objetivo-comun:-salvaguardar-la-capacidad-productiva

Objetivo común: salvaguardar la capacidad productiva

Comparte esta entrada



Los planes anunciados esta semana para responder al impacto económico del COVID-19 y de las medidas, necesarias, de confinamiento de la población, son excepcionales, tanto por su carácter urgente como por las ingentes cantidades de recursos movilizados. El real decreto del Gobierno, que se añade a anteriores iniciativas, alcanza el 9,6% del PIB (totalizando los avales y las iniciativas con incidencia fiscal), algo menos de lo que dedican países con más espacio fiscal, pero significativamente más que Italia, por ejemplo.

El tipo de acciones que
se incorporan en esos planes responde adecuadamente a las características de la
crisis. Se trata de mantener vivo el aparato productivo de manera transitoria, durante
todo el tiempo que dure la crisis sanitaria. Esto se consigue limitando el
cierre en cascada de empresas que podría producirse como consecuencia de la
carencia de suministros clave para la producción, de las restricciones a la
actividad en todo tipo de servicios, de las limitaciones a la movilidad de las
personas y de la desorganización de la cadena de pagos. Así pues, es oportuno
poner a disposición garantías públicas y créditos blandos a empresas que se
enfrentan a problemas de tesorería pese a ser rentables.

Gráfico 1

De momento, el monto
previsto para esas acciones alcanza 100.000 millones. Aunque parece bastante,
esto es sin duda inferior a las necesidades que surgirán en los próximos días
entre las pequeñas empresas, y los sectores más afectados por el parón, como el
turismo, la mayoría de comercios, el ocio o la industria que suministra bienes
de consumo duradero y bienes de equipo. Por tanto, mucho depende del
multiplicador de crédito que logren generar los avales públicos, así como de la
buena disposición de los pequeños negocios para endeudarse, incluso a corto
plazo. De no ser suficiente, el Gobierno no debería dudar en reforzar el
dispositivo.

«El resultado previsible es una importante agravación del déficit y de la deuda pública. Sin embargo, este es un mal menor frente a los enormes beneficios para el aparato productivo, el empleo y los colectivos más desfavorecidos».

Raymond Torres

En segundo lugar, también
se adoptan medidas por el lado de la demanda, de apoyo a los colectivos más
vulnerables y de mantenimiento del empleo (ERTE con trámites oportunamente agilizados,
promoción de ajuste de jornada para evitar despidos, y teletrabajo). El
presupuesto previsto alcanza 20.000 millones, que incluyen las actuaciones
imprescindibles de respaldo a un sistema sanitario al borde de la asfixia.

Gráfico 2

Este presupuesto por tanto solo será suficiente si la crisis sanitaria y las medidas de confinamiento no se extienden más allá de finales de abril. Y es que mantener los niveles actuales de empleo en los sectores más castigados conlleva un coste significativo, solo asumible —dentro de las estrecheces del presupuesto— durante un tiempo limitado. Además, el porcentaje exageradamente elevado en nuestro país de empleos temporales hace temer un repunte notable del paro, a medida que los contratos vencen y no se renuevan. Los presupuestos tendrán que absorber estas y otras consecuencias de la crisis sanitaria.

El resultado previsible es una importante agravación del déficit y de la deuda pública. Sin embargo, este es un mal menor frente a los enormes beneficios para el aparato productivo, el empleo y los colectivos más desfavorecidos. La clave está en asegurar una financiación del agujero presupuestario en condiciones razonables, es decir en contener la prima de riesgo que tan malos recuerdos nos trae. El BCE, rectificando sus primeros mensajes, parece haber tomado conciencia de ese peligro, elevando la escala de su programa de compras de títulos de deuda y manifestando su disposición a hacer todo lo necesario para evitar una crisis financiera. Solo falta la Unión Europea, de momento incapaz de acompañar los esfuerzos de cada país. Las posiciones en materia de eurobonos u otro instrumento necesario para forjar el armazón de una acción europea frente a la crisis empiezan a moverse. Esperamos que la UE no nos defraude, porque su papel será decisivo para ganar la batalla contra el virus.


