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Lo quieras o no vas a tener juegos de poder en el trabajo: así se pueden sobrellevar

Nos guste o no, siempre nos veremos inmersos en los juegos de poder en el trabajo. Por eso, debemos decidir si seremos peones o reinas (el rey es un inútil, afrontémoslo), ya que de eso dependerá nuestra carrera profesional.

El politiqueo de oficina es tan irritante como inevitable. Por eso, he aquí un pequeño manual con lo que se ha comprobado más efectivo para: ganar poder, afrontar rumores y cuchicheos y, en general, salir triunfante (o, al menos, no herido) en nuestro Juego de Tronos particular.

Para eso, vamos a basarnos en los trabajos de varios expertos en el tema, así que empecemos con la premisa más importante.

No jugar no es una opción

Me han contratado aquí para que explique lo que puede ayudar, de verdad, a mejorar nuestra economía doméstica en cuanto a ahorro, inversión y obtención de más dinero, que para la gran mayoría implica ganar más en su trabajo.

Por eso, lo primero a entender es que, al contrario que al final de la legendaria película de Juegos de guerra, no jugar no es una opción.

Albert J. Bernstein es un psicólogo americano que se ha pasado la mayor parte de su carrera estudiando las dinámicas de oficina y trabajo, plasmando sus descubrimientos en libros como: Dinosaur Brains: Dealing with All those Impossible People at Work. Su premisa principal se resume en esta frase:

La clave para prosperar en la jungla empresarial es entender a los dinosaurios.

Porque son esas partes primitivas nuestras, que tienen que ver con el estatus, el territorio, las relaciones, los celos y las emociones básicas, las que reinan en la oficina. Y por oficina me refiero a cualquier trabajo, se desarrolle donde se desarrolle.

Hombre en primer plano en una oficina, por detrás, sus compañeros le señalan y parecen burlarse. O entras en el juego de poder, o pasan estas cosas

Los números dan la razón a Bernstein si recordamos los estudios de un viejo conocido de los que siguen estos artículos, Jeffrey Pfeffer, experto en dinámicas de poder.

En ese contenido enlazado veíamos que aquellos que caían mejor al evaluador de su puesto recibían mejores calificaciones que los que hacían un mejor trabajo, pero no causaban buena impresión.

«La política, o la haces o te la hacen» o, como resume Bernstein en Am I The Only Sane One Working Here?: 101 Solutions For Surviving Office Insanity:

No se puede no jugar a la política, solo se puede jugar mal a ella [...] El único lugar donde las relaciones no importan es en una isla desierta alejada del resto del mundo.

Sabiendo eso, es necesario comprender ahora a qué estamos jugando, es decir, cómo funciona realmente todo esto.

Cómo se consigue poder

Jefe sentado en una mesa de reuniones, mira a la cámara y tiene gesto enfadado

El poder se obtiene de varias maneras. Si tienes una guillotina y un ejército hambriento, puedes tratar de enfrentarte a quien lo ostenta y a ver qué sale en la tirada de dados.

También puedes provocar una disrupción, como crear algo nuevo que cambie esa estructura de poder, como cuando Internet hirió de muerte a la prensa escrita o el procesador de textos a las máquinas de escribir.

Pero el 99% de las veces esas no serán opciones en el trabajo, así que la manera habitual de obtener poder es que te lo concedan quienes ya lo tienen.

La clave de esa concesión es que seas amigo de ellos, porque el poder admite solamente a los que son como él.

Por qué la meritocracia puede llevar a la ruina y no al ascenso

Una mano sostiene una medalla como símbolo de la meritocracia

Podemos creer en la meritocracia, pero el poder profesa otra religión. De hecho, en estructuras autoritarias, por ejemplo, el mérito es un impedimento para conseguir dicho poder, ya que alguien muy válido, con capacidad de decisión, es una amenaza para el líder y la camarilla.

Si alguien se pregunta cómo es posible que los generales del ejército ruso parezcan tan inútiles, especialmente los más cercanos a la cúpula presidencial, una de las razones es esa: un general carismático con poder es un gran peligro para el líder y las estructuras actuales. Por eso, ascienden los inútiles serviciales y la incompetencia de los mandos es adrede.

