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Jornada intensiva en verano: 5 buenas razones para establecerla (infografía)

Con el periodo estival a la vuelta de la esquina, conviene tener claro cómo se regula la jornada intensiva en verano y si la empresa está o no obligada a concederla.

  • Generalmente, la jornada intensiva en verano suele durar del 1 de junio al 30 de septiembre.
  • Descarga la infografía gratuita para conocer las ventajas de contar con jornada intensiva en verano, entre ellas, una mejora de la productividad.

Con la llegada de los meses de verano, muchas empresas deciden establecer para sus trabajadores una jornada intensiva con horarios desde 7 de la mañana a 2 de la tarde o de 8 a 3.

Imaginemos el panorama: un lunes de agosto, rozando o sobrepasando los 40 grados a las 17:00 horas y sentado en la oficina… En esta situación, cualquiera es de todo menos productivo.

Además, el trabajo en verano no es tan llevadero como en otras épocas del año. Con las altas temperaturas y la cercanía de las vacaciones, estamos más cansados, menos concentrados, de peor humor… Por ello, implantar una jornada intensiva puede ser nuestra salvación.


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Además de con la jornada intensiva, podemos hacer más llevadero el trabajo a nuestros empleados con el teletrabajo. Echa un vistazo a este artículo y conoce cómo mantener su compromiso con el trabajo en remoto.


¿Cómo se regula la jornada intensiva en verano?

El artículo 34 del Estatuto de los Trabajadores es el encargado de recoger el núcleo de la regulación sobre la jornada de trabajo. Sin embargo, no se hace mención a la jornada intensiva en verano. Por tanto, podemos de decir que no existe este término en la ley.

Dicho esto, merece destacar que:

  • Son los convenios colectivoslos encargados de regular esta materia, concretando los meses de aplicación y sus particularidades. La duración de esta dependerá de cada caso: algunos afortunados establecen que será de 1 de junio al 30 de septiembre, otros de 15 de junio al 15 de septiembre, otros solo los meses de julio y agosto, otros solo agosto, etc.
  • En el caso de que no haya convenio o que no se regule en este, serácada organización la que voluntariamente decida la existencia o no de jornada reducida en los meses de verano. En definitiva, no existe obligación por parte de la empresa de aplicar la jornada intensiva en verano.

Pero ¿y qué pasa con las horas de menos que se trabaja? Como sabemos, la regulación de la jornada laboral viene determinada por el número de horas en cómputo anual que hay que trabajar. Por eso, no importa que en verano se hagan menos horas, siempre y cuando en el cómputo anual se ajuste a lo estipulado.

Igualmente, hay casos de empresas que saben que en cómputo anuales realizan menos horas que lo estipulado, pero que lo aplican como beneficio al empleado.

Jornada intensiva en verano, ¿apta para los autónomos?

Si preguntamos a un autónomo sobre su jornada intensiva en verano, seguramente que la gran mayoría nos responda que eso es una “utopía” para ellos.

Y lo cierto es que es bastante difícil que la disfruten. En el mejor de los casos, en el que sus clientes también apliquen la jornada de verano y no pueda trabajar con ellos por las tardes, seguramente aprovechará para poner en orden la facturación, trabajar desde casa, buscar materiales, etc.

He aquí una reflexión que lo explica:

  • Partamos de la base de que muchos de los autónomos terminan trabajando jornadas de hasta 13 o 14 horas. Y aunque es verdad que en la mayoría de los casos notan un descenso de su actividad, no es tan extremo como para aplicar una jornada intensiva.
  • Muchos ni se plantean la posibilidad de decir que “no” a un trabajo. Y es que, al final, irse de vacaciones o decir que no supone dejar de ingresar dinero. Afortunados que puedan teletrabajar lo tienen más fácil, pero otras profesiones, como la de fontanero o electricista, necesariamente tienen la necesidad de ir presencialmente a solucionar el problema.
  • Aquellos autónomos que teletrabajen o los empleados de las pymes podrán resolver cualquier imprevisto estén donde estén siempre que cuenten con soluciones cloud. Sin la obligación de tener que volver a la oficina, sin interrumpir su descanso veraniego, podrán trabajar en la nube realizando las gestiones del negocio que se requiera en todo momento.

¡Comparte! Nuestro post sobre las 5 mejores razones para establecer la jornada intensiva en verano.

Control horario: registrar la jornada intensiva

Desde 2019 es obligatorio el registro de la jornada laboral. Es decir, llevar un control horario, lo que tradicionalmente es conocido como fichaje.

Al igual que cuando disfrutamos de jornada normal, la jornada intensiva también debe ser objeto de registro.