Fuentes de los gráficos: Funcas, en base a Ministerio de Economía y fuentes nacionales.

Artículo publicado originalmente en el diario El País.

Comparte esta entrada



Leer más
¿con-quien-vamos-a-estar-en-casa?

¿Con quién vamos a estar en casa?

Comparte esta entrada



Todos los ciudadanos españoles empezamos estos
días el reto, individual y colectivo, de confinarnos en nuestras casas
restringiendo al máximo las salidas al exterior. Para cada uno de nosotros esta
situación implica un desafío relacional particular, puesto que mientras que
para unos supone lidiar con la soledad, para otros pasa por afrontar las
dificultades de la convivencia en condiciones muy exigentes. Además, a este cambio
se le suma la necesidad de reajustar la relación con el trabajo, incluso su
pérdida, y la atención a los dependientes menores y mayores, tanto cuando se
convive con ellos como cuando hay que organizar esos cuidados en la distancia.

Los datos de la Encuesta Continua de Hogares nos ayudan a trazar un panorama de las formas de convivencia en que los residentes en España afrontan las medidas de aislamiento. De los últimos datos publicados de esta encuesta, referidos a 2018, se desprende que la convivencia con otros familiares es la situación más frecuente entre los residentes en España, por encima de otras, como vivir solo o vivir con personas que no son parientes. Cinco de cada seis personas (de todas las edades) viven en hogares familiares, una de cada 10 en hogares unipersonales y solo tres de cada 100 conviven con otras personas que no son familiares directos (gráfico 1).

Gráfico 1

Un grupo especialmente vulnerable ante la situación de aislamiento puede ser el de mayores que viven solos. Tal y como se desprende de la información recogida en el gráfico 2, uno de cada cuatro mayores de 64 años vive en un hogar unipersonal, cifra que se traduce en más de dos millones y medio de personas. Esta situación es muy habitual entre las mujeres de edad avanzada, debido a la mayor longevidad femenina. El porcentaje de mujeres entre 65 y 69 años que viven solas es del 20% y crece hasta el 45% en el grupo de 85 años y más. Aunque muchas de estas personas disfrutarán de autonomía suficiente para gestionar el aislamiento, otras, sobre todo las de más avanzada edad, puede que necesiten de especial atención durante el confinamiento. Baste apuntar, para dar una idea de la magnitud del reto social, que en España el total de personas mayores de 80 años que viven solas es de 850.000.

Gráfico 2

En todo caso, la mayor parte de los mayores convivirán con sus parejas durante el aislamiento (54%) y en algunos casos también con sus hijos (13% del total) (gráfico 3). Por otra parte, un 8% vive sin pareja pero con hijos y un 11% en otro tipo de hogares familiares. Además, aunque no esté recogido en los datos de la Encuesta de Hogares, cabe resaltar que, según datos del Censo de 2011, más de 270.000 personas viven en residencias de mayores. Este grupo tendrá que enfrentar unas nuevas condiciones de convivencia y distancia social sin las visitas de sus familiares.

También la convivencia en pareja es la situación más frecuente entre la población adulta de 35 a 64 años, aunque hay diferencias entre los que tienen entre 35 y 54 años y los de 55 a 64 años. La convivencia de la pareja con hijos es mucho más habitual entre el primer grupo (casi seis de cada 10 del total), mientras que en el segundo la emancipación de los hijos se hace notar y solo cuatro de cada 10 pasan el aislamiento con su pareja e hijos (gráfico 3). Otros compartirán el confinamiento exclusivamente con sus parejas: uno de cada 10 (11%) entre los 35 y 54 años, y algo más de uno de cada cuatro (27%) entre los 55 y los 64 años.

Gráfico 3

En el grupo de 25 a 34 años nos encontramos con las situaciones más heterogéneas debido a que este grupo se compone en buena medida de jóvenes que ya se han emancipado y otros que aún no lo han hecho. Mientras que algunos viven con otras personas ajenas al núcleo familiar (5%), solos (9%), en pareja sin hijos (18%) o en hogares con hijos menores de 25 años (27%), aún un 18% de los jóvenes en este tramo de edad reside en hogares con una pareja e hijos mayores de 25 años y un 7% en hogares de un progenitor y un hijo mayor (gráfico 3).