Roma aprendió por las malas esta lección con Julio César y uno puede pensar que esas cosas solo pasan en regímenes autoritarios.

Pero es que una empresa es, de hecho, un ejemplo de estructura autoritaria de poder. Sin embargo, también es cierto que, si eres demasiado inútil, no ascenderás en muchas ocasiones.

Por eso, la combinación perfecta es:

  • Hacer un trabajo decente. O muy bueno, si quieres, pero no te pases de listo o verás de cerca el reverso tenebroso de la fábula de la meritocracia. Esta es una condición necesaria, pero no suficiente, para avanzar.
  • Hacerte amigo y relacionarte con el poder. Será el hecho de que les gustes y no representes una amenaza, justificado racionalmente con un trabajo mínimamente aceptable, el que incrementará las papeletas de que avances.

Y sobre todo, si quieres influencia, no antagonices con los que la tienen. Ninguna estructura de poder concederá más capacidad de acción y mando a quien ve como una amenaza, no importa lo bueno que sea en su trabajo.

Eso se debe a lo primero que te explican cuando te sientas en las clases de Política Económica (o Política en general): El poder solo tiene como objetivo perpetuarse.

El juego de poder no se puede ganar (ni soportar) solo

Grupo de personas en una oficina mirando a cámara, los aliados son fundamentales

Sea cual sea tu objetivo en el juego, es necesario buscar aliados. Incluso si eres como yo, que quiere hacer un buen trabajo del que sentirse orgulloso y luego dedicarse a lo importante, dejando las intrigas bizantinas para otros.

Ya sea para aliviar la olla a presión rajando en el bar, enfrentarse a marrones o, simplemente, sentir que no estás solo, los demás son fundamentales, nos guste o no. No estoy diciendo necesariamente que haya que convertirse en hermanos de sangre, pero ya lo decía La bola de cristal (referencia de abuelo, lo sé): «Solo no puedes, con amigos, sí».

Si quieres subir, que haya gente que hable bien de ti. Si quieres simplemente soportar, que haya gente que te defienda o consuele. Si quieres tomar el poder o reivindicar, en lugar de que te lo concedan, tampoco iniciarás una revolución a solas y comprobarás la importancia histórica de sindicarse.

Y va a sonar fatal, pero si estás dispuesto a ganar y no solo sobrellevar, hay que ser estratégico con las alianzas y elegirlas bien.

Cito a Bernstein de nuevo:

Haz favores a la gente. Averigua qué necesitan de tu puesto y hazles saber que puedes proporcionárselo. En otras palabras, véndete con tus acciones. Tienes que averiguar [...] cómo puedes ayudar al grupo.

Vanessa Bohns, profesora de psicología social y del trabajo en la Universidad de Cornell, está ahora en el candelero por su nuevo libro: Tienes más influencia de la que crees (recomendable), donde un buen corpus de estudios demuestra que, para adquirir influencia, los cumplidos y ofrecer ayuda a los demás la consigue mejor que muchas otras cosas.

Es decir, que ser bueno con otros compensa y hace aliados, requisito imprescindible para conseguir poder.

Cómo soportar el cotilleo en la oficina

Dos personas cuchicheando en la oficina

Una de las caras más feas de este juego es el cotilleo. Es constante, sucede en todos los trabajos y, al menos para mí, es insoportable.

Para sobrellevarlo mejor, dos premisas, según Bernstein de nuevo:

  • Habla solo de ti mismo y escucha solo a los que hablan de sí mismos. Si haces de eso una regla, muchos de los peores abusos no suceden.
  • Responde a lo negativo con lo positivo. Cuando alguien hable mal de otro, di tú algo bueno.

Eso impide algo típico de los cotilleos, que un «inocente» comentario realizado por alguien vaya creciendo con aportaciones de otros hasta convertirse en algo muy feo. Podemos elegir entre ser cómplices o cortafuegos.

