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La digitalizacion y automatización bancaria dejan en la estacada a los más vulnerables: así quieren evitarlo

Las personas mayores se han plantado. Ante lo que venía siendo una cada vez mayor exclusión financiera de las entidades a las personas de tercera edad, este colectivo, muy numeroso en España (el INE estima que hay más de 9 millones de personas con más de 64 años), ha actuado para que la banca le de el servicio que necesita, y lo ha conseguido.

Porque la digitalización financiera que ya vivimos y que ha venido para quedarse, con la consiguiente automatización de muchos procesos, ha supuesto para las personas con menos acceso a la tecnología -normalmente, los mayores- una barrera a la hora de poder operar con sus bancos. Lo que se traduce en una exclusión.

Se han cerrado miles de oficinas y sucursales en pueblos y zonas más envejecidas y se han reducido al máximo los horarios de ventanilla y atención al público, empujando a las personas a hacer sus operaciones o bien online o por el cajero, algo que no es sencillo de primeras, y menos para las personas de más edad.

Así, ante las quejas de este colectivo -se puso en marcha una campaña llamada ‘Soy mayor, no idiota’– y la posibilidad de una huída en cadena de los bancos, con el perjuicio que para ellos supondría (hablamos de casi 10 millones de clientes, una fuerza muy potente), el Gobierno ha intervenido y ha pactado con la banca un protocolo para la inclusión financiera de los mayores.

Vuelta a los orígenes, aunque pese

Así, las entidades se han comprometido a prestar un mayor servicio a personas mayores, vulnerables y las que no tienen acceso a la tecnología, todas ellas con el mismo derecho que un millennial a poder operar con su banco sin verse excluidas.

Para ello se han acordado 10 medidas, las cuales se analizarán en seis meses para comprobar su eficacia y, en caso contrario, adoptar otras. La más importante, sin duda, es la ampliación del horario de atención al público, que volverá a ser de 9.00 a 14.00 horas -en algunas entidades hasta ahora solo había una hora de ventanilla y no todos los días de la semana-.

Además, las personas mayores tendrán prioridad de atención cuando la oficina tenga mucha gente y también tendrán atención telefónica preferente, con un horario mínimo de 9.00 a 18.00 horas.

También se han comprometido a formar al personal de la red comercial para atender las necesidades de este colectivo, para darles un servicio más ajustado a sus operaciones habituales y peticiones. Igualmente, van a hacer más fáciles e intuitivos los canales digitales y automáticos y ofrecerán educación financiera a las personas que lo soliciten.

Y este es un punto clave, la educación financiera. Es algo bien sabido que este país adolece de ella, y aunque la tecnología es pan comido para las nuevas generaciones, no así la gestión del ahorro y la planificación financiera.

Lo vemos en cada crisis que aparece, y nunca aprendemos. Por ello, si este plan funciona para los mayores habría que pensar en extenderlo al resto de la población, porque la falta de conocimientos financieros es un gran lastre para las futuras generaciones, que seguirán repitiendo los errores de sus padres si no se evita a tiempo.

La gente no solo debe aprender a pagar recibos online o pedir un crédito, sino a saber qué son, porque lamentablemente muchos jóvenes no saben ni qué es una hipoteca.