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Pagos digitales: ¿qué son y qué ventajas suponen para tu pequeño negocio?

Hoy en día, es muy habitual pagar con un reloj, con el móvil o hacer un Bizum. Pero ¿qué son los pagos digitales y qué ventajas aportan a los pequeños comercios?

  • Según el informe Untapped de Visa, el 66% de los pequeños comercios en España aceptan pagos digitales.
  • ¿Quieres impulsar la digitalización de tu negocio? Descubre en qué consisten los pagos digitales, qué tipos existen y cómo implantarlos.

Contenido del post


  1. ¿Qué son los pagos digitales?
  2. ¿Qué ventajas aportan los pagos digitales?
  3. ¿Qué tipos de pagos digitales son los más utilizados?
  4. ¿Cómo adaptar tu negocio a los pagos digitales?

Vivimos en un entorno cada vez más digitalizado debido al cambio en los hábitos de consumo que han impulsado a las empresas a innovar y adaptarse. La tecnología se ha democratizado y está al alcance de cualquiera tener un móvil, un ordenador y conexión a internet. Esto ha influido también en la forma de pagar, de forma que se ha extendido el uso de los pagos digitales.

Si ya tienes un negocio y quieres digitalizarlo, puedes empezar por las distintas formas de pago.

¡TUITÉALO! Los pagos digitales ya no son una novedad. Son una realidad. ¡Descubre todas sus ventajas!

1)¿Qué son los pagos digitales?

Se denominan pagos digitales a los métodos utilizados para recibir el pago de un producto o servicio en un negocio físico o digital, de manera que se evita el uso del dinero en efectivo. Los pagos digitales incluyen diversos métodos como los siguientes:

  • Tarjetas de crédito o débito.
  • Monederos electrónicos.
  • Transferencias bancarias.
  • Aplicaciones o tarjetas en teléfonos móviles.
  • Terminales de Punto de Venta (TPV).
  • Smartwatches.
  • Ordenadores.

En definitiva, se trata del uso de dispositivos digitales para realizar el pago de una compra.

2)¿Qué ventajas aportan los pagos digitales?

Una de las principales objeciones de los usuarios a la hora de utilizar los pagos digitales es la necesidad de seguridad. Sin embargo, todos los involucrados en los pagos digitales se benefician de diversas ventajas como las siguientes:

  • Ahorro de costes, puesto que se utilizan menos recursos.
  • Incremento de la satisfacción de los clientes, ya que los procesos de pago son más rápidos.
  • Seguridad en las transacciones, ya que se utilizan métodos de autenticación y cifrado que favorecen la confianza y evitan el fraude.
  • Impulso del control de los procesos de compra. Es fácil rastrear cualquier transacción y se aporta transparencia.
  • Oferta de una variedad de formas de pago para adaptarse a cada cliente.
  • Aumenta el abanico de clientes a los que llega el negocio.
  • Incremento de las ventas, como consecuencia del alcance de más clientes.

A pesar de las ventajas que aportan los pagos digitales, todavía el 34% de las pymes encuestadas no los aceptan.

3)¿Qué tipos de pagos digitales son los más utilizados?

Los tipos de pagos digitales más utilizados son los siguientes:

  • Tarjetas de crédito y débito. Muchas de las tarjetas de crédito o débito que se utilizan en la actualidad llevan incorporada la tecnología NFC que permite pagar sin que la tarjeta toque el TPV, es el conocido como pago contactless.
  • Pagos con el móvil. También existe la posibilidad de utilizar una tarjeta virtual a través de una aplicación del móvil del banco o de otra empresa. Para poder utilizar esta forma de pago es necesario ser usuario de la banca online de una entidad bancaria y contar con la tecnología NFC. Otra opción que se utiliza a través del móvil es el pago por Bizum. En este caso, basta con introducir un número de teléfono móvil y autorizar el pago.
  • Pago con un código QR. En este supuesto, solo es necesario abrir la aplicación del móvil de una entidad bancaria y escanear un código QR que proporcione el comercio en el que se quiera pagar.

4)¿Cómo adaptar tu negocio a los pagos digitales?