Pero es que no quiero sobrellevar el juego, sino ganarlo

Así que eres uno de esos... Un humano, me refiero, ya que todos estamos, en mayor o menor medida, programados para buscar poder. En ese caso, he aquí lo que Bernstein, Pfeffer y otros proponen para ser emperador del cubículo:

  • Ten un objetivo. Si no sabes dónde vas, no te extrañe que no llegues. Eso te dará una idea, además, de por dónde ir, a quién no pisar innecesariamente y a quién sí.
  • Conoce el objetivo de los demás. Porque hay que ser estratégico en esa política de alianzas y enfrentamientos. Sobre todo, y de nuevo, no dando un codazo a quien no debemos a la hora de hacernos sitio.
  • Apunta hacia arriba. Los chavales del cuarto de informática, los compañeros de cubículo... Los de tu nivel y por debajo no te darán más poder, así que es hora de confraternizar con los escalones de arriba, usando lo que hemos visto.
  • La moneda de cambio en el juego es la información. Consigue y extrae toda la que puedas, pero sé cuidadoso con la que compartes y con quién la compartes.
  • Golpea estratégicamente. Tarde o temprano, habrás de pisar un pie para avanzar. Hazlo solo cuando estés seguro de que vencerás y tienes apoyos suficientes.
  • Aprende de los ganadores. Cada oficina es un juego diferente. ¿Cómo llegaron arriba los que lo consiguieron? Eso nos dará una idea de las dinámicas concretas y de qué imitar.

Como vemos, el juego de poder es inevitable y podemos tenerlo a favor o en contra. Pero incluso cuando solo queramos ponernos de perfil, hemos de saber cómo jugar. Si no, nos aplastará o arrinconará con el mismo puesto y el mismo sueldo... o un finiquito.

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Ocho puntos que hay que tener claros antes de abandonar el trabajo

Dejar el trabajo se ha puesto de moda. No lo decimos nosotros, lo dicen las cifras. Lo que empezó el año pasado como tendencia en Estados Unidos, donde hay un mercado de empleo con mejores condiciones que este, todo sea dicho, se está extendiendo como la pólvora en Europa.

En Alemania, por ejemplo, tienen falta de mano de obra cualificada, lo que está haciendo que empresas claves en su sistema productivo tengan que recortar la producción, avivando aún más la crisis. No encuentran trabajadores para los huecos que quedan libres, aún dando condiciones ventajosas como una semana laboral de cuatro días.

En España, aunque de forma tímida, ya se habla de Gran Dimisión. En lo que llevamos a año son unas 30.000 personas las que han dejado voluntariamente su puesto de trabajo, una cifra que puede parecer pequeña, pero que no para de crecer. Y recordemos que hay alrededor de un millón de puestos de empleo que España se ve incapaz de cubrir a pesar de tener un paro de casi tres millones.

Por lo tanto, se trata de un fenómeno que conviene tener en cuenta porque parece que va a marcar tendencia en el mercado laboral en los próximos años. Los trabajadores ya no son los que eran antes, y ahora se sienten con la sartén por el mango para exigir mejores condiciones o simplemente marcharse cuando sienten que una etapa laboral se ha agotado.

Todo eso está muy bien, pero claro, hay que tener en cuenta muchas cosas antes de tomar la decisión de dejar un trabajo. Porque no todo son rosas a la salida, y puede que dejar un trabajo que ya no te gusta tenga más inconvenientes que ventajas.

Siete puntos a considerar si vas a dejar tu trabajo

  1. En primer lugar y más importante: ¿tienes un plan para después? Es muy aventurado dejar un trabajo a la ligera sin tener otra cosa o un plan para emprender. Por lo que, si no es tu caso, espera al menos a tenerlo por lo que pueda pasar.
  2. Si no tienes otro trabajo esperando, al menos, ten un colchón de ahorros que te permita vivir ese tiempo que te vas a tomar de descanso o de reset. Repetimos: dejar un trabajo es algo que debe estar muy meditado y se deben contar con garantías de que se va a poder sobrevivir después. Por mucho que odies a tu jefe, recuerda que tienes que comer de algo.
  3. Si vas a emprender, también es conveniente que tengas claro tu proyecto y la forma de financiarlo, pues aunque tengas una idea genial, si no tienes con qué llevarla a cabo poco vas a poder hacer. Puede que tengas ahorros para hacerlo, pero si no es así y vas a pedir financiación bancaria, recuerda que es difícil que te den un crédito sin una nómina o un buen aval.