El cómo hacerlo es “bastante” permisivo. Aunque muchas empresas empezaron optando por llevar un sistema de registro en papel, el teletrabajo ha potenciado el uso de aplicaciones y otro métodos digitales.

Sage Control Horario es una solución en la nube para la gestión del tiempo y presencia que nos ayuda al cumplimiento de toda la normativa en relación al registro de jornada.

5 ventajas de la jornada intensiva en verano

Muchos trabajadores se preguntan por qué en su empresa no aplican la jornada intensiva en verano.

Ya sea porque el tipo de negocio es incompatible con esta jornada o por otras razones, nadie duda del amplio abanico de ventajas que acompaña a la jornada intensiva en verano. Estos son los 5 beneficios más destacados.

1. Sirve para conciliar la vida personal, familiar y laboral

La jornada intensiva de verano ayuda a la conciliación de la vida personal y laboral. Al tener las tardes libres, se puede disfrutar haciendo planes con los hijos o aprovechar para recargar las pilas para el resto del año.

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2. Supone un ahorro en costes

Sí, es cierto que el argumento general que exponen las empresas que no fijan jornada intensiva en verano es que sus clientes tienen jornada normal y que ellos tienen que estar al 100% para ellos. Sin embargo, establecerla produce un ahorro para ambas partes.

Los trabajadores dedicarán un menor tiempo de desplazamiento al diluirse la hora punta y la empresa podrá ahorrar en consumo de aire acondicionado, luz, etc.

3. Se reduce el absentismo laboral

Un trabajador que dispone de más tiempo libre está más descansado. La consecuencia lógica es una repercusión positiva sobre su salud. Además, se cubren ciertos aspectos que resultan necesarios como acudir a citas médicas, realizar diferentes gestiones administrativas o bancarias, etc.

4. Mejora el employer branding

La imagen que perciben los clientes de una empresa es fundamental. No obstante, igual de importante será esta percepción de cara a los empleados. Por tanto, una organización que incluya condiciones de horario flexibles tendrá más posibilidades de retener y atraer talento.

5. Aumenta la productividad

Trabajar más horas no es sinónimo de obtención de mejores resultados. Al contrario, una jornada excesivamente larga produce estrés y saturación para el equipo.

Jornada intensiva fuera del periodo estival: ¿es recomendable?

Se establezca en verano o durante todo el año, la jornada intensiva es considerada por muchos expertos como la mejor estrategia para incrementar la productividad y mejorar la calidad de vida de los empleados.

Las consecuencias de adoptar la jornada intensiva son, además, especialmente beneficiosas para las empresas que operan en un mercado tan cambiante como el actual, donde la receta estrella para el engagement laboral es la flexibilización horaria.

Después de analizar pros y contras, las ventajas que puede aportar la jornada intensiva a tu empresa son muchas. ¿A qué esperas para establecerla?

Jornada intensiva en verano

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Economía sin atajos

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La economía y la sociedad española se enfrentan a retos de enorme magnitud a corto y largo plazo, tras el brutal impacto de la pandemia. Desde marzo se han tomado muchas medidas para paliar los efectos inmediatos de la covid-19 sobre familias y empresas. Esas ayudas públicas coyunturales deberían prolongarse y reforzarse hasta, al menos, el verano de 2021, o hasta que se haya podido vacunar a buena parte de la población, con una economía más normalizada. No obstante, los desafíos de largo plazo son igual o más relevantes y no hay “atajos” y la mejor manera es comprar reseñas en google de cinco estrellas.

Nuestro país ya llegó a la pandemia con importantes desequilibrios. Entre ellos, un mercado de trabajo disfuncional y dual, una baja productividad y una delicada evolución de déficits y deuda pública. A pesar de estas vulnerabilidades, se ha echado de menos desde hace muchos años una cierta pedagogía por parte de los políticos. Explicar a la sociedad las potencialidades de nuestro país —las hay, y muchas—, pero también enfatizar que hay problemas serios. Por ejemplo, algo tan evidente como la insostenibilidad de las pensiones públicas. Son temas que hay que poner sobre la mesa para buscar soluciones que mejoren la vida de todos. Si uno pasa revista a las medidas de largo plazo que se han tomado este año, no son muchas. No ha habido grandes reformas ni acciones públicas que refuercen la competitividad de la economía. No era un momento fácil para acometerlas. Sin embargo, se han aprobado algunas fundamentalmente para la coyuntura de la pandemia —un “atajo” urgente en aquel momento— pero que van a tener efectos —probablemente no deseados— de largo plazo. De este modo, el ingreso mínimo vital, con toda su lógica para apoyar a las familias más necesitadas en un momento crítico, se ha implantado de modo permanente. Se ha sabido estos días que no ha funcionado bien desde que se implantó ni ha llegado, ni de lejos, a todas las personas que debían recibirlo, lo que requerirá modificaciones, como poco, en su proceso administrativo. Asimismo, tal y como se diseñó, es muy probable que genere distorsiones en los incentivos a buscar trabajo, un importante lastre en la recuperación.