Si quieres impulsar la digitalización de tu negocio, puedes tomar las siguientes medidas para implantar los pagos digitales:

  • Abrir una cuenta bancaria. Aunque parezca obvio, lo primero es que tu negocio tenga una cuenta bancaria en donde centralizar los pagos que realicen digitalmente tus clientes por tus productos y servicios.
  • Obtener un dispositivo para realizar pagos digitales. Puede ser un terminal de punto de venta digital (TPV) o una aplicación para el móvil que permita este tipo de pagos. En el caso de que tengas un comercio electrónico, deberás vincular la tienda a las formas de pago digitales que hayas establecido.
  • Informar de las formas de pago disponibles. Es importante que tus clientes sepan cómo van a poder pagar tus productos o servicios, de forma que sepan que existen varias posibilidades y utilicen la que mejor se adapta a su caso.
  • Controlar los pagos recibidos. A través de tu entidad bancaria podrás controlar los pagos recibidos y verificar todas las transacciones.

La digitalización de un negocio, con independencia de su tamaño, le permite crecer y adaptarse a los nuevos hábitos de consumo. Aunque digitalizar una empresa tiene muchas vertientes, lo más importante es cumplir con un objetivo: la satisfacción de los clientes. En este sentido, los pagos digitales cumplen con la necesidad de rapidez y de seguridad que necesitan los compradores.

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Los pagos en la pandemia

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La covid-19 ha supuesto numerosos cambios en los hábitos. El confinamiento, las restricciones a la movilidad y a la actividad económica y las dudas sobre cómo se transmitía el coronavirus han modificado conductas también en materia de medios pago. En nuestro país, la historia de éxito es Bizum, un pago instantáneo de móvil a móvil que promovió la banca española en 2016. Aunque creció notablemente los años siguientes, ha experimentado un gran impulso durante la pandemia, para transacciones entre particulares y también con comercios. “Te hago un bizum” es ya una expresión corriente para muchos españoles. Ya son más de 16 millones de usuarios. Se adelantó a aplicaciones que se podrían haber hecho para los pagos directos de mensajerías instantáneas como WhatsApp. Si estas hubieran entrado en el mercado español, habrían hecho mella en los pagos que gestionan las entidades del país.

Bizum es tecnología propia bancaria —y telefónica, lógicamente—, algo de lo que las entidades de crédito de nuestro país están muy orgullosas. No obstante, este sistema de pago afronta importantes retos: el uso tan intenso, que además se ha expandido a comercios, ha despertado el interés del sector bancario por comenzar a cobrar o restringir algo su uso. Habrá que hacerlo con cautela. Si ha funcionado bien es precisamente por la comodidad, nulo coste y rapidez.

La pandemia no ha ayudado, en cambio, a otras grandes promesas en el ámbito de pagos anunciadas hace unos años, como Libra, ahora denominada Diem, promovida por Facebook y otras empresas tecnológicas. La falta de respaldo de los supervisores financieros y los propios problemas del proyecto impidieron aprovechar el terreno tan propicio que se creó en la pandemia. Será difícil que despegue en el futuro, pero tampoco se puede descartar una segunda intentona con quizás algo de mayor respaldo institucional y cierta penetración.

Ha habido otros cambios en los pagos en nuestro país, en línea con otros, desde 2020. Según datos del Observatorio de Digitalización Financiera de Funcas, el porcentaje de población que ha realizado algún pago con el móvil subió desde el 62,79% antes de la pandemia, al 65,93% durante el primer confinamiento y hasta el 75,26% en los últimos meses de 2020. Por otro lado, el uso de aplicaciones para transferir dinero —el comentado caso de Bizum, por ejemplo— ha crecido del 55,66% al 58,22% y al 63,22% entre los tres períodos considerados. En un entorno global, poco a poco, el mundo avanza hacia nuevas formas de pagar entre las que está destacando (especialmente en Asia) el uso de códigos QR, extendidos aquí en restaurantes para consultar menús, pero aún de forma incipiente para pagar. Globalmente, según Statista, suponen ya 2,1 billones dólares.

Finalmente, en cuanto al instrumento más tradicional, el efectivo, a pesar de una cierta caída en el uso durante la pandemia, sigue exhibiendo gran resiliencia. El coronavirus, desde luego, no ha terminado con el efectivo. Continúa teniendo elevada utilidad en muchos contextos (pagos pequeños, determinados comercios y por privacidad) y para muchos grupos sociales a los que algunas tecnologías le son más ajenas, lejanas o poco accesibles.

Este artículo se publicó originalmente en el diario El País.

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