  4. En el caso de que no tengas otro trabajo ni vayas a emprender, intenta que tu periodo sabático no sea muy largo, porque tiempo que no trabajas, tiempo que no cotizas en la Seguridad Social. Y es menos tiempo trabajado para calcular tu pensión futura. Y según están las cosas en ese terreno...no te conviene tener lagunas en tu vida laboral si quieres acceder a una pensión mínimamente digna.

  5. Por otra parte, valora muy bien la situación económica que tenemos. Estamos en plena contracción económica y, aunque no se estima que sea una crisis grave ni prolongada en el tiempo, no es la mejor situación para dejar un trabajo y encontrar otro mejor. A ver, poderse se puede, pero quizá no es tan fácil como crees.

  6. Si llegas a un acuerdo con tu empresa y logras que te despidan para poder cobrar un tiempo el paro, ten en cuenta que vas a cobrar menos del salario que percibías, pues nunca se cobra el 100%. En concreto, hablamos de una cuantía máxima 175% del Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (IPREM), que vienen a ser 1.182,16 euros mensuales. Para personas con un hijo, la cuantía máxima del paro es del 200% del IPREM, 1.351,04 euros mensuales, mientras que para personas con dos hijos o más, la cuantía máxima es del 225% del IPREM, lo que vienen siendo 1.519,92 euros mensuales. Ese es el máximo que vas a cobrar, y eso los seis primeros meses, pues luego se reduce al 60%.

  7. Un aspecto del que poco se habla y que sucede mucho en España es el hecho de que el paro aquí supone un estigma. Es decir, las empresas prefieren contratar a una persona de otra empresa que del paro, aunque les salga más barato esto último a nivel Seguridad Social. Estar en paro supone estar 'fuera del mercado', como si estuvieras desactualizado, de ahí que tengamos tantos parados de larga duración frente a otros países europeos. Por lo que si vas a irte al paro un tiempo, ten claro que luego puede que te cueste más volver a estar en activo.

  8. Por último, por favor, haz cuentas. Si los gastos que tienes no van a poder ser cubiertos si dejas tu trabajo aunque tengas un proyecto muy interesante esperando, no lo hagas. Porque los costes actuales no paran de subir y si no vas a poder cubrirlos es mejor que aguardes un tiempo hasta que tengas el dinero suficiente para irte de tu empresa sin que eso te ocasione un problema financiero a la larga.

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Esta es la tarifa de gas que hay que tener para que el gasto no se dispare en invierno

Hasta mediados 2021 normalmente la recomendación de tarifas de electricidad y gas era constante a lo largo del tiempo: elegir tarifa regulada en electricidad y usar un comparador para elegir la mejor tarifa libre de gas. Sin embargo esto ha cambiado completamente en 2022.

Ya hemos comentado los cambios de las tarifas eléctricas, pero lo cierto es que la del gas también tiene novedades. Los precios del gas se han disparado en Europa y el Gobierno decidió a finales de 2021 que no se trasladaran esos incrementos al consumidor.

La tarifa TUR de gas

Hasta entonces la tarifa regulada de gas, la TUR, era ligeramente más cara que las ofertas que se podían encontrar en el mercado libre. Pero en la actualidad eso no es así. En un decreto publicado en septiembre de 2021 se fijaron unos precios para la tarifa TUR que no recogían estas subidas de precio. Y aunque cada trimestre estas tarifas se revisan, las subidas que han aplicado siguen sin recoger los verdaderos precios del gas en el mercado libre.