Durante las próximas semanas una situación
especialmente difícil organizativamente puede ser la de las personas en hogares
monoparentales. El 9% de la población en España vive en hogares con un progenitor
y sus hijos, aunque solo un 5% del total se corresponde con hogares
monoparentales con hijos menores de 25 años. Esta forma de convivencia es más
frecuente entre las personas entre 45 y 54 años (6%). Uno de cada 10 menores de
15 años vive en este tipo de hogares, y uno de cada seis jóvenes entre 15 y 24
años.

Por último, debe apuntarse que el confinamiento puede
ser especialmente arduo para los niños más pequeños. En España viven casi 6 millones
de niños de 12 años o menos. Es asimismo excepcional la situación convivencial de
las familias que en estas circunstancias inician su paternidad. A pesar de la
caída de la natalidad, el número mensual de nacimientos en España se sitúa entre
los 25.000 y 30.000. No cabe duda de las circunstancias extraordinarias en que
estas familias iniciarán una nueva etapa vital, con restricciones a la
movilidad y sin el apoyo presencial de los familiares desde fuera del hogar.

La pandemia causada por el COVID-19 obliga a las sociedades a reorganizarse en todos los ámbitos.  Además del desafío al que se enfrentan los Estados del Bienestar y las empresas, cada familia afronta un reto de convivencia propio. El hecho de que esa partida se juegue en la privacidad de los hogares no resta importancia a sus consecuencias en términos de bienestar social, sobre todo,  si, tal y como cabe esperar, el confinamiento se alarga.

Fuente de los gráficos: Elaboración propia a partir de Encuesta Continua de Hogares (2018).

Comparte esta entrada



Leer más
alarma-social-y-decisiones-politicas:-coronavirus-en-google-trends

Alarma social y decisiones políticas: coronavirus en Google Trends

Comparte esta entrada



La gravedad de las consecuencias y el
carácter inédito y global de la crisis del coronavirus supone un reto sin
precedentes para las sociedades contemporáneas. Nadie duda de que la pandemia
obligará a la readaptación de muchas esferas de nuestras sociedades, al mismo
tiempo que contribuirá a la comprensión de algunos procesos sociales. Una de
las dinámicas notoriamente expuestas por esta crisis es la de la dificultad de
toma de decisiones políticas que entrañan grandes costes sociales y económicos
cuando en la opinión pública aún no se da un estado de alarma generalizado. De
hecho, los datos sugieren que en ocasiones como esta, la alarma social no precede
a las decisiones políticas, sino que las sigue.

Gracias a los datos proporcionados en
abierto por Google Trends se pueden conocer las tendencias en las búsquedas
online. Google ha desarrollado un indicador llamado “interés de búsqueda” que
va de 0 a 100 y toma el valor 100 cuando un término de búsqueda alcanza su
popularidad máxima en una región y momento determinado, y el 50 cuando el
término es la mitad de popular que el máximo. Por su carácter completo y su
precisión temporal y territorial, estos datos constituyen una información muy reveladora
de la evolución del interés por un tema dentro de un territorio[1].

«La atención pública ha reaccionado fuertemente a las medidas tomadas por los gobiernos, y no al revés, incluso cuando los países del entorno más cercano estaban ya sufriendo fuertemente la epidemia».

María Miyar

En esta entrada se compara la evolución de este indicador del 15 de enero al 15 de marzo de 2020 en China y Corea del Sur (gráfico 1), Italia y España (gráfico 2) y Estados Unidos y Reino Unido (gráfico 3). Aunque a partir de estos datos no puede establecerse una relación causal entre la evolución del interés sobre un tema y los eventos ocurridos en una fecha concreta, su análisis permite reflexionar sobre la dinámica de algunos procesos sociales. En concreto, de la evolución se desprende que la atención pública ha reaccionado intensamente a las medidas tomadas por los gobiernos, y no al revés, incluso cuando los países del entorno más cercano estaban ya sufriendo acusadamente la epidemia.

Gráfico 1

Pase el cursor por las series para ver la fecha exacta.

