condición de que esta vacuna fuese exclusiva de EEUU. ¿Qué interés puede tener Trump en que los europeos no tengamos acceso a una vacuna contra el Coronavirus que además hemos desarrollado nosotros mismos (y por cierto: con participación de dinero público)?.

En este sentido, son especialmente geoestratégicas y acertadas las medidas del plan del gobierno referentes a la seguridad económica nacional. Sánchez ya ha afirmado que van a blindar a las empresas españolas para impedir que, al calor de la debacle bursátil, venga capital foráneo hostil a comprar nuestras cotizadas más estratégicas. Un 10 para esta medida. Sin paliativos. Estamos en una auténtica guerra socioeconómica, y hay que desarmar a las potencias hostiles que pudieran estar al acecho para pescar en un rio que están tratando de mantener lo más revuelto posible. Pero en general al gobierno aún le queda mucho trabajo por delante, y ahora hay que ver, más allá de los anuncios, cuánto tardan en poner las medidas en marcha y cómo lo hacen, y además si van a encontrar en los mercados internacionales suficiente capacidad de financiación para afrontar el déficit y el endeudamiento extra que va a suponer toda esta batería de medidas. Éste es sin duda el punto más clave de todo este plan para el shock económico, y de ello sin duda depende si se va a poder llevar a cabo. ¡Qué bien nos habría venido ahora para tener más margen haber ido reduciendo nuestra deuda estos años atrás cuándo podíamos hacerlo, tal y como desde aquí reclamamos insistentemente en su momento.

Y además de la implementación, hay otras medidas que en las últimas horas ya se han tornado esenciales para el tejido socioeconómico. Se requiere un cierre selectivo y ordenado de la economía, al menos de los sectores que lo requieran. No, no se preocupen, no nos hemos vuelto locos proponiendo hacer un cierre económico en un momento en el que todos los planes de choque internacionales están luchando desesperadamente por mantener la economía viva. Ahora les explico el porqué, y viene con conocimiento de causa. Es esencial que el gobierno dote, a las empresas y sectores en que se hace imprescindible, de la cobertura legal necesaria para poder acometer un cese de la producción impuesto por la situación y por el estado de alarma, evitando con esto que (paradójicamente) seguir vivas ahora mismo como entidad empresarial (que no produciendo) acabe llevando a las empresas a la quiebra.

Esto no es en absoluto que estemos diciendo que el gobierno deba gripar los motores de la economía, sino que este shock transitorio nos fuerza a que los motores de la economía sean de “Start/Stop”. Indudablemente, ello conllevará alguna penalización económica severa para el país y para las empresas, pero aquí de lo que se trata es de que la penalización no sea permanente en forma de defunción empresarial y… casi hasta nacional como la cosa se cronifique y se generalice, tal y como no es descartable que pueda acabar ocurriendo si no se toman más medidas adecuadas vitalmente necesarias. Hay que parar ciertos motores de la economía durante un breve plazo de tiempo, pero hay que hacerlo de forma ordenada, y salvaguardando la actividad esencial, sanitaria y de productos de primera necesidad, y toda la actividad que pueda ser suplida con teletrabajo y que no requiera de salvaguarda legal para dejar de producir.

El motivo concreto por el que habría que cerrar una parte del país es para evitar las quiebras empresariales, que seguirían al pago masivo de indemnizaciones millonarias por parte de muchas empresas principalmente exportadoras. Estas empresas van a tener que afrontar esta insoportable carga financiera por dejar de proveer a sus clientes de productos y parar sus cadenas de producción, un perjuicio por el que en muchos sectores deben responder con el pago de indemnizaciones por obligación contractual. Ahora mismo hay muchas empresas que, aunque podrían seguir produciendo, están teniendo que dejar de hacerlo por ejemplo por no poder garantizar la desinfección del COVID-19 en sus instalaciones, y por no poder limitar el riesgo de contagio de sus plantillas. Esto ocurre por un tema tan sencillo como que actualmente no hay disponible en el mercado suficiente suministro de geles de alcohol y similares para poner a disposición de los trabajadores, y sin estas medidas higiénicas, lógicamente los sindicatos acaban impidiendo el funcionamiento de líneas de producción enteras para proteger la salud de sus trabajadores.