Precio Gas Mayoristas

Precios mayoristas del gas en Europa

Por tanto, la tarifa TUR es la mejor que hay ahora mismo en el mercado. Si usamos el comparador de la CNMC se puede ver que el precio del gas de la tarifa TUR es la mitad que la siguiente mejor oferta del mercado libre, con precios rondando los 0,05 €/kWh, frente a los aproximadamente 0,10 €/kWh del mercado libre.

Existen tres tarifas TUR, dependiendo del consumo anual. Para estimar el consumo basta ver las facturas del último año y normalmente depende de la zona donde se viva, no es lo mismo el sur de España que el norte.

Tarifa TUR (agosto 2022)

Precio fijo mes

Precio variable

TUR 1 (consumo anual <5.000 kWh)

5,44 euros

5,828315 cent€/kWh

TUR 2 (consumo anual >5.000 kWh < 15.000 kWh)

10,24 euros

5,486249 cent€/kWh

TUR 3 (consumo anual >15.000 kWh < 50.000 kWh)

22,02 euros

5,230939 cent€/kWh

La tarifa TUR puede variar de aquí al invierno, ya que se revisa cada tres meses, pero la política del Gobierno ha sido introducir subidas tímidas para que la factura de gas doméstica no se dispare y asumir este déficit, que se pagará en el futuro a través, precisamente, de esta misma tarifa.

¿Quién ofrece la tarifa TUR de gas?

Las empresas que pueden ofrecer la tarifa TUR del gas son las llamadas comercializadoras de último recurso (CUR). Y son las siguientes:

Como se puede ver todas pertenecen a gigantes de la electricidad y el gas pero tienen un nombre específico para comercializar esta tarifa, debido a que así lo obliga la CNMC desde 2019.

Por tanto si queremos contener la factura del gas durante el invierno de 2022 lo más conveniente es cambiar ya la tarifa a la TUR. No es necesario hacer ninguna modificación en la instalación, simplemente contactar con una de las comercializadoras TUR y darles los datos que soliciten en un proceso realmente corto. Los ahorros pueden ser considerables.

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Todo lo que deben tener una vivienda y el momento de mercado inmobiliario para que sea una buena inversión

España es un país apegado a la vivienda, con un porcentaje de población con vivienda en propiedad del 75,1%. La vinculación al ladrillo es histórico, contribuyendo a considerarse como la principal inversión pero ¿acertamos?

En primer lugar, se trata de una inversión que carece de liquidez y pueden pasar semanas o incluso meses para poder materializar la decisión de comprar o vender. Si fuéramos propietarios de acciones, no hay grandes complicaciones en vender las necesitáramos dinero como pueden el caso de la inversión inmobiliaria la falta de liquidez podría terminar vendiendo por debajo del mercado o, incluso, con pérdidas sean necesitamos deshacernos de esta propiedad rápidamente.

A ello se le unen los gastos de compraventa. Si es vivienda de primera mano tenemos el IVA, notaría y los costes asociados al solicitar una hipoteca. Para la vivienda de segunda mano, nos enfrentamos al Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales, el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), el impuesto de plusvalía municipal (aunque se carga a la parte vendedora se tiende a repercutir en el precio) y el coste registral por la inscripción de la compraventa.

El apalancamiento genera un efecto multiplicador de beneficios pero también de pérdidas. La inversión en la compra de una vivienda nos lleva a un compromiso a largo plazo, de pagar una cuota hipotecaria que generará intereses tanto si genera flujos en especie (renta en especie por vivir) o una renta de alquiler.

Podas veces se menciona el riesgo por la localización. Un entorno que se va degradando, un gobierno que ejerce una política (fiscal y legislativa) contraria a los intereses de los propietarios. En última instancia, estamos impulsariamos una inversión que no solo atacaría al patrimonio del propietario, sino que lo haga incluso cuando se está perdiendo su trabajo, fuente de los ingresos personales.

Por todo lo anterior, ¿qué debe tener una vivienda para invertir? ¿Y cuál debería ser el momento? Seguidamente mostraremos unas pautas orientativas para tratar de filtrar las mejores opciones de vivienda para invertir.