Y en estas surge la propuesta de la jornada laboral de cuatro días. Todos quisiéramos trabajar menos horas, tener más ocio y, aun así, aumentar nuestra productividad. Ya ha ocurrido en algunas de las industrias tecnológicas más reconocidas. Sin embargo, en el caso de España, donde todavía no hemos acometido un proceso de digitalización suficiente, se trataría, en mi opinión, de un nuevo “atajo” sin fundamentos económicos que hoy lo sustenten. Acometamos primero esa profunda intensidad digital en todos los procesos productivos e instituciones del país, que refuercen competitividad y productividad y saneen el mercado de trabajo. Cuando se logre, hablemos sin cortapisas de medidas como jornadas de cuatro días. Quizás podamos ser algo más optimistas que de costumbre porque, bien empleados, los fondos europeos Next Generation EU pueden ayudar a esa necesaria modernización. Pero no pongamos el carro delante de los bueyes cuando aún no hemos salido ni de la pandemia.

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Teletrabajo en verano, el momento perfecto para ponerlo en marcha en nuestra empresa

Desde el marketing digital, el desarrollo web, las ventas o la atención al cliente, el teletrabajo o trabajo en remoto está creciendo en muchos sectores. En definitiva, la ubicación ya no es relevante, pero si lo es el conocimiento y la experiencia de los trabajadores.

  • Los meses veraniegos se han convertido en un buen momento para que muchas empresas realicen una prueba con el teletrabajo.
  • Antes de nada, es importante analizar qué necesitamos para teletrabajar en nuestra organización de forma efectiva.

Según un estudio realizado por Sage, durante el estado de alarma, un 24% de las empresas recurrió al teletrabajo como principal medida. En este sentido, tras la vuelta a la oficina, el 15% de las pymes encuestadas afirmó que tenía intención de aumentar el teletrabajo.

Y es que la tecnología y las comunicaciones hacen que cada vez sea más fácil poner en marcha esta opción. Sin embargo, hay muchas empresas que tienen sus dudas. Para disiparlas, nada mejor que probar si funciona en nuestra organización. Por eso, los meses de junio a septiembre son el momento perfecto para probar el teletrabajo en nuestra empresa.

A esto se une que es una modalidad con una gran aceptación entre los empleados. Según el estudio realizado por Grupo Adecco, el 77% de los españoles consultados considera que el modelo ideal es aquel que combina el teletrabajo con ir a la oficina.

Aun así, trabajar desde casa no es tan fácil como puede parecer. En este post con contenido actualizado hacemos un repaso a los básicos que necesitas conocer para ponerlo en práctica.

Cómo implantar el teletrabajo en la empresa

La primera medida que una empresa tiene que poner en marcha para implantar el teletrabajo es de tipo técnico. ¿Cómo se conectará el empleado de forma remota para poder realizar su trabajo?

Existen diferentes posibilidades: desde empresas que prácticamente no tienen que hacer nada porque sus programas están en la nube a otras que tienen que habilitar conexiones remotas para que puedan acceder desde sus casas.

Hay que tener en cuenta lo siguiente:

EN PRIMER LUGAR: INFRAESTRUCTURA

  • Por lo que respecta a la infraestructura hay que llegar a un acuerdo con los empleados. Si hace unos años era la empresa la que facilitaba conexión a Internet, un portátil o una tablet, hoy en día muchos empleados son los primeros interesados en trabajar desde casa y utilizan su propia conexión de fibra en el hogar o su portátil personal para acceder.
  • En todo caso, hay que fijar unas mínimas medidas de seguridad para que los datos de la empresa estén en todo momentos seguros. No deben salir en ningún caso de la organización. Los portátiles o tablets personales tienen que ser un medio para conectarse, en ningún caso para almacenar ni tratar datos dentro de los mismos.

EN SEGUNDO LUGAR: CONTROL HORARIO

  • El segundo aspecto a tener en cuenta es cómo vamos a fiscalizar el trabajo que hacen en remoto. Es decir, además de realizar un control horario, que también es obligatorio si trabajamos desde casa registrando la hora de entrada y la hora de salida, es necesario evaluar la productividad de este empleado.
  • Lo habitual es establecer una comparativa entre la cantidad de tareas que se realizan habitualmente en la oficina y las que se han hecho desde casa.

