El coste real de un jubilado que vive cada vez más es mucho más que el de la pensión que recibe, así se calcula
Cuando valoramos la cuestión del coste de los jubilados, únicamente tiende a valorarse la pensión percibida, es decir la renta monetaria que ofrece la Seguridad Social a este colectivo por el hecho de abandonar la vida laboral. Pero hay más, mucho más.
En primer lugar, en España tenemos una población de 9,3 millones de personas con una edad superior a los 65 años. Teniendo en cuenta que somos 47,3 millones de habitantes, la tercera edad supone el 19,6% de la población. Si ahora uno de cada cinco españoles tiene 65 años o más, en 2050 se prevé que este grupo de edad suponga uno de cada tres, es decir, más de 17,5 millones de personas, siendo el verdadero desafío para los Estados de las economías desarrolladas.
Hoy, en nuestros pensionistas gastamos el 12,6% del PIB, unos niveles muy parecidos a la media de la UE situada en 12,7%. Pero todo ese gasto no se destina para los jubilados sino que el 85,5% se destinan a pensiones contributivas y el 1,5% para no contributivas.
La pensión media mensual de jubilación es de 1.186,87 euros, que por catorce pagas se traduce en una renta anual de 16.616,18 euros. Desde el punto de vista de las pensiones de viudedad, obtienen una renta media de 738,66 euros, que por catorce pagas supone 10.341,24 euros.
Si tememos en cuenta que los pensionistas jubilados son 7,3 millones y aquellos que reciben una pensión de viudedad son 1,7 millones, tenemos un gasto anualizado de 121.000 millones y 17.600 millones. En total, 138.600 millones pata atender a nueve millones de personas de más de 65 años (una media de 15.400 euros).
Pero existen otras rentas, en este caso rentas en especie. El más evidente el coste del sistema sanitario consecuencia de las dolencias propias del paso de los años.
En España, antes de la pandemia, el gasto consolidado fue de 69.744 millones en la sanidad pública. Sobre PIB representa el 5,6% y por habitante sería 1.486 euros anuales.
Sin embargo, en cuestiones sanitarias, la media puede ser tramposa por la distribución irregular en la asignación del gasto. El 5% de los usuarios participa en la mitad del gasto sanitario y nuestros mayores son los principales usuarios de la red de sanidad pública.
La tercera edad sobrepondera en el gasto sanitario porque a medida que la edad aumenta, adquiere mayor relevancia el gasto en atención hospitalaria y el gasto en fármacos (por debajo de los 65 años predomina la atención primaria). Veríamos pues alrededor de 2.500 euros del gasto sanitario dedicado a la población de más de 65 años. Imputado ambos costes, la renta percibida alcanzaría los 18.900 euros. Comprar reseñas google.
Además, la edad dorada adquiere ciertos beneficios en los desplazamientos que son imputables al resto de usuarios. A través de los descuentos de los precios públicos a través de la concesión de subvenciones del Imserso en el área de atención a mayores, también Renfe cuenta con notables descuentos a partir de 60 años y, aunque depende de las diferentes autonomías, la red de transporte público es uno de los servicios en los que los descuentos ofrece ya que pueden alcanzar hasta el 90%.