1) Relación entre nuestros ingresos y el pago de la hipoteca

Independientemente si la hipoteca la realizamos a tipo fijo o bien a tipo variable vinculado al euribor, es desaconsejable que supere el 36% de nuestros ingresos personales. Hacemos que estaremos sujetos a apalancamiento financiero durante un largo periodo de tiempo y debemos reducir al máximo posible nuestros ríos dos personal en un compromiso tan a largo plazo.

2) Entender el precio de la vivienda para comprar

Siempre que busquemos una vivienda adecuada, debemos de focalizarnos en su precio que se moverá según el momento del mercado inmobiliario y acabará determinando si estamos realizando una buena compra o lo contrario.

La manera que tenemos de valorarlo es mediante la ratio precio/alquiler. Es decir, compararemos el precio de la vivienda más las potenciales reformas frente al alquiler medio de la zona descontando los costes vinculados. Cuanto más baja sea esa relación, mayor descuento tendrá esa vivienda frente a similares del entorno.

3) Analizar los flujos de caja

Si la vivienda no la deseamos para que nos ofrezca una renta en especie y vivir en ella sino para alquilar, es imprescindible el análisis del flujo de caja... lo que entra frente a lo que sale. En ese punto debemos de tener en cuenta si se puede cubrir el capital de la hipoteca , los intereses, los impuestos y el seguro con el alquiler mensual.

4) La rentabilidad del capital

Dado que se trata de un activo que carece de liquidez y que compromete nuestro capitán lo largo plazo debemos ser muy exigente es en la rentabilidad que queremos obtener. Nos fijaremos en el ROI (Return Of Investment) que mide cuánto dinero o beneficio se obtiene de una inversión como porcentaje de su coste.

Supongamos que adquirimos una vivienda por 120.000 euros, pero hemos adelantado 30.000 euros (el resto nos apalancamos) y otros 20.000 euros en rehabilitación. Nos gastamos en la vivienda 50.000 euros pero su valor de tasación es de 170.000 euros. Nuestra posición patrimonial es 120.000 euros (tasación menos costes), por lo que nuestro ROI sería de 70,8% (120.000/170.000). En este caso, cuanto mayor sea el apalancamiento, mayor impacto en el aumento del ROI.

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tener-el-dinero-en-la-cuenta-parado-y-no-invertir-es-perder-dinero:-el-caso-practico-del-millon-de-pesetas-en-1990

Tener el dinero en la cuenta parado y no invertir es perder dinero: el caso práctico del millón de pesetas en 1990

¿Tienes el dinero en tu cuenta parado sin invertir? En ese caso estás perdiendo dinero, no sólo por las ganancias que no estás obteniendo, sino por la inflación que no para de limar poco a poco nuestros ahorros.

La inflación es ese aumento de precios que devalúa el poder adquisitivo del dinero. Se considera que un poco de inflación es sano, y en la Eurozona el objetivo del Banco Central Europeo es mantenerla por debajo del 2%. Pero aun así una inflación moderada es capaz de acabar con el poder adquisitivo de nuestros ahorros si los dejamos parados en el banco.

Un millón de pesetas en 1990

En 1990, un millón de pesetas (6010 euros de hoy en día) era una cantidad bastante respetable de dinero. Había caído el muro de Berlín, se desmoronaba la Unión Soviética y China hacía sus tímidos avances en el capitalismo. El Euro todavía no existía y la Unión Europea se llamaba Comunidad Europea. El Salario Mínimo interprofesional para mayores de 18 era de 300,57 euros (50.010 pesetas). Un trabajador que lo percibiera tenía entonces que trabajar 20 meses para haber ganado el millón de pesetas, antes de impuestos.

En 1990 el precio de la leche acordado entre patronal y ganaderos en Asturias era de 37 pesetas, con lo cual con un millón de pesetas se podían adquirir 27.027 litros de leche. Un billete de diez viajes en el metro de Madrid en 1990 se vendía por 410 pesetas, con el millón podíamos invitar a 24.930 personas a un viaje en metro.