En el caso de China, los primeros casos aparecieron en diciembre de 2019, pero el virus no se identificó como nuevo hasta el 7 de enero de 2020. El interés del término coronavirus en las búsquedas online crece a medida que lo hace el número de infectados, pero no alcanza su máximo hasta que el día 22 de enero se imponen restricciones de viaje en Wuhan y el 24 se decreta el cierre de la provincia de Hubei (gráfico 1). En lo que respecta a Corea del Sur, la atención siguió los pasos de la alarma en China, pero de nuevo es solo cuando el 23 de febrero se declara el nivel máximo de alerta en el país cuando el coronavirus alcanza su punto de interés máximo en el país.

Gráfico 2

Pase el cursor por las series para ver la fecha exacta.

En cuanto a Europa, el grado de interés en Italia no se despertó hasta que, también el 23 de febrero, las autoridades italianas decidieron adelantar el cierre del carnaval de Venecia (gráfico 2). De hecho, y a pesar de la sucesión de medidas de lucha contra el coronavirus, este término no ha vuelto a ser tan popular en Italia como en esa fecha. La atención crece de nuevo cuando se impone el aislamiento en Lombardía y las provincias del norte (7 de marzo) y se extiende la medida a todo el país (9 de marzo). El indicador de Google sugiere que en todo ese tiempo la atención de los ciudadanos españoles al coronavirus no se había disparado, a pesar de la situación crítica que vivía el país vecino y de la creciente proliferación de casos de allí importados. La atención pública española sí había reaccionado a la repatriación de los españoles residentes en Wuhan (31 de enero) y la cancelación del carnaval en Venecia. Sin embargo, no es hasta el 9 de marzo, fecha en que se anuncia el cierre de los centros escolares en Madrid, cuando el interés de búsqueda aumenta notablemente en España, alcanzando su máximo el día 12, en coincidencia con la extensión de la medida a todo el territorio nacional. Los datos de la encuesta sobre el coronavirus patrocinada por Funcas y realizada por IMOP Insights confirman el cambio trascendental que supusieron en la opinión pública los acontecimientos de la segunda semana de marzo. Mientras que en las entrevistas realizadas el lunes, antes del anuncio de cierre de los centros educativos madrileños, algo menos de la mitad de los encuestados se declaraban “muy” o “bastante” preocupados (47%), esta cifra ascendía a casi tres de cada cuatro (74%) entre los entrevistados el viernes y sábado pasados.

Gráfico 3

Pase el cursor por las series para ver la fecha exacta.

Dos países han sorprendido a la opinión pública por las declaraciones de sus líderes en cuanto a la gravedad de la pandemia y las decisiones necesarias para luchar contra ella, Reino Unido y Estados Unidos. Al igual que en el resto de países, los datos apuntan a que el interés en estas dos sociedades anglosajonas está muy relacionado con los anuncios de medidas, como la del 12 de marzo de suspender los viajes a Estados Unidos desde Europa (gráfico 3). Reino Unido representa quizás, en este contexto, un caso excepcional, puesto que a lo que parece que reaccionó la opinión pública fue al anuncio de Boris Johnson el 12 de marzo de no implantar el cierre de escuelas o aislamiento de la población.

Del análisis de los datos de interés de búsqueda sobre el coronavirus pueden extraerse dos conclusiones. Por una parte, se constata una cierta resistencia de las sociedades contemporáneas a preocuparse por los problemas de salud pública hasta que su impacto se hace muy evidente, lo que puede traducirse en dificultades para la implantación de medidas en fases tempranas de expansión de la infección. Por otra parte, se pone de relieve la necesidad de reforzar los mecanismos de información masiva y concienciación de la sociedad antes de iniciar la fase de introducción de medidas restrictivas para cuyo cumplimiento es tan necesaria la colaboración de la sociedad.


Fuente de los gráficos: Elaboración propia a partir de datos de Google Trends.

[1] La magnitud del interés de búsqueda no es comparable entre países, puesto que el valor máximo del indicador se refiere al punto de mayor interés alcanzado por ese tema en cada territorio, pero sí el patrón temporal.

Comparte esta entrada



Leer más

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies