EEUU es el primer destino de inversión extranjera directa, ¿qué ha pasado?
La invasión extranjera directa (IED) es una categoría de inversión transfronteriza en la que un inversor residente en una economía establece un interés duradero y un grado significativo de influencia sobre una empresa residente en otra economía.
La IED es un elemento clave de la integración económica internacional porque crea vínculos estables y duraderos entre las economías. La IED es un canal importante para la transferencia de tecnología entre países, promueve el comercio internacional mediante el acceso a mercados extranjeros y puede ser un vehículo importante para el desarrollo económico.
En 2021, Estados Unidos se registró como la economía con los mayores aumentos en la inversión extranjera directa. Las últimas cifras de la Encuesta de Coordinación de Inversión Directa del Fondo Monetario Internacional muestran que la posición de Estados Unidos aumentó en 506.000 millones de dólares, o 11.3%, el año pasado. Para las 112 economías que informaron datos, las posiciones de entradas de IED aumentaron un promedio de 7,1% en términos de moneda nacional.
En términos de dólares estadounidenses, esa cifra de crecimiento global fue solo del 2,3% debido al reciente fortalecimiento del dólar estadounidense. Estados Unidos es ahora el destino más grande del mundo para la inversión extranjera directa, mientras que China ha subido al tercer lugar. También muestra cómo las economías más pequeñas se ubican entre las 10 principales del mundo.
Las economías más pequeñas ocupan un lugar destacado entre las 10 principales del mundo.Los Países Bajos, Luxemburgo, Hong Kong, Singapur, Irlanda y Suiza aparecen en la lista, aunque ninguna de estas economías se encuentra entre las 10 primeras en el mundo en términos de PIB.
La aparente desconexión entre las cifras de IED y la economía real se reduce al hecho de que estas cifras son esencialmente un conjunto de estadísticas financieras. Muestran flujos financieros transfronterizos y posiciones entre entidades relacionadas entre sí a través de participaciones de propiedad directa o indirecta de al menos el 10%.
Dichos flujos pueden terminar como inversiones en actividades productivas nacionales, como la financiación de nuevas fábricas y maquinaria, pero también pueden ser inversiones puramente financieras con escasos o ningún vínculo con la economía real.
Los centros financieros extraterritoriales citados desempeñan un papel descomunal en las estadísticas mundiales de IED, que aumentó aún más en los años posteriores a la crisis financiera mundial de 2008. Los últimos datos del CDIS muestran que los centros financieros extraterritoriales todavía representan una parte desproporcionadamente alta de la IED mundial. Sin embargo, su participación ha disminuido gradualmente desde 2017, mientras que la de las economías más grandes como Estados Unidos y China ha aumentado.
Los impulsores exactos de este desarrollo son difíciles de desentrañar, pero probablemente estén vinculados a varias iniciativas políticas. Por ejemplo, la caída en la participación de los centros financieros extraterritoriales en la IED global se produce después de que la Ley de Empleos y Reducción de Impuestos de Estados unidos entrara en vigencia en 2018.
Por ejemplo, muchas empresas multinacionales establecen vehículos de propósito especial en centros financieros extraterritoriales donde los fondos simplemente fluyen a través de la economía como un paso intermedio hacia su destino final. Estas entidades a menudo se establecen para beneficio fiscal o regulatorio y pueden inflar significativamente las cifras de IED, incluso si su impacto real en la economía del país anfitrión es relativamente pequeño.