De la guerra comercial a la lucha por la hegemonía mundial en divisas: en China hay voces que claman por ‘desacoplar’ el Yuan del Dólar
Con el calzón azul, tenemos a EEUU a este lado del ring, un púgil que defiende su actual liderazgo del título mundial de los pesos pesados. Y al otro lado del ring tenemos a una China que es la gran aspirante a nuevo campeón mundial. El combate se promete encarnizado, superando en violencia y agresividad a lo que los espectadores hayan podido ver en todos los anteriores.
Y es que ahora ya, en el premio del combate de esta noche de guantes y rings, el título en juego es uno de los más simbólicos y sistémicos. En China ya son muchas las voces que se alzan para hacer valer su cada vez mayor capacidad de desafiar el liderazgo socioeconómico a nivel mundial, y quieren empezar a hacerlo desacoplándose del dólar estadounidense, con el obvio objetivo de que el Yuan emerja como nueva moneda de referencia a nivel mundial.
Tras el conflicto comercial se ha evidenciado lo abierto de una guerra que hasta el momento era soterrada, y que es de largo recorrido
Lo que empezó como un discurso electoral de Trump, pasó al poco a ser un acto de enarbolar un lema nacionalistamente muy efectista como es el “Make America Great Again”. Posteriormente ya empezaron a soplar vientos de guerra, por ahora comercial, y empezaron las refriegas arancelarias entre EEUU y China, que han acabado por degenerar en todo un conflicto comercial a gran escala. Ahora, lo que ya se libra abiertamente sobre el tablero mundial es claramente la lucha entre las dos primeras potencias económicas por la hegemonía planetaria, en una escalada que amenaza con dejar de ser en cualquier momento meramente comercial y propagandística, y pasar ya incluso al terreno geoestratégico y militar, con un Mar de China que empieza a estar en ebullición con un denso ir y venir de buques de guerra. Y que conste que una parte de razón se tiene al concebir la deslocalización como una tendencia muy dañina para Occidente, tal y como desde aquí fuimos hace ya bastantes años uno de los primeros medios en advertir ante el desastre que iba a acabar siendo aquella globalización, tan anárquica y sin la más mínima planificación.
Como antesala de lo que pueda venir, y de cómo pueda evolucionar el complejo tablero mundial, el hecho es que la propaganda china está centrando muy agresivamente sus esfuerzos por ganarse a Europa, esa superpotencia que tiene entidad para emerger por sí misma como líder mundial, pero que sin embargo en la práctica en la Historia más reciente ha venido estando bajo las faldas de otra superpotencia: un punto en el que a partir de ahora puede que cambie el curso de la Historia, lo cual no interesa a ninguna de todas las otras superpotencias, que tantas aspiraciones tienen sobre Europa. Así, tanto China como también EEUU ya saben que quién consiga atraer hacia su esfera de influencia a la poderosa y relevante Europa tendrá buena parte de la guerra económica entre ambos países ganada.
De hecho, desde hace ya unos meses se nota en la actividad de las redes de la propaganda China múltiples embates tratando de polarizar al extremo el conflicto EEUU-China, y auto-exponiéndose como flamante caballo ganador seguro (ya se verá, que no las tienen tampoco ni mucho menos todas consigo a pesar de la triunfalista imagen con la que tratan de vendérsenos). EEUU también ha tomado ya plena consciencia de que la verdadera batalla final por la hegemonía mundial se está librando en estos momentos en Europa, y ya ha alzado la voz tomando parte en ese geoestratégico campo de batalla del Viejo Continente. En este sentido, el mismo Secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, ya denunció hace unos días que China estaba usando sus armas de propaganda para conseguir un cisma entre Europa y EEUU.
EEUU llega tarde a valorar el carácter estratégico de una alianza con los europeos, especialmente dado que era una alianza muy férrea y consolidada la que ya tenían con Europa, y que desde Bruselas tanto se esforzaron por todos los medios por tratar de mantener viva. Un esfuerzo que la Casa Blanca menospreció flagrantemente cuando Trump empezó a tirar piedras (incluido el venenoso Steve Bannon) sobre el tejado europeo. Y no fue sólo que nos mandase ese Caballo de Troya por emisario, es que desde que Trump alcanzase el poder ha venido siendo una detrás de otra contra Europa y su Unión. El caso es que la Valkiria Europa se ha cansado ya de verse abocada a un papel de maltratada vasalla, y ha decidido empezar a jugar sus propias cartas a caballo entre Oriente y el Atlántico Occidental.
