¿El mercado inmobiliario en España puede ir a peor? Canadá prohibirá comprar vivienda a extranjeros
Con la llegada del Año Nuevo el optimismo inmobiliario parece no ir de la mano. Desde finales del pasado año la burbuja parece ir desinflándose en nuestro país y las previsiones para 2023 no son nada halagüeñas, pues desde el propio Banco de España se asegura que esta situación se extenderá durante varios meses.
En datos aportados por el centro de estudios económicos BBVA Research, se recoge que la inversión en vivienda seguirá asumiendo una desaceleración progresiva, bajando la inversión del 3,2% de incremento interanual del segundo trimestre de 2022 al 1,3% con el que se ha cerrado el año. A esto hay que sumarle los datos oficiales del Ministerio de Agenda Urbana, que demuestran que los visados de obra nueva durante el último año apenas crecieron un 0,3% con respecto al mismo periodo de 2021. De hecho, en julio se concedieron 8.869, la cifra más baja de dicho mes desde 2017.
Las causas
Desde el Banco de España se alegan como razones de peso el encarecimiento del crédito bancario, debido a las subidas de los tipos de interés, la pérdida de dinamismo de los visados de obra nueva y los aumentos de costes en los materiales de construcción.
A pesar de que la inversión inmobiliaria ha bajado en 2,9 puntos porcentuales menos entre junio y septiembre, con respecto a la proyección inicial, hay que destacar que en España se siguen comprando viviendas, superando incluso datos anteriores a la pandemia.
Los precios de la vivienda se han moderado después de experimentar durante el segundo trimestre de 2022 una subida del 8%, derivada de la descompensación entre la elevada demanda y la escasa oferta. Según datos del INE, en septiembre se vendieron en España 57.333 viviendas.
Invertir fuera de España, pero no en Canadá
Los que se deciden a adquirir una vivienda fuera de los impuestos y de la legislación española deben saber que hay situaciones aún más complicadas, como la de Canadá. Dicho país ha implantado una medida por la que prohíbe, a partir del 1 de enero, la compra de viviendas a extranjeros no residentes durante los próximos dos años.
Con esta medida, el gobierno que preside Justin Trudeau pretende controlar el incremento de los precios de la vivienda en su país desde que se iniciase la pandemia. En palabras del propio presidente: “Las casas son para las personas, no para los inversores”. Y no le falta razón, en los dos últimos años en el mercado canadiense se han ejecutado operaciones especulativas de manos de inversores extranjeros que han derivado en una falta de vivienda y en precios desorbitados.
Canadá, destino predilecto en los últimos años
El hecho de mudarse a Canadá ha sido siempre la opción predilecta de ciudadanos estadounidenses o británicos, y así queda demostrado en las búsquedas de Google de ‘cómo mudarse a Canadá’ o ‘cómo convertirse en ciudadano canadiense’, que aumentaron en un 850% en una hora.
Los estadounidenses huyendo de su sistema político y los británicos del Brexit, el caso es que desde junio de 2016 sus objetivos de compra en el país vecino de EEUU se han disparado. Ahora podrían ser muchos los españoles que busquen en Canadá su próximo destino, aunque con la nueva ley se echa el freno a esta tendencia.
Las claves de la nueva ley
El Gobierno de Canadá permitirá la compra de viviendas a refugiados y residentes que vayan a usarla como vivienda principal. Esta medida intenta también paliar la subida de los tipos de interés acometida por el Banco de Canadá durante los últimos meses.
Sin ir más lejos, el gobierno canadiense presentó en abril su proyecto presupuestario para el año fiscal 2022-2023 en el que fijaba la reducción del déficit y el abaratamiento de la vivienda del país. De este modo, de los 31.200 millones de dólares canadienses de la nueva partida de gastos, una tercera parte estará destinada a hacer la compra de viviendas más asequible a los canadienses.
Trudeau asegura que en su país se está viendo un problema de viviendas infrautilizadas y vacías, una especulación desenfrenada y una oleada de precios inalcanzable para sus ciudadanos. Mercados como Vancouver y Toronto han introducido impuestos a los no residentes y a las viviendas vacías, y a pesar del apogeo, las ventas inmobiliarias se congelaron.
Por eso ésta ha sido su consigna desde 2019, aunque si bien es cierto que los precios de la vivienda en Canadá han caído en un 13% este año según la Asociación Canadiense de Bienes Raíces (de 800.000 dólares canadienses de principios de 2022 se ha pasado a poco más de 630.000 dólares canadiensesen diciembre de 2022).