Y es que no hay en el mercado ni geles desinfectantes, ni mascarillas, ni apenas guantes para que las empresas los puedan adquirir y que sus trabajadores puedan trabajar con unas mínimas condiciones de seguridad, porque además de que la demanda se ha multiplicado exponencialmente en unos pocos días, el gobierno con el estado de alarma está confiscando todas las existencias y toda la producción para desviarla al sistema sanitario, que es lo más urgente ahora mismo para salvar vidas en la UCI que se nos están yendo por momentos. Si el personal sanitario cae enfermo masivamente, ya sería “el acabose”. Como ven, nuestros dirigentes deben plantearse seriamente la opción de cerrar estratégicamente ciertos sectores, y dar así una causa de fuerza mayor que sirva a las empresas para poder dejar de suministrar sin tener que afrontar las indemnizaciones. Obviamente, como efecto colateral, con el cierre selectivo tendrán que resignarse a perder algo de PIB e ingresos fiscales y empresariales, pero esto será compensado con creces por evitar llevar a multitud de empresas a la quiebra segura.

Así, por contraproducente que pueda parecer, lo mejor que el gobierno puede hacer ahora mismo económicamente es cerrar una parte del país. Además de ayudar a reforzar las medidas sanitarias contra el contagio, es humana y financieramente imposible e injusto tener que indemnizar de sopetón a todos sus clientes internacionales por un factor ajeno a las empresas, cuando tus clientes siguen produciendo y requieren tus suministros porque la pandemia allí es menos explosiva. Hay que echar la persiana de parte de "España S. A." para protegerla hasta que se restablezcan los suministros a las empresas de los productos básicos para que sus empleados puedan seguir trabajando. Y con un cierre decretado gubernamentalmente las empresas podrán acogerse contractualmente a una causa de fuerza mayor que les evite los pagos de indemnizaciones y la quiebra. Y por cierto, por mucho que fuesen muy decepcionantes las medidas iniciales del gobierno español y que tal vez les queden todavía más medidas por adoptar, no se puede tampoco negar que, al menos, hicieron infinitamente más que un Johnson que ya les analizamos que mayormente, asumiendo impasiblemente la muerte de muchos de sus mayores, optó consciente y suicidamente por la inacción más irresponsable. Ahora, a la vista de su garrafal error y con incontables ciudadanos ya cayendo sin control víctimas de la pandemia, el categórico Johnson ha tenido que recular a marchas forzadas cuando ya es demasiado tarde. Es lo que tiene poner incontrolados al poder: lo son para todo.

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Y para finalizar por hoy, si el otro día les contaba cómo en nuestra casa nos destrozamos las manos todas las tardes aplaudiendo a las 20h a nuestro personal sanitario, ahora un servidor, cuando los aplausos ya aflojan y habiendo guardado el debido respeto, como otros tantos miles de Españoles hacen cada tarde, pongo a todo volumen la épica canción del Dúo Dinámico "Resistiré", porque ni el virus ni nada podrá acabar con este gran país, grande (muy grande) cuando se mide por sus gentes y por el esfuerzo heróico que están haciendo. Aunque en el aislamiento de su familia con este encierro hogareño les parezca que están viviendo solos esta catástrofe socioeconómica, en realidad pocas veces en la historia tantos millones de españoles han estado tan unidos frente a la calamidad. No están solos en absoluto.

Estamos todos a una. Salgan a aplaudir cada tarde en comunidad y siéntanse unidos a sus vecinos y a todo el país. Y sobre todo sean eternamente agradecidos especialmente con nuestros héroes sanitarios, pero también con esos empleados de telecomunicaciones que nos mantienen a todos conectados y entretenidos, a esos repartidores que nos traen a casa todo lo que necesitamos, a los empleados de supermercados y de farmacias, etc. Y déjenme tomarme la licencia de decirles también que, desde estas líneas, nos tomamos en estos días como un deber ineludible (e insomnemente nocturno) el aportar contenido que leer durante la cuarentena, así como aportar ideas a nuestros dirigentes y a nuestros agentes socioeconómicos, que en algún caso me consta que han llegado sorprendentemente alto. Sean agradecidos. Sean valientes. Resistan. Esto pasará en algún momento. Suerte.

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