Y ahora es cuando ya el cohete de la economía china decide que es momento de desacoplar los depósitos de combustible de dólares estadounidenses
Pues ahora que el trasbordador chino ya ha alcanzado la altura que las autoridades chinas consideran adecuada, una vez que ya se ha producido la inserción orbital, y antes de la maniobra de aproximación para realizar el asalto definitivo y tratar de adelantarse al trasbordador estadounidense en el acoplamiento a la Estación Espacial Internacional, el Vehículo Orbital de Pekín ha decidido que es el momento oportuno para deshacerse del Tanque Externo denominado en dólares, y que ha contribuido definitivamente a propulsar la economía china hasta el lugar que ocupa en estos momentos. Y por mucho que éste sea un relato económico en clave espacial, lo cierto es que de espacial tiene más bien poco, y es un relato que tiene los pies muy en la tierra, hasta tal punto que la metáfora es totalmente verídica. Así, en China se alzan cada vez más las voces que reclaman desacoplar su moneda nacional, el Yuan, de su tradicional relación de dependencia para con la moneda estadounidense. Por ende, esto significa desacoplar en buena medida también la socioeconomía china en su conjunto del líder estadounidense, otorgando así nuevos aires de independencia de una China que no olvidemos ya es la segunda potencia a nivel mundial.
Y esto no haría sino dar un renovado protagonismo como divisa internacional a ese Yuan con el que, a partir de ese desacople definitivo, en principio deberían forzosamente contar todos los que quieran hacer negocios con la poderosa China, lo cual viene a ser más o menos la práctica totalidad de los países del mundo. Así se “bypassearía” a la economía estadounidense “por las bravas”, sacándola directamente de muchas transacciones internacionales, y siendo sustituida hábilmente por ese Yuan que ahora vemos confirmado que efectivamente siempre había tenido grandes aspiraciones. Los argumentos que se esgrimen para justificar este nuevo paso en el tablero global son que Estados Unidos representa para China un severo riesgo creciente en muchos ámbitos, traduciéndose en una amenaza real para el desarrollo chino, de lo cual el monopolio del dólar sería tan sólo una herramienta más del “juego bélico-económico” entre ambas superpotencias. Así pues, y siempre según la visión de esas voces chinas que llaman al desacople, China se vería abocada a esta maniobra monetaria como medida de auto-defensa.
Y ese proceso obviamente no puede hacerse de la noche a la mañana, no quedando otra opción que hacerlo de forma gradual, tanto el desacople en sí mismo, como la paralela internacionalización del Yuan, que muy probablemente podría ser el verdadero objetivo desde un principio. Pero obviamente el aislamiento de la economía china con respecto al dólar estadounidense sería otro objetivo a conseguir, y es totalmente lógico en cuanto la escalada bélica entre ambos países va de mal en peor, añadiendo un gran grado de incertidumbre a todo lo que lleve barras y estrellas dentro de la economía china, y ya se sabe de siempre que la incertidumbre y los negocios se llevan terriblemente mal. Así pues, el paso que podría estar a punto de empezar a dar China era de esperar cuando es examinado tanto desde el punto geoestratégico de la conquista global, como desde el punto de la defensa ante la guerra comercial.
No sería sólo la separación Yuan-Dólar… Bajo los papeles del divorcio subyacen muchas más implicaciones de calado…
Y la cosa no sólo sería esperable desde este prisma, sino que incluso podría considerarse un paso necesario desde la óptica china, puesto que de hecho EEUU ya ha dejado patentes sus intenciones de poner en su punto de mira la paridad del dólar hongkonita con respecto al dólar. EEUU ya se ha manifestado a favor de tomar esta paridad como medida de castigo tras el reciente desembarco en la isla china de la nueva y represiva ley de seguridad china, ante el flagrante retroceso en libertades y en derechos democráticos que esta legislación supone, y que tanto aterra a los ciudadanos de Hong Kong. Como mejor demostración están los largos meses de conflicto popular en las calles de la ciudad, que poco a poco van perdiendo fuelle bajo el rodillo ejercido desde la China continental, habiendo sido declarada como una ley sumamente peligrosa incluso por la propia Amnistía Internacional.