En juguetes en 1990 el Fuerte de Playmobil (con el que yo jugaba de pequeño) se vendía por 3.995 pesetas (aunque he encontrado una oferta por 3.550) y el barco pirata por 4.705 pesetas. Es decir, en 1990 con un millón podíamos comprar aproximadamente 250 fuertes de playmobil o 210 barcos piratas.

En 1990 con un millón de pesetas se podían adquirir varios modelos de coches económicos. Por ejemplo el más barato que se vendía en España, el Seat Marbella se podía adquirir por 699.000 pesetas. Si queríamos un coche más grande, el Seat Ibiza se vendía por alrededor de 1.000.000 de pesetas y el primer Renault Clio se anunció por 1.323.000 pesetas, poco después surgió una versión más económica 200.000 pesetas más barata.

Un millón de pesetas en 2021

Seat Ibiza Segunda Mano

En 2021, con un millón de pesetas, si queremos un Seat Ibiza tendremos que ir al mercado de segunda mano

En 2021, 6010 euros siguen siendo una cantidad de dinero respetable, pero su poder adquistivo ha disminuido mucho. El salario mínimo de un trabajador es de 950 euros, con lo que con el millón de pesetas, equivale a 6,32 salarios mínimos. El precio de la leche se situó en 35 céntimos, por lo que con 6.010 euros compraríamos 17.171 litros de leche en el mercado asturiano a ganaderos. El precio de un billete de diez viajes en metro Madrid es de 11,20, con lo cual con el millón de pesetas tendremos sólo 5.366 viajes.

El fuerte de playmobil se vende por 59,99 en la web oficial, sin muñecos, por lo que en 2021 tendremos para sólo 100 fuertes, unos cuentos menos si lo queremos con soldados e indios. El barco pirata “calavera” de playmobil actual de 89,99 euros hace que con el millón de pesetas sólo podemos comprar 66 barcos piratas. Este si trae muñecos.

Respecto a coches, no hay ningún coche en España nuevo disponible por 6.010 euros, como sí lo había en 1990. Sí es cierto que podemos encontrar un Dacia Sandero por cerca de 9000 euros, 1.500.000 pesetas. No está mal., si recordamos es equivalente al precio al que se pasó a vender el Renault Clío en 1990.

¿Y si invertimos?

Seat Leon

Si invertimos, en 2021 puede que nos llegue a dar para comprar un Seat León (superior al Ibiza)

Supongamos que hubiéramos invertido estos 6010 euros al 4%. Hoy en día en los tipos de interés bajo nos puede parecer una cantidad alta, pero en 2012 los depósitos bancarios ofrecían incluso más. Además a partir de la entrada en el euro se multiplicaron las posibilidades de inversión. Según esta calculadora, un millón de pesetas en 1990 equivaldría a 12.814,46€, es decir invirtiendo a una rentabilidad inferior a la de la bolsa, habríamos ganado poder adquistivo.

En treinta años tendríamos 19.942 euros, aproximadamente. ¿Tenemos el mismo poder adquisitivo? Podríamos pagar también 20 salarios mínimos, 56.977 litros de leche asturiana a ganaderos, 17.805 viajes de metro, 332 fuertes de playmobil, 221 barcos piratas de la misma marca. Respecto a coches, podríamos encontrar no sólo el Seat Ibiza de 2021, que es mucho mejor, sino incluso el Seat León que es el segmento superior al Seat Ibiza.

Precios 1990 2021

Esta tabla muestra si hemos ganado o perdido poder adquisitivo, si no invertimos claramente hemos perdido poder adquistivo, si en cambio invertimos, salvo en el metro de Madrid, en 2021 podríamos comprar lo mismo o más que en 1990. Es cierto que no está considerado el factor del IRPF, pero estamos hablando del poder adquisitivo que tendría la inversión. Aún así, el IRPF aplicaría sólo a las ganancias, no al capital invertido. Tampoco estamos considerando el tiempo que tendríamos que dedicarle a mantener la inversión, pero desde que tenemos la banca online, este es muy poco.

Pregunta a los lectores, ¿han ganado o perdido poder adquisitivo desde 1990? ¿Podrían haber conseguido el mismo invirtiendo?

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