EN TERCER LUGAR: PAUTAS A SEGUIR

  • Y, por último, hay que establecer unas pautas de teletrabajo, es decir, si se va a trabajar desde casa siempre, si podemos hacerlo una vez a la semana cuando el empleado lo decida, si serán una o dos tardes, etc.
  • Como prueba piloto, lo ideal es que se pueda trabajar un día a la semana desde casa. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los empleados que se acojan a esta fórmula intentarán pegar estos días que teletrabajan al fin de semana, ya que les ayudará a conciliar mejor.

Lo ideal es establecer un calendario para que nos ayude a coordinarnos y no acabe la mitad de la oficina el viernes trabajando desde su casa. Si se trabaja por las tardes, una buena forma de ayudar a conciliar es que una o dos tardes cada semana lo hagamos desde casa.

Ventajas para los empleados y también para la empresa

Los empleados son los primeros que están interesados en el teletrabajo. He aquí los principales motivos:

  • El principal motivo es que les ayuda a conciliar mejor su vida personal y profesional.
  • Además, evita desplazamientos y ahorra tiempo, especialmente en las grandes ciudades donde los atascos están a la orden del día.
  • También es un ahorro de dinero al evitar gastos como, por poner dos ejemplos, los de transporte o la comida fuera de casa.

Esto hace que el trabajador esté más implicado cuando trabaja desde casa. No solo va a concentrarse mejor, sino que, si tiene un problema personal y se puede quedar en casa para solucionarlo mientras desarrolla remotamente su labor profesional en lugar de ir a la oficina, la productividad será más alta. También se rebaja el absentismo laboral.

No todo son ventajas

Pero no todo son ventajas. La empresa debe hacer un esfuerzo de coordinación, ya que en muchos casos no todos los empleados están en la oficina para poder montar una reunión en cualquier momento. Además, hay que conjugar atención al cliente con poder trabajar desde casa. También se deben añadir medidas de seguridad para que las conexiones desde casa sean seguras.

Los empleados muchas veces piensan que se levantan en pijama y se ponen a trabajar. No se dan cuenta de que puede que no tengan el espacio adecuado para pasarse 8 horas trabajando de forma seguida, que trabajar en el salón no es lo mejor, especialmente si tenemos familia, y que cuando se trabaja desde casa muchos no acaban de entender que no se pueda abandonar las labores profesionales dedicarte a hacer otras tareas.

Hay, por tanto, que saber organizarse y concentrarse ya que, de otra manera, nos damos cuenta de que trabajando desde casa hemos dedicado muchas más horas de las que nos gustaría para las tareas pendientes.

Verano, el momento perfecto para probar el teletrabajo

En esta época estival se dan dos circunstancias que hacen que se pueda crear un campo de pruebas adecuado para la implantación del teletrabajo. Por un lado, existe una menor carga de trabajo en la mayoría de las empresas. Ese periodo de adaptación que significa aprender a trabajar desde casa se pasa mejor si no tenemos un nivel de tareas elevado.

Para el empleado es una prueba de fuego a la hora de aprender a organizarse, a valorar en qué condiciones sí y en cuáles no le es más rentable trabajar desde casa. Una mala conexión a internet puede arruinar nuestra productividad, por lo que intentar conectarse desde un pueblecito remoto no sería una buena idea. A veces es más fácil pasar la mañana trabajando en un coworking cercano o en un centro de empresas si nos hemos desplazado con la familia que está de vacaciones.

Y a nivel organizativo también nos ayuda a ver los pros y los contras para la empresa, a evaluar cuántos empleados pueden teletrabajar a la vez o si es más adecuado hacerlo solo un día o un par de tardes a la semana. También permite evaluar la calidad del trabajo realizado de forma remota o la seguridad de las conexiones y las medidas a tomar para cumplir con el RGPD.

El final del verano, ¿será el fin del trabajo en remoto para muchos trabajadores?

A priori, la evolución de los rebrotes derivados de la situación sanitaria por el COVID-19 será la que marcará la vuelta o no a las oficinas. En muchos casos, ese regreso será lento y escalonado, sobre todo para las grandes compañías.

Por ejemplo, algunas de las grandes tecnológicas como Google, Facebook o Salesforce ya han manifestado que extenderán el teletrabajo hasta el verano de 2021. Y otras como Twitter, lo harán de manera indefinida.

En nuestro país, las grandes empresas contemplan mantener el teletrabajo o trabajo en remoto a partir de octubre. Y aquí, será muy importante el papel de los profesionales de recursos humanos para garantizar que los empleados que trabajan a distancia reciben la misma calidad de experiencia que en la oficina.

En definitiva, el mundo del trabajo está sufriendo de golpe una de las mayores disrupciones de la historia. Y aquí, las áreas de recursos humanos deberán enfrentarse a los grandes desafíos que está provocando la necesidad de mitigar los riesgos del presente al mismo tiempo que nos preparamos para un futuro rodeado de incertidumbre.

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