Así, con el desacoplamiento del Yuan, China también estaría buscando ser menos vulnerable ante este tipo de medidas de represalia por parte de EEUU. Algo especialmente relevante en un escenario en el que este tipo de medidas sólo apuntan a que sólo van a ir “in crescendo” en el futuro, especialmente a raíz de la aprobación por parte de EEUU del “Hong Kong Autonomy Act”, por el que se permite que la administración estadounidense castigue a los bancos extranjeros que hagan negocios con las instancias oficiales que toman parte en el despliegue y ejecución de la citada ley de seguridad en Hong Kong. Con ello, éste es un castigo que muy probablemente incluiría incluso impedir el acceso al sistema de pagos global en dólares estadounidenses. Y esa represalia, para cualquier empresa o entidad financiera del mundo, supone casi una sentencia de muerte por inanición. Por otro lado, la fuerte posición inversora china denominada en dólares también sería otro campo que se prestaría a refriegas y batallas campales, y de hecho, a raíz de las recientes políticas de expansión cuantitativa de la Reserva Federal, esa posición inversora de los activos en dólares atesorados por los chinos ya se vería seriamente afectada. Así, como ya apuntaba el South China Morning Post en el enlace anterior, eso que sería a la vez una exposición china y un arma de contraofensiva de Pekín, se cuantifica en más de dos billones de dólares de inversiones chinas en el extranjero mayormente denominadas en dólares y con activos de países desarrollados, así como en el billón de dólares que directamente China posee en títulos del tesoro estadounidense como parte de sus 3 billones de reservas de divisas extranjeras.
Y decíamos que todos estos desorbitados importes no sólo muestran el nivel de exposición de los chinos ante las posibles represalias denominadas en esos dólares de los que dependen, sino que a la vez suponen una poderosa arma del arsenal económico chino, que igualmente puede hacer valer su poderío sobre la deuda estadounidense con tan sólo empezar a dar órdenes masivas de venta. Esa ofensiva bien podría ocasionarles cuantiosas pérdidas económicas a los propios chinos, pero, como en todo conflicto, todo depende de si el daño infligido al enemigo es superior al propio: entonces las pérdidas no serían tales, sino que se limitarían a ser vistas como el coste del ataque. Pero seguramente todo dependería de quién y cómo ataque primero, puesto que un movimiento certero estadounidense también podría llegar a neutralizar este arma china, ocasionando que las pérdidas más cuantiosas sean las del enemigo asiático.
Un último aspecto muy a tener en cuenta es que el dólar no sólo es una moneda que supone la proyección económica del imperio estadounidense, sino que en realidad es mucho más que eso. El dólar es todo un potente símbolo de fuerza y liderazgo, y si el dólar pasa a estar en cuestión como moneda hegemónica mundial, muchas otras cosas del imperio estadounidense pueden caer también en ser cuestionadas por el resto del mundo. China lo sabe y, como toda superpotencia, tiene claras aspiraciones a dejar de ser el segundón en este combate, y aspira a pasar a ser el campeón indiscutible del ring y de los titulares socioeconómicos. El “pequeño” problema que ello supondría para terceros es que, al igual que hiciera EEUU, el potencial liderazgo chino acarrearía la extensión de sus valores y su sistema, que son de todo menos democráticos ni mínimamente garantistas de derechos según los estándares de los países desarrollados.
Así que, como decía aquel, “que no nos toquen vivir tiempos interesantes”. Y tan interesantes. Como que “interesante” hoy por hoy es claramente un eufemismo que tan sólo trata de maquillar lo que en realidad son tiempos inconcebiblemente convulsos, de esos que suelen terminar acabando como el “Rosario de la Aurora”. Y es que, con tanta visceralidad y agresividad socioeconómica, lo único que les queda a buena parte de los dirigentes mundiales es empezar ya a tirarse unos a otros las vísceras de sus soldados a la cara. No duden de que, si no conseguimos apartar del poder democráticamente (¡ejem!, donde hay democracia, porque en otros sitios…) a estos potenciales y ya no tan potenciales violentos, la cosa puede muy probablemente acabar en todo un sanguinolento espectáculo de casquería de lo más “gore”.
Así que dejaremos el dicho anterior en un bienintencionado y de futuro “que no nos toquen vivir tiempos de Hades” (Hades es el Dios griego del inframundo), porque hacia allí es hacia donde parecen querer encaminarnos algunos con esta realidad que cada día que pasa es todavía más convulsa que el anterior. No olviden que las sociedades siempre tienen un claro umbral de resistencia ante una violencia política de la que pueden acabar contagiándose, llevándola finalmente a las calles. Y si a ese explosivo cóctel le añadimos el ambiente hiper-nacionalista imperante en ciertos lugares (también y especialmente en China), pues ya tenemos a la “Mari Morena” con sus tacones de aguja lista para un nuevo baile de rock-and-roll, que ya parece que algunos lo echaban de menos tras tantas décadas de valses tranquilos: en vez de disfrutar con la belleza de los pasos de baile armónicos y sosegados, los hay que los encontraban la mar de aburridos. ¡Cómo se nota quiénes son los que luego mueren en las guerras!
Imágenes | Pixabay moerschy | Pixabay PublicDomainPictures | Pixabay skeeze | Pixabay stevepb | Pixabay stevepb | Pixabay 024-657-834