Reducción de costes no es perder autonomía ni perjudicar
Muchas veces tomamos la reducción de costes como algo negativo, pensando que supone un perjuicio sobre el trabajo de los demás, o sobre la empresa en sí. Por ejemplo, si te dijeran en la empresa que hay que reducir costes, lo primero que pensarías es en despidos. Pero, ¿y si se pudiera hacer de otra manera?
A veces, no hay más remedio que hacer esto, pero otras veces lo único que hay que plantear es una gestión estratégica de todos los costes que se tienen. En otras palabras, valorar los costes y el beneficio que estos pueden tener, o el perjuicio, para saber si se pueden tener de manera más eficiente. ¿Y eso qué implica? Por ejemplo:
¿Tienes máquinas y equipos parados un tiempo sin hacer uso de ellos?
¿Aplicas las nuevas tecnologías a tu trabajo?
¿Apuestas por la calidad en el servicio?
¿Desperdicias tiempo y dinero en aspectos que podrían automatizarse o hacerse más baratos?
Si has respondido que sí a alguna, ya tienes una reducción de costes que aplicar. Pero vamos más allá.
Ideas para la reducción de costes «con cabeza»
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